domingo, 8 de diciembre de 2019

Conocer lo que pasó en el Sínodo


S Í N O D O   S O B R E   L A   A M A Z O N Í A
Vaticano,  Roma,  octubre  de  2019

Recopilación: Pedro Pierre, Guayaquil, nov. de 2019.

Í N D I C E
Introducción: Primavera eclesial, Pedro Pierre.
1.       Sínodo sobre la Amazonía: Desafío para la Iglesia, Pedro Pierre.
2.       Claves de lecturas del Documento de Trabajo.
-          Tres claves de lectura, Oscar Elizalde.
-          Las 15 propuestas más valientes del Documento de Trabajo, José Beltrán.
3.       Discursos del papa Francisco en el Sínodo: Inauguración y Clausura.
4.       Dos artículos de Frei Betto sobre el Sínodo.
-          La Amazonia, el rostro ecológico de Dios.
-          El Sínodo de la Amazonía: un balance.
5.       La civilización de los Bárbaros, Francisco Bosch.
6.       Inculturación e interculturalidad en el Sínodo, Juan M. Hurtado.
7.       ¿Profecía o herejía? Los ecos del Sínodo de la Amazonía, Jesús Bastante.
8.       Mensaje final de la REPAM sobre el Sínodo amazónico.
9.       Pactos de las Catacumbas en 2019 y 1965
-          Pacto de las Catacumbas por el Sínodo sobre la Amazonía (2019).
-          Pacto de las Catacumbas al final del Concilio Vaticano 2° (1965).
10.   Documento final del Sínodo sobre la Amazonía para el papa Francisco.
Conclusión: ‘Aguas vivas”, Pedro Pierre.


Introducción :  PRIMAVERA  ECLESIAL

La preparación y la realización de este Sínodo suscitaron muchas expectativas, mucha participación y muchas alegrías. Nació un nuevo modo de ser y hacer Iglesia, a la manera latinoamericana, con la ilusión de darle un ‘rostro amazónico’. De hecho se abren nuevos caminos misioneros, con cambios estructurales. Un proceso de una Iglesia inculturada se puso en marcha… después de 27 años cuando nuestros obispos pidieron en su reunión latinoamericana en Santo Domingo, República Dominicana, una inculturación con 5 dimensiones: en la liturgia, la Iglesia, la fe, la Biblia y los dogmas. Este Sínodo nos provoca a todas y todos los cristianos a hacerlo vida personal y realidad colectiva. Ese es el mayor desafío.
Que estos textos nos animan en estas tareas: la Amazonía, nuestra Iglesia y la Tierra toda nos lo exigen. El Espíritu santo será el gran artesano de esta renovación ecológica y cristiana.
Pedro Pierre.


1.  SÍNODO  PARA  LA  AMAZONÍA
DESAFÍO  PARA  LA  IGLESIA.

Pedro Pierre. Febrero de 2019.

CONTENIDO
Introducción
1.       Datos sobre el Sínodo de la Amazonía
2.       El tema del Sínodo: “Nuevos caminos para la Iglesia y para la Ecología integral
3.       Los caminos a confirmar.
Conclusión

INTRODUCCIÓN


El sínodo sobre la Amazonía llega en un momento difícil para la Iglesia.
-          Los escándalos de la pederastia no terminan de aparecer en una dimensión sorprendente. La convocatoria de una reunión especial en el Vaticano de los presidentes de todas las Conferencias Episcopales nacionales demuestra la preocupación del papa Francisco sobre el tema.
-          Las divisiones en la misma Iglesia y los ataques públicos al papa Francisco demuestran una fractura importante en la jerarquía por las oposiciones a la línea más abierta, conciliar y evangélica del papa Francisco.
-          Los resultados del Sínodo sobre los Jóvenes fueron más bien pobres. Se está esperando el Documento del papa Francisco sobre el mismo.
-          Con relación a la Amazonía y el medio ambiente al nivel mundial, los informes son cada vez más preocupantes y los gobiernos, comenzando por el de Estados Unidos, no toman decisiones para detener la destrucción acelerada de la naturaleza en todos los continentes.
Esta coyuntura hace que las expectativas del Sínodo sobre la Amazonía sean cada vez más grandes y la necesidad de cambios urgentes en la organización eclesial más urgente.

A. DATOS SOBRE EL SÍNODO DE LA AMAZONÍA

1.       El sínodo
-          La fecha de realización está prevista para octubre de 2019.
-          El lugar de reunión estará en Brasil ya que tiene en su territorio la mayor extensión amazónica.
-          La preparación del Sínodo ha comenzado hace 3 años. El año pasado se unificó las respuestas a un cuestionario en un documento que sirve de preparación inmediata al Sínodo.
-          Los países que participan en el Sínodo son 9 porque tienen parte de la Amazonía en su territorio. Estos son Brasil, Perú, Bolivia, Ecuador, Colombia, Venezuela, Paraguay, Guyana y Surinam.
-          Se ha constituido con estos 9 países una coordinación eclesial llamado Red Pan-Amazónica (REPAM), patrocinada por el Consejo Episcopal Latino Americano (CELAM), con sede en Bogotá.

