viernes, 31 de diciembre de 2021

La misión en una Iglesia sinodal

M U E R T E   Y   R E S U R R E C C I Ó N   D E   L A   M I S I Ó N

Sinodalidad  y pluralismo  religioso

Guayaquil, texto de 2010 revisado en 2021. Pedro Pierre.

CONTENIDO

INTRODUCCIÓN

A. CAMBIO DE ÉPOCA

  1. El fin de un mundo

-        Fin del 2º milenario de la era cristiana

-        Fin de la era agrícola

-        Fin de las religiones agrícolas

-        Fin de la religión católica tradicional

  1. El amanecer de una nueva tierra

-        Novedades sociales y culturales

-        Novedades religiosas y eclesiales

B. MISIÓN SIEMPRE NECESARIA, PERO GRANDEMENTE RENOVADA

  1. Clarificar la tarea misionera

-        Utilización de la violencia

-        Práctica de la esclavitud

-        Satanización de las religiones indígenas

  1. El ejemplo de Jesús y de los apóstoles

-        Jesús, modelo de todo misionero

-        Los apóstoles y discípulos con los no-judíos

  1. Todas las religiones necesitamos purificarnos

-        Lo que hay que dejar de hacer

-        Lo que sí, vamos a hacer

-        Sí, hay que dar razón de nuestra fe

CONCLUSIÓN

  1. La misión está en todas partes
  2. La misión con las otras religiones
  3. Dios nos llama a ‘ir mar adentro’

Breve bibliografía

INTRODUCCIÓN

¿Cómo ser atentos a ‘los signos de los tiempos’ que hoy son señales y llamados de Dios? Las crisis actuales que tocan lo más hondo del ser humano, de las sociedades y de las Iglesias y Religiones, no pueden dejarnos indiferentes… porque nos podemos quedar a la vereda del camino de la vida, del mundo y de la fe.

Desde varios años, libros y revistas están replanteando el sentido de la fe, de las religiones y de las Iglesias. Esto no puede dejar inalterada la manera de concebir y realizar la misión cristiana de ahora en adelante. Vamos a tratar de comprender:

-        El cambio de época que se está dando en los últimos decenios,

-        El sentido de la crisis que está tocando a todos los niveles de la vida humana,

-        Los cuestionamientos religiosos y cristianos que esto nos plantea, y, por lo mismo,

-        Los caminos nuevos que se están abriendo, en particular para la misión.

  parte :  CAMBIO  DE  ÉPOCA  O  NUEVA  ERA.

El cambio de milenario aparece como más que un cambio de números… Se presenta como un cambio de época o sea, un cambio de sociedad. De ahí provienen nuestras dificultades, ya que estamos pisando un terreno desconocido. Durante varios milenarios no se había dando los cambios que se están produciendo en los 50 últimos años… Estos cambios son el signo de grandes y positivas novedades.

A. EL FIN DE UN MUNDO, o sea de una manera de vivir y creer.

  1. El fin del 2º milenario de la ‘era cristiana’

      Primero, notemos que el “calendario occidental’, que fue fijado con la venida de Jesucristo, es válido sólo para los países ‘occidentales’ o bajo la influencia del Occidente (Europa, las Américas, África…). Los musulmanes y los asiáticos tienen sus propios calendarios.

      Este nuevo milenario ocurre en medio de grandes cambios. Los Indígenas y los Asiáticos hablan no de nuevo milenario, sino de ‘nueva era’. Por primera vez, estos cambios tienen una dimensión planetaria. Se dan principalmente por el fenómeno de las comunicaciones. Se trata no sólo de los transportes que nos permiten viajar rápidamente a cualquier lugar de nuestro mundo, sino sobre todo de las comunicaciones electrónicas que permiten al instante hacernos presentes en lugar y con personas de todo el planeta. Los que más se benefician de esta nueva posibilidad no son solamente los medios de comunicación, sino sobre todo los banqueros y los financistas. Estos buscan la manera de hacer un mundo que multiplique sus ganancias sin preocuparse de los costos para los demás y para la naturaleza.

      Esta situación plantea el desafío de una ética también mundial y no sólo ‘cristiana’, o sea, limitada al ‘Occidente’. Asistimos al fin de la era cristiana, ya que, cada vez más, el cristianismo pasa a ser una religión más entre las grandes religiones, en particular entre las asiáticas.

  1. El fin de la era agrícola

      La era agrícola está llegando a su fin, después de 7,000 años de existencia. Esto ya es patente en los países industrializados. En Francia, por ejemplo, en los últimos 50 años los 40% de su población agrícola se ha reducida al 4%. En los países de América Latina, y Ecuador en particular, se está dando el mismo fenómeno. La agricultura tradicional ha fenecido: ¿Qué va a pasar con la población campesina? Es más, estamos entrando en la agricultura ‘industrial’ que poco o casi nada tiene que ver con la agricultura tradicional. Ésta era casi totalmente manual: La generación actual es la última que la practica así.

      Por esta razón todo lo que está ligado a esta ‘cultura agrícola’ - en particular la religión - está desapareciendo… o pasa a ser cosa del pasado, historia de ‘tiempos idos’. Por eso también se dan la ruptura entre una generación a la otra y la dificultad de entenderse entre padres e hijos.

  1. El fin de las ‘religiones agrícolas’

      Las grandes religiones actuales nacieron y se desarrollaron durante esta era agrícola, es decir, en los 7 milenios pasados. Se fundamentaron en los valores, criterios, mitos y esquemas de la era agrícola. Por esta razón estas grandes religiones están bastante ligadas a la naturaleza. Ésta era considerada como la ‘Madre’ cercana que nos alimenta y la ‘Diosa’ omnipotente que, a la vez, nos cobija y nos domina. La tecnología ha sustituido esta visión. Ahora, no solamente se puede dominar la naturaleza vegetal, animal y humana, sino que también se la puede modificar genéticamente y destruirla despiadadamente. Se socava así las bases del conocimiento, las relaciones con la naturaleza, las bases de la cultura y los fundamentos simbólicos de las religiones.

