martes, 23 de diciembre de 2025

El Sacerdocio ministerial al servicio del sacerdocio bautismal


SACERDOCIO  BAUTISMAL  Y  SACERDOCIO  MINISTERIAL

Reflexiones  y  novedades

 Guayaquil, Pedro Pierre, revisado en 2025.

TEMÁTICAS

1.      El sacerdocio: Un nuevo culto centrado en el Reino (2013).

2.      El ejercicio del sacerdocio bautismal en las CEBs (2017)

He aquí 2 reflexiones sobre el sacerdocio: una como reflexión general y otra a partir de la experiencia de las Comunidades Eclesiales de Base, de 2013. Pienso que se complementan y ayudan a entender las preguntas y las novedades que existen actualmente en torno al ejercicio del sacerdocio bautismal.

1ª parte: EL SACERDOCIO, UN NUEVO CULTO CENTRADO EN EL REINO.

     En nuestra Iglesia católica la mayor crisis es la del sacerdocio. Hace 50 años, el Concilio Vaticano 2º destacó la importancia de volver a conocer al Jesús histórico y su opción por los pobres. Además, esbozó una nueva manera de entender y vivir el sacerdocio: reconoció la prioridad al sacerdocio común de los bautizados sobre el sacerdocio ministerial ordenado, y puso éste al servicio del primero. Pero no avanzó más. Entonces muchos sacerdotes se retiraron; otros fueron expulsados por pedofilia; los seminarios se fueron vaciando y las vocaciones sacerdotales declinaron sin que se vea un repunte. Por todas partes las comunidades cristianas se quedan sin sacerdotes y sin eucaristía…

               Al mismo tiempo los teólogos de todos los continentes se pusieron a reflexionar: ¿qué sacerdotes queremos para qué Iglesia? En América Latina, la Conferencia Episcopal Latinoamericana que se reunió en Aparecida, Brasil, 2007, insistió en que la Iglesia necesitaba de un “fuerte remesón”, debía emprender la reforma de las parroquias y fomentar por todas parte una gran misión continental, confirmaba la validez de las Comunidades Eclesiales de Base e invitaba a los obispos a promoverlas en sus diócesis. No se puede decir que estas orientaciones encontraron un gran eco, lastimosamente… En cuanto a los teólogos, ¿qué nos dicen?

A. LA GRAN TAREA DE JESÚS FUE HACER ACONTECER EL REINO

               Ya no se discute que la misión de Jesús fue el Reino y que el mayor empeño de la Iglesia, siguiendo a su Maestro, es también el Reino. Pero las estructuras todavía no han cambiado mucho: las parroquias siguen iguales que anteayer y los seminarios donde se forman los sacerdotes también.

1.     El Antiguo Testamento se centró en el culto y el cumplimiento de la ley

-           Al principio, en tiempos de los Patriarcas y las Matriarcas, quienes ejercían la función sacerdotal era los jefes de familias. Lo vemos con Abraham y Sara, Isaac y Rebeca, Jacob y Raquel… Esa tradición no se perderá.

-           Luego al organizar Moisés el pueblo que había rescatado de Egipto, el ejercicio del sacerdocio fue confiado a la tribu de Leví, de la que Moisés y Aarón eran parte. Ellos se encargaron de cuidar las tablas de la Ley del Sinaí, celebrar las maravillas de Dios, quemar sacrificios de animales y ayudar a seguir los pasos de la Alianza con Dios.

-           El exilio en Babilonia durante más de 50 años trajo una nueva esclavitud sin la posibilidad de continuar como pueblo, sin templo, sin sacerdotes… Al regresar en Palestina, fueron los sacerdotes que reorganizaron el país y reconstruyeron la capital Jerusalén y el templo. A pesar de las muchas resistencias, se creó una clase sacerdotal y un culto centrado en la pureza de sangre y el cumplimiento estricto de la ley de Moisés. La mayoría de la gente del campo, muy pobres, no podían cumplir con todos estos requisitos y fueron marginados y despreciados por la clase sacerdotal dirigente.

2.     Con Jesús el proyecto de Dios se centra en la fraternidad universal

-           Jesús era un campesino pobre de una región marginal. Se sintió llamado a ser profeta itinerante a cargo de la construcción del Reino de Dios. Y de hecho comenzó a establecerlo entre los pobres de su región y de su país: Haciendo comunidades, ellos iban a ser los mejores obreros del Reino, con el apoyo de sus apóstoles y discípulos, varones y mujeres indistintamente.

-           Jesús no vino para reformar la religión judía ni su culto, sino darles un giro totalmente nuevo. Para él, a partir de presentar Jesús a un Dios padre y madre, el amor era el centro de todo, insistía a vivir y promover Comunidades al servicio de la construcción del Reino. “Busquen primero el Reino de Dios; lo demás vendrá por añadidura” (Mateo 6,33). El culto que quiere Dios es que seamos un pueblo fraternal que contagie todos los demás pueblos: “Ofrézcanse como un culto agradable a Dios” dice Pablo a los Romanos (12,1): toda la vida tiene que ser esa pasión por la fraternidad que se va ofreciendo personal y colectivamente a Dios.

-           De alguna manera desaparecieron el sacerdocio judío y el culto de los sacrificios. En el Nuevo Testamento ni Jesús ni los apóstoles son llamados sacerdotes, ni se los ve celebrar la ‘fracción del pan’. Si la carta a los Hebreos reconoce a Jesús el título de “sumo sacerdote” fue porque su vida y su muerte fueron una ofrenda agradable a Dios: el Reino se había inaugurado en la práctica de Jesús. Los apóstoles y demás seguidores de Jesús iban a ser los nuevos encargados de continuar su obra.

-           En las primeras comunidades, la fracción del pan era, por una parte, el recuerdo de la última Cena, símbolo del compartir que crea la fraternidad y la comunión con Dios, y, por otra, el compromiso de continuar la tarea de Jesús hasta las últimas consecuencias. Quienes eran los encargados de presidir dicha celebración, eran, como en tiempos pasados, los jefes de familias, varones y mujeres indistintamente.