2.       La Amazonía
-          La superficie de la Amazonía es de unos 7 millones de km2 en 9 países sudamericanos. Como punto de comparación podemos tomar Europa que llega 10 millones de km2. Su población es de unos 33 millones de habitantes. Es el bosque más extenso de nuestro mundo y por esta razón se lo llama el “pulmón del planeta” por la cantidad de oxígeno que produce. Es también la región mundial donde la biodiversidad tanto de la flora como de la fauna es la más importante y diversa. En 2011 fue declarada una de las 7 maravillas del mundo.
-          La Amazonía abriga la cuenca del río Amazonas, el más largo y caudaloso del planeta. Es de 7,062 km; nace en la Cordillera de los Andes a unos 5,700 metros de altura, en el sur de Perú y muy cerca de Bolivia. Cuando el río entra en el océano Atlántico tiene un inmenso estuario de ¡240 km de ancho!
-          La destrucción ambiental es de la más salvaje y aumenta cada año sin visión esperanzadora a pesar de las alarmas cada vez más numerosas. Desde 1970, la superficie de la selva se ha reducido de unos 20% por la deforestación, la agricultura a gran escala, la minería sin control, la plantación de drogas, el turismo…
-          Es difícil evaluar cuál es la población indígena de la Amazonía, por su escasez y su dispersión: ¿4 millones? Las 50 mayores ciudades de los distintos países amazónicas suman más de 15 millones de habitantes. Al interior de la selva existen unos 170 pueblos en aislamiento voluntario.
-          La gran y escandalosa realidad es la destrucción progresiva de los pueblos indígenas por las invasiones que sufren de partes de los colonizadores modernas que son incomparablemente más destructores y mortíferos que las colonizaciones de los siglos pasados.

3.       La Iglesia en la Amazonía
-          Cada país se esfuerza por organizar la evangelización de la Amazonía mediante congregaciones misioneras de religiosos y religiosas que hacen sacramentalización y obras sociales de educación y salud.
-          Por ser regiones muy extensas, muy poco pobladas y con etnias muy distintas, la atención pastoral permanente es muy escaza.
-          Desde el Concilio Vaticano 2° hace 50 años, se puso en marcha la formación de laicos para responsabilizarse de sus comunidades. La reunión de los obispos latinoamericanos en 1992 en Santo Domingo, República Dominicana, insistió en la inculturación de la fe, de la Iglesia, de la liturgia, del evangelio y de los dogmas. Poco se ha avanzado por la falta de ministros que se dedican más a la evangelización que a la sacramentalización.

B. EL TEMA DEL SÍNODO ES “NUEVOS CAMINOS PARA LA IGLESIA Y PARA UNA ECOLOGÍA INTEGRAL”.
El Sínodo de la Amazonía, según lo expresa su lema, va a tener 3 ejes principales.

1.       “Nuevos caminos…”
Esa es la finalidad del Sínodo abrir nuevos caminos por la situación particular de la Amazonía con relación a su población indígena, la globalización mundial ferozmente destructible y el desfase de la misma Iglesia frente a estos desafíos.

2.       Nuevos caminos… “para la Iglesia”.
Desde 50 años estamos frente a una nueva concepción de la misión.
a)      Con el paso de los años se ha descubierto el valor de cada religión, sin que ninguna sea superiora a las demás. La misión se hace en un plano de igualdad que supone respeto, diálogo, escucha, colaboración, enriquecimiento mutuo, para defender y promover la vida.
b)      Se descubrió que la propuesta de inculturación era demasiado estrecha por considerar a la religión católica superiora a las demás. Las recientes orientaciones eclesiales insisten ahora en la interculturalidad. Las religiones son las expresiones religiosas de las culturas. Estas culturas tienen igual valor. La Amazonía tiene mucha diversidad de culturas, más ricas las unas que las otras. La cultura occidental debe ceder el paso a las culturas nativas para generar nuevas expresiones religiosas del cristianismo.
c)       Estas novedades exigen a la Iglesia católica cambiar sus estructuras, sus normas, sus expresiones litúrgicas, sus ministerios, su centralismo y patriarcalismo…Tenemos que replantearnos nuestro modo de presencia en la Amazonía y en el mundo.

3.       Nuevos caminos… “para una ecología integral”
Una ecología integral abarca la naturaleza y los pueblos que viven en ella.
a)      Frente a la destrucción generalizada tanto de la naturaleza como de los pueblos nativos, la Iglesia no puede despreocuparse de estos 2 desafíos: “El grito de la naturaleza y el grito de sus pueblos son las 2 voces de un mismo grito: el de la destrucción de la vida en estas 2 dimensiones”.
b)      Hace 50 años el Concilio proclamaba que ‘las alegrías y las esperanzas de la humanidad, sus dolores y sus sufrimientos son sus alegrías y esperanzas, sus dolores y sufrimientos”. Ahora hay que añadir: “Los derechos de la naturaleza y de los pueblos nativos son las banderas de solidaridad y de lucha de la Iglesia católica”.