      Por eso se están dando cambios radicales, que llegan a la identidad de la cultura actual y de las religiones que se edificaron sobre esta cultura. No es que la generación actual no es religiosa; lo es de otra manera. Entonces se da la crisis del catolicismo, que nació con Abraham hace unos 3,500 años. No se trata de una crisis secundaria, es una crisis fundamental, o sea de sus fundamentos: Sus bases ‘agrícolas’ ya no funcionan para la generación actual: No captan su sentido. Pero no por eso pierde validez la persona y el mensaje de Jesucristo, sino que necesitan ser traducidos, reexpresados en las categorías de la nueva era en la que estamos entrando.

  1. El fin de la religión católica tradicional

a).  La cristiandad estable. Hasta el siglo 19, nuestra religión católica no había cambiado mucho desde el tiempo del emperador romano Constantino (siglo 4º). Más bien buscaba consolidarse como fortaleza inquebrantable: Crecía geográficamente, confirmaba sus dogmas, fortalecía su autoridad, soñaba de ser la única religión universal… llegando a afirmar: ‘¡Fuera de la Iglesia no hay salvación!’ (Concilio Vaticano 1º, 1869).

b).  Los primeros cambios. Estos se dieron con la expulsión de los Protestantes (Lutero, Calvino, Huss) en el siglo 15, que proclamaron la Biblia como único fundamento de la fe cristiana, mientras que para los católicos la Biblia había pasado en el 3º o 4º lugar. A partir de este entonces se dio una nueva lectura de la Biblia y una nueva manera de entenderla. En el siglo 19, con la ayuda de las ciencias modernas (antropología, sociología, sicología, arqueología…), los estudios bíblicos comenzaron a modificarse y multiplicarse en todas las Iglesias cristianas: Católicos, Protestantes, Ortodoxos, Anglicanos… En el siglo 20, se ha abandonado una lectura literal de la Biblia y se descubre que los acontecimientos bíblicos no son del todo históricos, ni que las palabras puestas en la boca de Jesús fueron pronunciadas de esta exacta manera por él… La arqueología reconoce la validez de la Biblia, pero restablece la realidad histórica que la Biblia interpreta desde un sentido religioso: Esta quiere transmitir primero un mensaje de fe a partir de una realidad histórica difícil de recomponer sin la arqueología.

Entonces se empieza a preguntarse cómo fue la realidad histórica de Jesús. Si el Nuevo Testamento nos transmite las interpretaciones de unas comunidades cristianas, conocemos cómo entendieron la fe en Jesús, su seguimiento, el sentido de sus palabras y de su ejemplo. Y se plantan muchas preguntas sobre el mismo Jesús: ¿Cómo saber cuáles fueron las palabras originales de Jesús? ¿Cuál fue su pensamiento inicial? ¿Cuáles fueron exactamente sus orientaciones personales? ¿Cuál era la fe de Jesús? ¿Qué conciencia tenía de sí mismo?…

c).  El redescubrimiento del Jesús histórico. Este Jesús histórico se descubre durante todo el siglo 20. Y uno se sorprende de la ausencia de su ministerio público en nuestra primera profesión de fe: El credo del Concilio de Nicea (325) quedó mudo sobre la vida de Jesús como ‘Profeta del Reino’… El Concilio Vaticano 2º, al abrir la puerta de la opción por los pobres, permite escuchar la voz de los cristianos pobres y su manera de entender la Biblia y la misma persona de Jesús. En América Latina, la teología de la liberación sistematiza estas ‘revelaciones’… que no dejan de sorprender por su verdad y novedad.

-        Toda la Biblia es reinterpretada en un sentido más histórico y no sólo como un libro exclusivamente espiritual y moralista. El Éxodo, los Profetas y los Sabios recobran vida y sentido para confrontar la realidad actual. Pero las grandes novedades se refieren a Jesús histórico, buscando llegar a lo más esencial de su mensaje y de su misión.

-        El Reino aparece como el eje de todo su mensaje, de toda su vida y el motivo de su muerte. Citada 122 veces en los Evangelios, la palabra ‘Reino’ está puesta 99 veces en los labios de Jesús: Es la palabra que más empleó. Recordemos la más radical: “Busquen primero el Reino de Dios y su justicia…” (Mateo 6,33).

-        Los portadores y protagonistas naturales del Reino son los pobres (Lucas 6,21) y ‘los que tienen el espíritu de los pobres’ y optan por su causa (Mateo 5,3). Estos hacen realidad en la historia de hoy el proyecto de Dios encarnado por Jesús.

-        Jesús antepone la misericordia y la justicia al culto: Eso es la ‘verdadera y perfecta religión’ afirma el apóstol Santiago (1,27). El culto está al servicio de la misericordia y la justicia, y las celebra como signos y anticipación del Reino.

-        La práctica de la justicia y de la misericordia fue la razón de ser de las primeras comunidades cristianas. Simbolizan su realización en la fracción del pan, signo y compromiso del compartir y de la igualdad.

-        Jesús inauguró el Reino, y las primeras Iglesias cristianas se pusieron a su servicio. “El Reino es lo único absoluto, el resto es relativo” (Papa Pablo 6º, 1975). Al casarse con el imperio romano (Constantino, siglo 4), la Iglesia católica se fue olvidando de esta su primera misión y, en adelante, insistió más sobre el valor de la institución, la importancia de los dogmas, la fuerza de la autoridad, las obligaciones morales…

Frente a toda esta situación, nuestra Iglesia está invitada a volver a las fuentes de la fe, al proyecto de Jesús, a la cercanía de los pobres y sus opciones. El desafío es cómo expresar hoy el mensaje tan original de Jesús, en una fidelidad creativa y comprensible.