-           Con las últimas cartas atribuidas a Pablo, se percibe la presencia de dirigentes sacerdotales de comunidades: diáconos, presbíteros y obispos. Con la asimilación al imperio romano en el siglo 4, pasaron a formar una nueva clase sacerdotal que se inspiró del Antiguo Testamento y de los cultos de la religión romana. Se rompía la tradición de Jesús contrario al ejercicio de un poder dominador, a la aceptación de privilegios personales, a la organización de una jerarquía alejada de los demás bautizados, a la celebración de un culto centrado en su ‘sacrificio’ en la cruz y a la necesidad de intermediarios obligados para relacionarse con Dios…

-           Así la Iglesia se fue alejando del proyecto del Reino para conformar una Iglesia con una élite ‘poderosa’ -el clero- que dominaba y tenía nuevas leyes: el derecho canónico copiado del derecho imperial romano. El culto regresaba a ser el de los sacerdotes judíos del Antiguo Testamento: el perdón de los pecados mediante la ‘repetición’ simbólica del sacrificio de Jesús en la cruz. Desaparecía la solidaridad de Jesús como consecuencia de su opción por los pobres, hasta ser tratado como los más rebeldes con su asesinato en una cruz, castigo de los desobedientes a las leyes judías e imperiales.

Conclusión: Eso se llamó ‘la cristiandad’ que iba a durar hasta el Concilio Vaticana 2°… y que perdura hasta nuestros días, porque las grandes orientaciones del Concilio no fueron aplicadas… menos en América Latina donde, a partir de Medellín, los Documentos de las Conferencias Episcopales, confirmaron las Comunidades Eclesiales de Base que se conformaron con otros grupos afines en la Iglesia de los Pobres de América Latina, soñado por el papa Juan 23.

B. LA CENTRALIDAD DEL REINO EXIGE UN NUEVO SACERDOCIO

Para volver a la tradición de Jesús y de las primeras Comunidades cristianas, hay que retomar y profundizar las orientaciones del Concilio Vaticano 2º: lo absoluto del Reino, la primacía del sacerdocio colectivo de los bautizados, la construcción de la fraternidad, las Comunidades que se ofrecen como nuevo culto agradable a Dios.

Desde 2015, el papa Francisco se empeñó a poner en marcha la ‘sinodalidad’, para lograr más corresponsabilidad en la Iglesia, para sustituir el clericalismo, el autoritarismo y el legalismo por la igualdad entre todos los bautizados, el acceso de ellos a la toma colectiva de decisiones y una pastoral centrada en la misión.

El punto de partida de esta transformación personal, colectiva y estructural de la Iglesia es el bautismo en una Iglesia ‘Pueblo de Dios’, o sea, comunidad al servicio del Reino. Eso es la consecuencia de la unción crismal.

1.     “Eres profeta, sacerdote y rey-pastor”

a)       Al ser ungido como ‘profetas, sacerdotes y reyes pastores’ en el día de nuestro bautismo, se nos trazó el camino correcto.

-           Somos ‘profetas’, individual y colectivamente, cuando proclamamos, en palabras de vida y de verdad y en los hechos, denuncias de lo que destruye el Reino y anuncio de todo lo que lo construye.

-           Somos ‘sacerdotes’, individual y colectivamente, cuando participamos de todas las ofrendas que hacemos personalmente, en grupos y en pueblos que celebran delante de Dios su fraternidad alegre.

-           Somos ‘reyes-pastores’, Individual y colectivamente, cuando nos constituimos en asociaciones, comunidades y sociedades vivas, equitativas, participativas, creativas y solidarias de una humanidad reconciliada entre sí, con los demás, con la naturaleza y con Dios.

b)       Nos consagramos sacerdotes y sacerdotisas de nuestro pueblo, sin poder ni privilegios, cuando nos dedicamos a cumplir con el mandato de Jesús que nos ha encomendado la tarea irrenunciable de construir y ofrecer el Reino de Dios.

2.     Todos somos sacerdotes como Jesús

a)     Como Iglesia somos el ‘Cuerpo sacerdotal’ de Jesús, es decir su presencia concreta, su continuidad real y su ampliación sacramental.

b)     Puede ser que unos y unas sean encargados, más específicamente y por un tiempo, de esta dimensión sacerdotal, pero no pueden ser detentores de poderes exclusivos ni de privilegios de clase ni ser intermediarios obligados para relacionarnos con Dios. Eso era la Antigua Alianza que terminó con Jesús. Con Jesús, se sirve a Dios ‘en espíritu y en verdad’ (Juan 4,23).

c)      Si las Comunidades nombran personas para ejercer un servicio sacerdotal, se encargarán de lo que nos dejaron las primeras comunidades al realizar la fracción del pan y continuar este compartir en toda la vida:

-           Anunciar que la muerte de Jesús fue su máxima solidaridad con el Reino comenzado a partir de los pobres.

-           Recordar la vida de Jesús como una ofrenda agradable a Dios, un acto sacerdotal único e irrepetible.

-           Continuar la obra del Reino como compromiso absoluto de los seguidores de Jesús.

-           Celebrar la resurrección de Jesús y la presencia del Padre en nuestros pequeños y grandes logros de nuestra existencia cotidiana.

-           Agradecer a Dios por habernos elegido para tal noble tarea…

d)     Todos varones y mujeres estamos llamados a continuar la ‘fracción del pan’ cuando:

-           ‘Anunciamos la muerte de Jesús’ en todas las muertes injustas de los que trabajan por un mundo de fraternidad, de justicia y de fe;

-           ‘Proclamamos la resurrección de Jesús’ tanto en las personas, los grupos y los pueblos que nacen a una vida nueva como en la naturaleza respetada, defendida y promovida como se lo merece;

-           ‘Invocamos a Jesús’ para que siga animando desde dentro la entrega generosa de la vida hasta la muerte, el crecimiento en dignidad, valentía y alegría de los creadores de una nueva humanidad, o sea, el Reino que avanza hacia su plenitud.

“Conocemos a Dios al partir el pan y Dios nos conoce en el partir del pan”, el pan eucarístico, el pan de la amistad y el pan de la mesa.

CONCLUSIÓN

Ese es la clase de sacerdotes, de seguidores, de pueblo y de Humanidad que quiere Dios. Eso fue el ejemplo y el camino de Jesús: ser un Reino de fraternidad universal en nombre de Dios padre y Madre. Nos toca continuarlo individual y colectivamente… con la fuerza del Espíritu. Como Jesús somos sacerdotes de Dios y de nuestro Pueblo. Ese es el culto inaugurado con Jesús en la Nueva Alianza y ofrecido en la cruz. Somos los herederos dichosos de tal proyecto humano y divino a la vez. No se detendrá porque tiene la fuerza de Dios.

2ª parte: EL EJERCICIO DEL SACERDOCIO BAUTISMAL EN LAS CEBs

Voy a hacer una reflexión sobre el ministerio sacerdotal en las CEBs. Pues, la crisis en nuestra Iglesia proviene principalmente de las actuales formas de ejercer el ministerio sacerdotal. Al participar de las CEBs, hemos descubierto, los sacerdotes, otra manera de vivir este servicio, aprendiendo a ser uno más que tiene mucho que aprender de sus propias hermanos y hermanos. La CEBs son sacramento del Reino tanto en la Iglesia como en la sociedad: germen y semilla de la Iglesia de los pobres y de una sociedad más fraterna, justa y cuidadora de la vida. Juntos con los miembros de las CEBs somos sacerdotes del Dios de la Vida.