C. DESAFÍOS Y TAREAS
                En América Latina, el Concilio, las Conferencias Episcopales Latinoamericanas, las Comunidades Eclesiales de Base y la Teología de la Liberación han abierto nuevos caminos tanto para el continente como para la Iglesia universal. El papa Francisco es consciente de esta riqueza como la de los Pueblos nativos. El Sínodo de la Amazonía es una oportunidad única para nuestro mundo actual en la que estamos desafiado todas y todos, comunidades, países, Iglesias y religiones.

1.       Los grandes desafíos
Con el papa muchos obispos, teólogos, sacerdotes y sobre todo laicos esperan que el del Sínodo sea un nuevo comienzo para los pueblos amazónicos, un gran ‘Pentecostés’ para la Iglesia toda y una nueva relación amorosa de las naciones todas con la naturaleza en general.

a)      Un nuevo comienzo para los Pueblos amazónicos
-          Actualmente están en juego su sobrevivencia, su desarrollo armonioso y su integración respetuosa en la Comunidad internacional.
-          Necesitan también un reconocimiento de sus culturas, sus sabidurías y sus religiones.

b)      Un gran Pentecostés para la Iglesia católica
-          Frente a la gran crisis actual de la Iglesia católica, una nueva forma de misión exige grandes cambios en las personas y las estructuras eclesiales.
-          Las Iglesias de la Amazonía serán un laboratorio para la transformación eclesial si sabemos abrirnos a la novedad de los ‘signos de los tiempos’ y del Espíritu santo.

c)       Una relación amorosa con la naturaleza
-          La gran novedad de los Pueblos amazónicos es su relación amistosa, amorosa con la naturaleza. Al haber perdido esta calidad de relación, estamos yendo a la deriva y a la autodestrucción.
-          Estamos urgidos a aprovechar las relaciones amistosas de estos Pueblos con la naturaleza. Ellos pueden aportar mucho a la renovación del resto del mundo.

2.       Tres grandes tareas
Sabemos que la institución eclesial avanza mucho más despacio que nuestras ideas, sueños y propuestas. No por eso hay que dejar de pensar y vivir lo que queremos. En el Sínodo sobre la Amazonía los obispos, porque sólo ellos redactan el documento final, decidirán lo que les parece. Por eso no esperemos demasiado. En definitiva lo importante es lo que hacemos y hacemos avanzar: “Pensemos globalmente, pero actuemos localmente”.
Nuestra Iglesia necesita grandes cambios para salir de un pasado obsoleto que no enfrenta los actuales desafíos. He aquí unos 3 caminos para orientar nuestras reflexiones y sobre todo nuestras prácticas. Se inspiran de las palabras y actitudes del papa Francisco: Volver al primer amor – Sustituir el actual sistema de muerte – Ser una Iglesia ‘en salida’.

a)      El ejemplo de Jesús y las prácticas de las primeras Comunidades cristianas
El Concilio Vaticano 2° y los distintos Sínodos continentales del final del siglo pasado nos orientan todos para regresar a la novedad de Jesús y de su Buena nueva del Reino. La misión de Jesús fue hacer acontecer el Reino de Dios. Jesús nos trajo una nueva visión de Dios y la importancia de relaciones fraternas y justas entre hermanos. Las primeras Comunidades cristianas continuaron por ese camino, por eso nos dejaron los Evangelios donde la palabra ‘Reino’ es la más utilizada por Jesús: ¡unas 110 veces en su boca! ¿Es también la más utilizada y la mejor vivida por nosotros y nosotras?

b)      Enfrentar y sustituir el sistema de muerte neoliberal
Sobre esta doble necesidad, el papa Francisco es particularmente claro y contundente, en particular en su Encuentros con las Organizaciones Populares en Roma y Bolivia.
-          “Hablamos de la necesidad de un cambio, un cambio de estructuras, para que la vida sea digna…
-          La política… está fundamentalmente en manos de los pueblos…
-          Las «3-T»: Tierra, Techo y Trabajo para todos… (son) un proyecto-puente de los pueblos.
-          ¡Rebélense contra la tiranía del dinero! ¡Sean solidarios! ¡Revitalicen la democracia! ¡Sean austeros! ¡Huyan de la corrupción!”.
Califica al sistema capitalista de “terrorista”… y debe ser “cambiado”.