B. EL AMANECER DE UNA NUEVA TIERRA

Todo cambio se prepara y se da en varias etapas… La era agrícola se está terminando mientras ya está comenzando la nueva era: ‘post-industrial, tecnológica y post-religiosa…’. Es como el amanecer: La noche deja paso el día poco a poco. ¿Cómo será esta nueva era? Todavía no se sabe, pero ya se están dando novedades al nivel social y cultural, como también al nivel religioso y eclesial. Por todas partes, hay grandes críticas y novedosas alternativas contra la globalización neoliberal que pone en primer lugar las ganancias ilimitadas, sin control ni responsabilidades sociales o ambientales, a costa de la explotación de las personas, el saqueo de los bienes comunes y la destrucción inmisericorde de la naturaleza.

  1. Novedades sociales y culturales

a).  La defensa de la vida. En los últimos decenios se han dado grandes manifestaciones y grandes logros a favor de la vida, tanto de la naturaleza como de los seres humanos.

-          Defensa de la naturaleza: ¡Cuántas organizaciones locales, nacionales, continentales y mundiales están activas a favor de la protección de la naturaleza! ¡Cuántas reuniones, cuántos foros, cuantas acciones están creando una nueva conciencia para la protección de la tierra! Nos estamos acordando de lo que dijo Dios en el Génesis a propósito de la creación: ‘¡Cultívenla y cuídenla!’ (2,15).

-          Defensa de los derechos humanos: Después de la 2ª guerra mundial en 1948, se acordó una carta mundial para el respeto y la promoción de los derechos humanos. Luego tuvo lugar la declaración de los Derechos de los Pueblos (Argelia, 1976). Recientemente (2018), en la ONU (Organización de las Naciones Unidas) se está preparando una declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas… Igual que con la naturaleza, ¡cuántas organizaciones y cuántas acciones a favor de los derechos humanos!

b).  Valorización de las culturas: La TV está en manos de unos pocos empresarios de negocios y se ha transformado en la ‘vitrina del consumismo’ muchas veces inútil y dañino. Frente a su dominio cada vez mayor, los pueblos están desarrollando resistencia para preservar y promover sus culturas, muchas veces milenarias, pregonando como los Indígenas de nuestro continente, la ‘unidad en la diversidad’, simbolizándola con la bandera del arco iris.

c).  Mundialización de los Foros Sociales: En el año 2001, las organizaciones sociales de los países empobrecidos comenzaron a auto-convocarse en Brasil (Puerto Alegre), para compartir anualmente sus experiencias, sus luchas y sus sueños a favor de ‘Otro mundo posible’, con un éxito creciente cada año más.

d).  Manifestaciones mundiales contra las guerras: Con la invasión de Irak (2003) por el ejército norteamericano, nunca antes hubo en todo el mundo y particularmente en Estados Unidos, tantas y tan grandes manifestaciones de desaprobación.

e).  Nuevos escenarios para América Latina: Los gobiernos de Venezuela, Brasil, Bolivia, Uruguay, Ecuador, Nicaragua, Panamá y de alguna manera Argentina y Chile, con su acercamiento a Cuba, componen un panorama nuevo. Ya está claro que el neoliberalismo ha fracasado en el continente para reducir la pobreza; más bien ha acentuado las desigualdades entre ricos y pobres, además del saqueo de nuestras materias primas y la destrucción del medio ambiente. Las propuestas venezolanas encuentran cada más eco: Integración e independencia latinoamericanas. Por eso van haciéndose camino el BANSUR (Banco del Sur), el ALBA (Alternativa Bolivariana para las Américas, para contrarrestar los Tratados de Libre Comercio - TLC - promovidos por Estados Unidos), TELESUR (Televisión Suramericana), UNASUR (Unión de las Naciones Suramericanas)...

2.   Novedades religiosas y eclesiales

-        El gran acontecimiento del Concilio Vaticano 2º. Tuvo lugar en Roma de 1962 a 1965, con el Papa Juan 23, para actualizarla Iglesia y ponerla al servicio de un mundo mejor, siendo “una Iglesia servidora y pobres”. Además de protagonizar grande cambios internos, abrió la Iglesia católica a solidarizarse con los anhelos, las esperanzas y las luchas de los pueblos en particular de los pueblos pobres. También reconoció la validez de las grandes religiones, rompiendo con el encerramiento y la intolerancia católica.

-        Los encuentros de oración de los grandes líderes religiosos por la paz. El Papa Juan Pablo 2º inauguró en Asís, Italia (1986), una serie de encuentros de oraciones por la paz con los líderes de las grandes religiones mundiales, abriendo así el ecumenismo (limitado a la Iglesias cristianas) al ‘macro-ecumenismo’ (ecumenismo entre todas las religiones).

-        El desafío del pluralismo religioso. Los grandes cambios culturales, eclesiales y religiosos nos han abierto los ojos sobre la riqueza de las demás religiones. Los intercambios han permitido relegar en el pasado afirmaciones erróneas como ‘¡Fuera de la Iglesia (católica) no hay salvación!’. Se ha descubierto que todas las religiones son, a la vez, un camino de Dios hacia los pueblos y un camino de los pueblos hacia Dios. Nuestro común Dios es el Dios de los nombres y de los caminos múltiples. Se está llegando a reconocer que todos los pueblos son ‘elegidos’ por Dios, todas las religiones son ‘verdaderas’ y que cada persona bien puede ‘salvarse’ en su religión.