            Pregunto: ¿puede nacer desde las CEBs un nuevo tipo de sacerdote que viva de otra manera su sacerdocio y ejerce con nuevas expresiones los sacramentos de la Eucaristía y el perdón?... que los seglares no pueden ejercer hasta aquí. A partir de mi experiencia, doy una respuesta positiva que voy a explicar.

            Entiendo que me meto en un terreno movedizo y ciertamente polémico… pero pienso que mis reflexiones no son las primeras ni mis experiencias las únicas. Juntos estamos abriendo caminos para toda la Iglesia, para el servicio del Reino y la mejor gloria de Dios, abiertos al ecumenismo y a las riquezas de las demás religiones.

A. LA CRISIS SACERDOTAL

1.     Antecedentes

a)     Jesús fue un laico. La carta a los Hebreos lo reconoce sacerdote y sumo sacerdote porque toda su vida fue un acto sacerdotal cuya culminación fue su entrega en la cruz. Jesús fue ‘sacerdote’, no a la manera de los sacerdotes de su época, sino a la manera de Melquisedec, “sacerdote del Altísimo y rey de Salén” (Jerusalén) que ofreció a Abraham “pan y vino” al que el mismo Abraham le pagaba tributo (Génesis 14,19-20).

b)     En Hechos y las Cartas, no aparece la palabra ‘sacerdote’ aplicada a los ministros cristianos: no podían identificarse con los sacerdotes del templo que habían colaborado con la muerte violenta de Jesús, es decir su asesinato. Aparece más bien el sacerdocio en su dimensión comunitaria (1 Pedro 2,9-10) y con el calificado de ‘presbíteros’ (como en el Concilio Vaticano 2°) en la trilogía obispos-presbíteros-diáconos de las tardías ‘Cartas pastorales’.

c)     El Concilio Vaticano 2° aparece la novedad que el primer sacerdocio es el de los bautizados, el “sacerdocio común de los fieles” como se lo llama, y no el sacerdocio ordenado. Y se indica que este sacerdocio ministerial u ordenado está al servicio del sacerdocio de los bautizados como su garante o garantía. Como sacerdotes ordenados somos la expresión sacramental visible, la confirmación del sacerdocio común de los fieles… y lastimosamente su sustitución. Se trata de devolverles su sacerdocio.

2.     Las desviaciones sacerdotales actuales de los ministros ordenados.

a)     En vez de servicio, el sacerdocio ordenado ha pasado a ser un poder dominador y en muchos casos una dictadura, en particular en las parroquias. Lo vivimos en carne propia como CEBs perseguidas

b)     En vez de igualdad, el sacerdocio ministerial se ha vuelto separación: de un lado los fieles y del otro el clero, formando una división y oposición bien poca evangélica.

c)     En vez de ser una evangelización liberadora al servicio del Reino, el ministerio sacerdotal se ha vuelto en la mayoría de los casos el gran negocio de los sacramentos y de la religiosidad popular, que copa todo el tiempo de la mayoría de los sacerdotes.

d)     Al tener la exclusividad de la Eucaristía y del perdón, el sacerdocio ha incursionado en lo sagrado y lo mágico. El sacerdote tiene la capacidad exclusiva de transformar el pan y el vino en el cuerpo y la sangre de Cristo… cuando es más bien la invocación al Espíritu Santo que hace posible tal ‘consagración’. Y se crea el espacio de lo sagrado opuesto a lo profano, como si hubiera 2 niveles en la creación: este mundo y, aparte, otro mundo. Hay un solo mundo, una sola historia de la salvación y todo es sagrado porque todo es (menos la maldad) presencia de Dios.

e)     En cuanto al perdón, tiene una historia tumultuosa desde la práctica de las primeras comunidades, el invento de la confesión individual con los monjes irlandeses y los confesionarios del siglo pasado (y todavía del actual). “Confiésense unos a otros sus pecados”, decía Santiago (5,16) …

f)      No hablaremos del celibato sacerdotal, invención eclesiástica del principio del 2° milenio y que aparece ahora no solamente bastante fuera de foco sino totalmente desvaluado con los escándalos de pederastia y homosexualidad sacerdotales.

Conclusión: Con tal ejercicio del sacerdocio hemos regresado, gracias al emperador Constantino del siglo 4, al sacerdocio del Antiguo Testamento que Jesús no asumió, ni tampoco los autores del Nuevo Testamento, ni las primeras Comunidades cristianas.

B. UNAS EXPERIENCIAS “SACERDOTALES” EN LAS CEBs DE NICARAGUA

1.     ‘Ministros de la fracción del pan’.

a)     La expresión es mía y de ahora, pero se refiere a unas prácticas ‘sacramentales’ que se hicieron costumbre en la parroquia de Nicaragua (y en otros países), donde estuve durante 8 años en el Vicariato de Bluefields, en la Costa del Caribe.

b)     Era una parroquia inmensa: 130,000 habitantes organizados en unas 130 comunidades con su capilla y sus ministros, cuyo centro urbano tenía unos 15,000 habitantes. Era el único sacerdote con 4 religiosas y 4 diáconos y unos 3,000 ministros o servidores. Los ministerios o servicios eran 23 diferenciados… Los ministerios, la mayoría en equipo, se repartían en ‘eclesiales, sociales y cívicos’…

c)     Todas la Comunidades se reunían cada domingo y preparaban los sacramentos. En la ciudad había 8 sectores animados por un equipo de ministros. Luego se podía visitar en carro a unos 30 poblados con sus equipos de ministros. Finalmente visitaba una vez al año, a caballo, a pie o en bote unos 90 caseríos igualmente con sus equipos de ministros que se reunían todos los domingos y preparaban los sacramentos.

d)     En las Comunidades nació la necesidad de celebrar los principales días de la Semana Santa y en particular la cena del jueves santo. ¿Cómo hacer? Respuesta: ¿Cómo hiciera Jesús si estuviera hoy? Con los elementos comunes de una comida de fiesta: chicha y tortilla o café y pan de yuca… ¿Qué decir? Recordar lo que dijo e hizo Jesús… recordar también las comidas de hacían nuestros antepasados mayas… recordar todas nuestras comidas… e incluir el lavatorio de los pies. ¿Quién va a presidir? El responsable del equipo encargado de las celebraciones dominicales…

e)     Y así se comenzó a hacer la celebración de la Cena del Señor… no sólo en Semana Santa, sino también en momentos especiales de la Comunidad: la Navidad, la fiesta de la Comunidad, el aniversario de su fundación… con un folleto orientador. Al comunicar esto al obispo, no hizo ningún comentario: dejó hacer porque todo el Vicariato era organizado en una línea pastoral liberadora con miras a y desde las CEBs.

f)      La siguiente pregunta es también una afirmación: ¿No será esto el inicio del ejercicio bautismal del ministerio sacerdotal desde los laicos de las CEBs? Sí, es una nueva forma de sacerdocio reconocido, ‘ordenado’, confirmado y una nueva forma de celebrar la Eucaristía: Es el ejercicio del sacerdocio bautismal.