c)       “Un Iglesia en salida”
Es la expresión del mismo papa Francisco que más ha encontrado eco por todas partes. Veamos lo que puede significar concretamente. Ya en su Exhortación sobre La Alegría del Evangelio escribía: “Sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se convierta en cauce adecuado para la evangelización del mundo actual más que para auto-preservación” (EG 27). Eso significa que tenemos que:
-          Salir de una cultura clerical hacia una cultura del diálogo, de la equidad, de la corresponsabilidad, del respeto.
-          Salir de una Iglesia fortaleza hacia una iglesia “hospital de campaña”.
-          Salir de una Iglesia encerrada sobre sí hacia una iglesia del cuidado y de la misericordia.
-          Salir de una institución absolutista hacia una iglesia comunión y pueblo de Dios.
-          Salir de una iglesia que enseña doctrinas y normas para encontrar a los pobres y atropellados.
-          Pasar de la opción por los pobres a una Iglesia pobre y que se compromete con ellos pobres.
-          Salir del estatus quo y la complicidad hacia una iglesia profética, defensora de todas las víctimas.
-          Salir de una Iglesia ahistórica hacia una Iglesia encarnada.
-          Salir de una pastoral de sucesos multitudinarios hacia la Iglesia de las casas’…

Estos cambios son posibles ya que han comenzado a hacerse realidad; son necesarios porque el pueblo de los pobres lo está pasando mal en la misma Iglesia; son urgentes porque las crisis eclesiales serán siempre más fuertes y devastadoras.


 2.  CLAVES  DE  LECTURA  DEL  DOCUMENTO  DE  TRABAJO  DEL  SÍNODO.


CONTENIDO
1.       Tres claves de lectura, Oscar Elizalde
2.       Las 15 propuestas más valientes del Documento de Trabajo, José Beltrán


  parte :  TRES  CLAVES  DE  LECTURA  del  ‘ Instrumentum  Laboris ’
  del  Sínodo  Panamazónico, Óscar  Elizalde  Prada

Amerindia - VidaNuevaDigital.com. 19 de Junio de 2019.

Con la presentación del ‘Instrumentum laboris’ de la Asamblea Especial para la Región Panamazónica del Sínodo de los obispos, que se celebrará del 6 al 27 de octubre en Roma, comienza la ‘recta final’ de la etapa de preparación que se inauguró en Puerto Maldonado, con la visita de Francisco a la Amazonía peruana.
Entre las múltiples aproximaciones al documento que ha sido dado a conocer el 17 de junio, las siguientes claves de lectura sobresalen por sus matices latinoamericanos.

PRIMERA CLAVE: EL MÉTODO VER, JUZGAR, ACTUAR
El método ver-juzgar-actuar que ha inspirado los caminos transitados por la Iglesia latinoamericana en sus Conferencias Generales -lideradas por el CELAM-, lo mismo que buena parte de sus procesos pastorales y de reflexión teológica, constituye también la ‘médula’ estructural del Instrumentum Laboris del Sínodo Panamazónico.
De ello dan cuenta las tres grandes partes del documento.
-          La primera, titulada ‘La voz de la Amazonía’, corresponde al ‘ver’ (escuchar), desde los gritos de la vida, del territorio, y las oportunidades que representan este tiempo de gracia (kairós), lo mismo que el diálogo.
-          La segunda parte del Instrumentum Laboris, en torno a la ‘Ecología integral’, ofrece criterios para discernir la realidad (‘Ecología integral’) desde los clamores de los pobres y de la Tierra: la destrucción extractivista, la situación de los pueblos indígenas en aislamiento voluntario, la migración, la urbanización, la vulnerabilidad de las familias, la corrupción, la salud y la educación.
-          Finalmente, la última parte del documento, enmarcada en los desafíos y las esperanzas de la ‘Iglesia profética en la Amazonía’, plantea caminos para ‘actuar’ reconociendo una Iglesia con rostro amazónico y misionero, y de cara a los retos de la inculturación y la interculturalidad, el diálogo interreligioso y la promoción humana integral, así como la cosmovisión indígena, las celebraciones litúrgicas, la evangelización en las ciudades y los medios de comunicación.

SEGUNDA CLAVE: LAS TRES CONVERSIONES
El Instrumentum Laboris también puede ser leído en clave de conversión, como se advierte en su introducción: “siguiendo la propuesta de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), el documento se estructura en base a las tres conversiones a las que nos invita el papa Francisco:
-          la conversión pastoral a la que nos llama a través de la Exhortación Apostólica Evangelii gaudium (ver-escuchar);
-          la conversión ecológica a través de la Encíclica Laudato sì que orienta el rumbo (juzgar-actuar); y
-          la conversión a la sinodalidad eclesial mediante la Constitución Apostólica Episcopalis Communio que estructura el caminar juntos (juzgar-actuar)”.
Esta triple perspectiva de conversión pastoral, ecológica y sinodal atraviesa los 147 números del Instrumentum Laboris, siempre en una dinámica “de escucha y discernimiento de los nuevos caminos por los que la Iglesia en la Amazonía anunciará el Evangelio de Jesucristo en los próximos años”.