-        La Iglesia de los Pobres. América Latina, principalmente con las CEBs (Comunidades Eclesiales de Base), ha logrado concretar el sueño del Papa Juan 23 de que ‘la Iglesia sea la Iglesia de los pobres’, preocupación confirmada por el Papa Juan Pablo 2º. Esta Iglesia de los Pobres se ha ido abriendo espacio en medio de persecución tanto externa, con sus numerosos mártires, como interna. Tiene su teología – la Teología de la Liberación – que ha encontrado eco en todos los continentes... Monseñor Oscar Romero afirmó: ‘¡Fuera de los pobres no hay salvación!’.

      Todas estas novedades tienen un impacto muy fuerte al interior de las Iglesias cristianas y las obligan a repensar su teología para responder a los desafíos que se les plantea. ¿Cómo las estructuras eclesiásticas van a ser más abiertas para permitir una mayor participación de los seglares, en particular de las mujeres? ¿Cómo se va a lograr una nueva expresión de los dogmas cristianos para que puedan ser comprendidos por las nuevas generaciones? ¿Cómo plantearse con entusiasmo y creatividad una nueva concepción y un nuevo método de misión? Es este último punto que vamos a desarrollar a continuación.

 2ª parte: MISIÓN SIEMPRE NECESARIA, PERO GRANDEMENTE RENOVADA.

            No podemos ir a un país sin conocerlo y conocerlo desde dentro, desde su cultura y su historia. Para conocerlo de verdad y no como meros turistas, es decir superficialmente, hay que hablar su idioma y, a veces, sus idiomas. Así podremos fraternizar, dialogar, enriquecernos mutuamente. No podemos ir a un país a llevarle la Buena Nueva de Jesucristo sin conocer primero su cultura ni su religión. Sería una falta de respeto y un atropello –como tantas veces ha sucedido y está todavía sucediendo–, tanto a nuestra religión como a la de ese país. Hay que entrar en su cultura y hacernos mendigos de su sabiduría y de las riquezas de su religión para tener el derecho de hablar de la nuestra.

El Concilio Vaticano 2º, al afirmar la presencia de ‘semillas del Verbo’ y de ‘verdades divinas’ en las grandes religiones, nos desafía a saber reconocerlas, valorarlas y respetarlas. En cuanto a la misión, el Concilio nos abrió un camino nunca pisado antes, planteándonos nuevos objetivos y nuevo retos.

-        Ya no se va a la misión primero para ‘convertir a paganos’ ni ‘plantar inmediatamente iglesias’.

-        La misión está al servicio de la humanización de las personas, la dignidad de los pueblos y el respeto de su cultura.

-        Si se va a misionar, es para reconocer la presencia de Dios en estos pueblos, en estas culturas y en sus religiones, y para hacerla crecer, pero según la manera de ser de ellos y no según la nuestra.

Todas estas novedades nos obligan, con anticipación, a:

1.      Reconocer nuestras fallas como Iglesia católica en la tarea misionera, afín de no repetirlas,

2.      Profundizar la práctica misionera de Jesús y de sus apóstoles y

3.      Sacar conclusiones que orienten nuestra forma de ser y actuar, de creer y hablar.

A. CALIFICAR LA TAREA MISIONERA

            No se trata aquí de condenar misioneros/as, congregaciones e Iglesias, porque… hubiéramos actuado de igual manera. Con el paso del tiempo y el crecimiento de la fe y de las ciencias, podemos criticar palabras, actuaciones, maneras de proceder que no fueron conformes con la dignidad humana y al Evangelio. Hay que criticarnos y también pedir perdón tal como lo hizo varias veces el Papa Juan Pablo 2º, porque hay fallas del pasado a corregir y no repetir

1.   La utilización de la violencia

-        Se ha hablado suficientemente, en la evangelización de nuestro continente. de la unión entre ‘la cruz y la espada’ y los muertos por resistir a ser bautizados fueron innumerables.

-        Ahora lamentamos la destrucción sistemática de gran parte de las culturas existentes en nuestro continente. Tal vez por esto, el mundo mestizo, identificándose más con su origen español que con sus raíces indígenas, no ha elaborado todavía su identidad.

-        Añoramos los templos religiosos derribados porque fueron catalogados de ‘demoníacos’… y hoy son los lugares más protegidos y visitados. Añoramos las bibliotecas quemadas, patrimonio de la humanidad perdido para siempre…

-        Condenamos la imposición de nuevos idiomas a los pueblos conquistados y nuevos apellidos a las personas por los distintos países de Europa y todavía unos siguen ‘colonias’ de metrópolis europeas (Francia, Holanda, Inglaterra…).

     Recordemos que, en el Perú, por la visita del Papa Juan Pablo 2º en 1984, un Indígena, delegado de varios pueblos nativos, le devolvió la Biblia, diciéndole que su predicación había hecho demasiados daños por estas tierra y que quienes más la necesitaban eran los mismos cristianos.

2.  La práctica de la esclavitud por parte de las instituciones religiosas

-        El Papa Juan Pablo 2º calificó de ‘verdadero holocausto’ la trata de los Negros –varias decenas de millones en 4 siglos– desde África, vía Europa hacia nuestro continente: ¡Hasta 70 millones! El terrible ‘triángulo de la muerte’.

-        Sabemos que, en Ecuador, unas congregaciones religiosas eran las instituciones que más esclavos tenían: Los Negros del Chota son una muestra de esta realidad vergonzosa. Grandes haciendas conservan hoy los cepos de la vergüenza donde se solía castigar a los Indígenas como animales, hace sólo unos 50 años.

     La actual discriminación de los Negros es un fruto amargo de esta época, que no se ha logrado extirpar del todo. Y la expresión ‘Pueblo Negro’ es todavía bien poco utilizada entre nosotros, mientras que el calificativo de ‘negro’ se escucha casi a diario muy despreciativamente. Demos un solo ejemplo: ‘Aguas negras’, en vez de ‘aguas servidas’. Y recordemos que el diputado negro asesinado Jaime Hurtado proclamó ¡‘día negro’ aquel día en que sintió que había logrado lo más grandioso de su vida!

