“YO TE HE AMADO”: Comentarios y
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Carta pastoral del papa León 14
sobre ‘el amor hacia los pobres’
Pedro Pierre
El
papa León 14 acaba de publicar una Carta apostólica sobre los pobres y la
opción por los pobres. Retoma un borrador dejado el papa Francisco. Esta carta ha
de representar la ‘hoja de ruta’ del papa León 14: Se trata de una continuidad
con los caminos abiertos por el papa Francisco y su aporte personal relacionado
con la Doctrina Social de la Iglesia iniciada por su predecesor el papa León 13;
éste a finales del siglo 19 escribió su Carta “Nuevas situaciones” (Rerum novarum,
1891) sobre las inhumanas relaciones laborales de los obreros de aquella época.
La
Carta del papa León 14 llama la atención por su sencillez, su claridad y su
contundencia. En una Iglesia mayoritariamente conservadora, es una
verdadera hazana haberse atrevido a poner a los pobres y la opción por los
pobres en el centro de la Iglesia. José Manuel Vidal de ‘Religión Digital’ de
Madrid, España, calificó tal Carta de “revolución dulce del Papa sereno:
‘Dilexi te’ recoge en palabras de fuego una tradición de misericordia y
denuncia, que hunde sus raíces en el Evangelio, en el magisterio
latinoamericano y en la revolución de Francisco".
He
aquí unas cuantas frases claves de la Carta papal.
Ver la realidad escandalosa de la
pobreza creciente
1. “El
cambio de época que estamos afrontando hace más necesario reconocer que la
realidad se ve mejor desde los márgenes y que los pobres son sujetos de una
inteligencia específica, indispensable para la Iglesia y la humanidad. Sólo
desde esta cercanía real y cordial podemos acompañarlos adecuadamente en su
camino de liberación.
2. Las
mujeres son doblemente pobres. Entre ellas encontramos constantemente los más
admirables gestos de heroísmo cotidiano. La falta de equidad es la raíz de los
males sociales.
3. A
veces se percibe en algunos movimientos o grupos cristianos la carencia o
incluso la ausencia del compromiso por el bien común de la sociedad y, en
particular, por la defensa y la promoción de los más débiles y desfavorecidos.
Iluminarnos con la palabra de Dios y
los documentos eclesiales
4. El
cristiano no puede considerar a los pobres sólo como un problema social; éstos
son una ‘cuestión familiar’, son ‘de los nuestros’.
5. La
condición de los pobres representa un grito que, en la historia de la
humanidad, interpela constantemente nuestra vida, nuestras sociedades, los
sistemas políticos y económicos, y especialmente a la Iglesia.
6. No
estamos en el horizonte de la beneficencia, sino de la Revelación; el contacto
con quien no tiene poder ni grandeza es un modo fundamental de encuentro con el
Señor de la historia.
7. No se
puede amar a Dios sin extender el propio amor a los pobres. El amor al prójimo
representa la prueba tangible de la autenticidad del amor a Dios. Son dos
amores distintos, pero inseparables.
8. Cuando
la Iglesia se arrodilla para romper las nuevas cadenas que aprisionan a los
pobres, realiza su vocación más profunda. Amar al Señor allí donde Él está más
desfigurado, se convierte en signo de la Pascua.
9. La
Iglesia, si quiere ser de Cristo, debe ser la Iglesia de las Bienaventuranzas,
una Iglesia que hace espacio a los pequeños y camina pobre con los pobres, un
lugar en el que los pobres tienen un sitio privilegiado.
10. Los
pobres son quienes nos evangelizan para que todos reconozcamos la misteriosa
sabiduría que Dios quiere comunicarnos a través de ellos.
Actuar individual y colectivamente
11. Es
preciso seguir denunciando la dictadura de una economía que mata y reconocer
que mientras las ganancias de unos pocos crecen, las de la mayoría se quedan
cada vez más lejos del bienestar.
12. Las
estructuras de injusticia deben ser reconocidas y destruidas con la fuerza del
bien, a través de un cambio de mentalidad, pero también con la ayuda de las
ciencias y la técnica, mediante el desarrollo de políticas eficaces en la
transformación de la sociedad.
13. Siempre
debe recordarse que la propuesta del Evangelio no es sólo la de una relación
individual e íntima con el Señor. La propuesta es más amplia: es el Reino de
Dios.
14. La
solidaridad es luchar contra las causas estructurales de la pobreza, la
desigualdad, la falta de trabajo, de tierra y de vivienda, la negación de los
derechos sociales y laborales. Es enfrentar los destructores efectos del
Imperio del dinero. Es un modo de hacer historia y eso es lo que hacen los
movimientos populares.
Conclusión
15. Ya
sea a través del trabajo que ustedes realizan, o de su compromiso por cambiar
las estructuras sociales injustas, o por medio de esos gestos sencillos de
ayuda, muy cercanos y personales, será posible para aquel pobre sentir que las
palabras de Jesús son para él: «Yo te he amado».”
Ahora
los cristianos no podemos decir: “No he sabido”. La fe va con el compromiso por
una liberación integral. Eso fue el compromiso de Jesús, el mensaje de los
primeros cristianos, el ejemplo de los innumerables mártires latinoamericanos,
el testimonio de las Comunidades Eclesiales de Base y es el actual grito de los
empobrecidos que son mayoría en nuestro país y nuestro continente. Hagamos
realidad la esperanza de Dios, de los pobres y la nuestra también.
Actualmente
la solidaridad de los cristianos ecuatorianos con nuestros hermanos indígenas
demuestra la solidez de su fe y la calidad de su seguimiento de Jesús de
Nazaret. “El amor al prójimo representa la prueba tangible de la autenticidad
del amor a Dios”, escribe el papa León 14.
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