TERCERA CLAVE: LA AUDACIA PROFÉTICA
Un tercer abordaje o clave de lectura del Instrumentum Laboris del Sínodo Panamazónico deviene de las sugerentes aplicaciones que se plantean al final de cada uno de los capítulos, en la segunda y tercera parte del documento.
Ciertamente, la audacia profética que caracteriza a la Iglesia latinoamericana está presente en la forma como se articulan, a lo largo del texto, la escucha atenta a las voces de la Amazonía -sobre todo, las de los pobres y la Tierra-, con algunas sugestivas propuestas que no solo dan cuenta de los aportes de los actores territoriales sistematizados por la REPAM, sino que detallan, concretamente, cuáles podrían ser los nuevos caminos que podría transitar la Iglesia en el Sínodo.



  parte :  LAS  15  PROPUESTAS  MÁS  VALIENTES  del  ‘ Instrumentum  laboris ’
Del  Sínodo  de  la  Amazonía,  José  Beltrán

Amerindia - VidaNuevaDigital.com - 17 de Junio de 2019.

A diferencia de los documentos preparatorios para otros foros vaticanos, el ‘Instrumentum laboris’ de la Asamblea Especial para la Región Panamazónica del Sínodo de los obispos, que se celebrará del 6 al 27 de octubre en Roma, huye de cualquier generalidad y aterriza en medidas concretas y directas para que sean debatidas por los padres sinodales.
Distribuido en tres partes, en todos y cada uno de los capítulos de la segunda y tercera parte del textos se señalan de forma pormenorizada una batería de sugerencias para que la Iglesia adopte con el fin de hacer realidad la llamada a una ecología integral que acoja “el clamor de la tierra y de los pobres” tal y como reivindica la encíclica ‘Laudato si’’ del papa Francisco.
Junto a la mediática propuesta de la ordenación sacerdotal de ancianos con una familia estable, se suman otras iniciativas no menos comprometedoras para la Iglesia no solo en clave interna, sino también
-          hacia una “nueva conciencia ecológica” y
-          un activismo en materia social, política y económica para “desenmascarar las nuevas formas de colonialismo presentes en la Amazonía”.
El documento sentencia que la Iglesia está llamada a “escuchar el grito de la ‘Madre Tierra’ agredida y gravemente herida por el modelo económico de desarrollo depredador y ecocida, que mata y saquea, destruye y despeja, expulsa y descarta, pensado e impuesto desde fuera y al servicio de poderosos intereses externos”.
Para ello, insta a los padres sinodales a “asumir sin miedo la implementación de la opción preferencial por los pobres en la lucha de los pueblos indígenas, comunidades tradicionales, migrantes y jóvenes para configurar la fisionomía de la Iglesia amazónica”.

1. DENUNCIAR LA VIOLACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS Y LA DESTRUCCIÓN EXTRACTIVISTA
De forma reitera, el Instrumentum laboris enumera todas y cada una de las amenazas que sufre la Amazonía frente a la actual “degradación neocolonista” que atenta contra la naturaleza como a quien habita en ellas. Frente a esto, reclama a la Iglesia un compromiso permanente
-          para denunciar “la violación de los derechos humanos y la destrucción extractivista”,
-          además de promover “líneas de acción institucionales que promuevan el respeto del medio ambiente” y
-          programas de formación.

2. CREAR UNA AGENDA DE JUSTICIA CON OTROS MOVIMIENTOS SOCIALES
Así, se recoge como urgencia, asumir la denuncia “contra modelos extractivistas” y proyectos que dañan el territorio, violan los derechos de las comunidades “y promueven la muerte”.  Para ello, se hace un llamamiento a trabajar en red
-          para “aliarse a los movimientos sociales de base
-          para anunciar proféticamente una agenda de justicia”.


3. EXIGIR A LOS GOBIERNOS QUE PROTEJAN A LOS PUEBLOS INDÍGENAS AISLADOS
El texto sale en defensa de todas las comunidades nativas, pero dedica un capítulo especial a aquellas que han decidido vivir al margen de la sociedad. La Iglesia está llamada a velar por ellos, exigiendo a los gobiernos que faciliten “los recursos necesarios para la protección efectiva” como la creación de un censo y de reservas naturales. Además, reclama la Iglesia una pastoral específica para estos pueblos que incida en la formación para que conozcan y hagan reconocer sus derechos. Así, llama a “rechazar la alianza con la cultura dominante” para promover las culturas y los derechos de los indígenas, de los pobres y del territorio.