3.   La satanización de todo lo religioso indígena

-        Esta satanización fue la justificación de las masacres de pueblos enteros, de las torturas infligidas a sus representantes, de las violencias destructoras contra personas y bienes, de la esclavitud secular, de la discriminación… Los Indígenas eran ‘presos y poseídos’ del diablo del que había que liberarlos, hasta con la muerte, es decir, el asesinato, para que ‘ganaran la vida eterna’. ¡A qué monstruosidades se llegó!

-        Hoy todavía llamamos ‘brujos’ a los Indígenas curanderos –conocedores de una medicina milenaria–, a los shamanes, es decir a los sacerdotes y sabios de sus religiones.

      Pregunta: ¿Por qué no hemos aumentado en nuestros pesebres la presencia de un 4º mago, representante del continente Abya Yala? ¿Nos da vergüenza culpable poner a un shamán, a un Indígena? ¡Felizmente se van multiplicando los pesebres indígenas y son los magos extranjeros (blanco-europeo, negro-africano y amarillo-asiático) que vienen a visitar al Niño Dios Indígena! Los tiempos están cambiando… aunque, en los primeros tiempos de la colonización, el obispo Bartolomé de las Casas, principalmente en México, estaba abriendo el camino que hoy estamos confirmando y ampliando. Entre nosotros, Monseñor Leonidas Proaño, obispo de Chimborazo fallecido en 1988, nos ha dejado un testimonio vivo de evangelización ‘inculturada’, es decir, respetuosa de los Indígenas.

B. EL EJEMPLO DE JESÚS Y DE LOS APÓSTOLES Y DISCÍPULOS

            Vamos a darnos cuenta que hay páginas de la Biblia que hemos descuidado y olvidado. ¿Cómo fue Jesús en cuanto misionero? ¿Cómo actuaron los apóstoles y discípulos con los no judíos? Veamos unos pocos ejemplos.

1.      Jesús, modelo de todo misionero

      Jesús será siempre para nosotros la referencia fundamental, pero no la única, ya que Dios tiene sus profetas, sabios y sacerdotes en las demás religiones que el mismo ha deseado y bendecido.

a).  El gran ejemplo de ‘la caminata a Emaús’ (Lucas 24,13-35) que los obispos latinoamericanos, reunidos en Santo Domingo (República Dominicana, 1992), nos comentaron novedosamente. Son 4 los pasos de toda misión ‘a la manera de Jesús’.

-        El tiempo de la amistad: Jesús se hace uno más, camina, se acerca, pregunta, escucha. Se hace amigo y compañero de camino. El primer paso de la misión es la amistad sincera, discreta y respetuosa.

-        El tiempo de la palabra: Luego Jesús, partiendo de los conocimientos que tienen los 2 discípulos de la Biblia, les explica paso a paso el sentido de la fe y del proyecto de Dios. Segundo paso de la misión: la palabra sencilla e iluminadora.

-        El tiempo del compartir: Es la 3ª etapa de la misión. Compartir no sólo espiritual, sino también material, con el entrar en la casa, el sentarse a la mesa y el comer juntos. Notemos que es solamente después de la amistad, la palabra y el compartir que los 2 discípulos reconocieron a Jesús. La misión es siempre un largo proceso.

-        El tiempo de la celebración: Al regresar a Jerusalén, los 2 discípulos de Emaús y los apóstoles reunidos cuentan sus experiencias con el Resucitado y proclaman colectivamente su fe, siendo éstas las 2 bases de toda celebración. Ese es el 4º paso de la misión.

      Que estas 4 etapas guíen todo nuestro quehacer misionero. Ver Documento de Santo Domingo: Mensaje 14-27.

b).  Jesús y la mujer samaritana (Juan 4,19-26)

-        En el pueblo de Palestina, los Samaritanos eran considerados ‘herejes’ (infieles) por los Judíos de Jerusalén, a causa de una separación que había ocurrido siglos antes. “Se sabe que los Judíos no tratan con los Samaritanos” (4,9).

-        Jesús supera esta realidad de quien es ‘fiel’ y quien es ‘infiel’. La parábola de buen samaritano es un ejemplo patente (Lucas 10,25): Es el que cumple con la ley y no el sacerdote ni el levita, pilares de la religión judía.

-        Con la mujer samaritana, más todavía: Jesús supera toda religión particular: “Los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad… tal como él mismo los quiere” (4,23-24).

Tal vez Jesús nos quiere manifestar que lo importante no es tanto la religión sino la ‘espiritualidad’ y la coherencia de vida (‘la verdad’ que Jesús resume en ‘la misericordia, la justicia y la fe’ Mateo 23,23). Jesús vino para el Reino y para todos los que buscan vivirlo, para confirmarles que están haciendo lo que Dios quiere. Entones preguntémonos: ¿Cuál es la mejor manera de vivir el Reino? ¿Qué es lo estricto necesario para vivir el Reino? ¿Hasta qué punto necesitamos de religiones establecidas, de instituciones inamovibles, de normas intocables, templos y ministros sagrados?

 

c).  Jesús y la mujer extranjera (Mateo 15,21-28).

-        Aquí Jesús toma la iniciativa de ir a tierras extranjeras de ‘Tiro y Sidón’. Y se encuentra con ‘una mujer cananea’.

-        Luego de un diálogo probatorio, Jesús se admira de su fe: ‘¡Mujer, qué grande es tu fe!’ (15,28).

      Para Jesús, la fe en Dios no se limita al pueblo judío, sino que traspasa las fronteras.