2.     El ministerio del perdón

a)     ¿Y los que quieren sentir el perdón de Dios? Varias veces, en la misma parroquia, frente a la imposibilidad mía de atenderlos, unos agonizantes o enfermos graves pidieron reunirse con el equipo de ministros de la Comunidad para pedir perdón y para que les perdonen o les hagan ‘sentir el perdón de Dios’.

b)     La doble celebración del perdón y de la unión de los enfermos. ¿Cómo hacer, qué decir, por quiénes? Resultado: La decisión de hacer una celebración de la palabra con tema del perdón por un “equipo de reconciliación”, la ‘confesión’ del agonizante o enfermo grave, el perdón del equipo imponiendo juntos las manos y rezando el final del ‘yo confieso’, la unción con el óleo de los enfermos por el animador de dicho equipo… Esta práctica se multiplicó rápidamente. Al enterrarse el obispo dijo: “Esto está prohibido por el Vaticano”. Respuesta: “Bueno, monseñor, usted se lo dirá personalmente al consejo parroquial”. El obispo nunca se lo dijo y, por lo mismo, siguió la celebración.

c)     Pregunta con respuesta afirmativa: ¿No será esto el inicio de una nueva manera de vivir el sacramento del perdón y de la unción de los enfermos?

C. EL CASO DE LA RELIGIOSIDAD POPULAR

En América Latina, la religiosidad popular tiene un sinnúmero de expresiones y manifestaciones… bien se puede decir con millones y millones de personas. El Documento de Pueblo recalcó su importancia, invitó a respetarla y purificarla al relacionarla con la Palabra de Dios y la transformación personal y de la realidad.

1.     El papa Juan Pablo 2ª

Recordemos primero lo que dijo el papa Juan Pablo 2° en su visita al Perú (Cusco) en el año 1985: “La religiosidad popular puede ser liberadora”.

2.     El sacerdocio bautismal

Bien se puede mirar la religiosidad popular como el espacio sacerdotal -bautismal, común- de los seglares (pero cada vez menor por la invasión y el control ejercido por el clero). Es el lugar donde se relacionan directamente con Dios (y donde Dios se relacionan directamente con ellos), donde se presentan como “ofrenda agradable a Dios” (Romanos 12,1), donde expresan su espiritualidad laical como profetas y profecía, sacerdotes y sacerdocio, y reyes-pastores y reinado de Dios, “bebiendo en su propio pozo” según la expresión de Gustavo Gutiérrez …

3.     ¡Viva la religiosidad popular liberadora!

El desafío de los sacerdotes ‘ordenados’ de cómo combinar y unificar este ministerio sacerdotal con la misión y la sinodalidad.

CONCLUSIONES

 

1.     Es tiempo de dejar de pensar los sacramentos -en este caso, el sacerdocio y el perdón- tales como existen actualmente.

2.     Hay que valorizar la religiosidad popular a su justo precio con todas sus implicaciones liberadoras y sacerdotales.

3.     Reafirmarnos que las CEBs, como Iglesia de los Pobres, inventamos una nueva forma de ser Iglesia en la base… sin ya imponer esto a todos los bautizados, pero sí cuestionar con propuestas alternativas la actual situación eclesiástica.

4.     Profundicemos el sentido cristiano-evangélico del sacerdocio y del perdón, desde las prácticas de las CEBs.

5.     Compartamos, entre países latinoamericanos, las experiencias parecidas a las 2 presentadas aquí.

 

sábado, 20 de diciembre de 2025

Navidad: El camino del Reino desde los pobres

 

LOS POBRES COMO EJES DE LA IGLESIA Y DE LA SOCIEDAD

Navidad es “tejer esperanza desde los de abajo”

Pedro Pierre, diciembre de 2025.

ÍNDICE

Introducción: León 14, Indígenas, Romero, Bernanos

1.     La Biblia es la historia de los pobres que se organizan

-        Abraham y Sara

-        Moisés y Miriam

-        Las y los Profetas/izas y Sabios/as

-        Jesús de Nazaret: El Reino desde los pobres y los que asumen las causas de los pobres

-        La primeras Comunidades cristianas

2.     Los papas que retoman el protagonismo de los pobres

-        El papa Juan 23 con el Concilio Vaticano 2°

-        Monseñor Proaño en el Pacto de las Catacumbas

-        Los obispos latinoamericanos en Medellín

-        La teología de la liberación

-        El papa Francisco con el protagonismo de los Movimientos sociales

-        El papa León 14 que confirma las opciones sociales del papa Francisco

-        Monseñor Proaño visualiza una sociedad nueva desde los Movimientos populares

-        El papa Francisco con la sinodalidad que es transformación eclesial y social

-        El papa León 14 que retoma las opciones del papa Francisco

Conclusión: ‘Este es otro cantar’

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INTRODUCCIÓN: León 14, Los Indígenas, Oscar Romero y Jorge Bernanos.

           

El resumen de la 1ª carta del papa León 14 exactamente eso: “Poner a los pobres en el centro de la Iglesia y de la sociedad”.

-        Eso decían los Indígenas cuando se tomaron simbólicamente la ciudad de Quito en 1990: “¡Ningún Ecuador sin los Indígenas, ni ninguna Iglesia sin nosotros!”

-        Monseñor Oscar Romero, asesinado en El Salvador en 1980, decía a sus compatriotas: “¡Fuera de los pobres no hay salvación!”

-        El escritor francés, Jorge Bernanos, los escribió en los años 1940, en que yo nací, después de un viaje a Brasil: “¡Los pobres salvarán al mundo! La sociedad moderna los margina porque no son capaces de adaptarse a ella ni ella es capaz de asimilarlos, hasta que su ingeniosa paciencia tarde o temprano se imponga a su ferocidad.”

-        Hace poco el papa León 14 lo proclamó en su primera Carta sobre “el amor hacia los pobres”: “Los pobres son el centro de la Iglesia y de la sociedad”.