4. PROMOVER HÁBITOS DE CONSUMO “LAUDATO SI’”
El texto destaca en varios momentos cómo la Iglesia debe ser abanderada a la hora de promover “hábitos de comportamiento, de producción y de consumo, de reciclaje y de reutilización de desechos”. En este sentido, proponer crear, no solo itinerarios pastorales sobre ecología integral, sino el “reconocimiento formal por parte de la Iglesia particular como ministerio especial al agente pastoral promotor del cuidado de la Casa Común”

5. CREAR SERVICIOS DE ACOGIDA A MIGRANTES INDÍGENAS
Conscientes del éxodo migratorio en todo el continente que afecta también a los pueblos indígenas, el Instrumentum laboris pide una mayor coordinación para la acogida en las Iglesias de fronteras, en las ciudades, así como promover la integración respetando su identidad cultural. Una vez más se insta a “presionar como comunidad eclesial a los poderes públicos” para defender, en este caso, los derechos de los migrantes. En las ciudades se propone una pastoral específica para los indígenas, con nuevas estructuras eclesiales que favorezcan la integración.

6. UNA IGLESIA INCULTURADA FRENTE AL COLONIALISMO
El texto vaticano plantea una Iglesia que valore y respete las entidades culturales, el modo propio de organización comunitaria, a través de una pastoral familiar que, desde las coordenadas de Amoris laetitia, “acompañe, integre y no excluya a nadie”, donde la familia sea “sujeto y protagonista”. De esta manera, se promueve una Iglesia inculturada y más participativa, de tal manera que se supere “cualquier clericalismo para vivir la fraternidad y el servicio como valores evangélicos que animan la relación entre la autoridad y los miembros de la comunidad”. “Dado que todavía persiste una mentalidad colonial y patriarcal, es necesario profundizar un proceso de conversión y reconciliación”, subraya.

7. RECONOCER LA ESPIRITUALIDAD INDÍGENA COMO FUENTE DE RIQUEZA CRISTIANA
Se pone en valor “la espiritualidad indígena como fuente de riqueza para la experiencia cristiana” para, a partir de ahí, reclamar una catequesis que suma el lenguaje y sentido de las narraciones de las culturas locales en sintonía con las narraciones bíblicas, una predicación homilética vinculada a su realidad.

8. CELEBRACIONES LITÚRGICAS CON DANZAS INDÍGENEAS Y TRADUCIR LA BIBLIA
En esta línea, se sugiere que las celebraciones litúrgicas acojan “la propia música y danza, en lenguas y con vestimentas autóctonas, en comunión con la naturaleza y con la comunidad”. Además, “se pide superar la rigidez de una disciplina que excluye y aleja, por una sensibilidad pastoral que acompaña e integra”. Por eso se reclama a las Conferencias Episcopales que adapten el ritual eucarístico a las culturas, así como la traducción de la Biblia a las lenguas originales de la Amazonía.

9. ORDENACIÓN SACERDOTAL DE ANCIANOS CON UNA FAMILIA ESTABLE
El Instrumentum laboris sugiere que estudien “la posibilidad de la ordenación sacerdotal para personas ancianas, preferentemente indígenas, respetadas y aceptadas por su comunidad, aunque tengan ya una familia constituida y estable”. Es propuesta se une a la de una mayor responsabilidad y formación de los laicos como dinamizadores de la comunidad.

10. ¿EL DIACONADO FEMENINO NACERÁ EN AMÉRICA?
Justo después de plantear la ordenación de los “viri probati”, el documento deja abierta la posibilidad también de “identificar el tipo de ministerio oficial que puede ser conferido a la mujer, tomando en cuenta el papel central que hoy desempeñan en la Iglesia panamazónica”. La Iglesia entona un “mea culpa” en tanto que “en el campo eclesial la presencia femenina en las comunidades no es siempre valorada”.

11. POR UN ORGANISMO Y UNA “HUCHA” PARA HACER REALIDAD EL SÍNODO
Aunque ya hay organismos regionales efectivos como la REPAM, el documento sinodal establece “considerar la necesidad de una estructura episcopal Amazónica que lleve a cabo la aplicación del Sínodo”. Así, también se pide crear “un fondo económico de apoyo a la evangelización, promoción humana y ecología integral”.

12. CREACIÓN DE MEDIOS DE COMUNICACIÓN CATÓLICOS INDÍGENAS
El Instrumentum laboris plantea que la Iglesia sea altavoz de los derechos y de la cultura indígena a través de la creación de nuevos medios de comunicación, como emisoras radiofónicas y televisivas, aumentar la presencia en internet y otros medios de comunicación masiva.

13. FORMACIÓN Y PROTOCOLOS PARA EVITAR CAER EN LA CORRUPCIÓN
El Instrumentum laboris recoge las dificultades económicas de la Iglesias de la Amazonía, por lo que advierte de que “debe prestar una especial atención a la procedencia de donaciones” así como el objeto de sus inversiones. Por eso, reclama a las Conferencia Episcopales formación y asesoramiento para evitar “una corrupción generalizada”, especialmente frente al narcotráfico. El documento es especialmente incisivo al reclamar “una cultura de la honestidad”, la formación de laicos para el liderazgo económico y político, así como acompañar codo con codo a los pueblos para evitar que sean engañados. En esta línea, también llama a la Iglesia a buscar aliados “para exigir a las empresas que asuman responsabilidades sobre los impactos socio-ecológicos de sus acciones”.