2.      Los apóstoles y discípulos con los no-judíos

      Vamos a seleccionar sólo 3 acontecimientos: Con Pedro, con Pablo y con el Concilio de Jerusalén, que tratan todos de la apertura y de la novedad que representa la Buena Noticia de Jesús a los no judíos.

a).  Pedro y Cornelio, el centurión romano (Hechos 10,1-47).

-        Es el Espíritu que invita a Pedro a ir donde Cornelio, un capitán romano, porque “Dios me ha manifestado que no hay que llamar profano a ningún hombre ni considerarlo impuro… Dios no hace diferencia entre las personas. En toda nación mira a con benevolencia al que teme a Dios y practica la justicia” (10,28,34-35).

-        La novedad que sigue es ‘cuando el Espíritu Santo bajó sobre todos que escuchaban la Palabra’ (de boca de Pedro. 10,44). Por eso Pedro los bautizó.

Aquí descubrimos que las leyes judías no son necesariamente válidas para los nojudíoes, y que el Espíritu Santo no limita su acción a un pueblo específico.

b).  El Concilio de Jerusalén (Hechos 15,22-34).

-        Se dio esta reunión entre apóstoles y discípulos por aclarar si era necesario imponer las leyes judías a los no judíos que se convertían a Cristo. Pablo era el apóstol de los nuevos convertidos y no sentía la necesidad de que practiquen leyes judías.

-        La conclusión de la Asamblea (primer concilio de la Iglesia) reza lo siguiente: “No debemos complicar la vida a los paganos que se convierten a Dios” con leyes judías (15,19). Y esto quedó escrito con la siguiente justificación: “Fue el parecer del Espíritu Santo y el nuestro…” (15,28).

Llama la atención este reconocimiento que las leyes son para un pueblo determinado y una comunidad particular y que ese pueblo y esa comunidad no pueden imponerlas sin más a los demás pueblos y comunidades.

c).  Pablo y los Griegos de Atenas (Hechos 17,22-34).

-        Pablo llegaba por 1ª vez al continente europeo. Y había preparado muy bien su discurso: “Veo que son personas sumamente religiosas” (17,22).

-        Además Pablo confirma lo que “dijeron algunos poetas suyos: Somos también del linaje de Dios. En realidad, Dios no está lejos de cada uno de nosotros, pues en él vivimos, nos movemos y existimos” (15,28).

Podemos concluir, por una parte, que Dios está cerca de todos los pueblos y, por otra, que la comunión religiosa con Dios es de todos los pueblos mediante su propia religión.

C. LAS BASES DE UNA MISIÓN GRANDEMENTE RENOVADA

            En los últimos decenios, grandes cambios se están produciendo en nuestra Iglesia. Los intercambios entre Iglesias y Religiones obligan a actualizar muchas cosas en nuestra Iglesia, en particular con todo lo relativo a la misión. Veamos.

  1. Unas nuevas afirmaciones son cada vez más aceptadas en la Iglesia católica

a).  Todas las religiones son ‘reveladas’. Nos creíamos el ‘único pueblo elegido por Dios’… cómo si fuéramos los mejores, los únicos privilegiados, tal como pasa cuando desconocemos a los demás e idolatramos lo nuestro. Dios ama igual a todos los pueblos y a todos se revela de manera particular, acorde a su historia y cultura. Por consiguiente, los Libros Sagrados de todas las religiones son ‘Palabra de Dios’; los fundadores y los profetas de estas religiones son ‘enviados de Dios’, son sus ‘Mesías’.

b).  Todas las religiones son ‘verdaderas’. Es una 1ª consecuencia de la afirmación anterior. Ninguna religión es capaz de expresar plenamente a Dios. Cada una tiene su talante para describir mejor un aspecto o unos aspectos de Dios. Dios ha querido esta multiplicidad de religiones para expresarse más adecuadamente mediante la unión de las verdades presentes en cada una de las religiones. Nos necesitamos unas a otras para poder comunicar mejor algo y mucho de Dios, que es más allá todavía de lo que podemos decir de él en nuestra religión. Juntos podemos entender, expresar, seguir y celebrar mejor al Dios de los muchos nombres y de los múltiples caminos.

c).  Todas las religiones son ‘salvadoras’. Es otra consecuencia de las anteriores afirmaciones. Tal vez nos cuesta aceptar que ‘fuera de la Iglesia, fuera de Jesucristo, sí hay salvación’. ¿Por qué no creer que todas las religiones sean salvadoras si son liberadoras, ya que Dios es liberador de todos los hombres? Ya sabemos que la salvación, como lo indican los milagros de Jesús, no se aplica solamente al alma, sino también a los cuerpos y a todo lo que nos limita y nos destruye. Recordando la parábola del juicio final (Mateo 25,31-46), podríamos citar aquí la expresión de monseñor Oscar Romero, de San Salvador (asesinado en 1980): ‘¡Fuera de los pobres no hay salvación!’… Monseñor Romero nos aclara 2 verdades: La 1ª es que Jesús optó por los pobres y la pobreza digna, para manifestar mejor la manera de conocer y encontrar a Dios. Y la 2ª es que los pobres (como pueblo) y la pobreza digna son los criterios de pertenencia al Reino de Dios, es decir, al espacio de la salvación.

      Una conclusión que podemos sacar es la siguiente: Una religión que no es liberadora material, corporal y espiritualmente, tampoco es ‘revelada, verdadera y salvadora’. La salvación, como lo recuerda san Mateo (25,31-46: el juicio final), es no está ligada a la religión, sino a la práctica del amor, y de un amor que satisface las necesidades más elementales del ser humano. En el milagro del paralítico sanado, su curación corporal es signo de la curación espiritual: el perdón de sus pecados (Mateo 9,2-6).