 

Por eso estoy muy contento estar con ustedes en esta tarde. Les felicito por su organización, por su ayuda mutua, por las mejoras que logran en sus sectores, por sus manifestaciones a favor de un Ecuador mejor. Mi libro es el testimonio de los pobres organizados en Comunidades Eclesiales de Base que no se limitan a rezar, ir a misa y cumplir con los sacramentos, sino que se dedican a construir el Reino de Dios, es decir la fraternidad y la justicia, en las calles y las plazas, en los plantones y las manifestaciones, en los Comités barriales, las Organizaciones sociales y los Movimientos políticos progresistas. Allí hemos encontrado a un Dios liberador y a un Cristo resucitado.

A. LA BIBLIA ES LA HISTORIA DE LOS POBRES QUE SE ORGANIZAN

La Biblia es la historia de los pobres que se rebelan y deciden construir una sociedad donde todos quepamos. Y es allí donde hace la experiencia viva de un Dios amigo y liberador.

1.     Eso comenzó con Abraham y Sara que, con su gran familia, decidieron dejar la explotación de los reyes locales que todo lo justificaban con religión. E hicieron la experiencia de un Dios amigo que caminaba con ellos.

2.     Luego que sus descendientes cayeran en esclavitud en Egipto, Moisés y Miriam decidieron retomar el legado de Abraham y Sara. Emprendieron no sólo la salida de la esclavitud sino la construcción de una sociedad libre de esclavitud, fundada en la organización participativa y el compartir equitativo… Y sellaron en el desierto del Sinaí una alianza liberadora con el Dios amigo de Abraham y Sara.

3.     Luego, las y los Profetas y Sabios defendieron esta opción de sociedad donde los pobres tengan dignidad y protagonismo.

4.     Jesús vino para los pobres y los que asumen las causas de los pobres

Jesús de Nazaret confirmó y asumió esta opción de una sociedad fraterna, justa y creyentes como proyecto universal y lo llamó el Reino de Dios, o sea la construcción de la fraternidad, la justicia y la fe desde los pobres conscientes, organizados, equitativos y creyentes en el Dios de la vida.

Las primeras Comunidades cristianas continuaron este proyecto del Reino… Lastimosamente en el siglo 4 con el emperador Constantino se fue desviando al servicio del imperio romano decadente y se perdió el Movimiento por el Reino iniciado por Jesús de Nazaret.

B. LOS PAPAS QUE RETOMAN LA DIMENSIÓN SOCIAL DEL REINO

El Reino inaugurado por Jesús tiene una dimensión social ineludible: Es libertad, equidad y justicia, desde el protagonismo de los pobres.**

1.     Hace 60 años el papa Juan 23 decidió retomar el camino de Jesús y de las primeras Comunidades cristianos convocando un Concilio de obispos en el Vaticano.

2.     Un grupo de obispos latinoamericanos, entre los cuales monseñor Leonidas Proaño, que participaban en el Concilio decidieron aplicar el Concilio a América Latina. Pero antes de dejar el Vaticano sellaron un pacto en la catacumba romana de Dimitila. Allí se comprometieron a vivir pobremente y a trabajar por la liberación de los pobres. De

3.     De vuelta a América Latina los obispos latinoamericanos se reunieron en Medellín, Colombia, en 1968, para denunciar un sistema de pecado que empobrece millones de personas, para confirmar las CEBs como primer núcleo eclesial, para asumir las causas de los pobres y de su liberación integral.

4.     Todas estas novedades conformaron la teología de la liberación, es decir, una nueva manera de seguir a Jesús desde los pobres, una nueva manera de ser Iglesia, una nueva manera de entender a Dios y vivir los sacramentos y la religiosidad popular.

5.     En su tiempo, monseñor Proaño lo visualizó de la manera siguiente: “Sueño con la posibilidad de una sociedad nueva. Veo la posibilidad de crear conciencia en las organizaciones populares urbanas, veo la necesidad de una práctica económica, educativa y política convergente con el caminar del movimiento indígena de modo que no se produzcan competencias y conflictos, sino más bien colaboraciones complementarias. Desde aquí, desde nuestro país del Ecuador, abramos también el corazón a otros hermanos, hacia todos los pueblos de América Latina, porque todos estamos llamados en esta hora de la historia que estamos viviendo, a ser ejemplo, a dar un testimonio de una sociedad nueva, de una sociedad justa, de una sociedad humana, de una sociedad fraterna.”

6.     El papa Francisco, salido de Buenos Aires en Argentina, trabajó a la transformación de la Iglesia universal a partir de su experiencia latinoamericana de las CEBs y la teología de la liberación, en particular mediante la sinodalidad o “Camino conpartido”, es decir, una Iglesia participativa, corresponsable y democrática con todas y todos los bautizados.

7.     El papa León 14 está decido a continuar en la misma línea, confirmando lo del papa Francisco y, para nosotros los ecuatorianos, lo de monseñor Proaño que decía: las CEBs caminan con los 2 pies: el pie de la Comunidad cristiana y el pie de la fe. El papa León 14 repitió lo que decía el papa Francisco a los Movimientos populares -como ustedes aquí presentes-: “Ustedes son los artesanos del cambio social que necesitamos”.

CONCLUSIÓN: ‘ESTO ES OTRO CANTAR’

Mi libro quiere ser el testimonio de esta historia de las CEBs con las Organizaciones sociales a lo largo de los 50 años que voy a cumplir en Ecuador. Este libro es la historia de ustedes, la palabra de ustedes, la vida y la fe que me enseñaron. Es la deuda que estoy pagando por todo lo que me regalaron. ¡Ojalá se sientan animados a continuar! Aquí no hay marcha atrás. Jesús de Nazaret lo decía: “Aquel que ha puesto la mano a este arado, no da marcha atrás”.

Gracias por su valentía, su fe y su amistad.

¡Adelante siempre para un Ecuador desde los pobres y donde quepamos todas y todos!

 

miércoles, 10 de diciembre de 2025

Artículos semanales de octubre de 2025

 

ARTÍCULOS DE OCTUBRE DE 2025

-        Ecuador:  Tristeza y dolor… por el asesinato de Efraín Fuérez

-        Comunicado de las CEBs en solidaridad con las CONAIE… apoyando su levantamiento.

-        ‘Te he amado’: Carta papal sobre los pobres… Extractos.

-        ‘Somos tierra, fuego y libertad’… según las palabras de una dirigenta indígena.

 

1.       ECUADOR: TRISTEZA Y DOLOR, Pedro Pierre

Muchos no quieren ver lo que está pasando en Ecuador: un país que se está hundiendo en la pobreza, la violencia, el racismo, la maldad contra los pobres y los más pobres que son los indígenas. Ya tenemos más de una semana de manifestaciones contra las medidas económicas y políticas del gobierno contrarias al bienestar y el progreso de gran mayoría de los ecuatorianos gracias a un presidente dictador.