14. SEMINARISTAS INTEGRADOS EN LAS COMUNIDADES
El documento reclama reformar “las estructuras de los seminarios para favorecer la integración de los candidatos al sacerdocio en las comunidades”, así como planes de formación que respondan “a una cultura filosófica-teológica adaptada a culturas amazónicas”.

15. LA NECESIDAD DE UNA TEOLOGÍA INDÍGENA PANAMAZÓNICA
El Instrumentum laboris pide profundizar en una teología indígena panamazónica. “Se pide, por ejemplo, tener en cuenta los mitos, tradiciones, símbolos, saberes, ritos y celebraciones originarios que incluyen las dimensiones trascendentes, comunitarias y ecológicas”, apunta del documento.


CONCLUSIÓN
Monseñor Pedro Barreto, de Perú, vicepresidente del Sínodo: Las tres 'C' del Sínodo, según Barreto: "Conversión, convicción y compromiso"


 3.  DISCURSOS  DEL  PAPA  FRANCISCO  EN  EL  SÍNODO.


Dos discursos llamativos del papa Francisco:
1.       Discurso inaugural
2.       Discurso de clausura
3.       Comentario: ‘En la conciencia ecológica se nos juega el futuro’, Griselda Mutual.


1.  DISCURSO  INAUGURAL  DEL  PAPA  FRANCISCO  EN  EL  SÍNODO  PANAMAZÓNICO

Vaticano, 07.10.2019.