  1. Todas las religiones necesitamos purificarnos continuamente

      Por Jesucristo, la Iglesia es santa; pero por nosotros es pecadora. No solamente no vivimos plenamente el mensaje de Jesús, sino que, en vez de construir el Reino, lo destruimos a veces. Además, el Reino tiene que responder creativamente a los desafíos de los tiempos actuales. En nuestra época, estos desafíos son de dimensión planetaria y no nos podemos quedar atrás en el camino de la historia. Más que nunca necesitamos purificarnos adentro de nuestra Iglesia y pedir que otras Iglesias y Religiones nos ayuden a purificarnos. El proceso de purificación de estas Iglesias es igualmente necesario. A todos y todas, se nos exige una mayor fidelidad a ‘los signos de los tiempos’ actuales donde el Dios de todos los pueblos y de todas las religiones nos llama a defender y promover la vida y la justicia.

B. LOS CRITERIOS DE LA MISIÓN RENOVADA

            Hay palabras, actitudes, realizaciones que, en este nuevo contexto de ‘pluralismo religioso’, no podemos continuar haciendo. El respeto a otras religiones y culturas, su valoración y el aprender de ellas exigen de nosotros nuevas actitudes, nuevas palabras y nuevas actuaciones.

  1. Lo que hay que dejar de hacer

-        Hay que dejar de pensar que llevamos a Dios y su Reino a los lugares donde vamos a misionar. Dios está ya presente antes de nuestra llegada y su Reino es activo en todos los lugares del planeta.

-                    No vamos a buscar la conversión de ‘posibles paganos’… ya que están conociendo a Dios, lo siguen y construyen su Reino a su manera querida por Dios. Su camino de salvación es su religión. Vamos a complementar.

-        No vamos a plantar Iglesias ni instituciones religiosas, porque ya esos pueblos las implantaron, acordes a su realidad. No caigamos en nuevos colonialismos. Pero sí, vamos a unirnos entre todos ya que podemos sentirnos aislados y perdidos…

-        No vamos a ser arrogantes ni prepotentes pensando que somos los mejores o los elegidos, ya que todos los pueblos son elegidos y todas las religiones son queridas por Dios. Basta ya de violencias, imposiciones, intolerancia e irrespeto.

-        No condenemos lo que no entendemos todavía… Cada religión tiene sus profetas, sus sacerdotes, sus Escrituras Sagradas, sus ‘sacramentos’, sus oraciones, sus cultos… ¡Cuánto tenemos que mirar positivamente y aprender silenciosamente!

-        No vamos a vivir en el lujo ni en puestos de poder o de servicios dominadores. Hay que separar bien ‘la espada de la cruz’, la limosna del compartir: Nos hacemos mendigos de la liberación que hace a todos protagonistas. ¡Cuántas ONGs (Organizaciones No Gubernamentales) y servicios cristianos de ‘pastoral social’ no pasan de lo caritativo, desarrollista y paternalista (o maternalista), porque crean dependencia y dominación y no participación ni protagonismo!

  1. Los que sí vamos a hacer

-        Acoger la presencia de Dios y discernir el crecimiento de su Reino. Si Dios se está revelando en otras religiones, su revelación va a ser distinta de la nuestra, porque la historia y la cultura de estos pueblos son diferentes de las nuestras. Dios se adaptó a su realidad y a su situación. Y habrá en esas religiones aspectos mejor desarrollados que en la nuestra. La misión será primero una actitud de escucha, discernimiento, valoración, acogida.

-        Descubrir los caminos que Dios ha elegido para estos pueblos para salvarse. Vamos a descubrir que unos caminos de Dios son parecidos a nosotros -El Reino de Dios es valido para todos -, y a la vez diferentes, porque los contextos son diferentes. La misión será una tarea de encarnación para asumir una nueva cultura e identificarnos con los nuevos caminos que Dios ha abierto para este pueblo. Ayudaremos a los Hindúes a ser mejores Hindúes, a los Musulmanes a ser menores musulmanes, a los Indígenas a ser mejores Indígenas… en su propia religión.

-        Fortalecer todo lo que es defensa de la vida y promoción de la justicia. Vamos a descubrir que las instituciones religiosas de otros pueblos son adaptadas a sus necesidades y que no podemos traer instituciones válidas en nuestro país, pero muchas veces inadecuadas en el que nos encontramos. La misión será colaborar con todo lo que hay de bueno, verdadero, bello y justo en el pueblo que nos encontramos.

-        Ser humildes y ‘sencillos como palomas’, pensando que mucho tenemos que hacernos perdonar, porque sabemos que muchas veces la misión ha sido y sigue siendo violenta, destructora, esclavista, irrespetuosa, discriminadora, dominadora… La misión será apasionarse por la reconciliación de todos con todos: “Al entrar en un casa, deséenles la paz” (Mateo 10,12).

-        Ser una comunidad cristiana viva. Pues, hay que seguir siendo cristianos en cualquier lugar. Esto sólo se puede conseguir formando una comunidad viva. Hacia dentro, se profundizará la fe: ser coherente con el mensaje de Jesús y celebrar la presencia del Reino. Hacia fuera, se aprenderá a dialogar respetuosamente, pulir nuestro testimonio, aportar lo más valido del mensaje de Jesús y trabajar todos juntos por la vida y la justicia. La misión es vida nueva, juntos y para todos.

-        Optar por la pobreza, -es decir, una vida sencilla-, y por las causas de los pobres con quienes nos estamos identificando. El Reino es liberación dondequiera que estemos: Liberación de las injusticias, de la maldad, de las estructuras opresoras, de lo que llamamos pecado y que está a la raíz de toda maldad. La misión es liberación desde los pobres, con ellos y según ellos, desde una pobreza digna.