Ya se acumulan los muertos entre los indígenas -dicen hasta 3-, los desaparecidos: varias decenas -es costumbre del actual gobierno-, los detenidos más de 100, los heridos ¿se sabrá cuántos? Todo esto por reclamar por sus derechos, por la defensa del medio ambiente, por los derechos civiles de las nacionalidades indígenas reconocidos en la Constitución, por leyes que fortalecen el neoliberalismo, la represión, el despojo de los ciudadanos, las privatizaciones, por -nuevamente- una consulta mañosa que aboga por bases militares extranjeras en Ecuador, la supresión de la ayuda gubernamental a los partidos políticos, la eliminación del Consejo de Participación y Control social quitando así poder a los ecuatorianos y cuántos beneficios más para los grandes ricos.

               ¿Han visto eso los que se fueron en dicho ‘convoy humanitario’? principalmente de militares, de noche, sin avisar, al lugar donde los militares acababan de asesinar a Efraín Fuerez, dirigente comunitario y padre de familia, en una zona con toque de queda, donde se cortó el internet y hasta la luz… y se congeló las cuentas bancarias de sus autoridades locales. Convoy acompañado -dicen- por el mismo presidente y 3 embajadores, entre ellos el nuncio del Vaticano, ¡los cuales se quejaron que les lanzaron piedras! ¿Y qué repartieron a la medianoche? ¿Bonos y cheques sin fondos, velas, agua bendita?

¿Conocían la realidad estos 3 embajadores o no la quisieron conocer o la quisieron distorsionar asumiendo el discurso gobiernista y la violencia militar? Protestaron por los militares retenidos: ¿17? y heridos ¿12? pero no por los indígenas… pero se olvidaron de nombrar a Efraín Fuerez y a los indígenas afectados. Escoltados por militares armados y un presidente indolente y mentiroso llamaron a la paz…  sin denunciar la violencia de “un sistema que mata” como denunciaba el papa Francisco. Llamaron al diálogo como en 2019 y en 2022, sabiendo como terminan estos diálogos aun con la presencia de obispo y religiosa.

               ¿En qué país estamos? ¿Dónde está la opción por los pobres de la Iglesia católica? ¿Dónde está la voz profética de los pastores y la presencia solidaria del clero? Un país se desangra, pasa hambre, no tiene atención médica, se ausenta de las aulas escolares, no puede estudiar en centros superiores, no encuentra empleo al nivel de 3 sobre 4, se muere por centenar en las calles, es extorsionado por miles y secuestrado por decenas… Los grandes medios de comunicación esconden estas realidades, proclamando el brillante ‘nuevo Ecuador’ que afirma el gobierno y su corte comprada.

               Todos somos cómplices y responsables de lo que está pasando en nuestro país, por eso todos tenemos algo que hacer. Al no hacer lo poco que nos corresponde aumentamos el desastre nacional actual. “Si eres neutro, ya has elegido el campo de los opresores”, decía el obispo sudafricano Desmond Tutu. ¡Cuán lejos está la voz de monseñor Leonidas Proaño o el testimonio de monseñor Oscar Romero, que el mismo papa Francisco calificó en Panamá de “modelo de obispo”!

               Terminemos con la oración de Mariola López, de España:

“Que la paz de Jesús esté contigo,

que puedas reconciliarte con lo que nunca estará logrado en tu corazón,

que tu presencia sea ´bendiciente’ para todos aquellos que encuentres;

que camines sin lastimar, que el cuidado de otras vidas te guíe.”

“Ojalá cada uno de nosotros lleguemos a ser hombres y mujeres bendecidos

con las ganas de vivir, como lo fue intensamente Jesús.

Que nuestras vidas se vuelvan, con él y en él,

cada vez más accesibles y sanadoras para otros.”

               Así sea.

 

2.      COMUNICADO EN SOLIDARIDAD CON LOS INDÍGENAS ECUATORIANOS, Pedro Pierre

Después de una reunión virtual del Equipo nacional de Coordinación de las CEBs (Comunidades Eclesiales de Base) y de delegados de los Equipos de 12 provincias de las mismas, hemos decidido publicar el siguiente comunicado en solidaridad con el paro nacional iniciado por la CONAIE (Confederación de las Nacionalidades Indígenas del Ecuador.

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C O M U N I C A D O   N A C I O N A L

 

“¡Pobres de aquellos que dictan leyes injustas

y ponen por escrito los decretos de la maldad!

Dejan sin protección a los pobres de mi país,

roban a los pequeños de sus derechos” (Isaías 10,1-2).

 

Las Comunidades Eclesiales de Base del Ecuador elevamos nuestra voz porque “clama la sangre de Abel y su grito llega hasta Dios desde la tierra que se ha abierto para acoger su sangre.”

Los indígenas son pacíficos porque viven el Bien Vivir y Convivir. Los indígenas son laboriosos porque proveen el Ecuador de alimentos. Los indígenas son dignos porque no saben odiar. Los indígenas son valientes porque resisten el colonialismo y el racismo. Los indígenas construyen el nuevo Ecuador porque dan la vida por un país plurinacional y pluricultural.

Dios nos dice: “Mira que te he ofrecido en este día el bien y la vida, por una parte, y, por la otra, el mal y la muerte. Pero si tu corazón se desvía y no escuchas, sino que te dejas arrastrar y te postras ante otros dioses, yo declaro que perecerás sin remedio.”

Lastimosamente los indígenas son los más empobrecidos por 5 siglos de despojo en la tierra que Dios les dio. Son golpeados y asesinados por reclamar pacíficamente sus derechos. Son humillados por los poderes civiles, militares y religiosos sin que encuentren solidaridad eficaz de los demás ecuatorianos. No logran vivir en paz por la codicia de los invasores que somos nosotros, consciente o inconscientemente.

Dios nos dice como a Caín: “¿Dónde está tu hermano?” Y nosotros como Caín contestamos: “¿Soy acaso el guardián de mi hermano?” Por eso andamos errantes y matándonos los unos a los otros sin que Dios pueda construir con nosotros su sueño de fraternidad y justicia.

En este paro nacional iniciado por los indígenas, con nuestra indiferencia, nuestro egoísmo y nuestra pasividad nos hacemos responsables de sus heridos, sus presos, sus desaparecidos y sus muertos. Dios nos pide y nos pedirá cuentas. Somos cómplices por haber elegido al actual presidente que ejecuta el sistema neoliberal el cual, como lo decía el papa Juan Pablo 2°, “hace a los ricos más ricos a costa de los pobres más pobres”, porque con nuestros impuestos pagamos las armas de los policías y de los militares que golpean y asesinan.