-        Releer la Biblia en esta nueva perspectiva. Todo esto no exige descubrir la esencia del mensaje de la Biblia y la raíz de la fe en Jesús que están detrás de la expresión cultural de aquella época. Tal vez haya que reinterpretar, ‘re-escribir’ muchas páginas de la Biblia: Todas las que expresan más la cultura de una época que el mensaje trascendental de Jesús. Este trabajo habrá que hacerlo en comunidad y hacernos ayudar de biblistas abiertos a estos nuevos desafíos, probando lo que tiene futuro y que no sea moda pasajera. Hay suficiente literatura al respeto, en particular desde 50 años, por el mismo Concilio Vaticano 2º. La misión descubrirá nuevas perspectivas escondidas en la misma Biblia, la historia y las vivencias de la Iglesia.

-        Rezar las oraciones y leer las Sagradas Escrituras de los pueblos que nos hospedan. Si toda religión es tanto un camino de Dios hacia ese pueblo como un camino de ese pueblo hacia Dios, ya tienen sus ministros, sus ‘Biblias’, sus ritos, sus oraciones, sus ‘sacramentos’… La misión será integrar toda esta riqueza a nuestras expresiones litúrgicas: Rezar con sus oraciones, celebrar con sus ritos y concelebrar con sus ‘sacerdotes’.

  1. Sí, hay que dar razón de nuestra fe en Jesucristo

-        San Pedro decía en su 1ª carta: “Estén siempre dispuestos para dar una respuesta a quien les pida dar razón de su esperanza” (3,14). De la misma manera que descubrimos nuevos aspectos de Dios y genuinas expresiones religiosas en los demás, también nosotros tenemos nuestras riquezas culturales y religiosas particulares. Esto hay que profundizarlo y compartirlo. La misión es ser mejores testigos cristianos.

-        Jesucristo tiene y tendrá siempre su originalidad. No se trata de rebajarnos a lo que no somos, sino conocer en profundidad el corazón del mensaje de Jesús para poder vivirlo, testimoniarlo y exponerlo en toda su riqueza. La misión es dar testimonio de Jesucristo.

-        Nuestra Iglesia está al servicio del Reino, tal como Jesús lo expresó, tal como lo vivieron santos de ayer y de hoy, tal como lo descubrimos en otras culturas y religiones. Somos Iglesias hermanas y no en competencia. Al acercarnos en la construcción del Reino, nos iremos acercando mutuamente. La misión está al servicio del Reino, “lo único absoluto” (Mateo 6,33 y Pablo 6°).

-        Habrá que llegar también al compartir espiritual y sacramental: Rezar juntos ya es una experiencia de 2 decenios, con el ejemplo del Papa Juan Pablo 2º. Con las Iglesias protestantes, ortodoxos y anglicanas, nos estamos acercando sacramentalmente. Vamos a abrir caminos insospechados que el Espíritu nos ayudará a andar para la gloria de Dios y el bien de la humanidad. La misión es celebrar en la pascua del mundo la Pascua de Jesús.

CONCLUSIÓN

1.   La misión está en todas partes

      Esta nueva visión del encuentro con las religiones nos invita a emprender muchos cambios personales y eclesiales.

-        En lo personal: ¿Rezamos oraciones de otras religiones, visitamos otros lugares de cultos, conocemos otras religiones, participamos de sus cultos…?

-        En lo pastoral: ¿Qué concepción de Iglesia, misión, Reino… comunicamos en los sacramentos, la catequesis, las celebraciones?

-        En lo ‘ecuménico’ en sentido amplio: ¿Cómo valoramos las religiones indígenas y negras, sus ministros, sus cultos, sus lugares sagrados, sus mitos…?

2.   La misión con los de otra religión tiene que plantearse claramente

      La nueva situación –cambio de época, mundialización, presencia cercana de muchas religiones, nueva espiritualidad, nueva ética…– exige nuevas respuestas. Seamos sabiamente abiertos y fielmente creativos. Mientras el mundo cambia, nosotros no podemos quedarnos inmóviles y sólo agarrados del pasado, con la falsa seguridad que “siempre se ha hecho así”… Pues ya no podemos decir que ‘no sabemos’ lo que está pasando cerca y lejos, en nuestra Iglesia y en otras religiones.

3.   Dios nos llama a ‘ir mar adentro’...

-        Es decir, lejos de la tierra firme de nuestras seguridades incompletas. Lejos de las relaciones conocidas de amistad, de fe y de lucha. Lejos de nuestra religión ‘tranquila y tranquilizante’…

-        O sea, cerca de lo desconocido donde Dios está obrando. Cerca de aquellos que honran a Dios de otras maneras, tan válidas como la nuestras. Cerca de los que construyen el Reino de otra modo, pero también ‘como Dios manda’. Cerca de grandes testimonios de fe, de espiritualidad, de mística, de misericordia y de justicia…

-        … Para encontrarnos mejor con nosotros mismos, con los demás, con la naturaleza y con Dios mismo, pero en comunidad, sin frontera ninguna.

“ ¡ Cuán digno de todo respeto es ese lugar !  ¡ Es nada menos que una Casa de Dios !

¡ Ésta es la Puerta del Cielo ! ” (Génesis 28,17: El sueño de Jacob).

Bibliografía

-        Colección ‘Tiempo Axial’: ‘Por los muchos caminos de Dios’: Ya 16 volúmenes impresos (el 1º en 2003) por la ASETT (Asociación Ecuménica de Teólogos/as del Tercer Mundo). Editorial Abya Yala, Quito.

-        RIBLA: Revista Bíblica Latino Americana, ‘Cristianismos originarios’ números 22 y 29.

-        ‘Diálogo intercultural’, Raymond Pannikar. Editorial San Esteban, Salamanca, 1990.

-        Mariano Corbí: ‘El camino interior. Más allá de las formas religiosas’, Ediciones del Bronce, Barcelona, 2001.