Estamos en una situación de sobrevivencia y de resistencia. No podemos aceptar las leyes que se están aprobando en la Asamblea Nacional porque atentan contra la vida y la soberanía nacional. No podemos aprobar consulta ni referendo que buscan cambiar la constitución para aumentar los privilegios y beneficios de los ricos. Tenemos que reconocer que hemos elegido a un mal presidente y por lo mismo actuar para corregir esta situación. “¡Lo peor está por venir!” si no ponemos remedios a nuestra vida cómoda e indolente.

Como cristianos en Comunidades nos hemos sentido llamados a asumir desde hace años lo que dijeron los obispos ecuatorianos en “Opciones Pastorales” (1980): Que las Comunidades Eclesiales de Base “(214). Asuman la misión profética de anunciar la Palabra y de denunciar lo que se opone al plan salvífico de Dios, participen en las luchas por los derechos de los pueblos, formando parte de las organizaciones populares con su responsabilidad personal propia, participen activa y críticamente de los procesos revolucionarios de América Latina.”

Nos confirmamos en la opción por los pobres que consiste en, según los obispos latinoamericanos reunidos en Puebla, México: “aceptar y asumir la causa de los pobres como si estuviéramos asumiendo nuestra propia causa, la causa misma de Cristo”.

Por todo eso nos adherimos a trabajar juntos por las propuestas de nuestros hermanos de la CONAIE (Confederación de las Nacionalidades Indígenas del Ecuador).

Denunciamos los grandes Medios de Comunicación social por mentirosos, manipuladores, enemigos que ocultan la verdad y propagan del odio entre ecuatorianos.

Reconocemos orgullosamente la sangre indígena que recorre nuestras venas y queremos fortalecer nuestra herencia ancestral de gentes pacíficas, laboriosas, dignas, solidarias y valientes.

Enraizados en los valores del Reino, nos comprometemos con todos los hombres y mujeres de buena voluntad a construir el Ecuador que nos merecemos: libre de dictadura, fraterno entre todos, solidario de los más pobres, equitativo en su economía y abierto a la trascendencia.

Nos despedimos como hermanas y hermanos junto a Jesús de Nazaret y a Nuestra Señora de Guadalupe que acompañan nuestra historia de fe y liberación integral.

Firmamos el Equipo de Coordinación nacional y los Equipos de Animación

de las Comunidades Eclesiales de Base de 12 provincias ecuatorianas.

 

3.      “YO TE HE AMADO”: Carta pastoral del papa León 14 sobre ‘el amor hacia los pobres’, Pedro Pierre

               El papa León 14 acaba de publicar una Carta apostólica sobre los pobres y la opción por los pobres. Retoma un borrador dejado el papa Francisco. Esta carta ha de representar la ‘hoja de ruta’ del papa León 14: Se trata de una continuidad con los caminos abiertos por el papa Francisco y su aporte personal relacionado con la Doctrina Social de la Iglesia iniciada por su predecesor el papa León 13; éste a finales del siglo 19 escribió su Carta “Nuevas situaciones” (Rerum novarum, 1891) sobre las inhumanas relaciones laborales de los obreros de aquella época.

               La Carta del papa León 14 llama la atención por su sencillez, su claridad y su contundencia. En una Iglesia mayoritariamente conservadora, es una verdadera hazana haberse atrevido a poner a los pobres y la opción por los pobres en el centro de la Iglesia. José Manuel Vidal de ‘Religión Digital’ de Madrid, España, calificó tal Carta de “revolución dulce del Papa sereno: ‘Dilexi te’ recoge en palabras de fuego una tradición de misericordia y denuncia, que hunde sus raíces en el Evangelio, en el magisterio latinoamericano y en la revolución de Francisco".

               He aquí unas cuantas frases claves de la Carta papal.

Ver la realidad escandalosa de la pobreza creciente

1. “El cambio de época que estamos afrontando hace más necesario reconocer que la realidad se ve mejor desde los márgenes y que los pobres son sujetos de una inteligencia específica, indispensable para la Iglesia y la humanidad. Sólo desde esta cercanía real y cordial podemos acompañarlos adecuadamente en su camino de liberación.

2. Las mujeres son doblemente pobres. Entre ellas encontramos constantemente los más admirables gestos de heroísmo cotidiano. La falta de equidad es la raíz de los males sociales.

3. A veces se percibe en algunos movimientos o grupos cristianos la carencia o incluso la ausencia del compromiso por el bien común de la sociedad y, en particular, por la defensa y la promoción de los más débiles y desfavorecidos.

Iluminarnos con la palabra de Dios y los documentos eclesiales

4. El cristiano no puede considerar a los pobres sólo como un problema social; éstos son una ‘cuestión familiar’, son ‘de los nuestros’.

5. La condición de los pobres representa un grito que, en la historia de la humanidad, interpela constantemente nuestra vida, nuestras sociedades, los sistemas políticos y económicos, y especialmente a la Iglesia.

6. No estamos en el horizonte de la beneficencia, sino de la Revelación; el contacto con quien no tiene poder ni grandeza es un modo fundamental de encuentro con el Señor de la historia.

7. No se puede amar a Dios sin extender el propio amor a los pobres. El amor al prójimo representa la prueba tangible de la autenticidad del amor a Dios. Son dos amores distintos, pero inseparables.

8. Cuando la Iglesia se arrodilla para romper las nuevas cadenas que aprisionan a los pobres, realiza su vocación más profunda. Amar al Señor allí donde Él está más desfigurado, se convierte en signo de la Pascua.

9. La Iglesia, si quiere ser de Cristo, debe ser la Iglesia de las Bienaventuranzas, una Iglesia que hace espacio a los pequeños y camina pobre con los pobres, un lugar en el que los pobres tienen un sitio privilegiado.

10. Los pobres son quienes nos evangelizan para que todos reconozcamos la misteriosa sabiduría que Dios quiere comunicarnos a través de ellos.

Actuar individual y colectivamente

11. Es preciso seguir denunciando la dictadura de una economía que mata y reconocer que mientras las ganancias de unos pocos crecen, las de la mayoría se quedan cada vez más lejos del bienestar.

12. Las estructuras de injusticia deben ser reconocidas y destruidas con la fuerza del bien, a través de un cambio de mentalidad, pero también con la ayuda de las ciencias y la técnica, mediante el desarrollo de políticas eficaces en la transformación de la sociedad.

13. Siempre debe recordarse que la propuesta del Evangelio no es sólo la de una relación individual e íntima con el Señor. La propuesta es más amplia: es el Reino de Dios.

14. La solidaridad es luchar contra las causas estructurales de la pobreza, la desigualdad, la falta de trabajo, de tierra y de vivienda, la negación de los derechos sociales y laborales. Es enfrentar los destructores efectos del Imperio del dinero. Es un modo de hacer historia y eso es lo que hacen los movimientos populares.

Conclusión

15. Ya sea a través del trabajo que ustedes realizan, o de su compromiso por cambiar las estructuras sociales injustas, o por medio de esos gestos sencillos de ayuda, muy cercanos y personales, será posible para aquel pobre sentir que las palabras de Jesús son para él: «Yo te he amado».”

               Ahora los cristianos no podemos decir: “No he sabido”. La fe va con el compromiso por una liberación integral. Eso fue el compromiso de Jesús, el mensaje de los primeros cristianos, el ejemplo de los innumerables mártires latinoamericanos, el testimonio de las Comunidades Eclesiales de Base y es el actual grito de los empobrecidos que son mayoría en nuestro país y nuestro continente. Hagamos realidad la esperanza de Dios, de los pobres y la nuestra también.

               Actualmente la solidaridad de los cristianos ecuatorianos con nuestros hermanos indígenas demuestra la solidez de su fe y la calidad de su seguimiento de Jesús de Nazaret. “El amor al prójimo representa la prueba tangible de la autenticidad del amor a Dios”, escribe el papa León 14.

 

“SOMOS TIERRA FUEGO Y LIBERTAD”, Pedro Pierre

 

Esa es la proclama de una mujer cañari en las protestas de la provincia de Azogues por el paro iniciado por la CONAIE (Confederación de las Nacionalidades del Ecuador): “Somos tierra, fuego y libertad”. Llama la atención que, en este paro, las mujeres indígenas son numerosas, valientes y protagonistas por su presencia activa y sus intervenciones claras y valientes. Es un nuevo discurso que se integra a las narrativas sobre todo de las redes sociales y medios virtuales de información alternativas. Este discurso vuele a las raíces ancestrales del pueblo ecuatoriano. ¿Cómo resuena en nosotros estas proclamas?

“Somos tierra”. Todos venimos de misma fuente: la tierra, la naturaleza, el cosmos. Ya lo decía el primer capítulo de la Biblia, el Génesis: “Entonces Yahvé Dios formó al hombre con polvo de la tierra; luego sopló en sus narices un aliento de vida, y existió el hombre con aliento y vida.” El ser humano somos tierra portadora del soplo de Dios, o de la Energía del universo, o del Misterio de la vida que todo lo sostiene. Ser tierra es ser vida, “tierra fértil” … significado del nombre indígena de nuestro continente: “Abya yala”. ¿Cómo nos identificamos los seres humanos? ¿Más como tierra o más como espíritu? De hecho, somos las 2 realidades: ‘tierra fértil’, tierra madura, tierra habitada por el Espíritu del universo… llamados a desarrollar armoniosamente estas 2 dimensiones, la una material y la otra espiritual. Tenemos que discernir nuestras debilidades: a veces somos demasiados materialistas y otras veces demasiados espiritualistas. Juntos en comunidades, tenemos que encontrar gracias al apoyo mutuo el equilibrio en estos 2 polos para ser felices individual y colectivamente y en comunión con la trascendencia del universo. Tenemos que, juntos en comunidades, descubrir también cuales son los impedimentos personales, colectivos, económicos, estructurales que nos detienen en nuestro crecimiento, nuestro convivir y nuestra felicidad… para ser verdaderamente ‘tierra madura y fértil”, es decir tierra viva y útil para los demás y para la misma naturaleza.

“Somos fuego”. Todos estamos habitados por una energía que nos ha sido regalada por la naturaleza y el cosmos. Este fuego es el espíritu que nos mueve, es la espiritualidad que es una dimensión indispensable en desarrollo de toda vida. Es la conciencia de nuestra dignidad, es decir del valor que representamos: somos dignos cuando crecemos corporal, mental, colectiva y espiritualmente. Somos un dinamismo en desarrollo permanente: desarrollo personal en salud -cuerpo sano en mente recta-, desarrollo social mediante la convivencia armoniosa -equidad, colaboración, creatividad-, desarrollo espiritual mediante la comunión con el Misterio de la vida y del amor que anida en cada uno de nosotros. Todo eso es fuego, espíritu, energía, dinamismo, espiritualidad que nos habitan y que nos pueden quedar apagados, dormidos, marginados.

“Somos libertad”. Todos llevamos en nosotros un horizonte que nos llama a alcanzar más libertad. La libertad es el resultado de muchas liberaciones. La libertad nos llama a liberarnos de todo lo que nos ata, limita, domina, detiene y mata. Nuestra vida en definitiva es una lucha permanente para más libertad, más crecimiento. El egoísmo nos limita a pensar sólo en nosotros de manera individual; el egoísmo nos lleva al individualismo y a la pasividad: nos detiene corporal, mental y espiritualmente. El afán de acaparar nos llena de cosas materiales y de poderes personales; limita nuestra necesaria dimensión comunitaria porque nos construimos juntos los unos con los otros. Nos cerramos a la equidad, es decir quitamos a los demás el derecho a tener lo necesario para vivir dignamente. Nos encerramos el poder dominador poniendo a los demás al servicio nuestro. Creemos que la fama es lo máximo creando cánones de belleza vacíos, desconociendo que todos somos ‘un milagro de la naturaleza’. Nuestro valor depende del valor de nuestra libertad y de las permanentes liberaciones de lo que destruye nuestra dignidad personal, nuestra convivencia armoniosa, nuestra comunión con el misterio que nos habita y con   el espíritu que mueve el universo. Somos una creación permanente y una construcción constante a la que se nos invita a participar consciente y activamente. Este es el horizonte de nuestra libertad: la capacidad de ser yo siendo nosotros en comunión con la naturaleza y el universo.

Así entendí personalmente el grito de este indígena cañari: “Somos tierra, somos fuego, somos libertad”, el grito de su identidad pisoteada, el grito de su pueblo perseguido, apaleado, baleado. Quien desarrolla esta espiritualidad difícilmente puede resignarse y ser vencido. Despertemos este espíritu que anida en nuestra sangre común, en nuestras voces fraternas, en nuestras luchas mancomunadas…. Y seremos invencibles para construir el país que nos merecemos, un país “de tierra madura, de fuego inextinguible y de libertad” que se construye paso a paso y siempre juntos los unos con los otros.

 

Nota. Respuesta de Lourdes de México: “Somos eso y más: Somos el sueño de Dios.”