¡Hermanos y hermanas, buenos días!
Bienvenidos a todos y gracias por vuestro trabajo preparatorio: todos han trabajado duro, desde aquel momento en Puerto Maldonado hasta hoy.
El Sínodo para la Amazonia podemos decir que tiene cuatro dimensiones: la dimensión pastoral, la dimensión cultural, la dimensión social y la dimensión ecológica.
La primera, la dimensión pastoral es la esencial, la que abarca todo. Nos acercamos con corazón cristiano y vemos la realidad de la Amazonia con ojos de discípulo para comprenderla e interpretarla con ojos de discípulo, porque no existen hermenéuticas neutras, hermenéuticas asépticas, siempre están condicionadas por una opción previa, nuestra opción previa es la de discípulos. Y también con ojos de misioneros, porque el amor que el Espíritu Santo puso en nosotros nos impulsa al anuncio de Jesucristo; un anuncio -todos sabemos- que no se tiene que confundir con proselitismo, pero nos acercamos a considerar la realidad amazónica, con este corazón pastoral, con ojos de discípulos y misioneros porque nos apura el anuncio del Señor. Y también nos acercamos a los pueblos amazónicos en punta de pie, respetando su historia, sus culturas, su estilo del buen vivir, en el sentido etimológico de la palabra, no en el sentido social que tantas veces le damos, porque los pueblos poseen entidad propia, todos los pueblos, poseen una sabiduría propia, conciencia de sí, los pueblos tienen un sentir, una manera de ver la realidad, una historia, una hermenéutica y tienden a ser protagonistas de su propia historia con estas cosas, con estas cualidades. Y nos acercamos ajenos a colonizaciones ideológicas que destruyen o reducen la idiosincrasia de los pueblos. Hoy es tan común esto de las colonizaciones ideológicas. Y nos acercamos sin el afán empresarial de hacerles programas preconfeccionados, de “disciplinar” a los pueblos amazónicos, disciplinar su historia, su cultura; eso no, ese afán de domesticar los pueblos originarios. Cuando la Iglesia se olvidó de esto, de cómo tiene que acercarse a un pueblo, no se inculturizó; incluso llego a menospreciar a ciertos pueblos. Y cuántos fracasos de los cuales hoy nos lamentamos. Pensemos en De Nobile en India, Ricci en China y tantos otros. El centralismo “homogeneizante” y “homogeneizador” no dejó surgir la autenticidad de la cultura de los pueblos.
Las ideologías son un arma peligrosa, siempre tendemos a agarrar una ideología para interpretar un pueblo. Las ideologías son reductivas, y nos llevan a la exageración en nuestra pretensión de comprender intelectualmente, pero sin aceptar, comprender sin admirar, comprender sin asumir, y entonces se recibe la realidad en categorías, las más comunes son las categorías de “ismos”. Entonces cuando tenemos que acercarnos a la realidad del algún pueblo originario hablamos de indigenismos, y cuando queremos darle alguna pista de salida a su vivir mejor, no le preguntamos, hablamos de desarrollismo. Estos “ismos” reformulan la vida desde el laboratorio ilustrado e iluminista. Son lemas que van echando raíces y programan el acercamiento a los pueblos originarios. En nuestro país, un lema: “civilización y barbarie” sirvió para dividir, para aniquilar y llegó al culmen, hacia fines de los años 80, a aniquilar la mayoría de los pueblos originarios, porque eran “barbarie” y la “civilización” venía de otro lado. Es el desprecio de los pueblos y -voy a la experiencia de mi tierra- eso, “civilización y barbarie”, que sirvió para aniquilar pueblos, todavía sigue en mi patria, con palabras ofensivas, y entonces se habla de civilización de segundo grado, los que vienen de la barbarie; y hoy son los “bolitas, los paraguayos, los paraguas, los cabecitas negras”, siempre ese alejarnos de la realidad de un pueblo calificándolo y poniendo distancias. Esa es la experiencia de mi país. Y después el desprecio. Ayer me dio mucha pena escuchar aquí dentro un comentario burlón, sobre ese señor piadoso que llevó las ofrendas con plumas en la cabeza, decime: ¿Qué diferencia hay entre llevar plumas en la cabeza y el “tricornio” que usan algunos oficiales de nuestros dicasterios? Entonces corremos el riesgo de proponer medidas simplemente pragmáticas, cuando por el contrario se nos pide una contemplación de los pueblos, una capacidad de admiración, que hagan hacer un pensamiento paradigmático. Si alguno viene con intenciones pragmáticas rece el “yo pecador”, se convierta y abra el corazón hacia una perspectiva paradigmática que nace de la realidad de los pueblos.
No hemos venido aquí a inventar programas de desarrollo social o de custodia de culturas, de tipo museo, o de acciones pastorales con el mismo estilo no contemplativo con el que se están llevando adelante las acciones de signo contrario: deforestación, uniformización, explotación. Ellos también hacen programas que no respetan la poesía -me permito la palabra-, la realidad de los pueblos que es soberana. También tenemos que cuidarnos de la mundanidad en el modo de exigir puntos de vista, cambios en la organización. La mundanidad se infiltra siempre y nos hace alejar de la poesía de los pueblos. Venimos a contemplar, a comprender, a servir a los pueblos; y lo hacemos recorriendo un camino sinodal, lo hacemos en sínodo, no en mesas redondas, no en conferencias o en discusiones ulteriores; lo hacemos en sínodo, porque un sínodo no es un parlamento, no es un locutorio, no es demostrar quién tiene más poder sobre los medios y quién tiene más poder entre las redes para imponer cualquier idea o cualquier plan. Esto configuraría una Iglesia congregacionalista, si pretendemos buscar por medio de las encuestas quién tiene mayoría. O una Iglesia sensacionalista tan lejana, tan distante de nuestra Santa Madre la Iglesia católica, o como gustaba decir a san Ignacio: “nuestra Santa Madre la Iglesia jerárquica”. Sínodo es caminar juntos bajo la inspiración y la guía del Espíritu Santo. El Espíritu Santo es el actor principal del sínodo. Por favor, no lo echemos de la sala. Se hicieron consultas, se discutieron en las Conferencias Episcopales, en el Consejo Presinodal, se elaboró el Instrumentum laboris que, como saben, es un texto mártir, destinado a ser destruido, porque es punto de partida para lo que el Espíritu va a hacer en nosotros y, ahora, caminar nosotros bajo la guía del Espíritu Santo. Ahora hay que dejar que el Espíritu Santo se exprese en esta Asamblea, se exprese entre nosotros, se exprese con nosotros, a través de nosotros y se exprese “pese” a nosotros, pese a nuestras resistencias, que es normal que las haya, porque la vida del cristiano es así.
Y entonces, ¿cuál será nuestro trabajo aquí para asegurar que esta presencia del Espíritu Santo sea fecunda? Primero de todo, orar. Hermanas y hermanos: Yo les pido que recemos mucho. Reflexionar, dialogar, escuchar con humildad, sabiendo que yo no sé todo. Y hablar con coraje, con parresia, aunque tenga que pasar vergüenza, decir lo que siento, discernir y, todo esto dentro, custodiando la fraternidad que debe existir aquí dentro. Y para favorecer esta actitud de reflexión, oración, discernimiento, de escuchar con humildad y hablar con coraje. Después de cuatro intervenciones tendremos un espacio de cuatro minutos de silencio. Alguno decía: “Es peligroso, Padre, porque se van a dormir”. La experiencia del Sínodo sobre los jóvenes, que hicimos lo mismo era más bien la contraria, que tendían a dormirse durante las intervenciones, al menos sobre algunas, y se despertaban en el silencio.
Finalmente, estar en el sínodo es animarse a entrar en un proceso. No es ocupar un espacio en la sala. Entrar en un proceso. Y los procesos eclesiales tienen una necesidad. Necesitan ser custodiados, cuidados, como el bebé, acompañados al inicio. Cuidados con delicadeza. Necesitan calor de comunidad, necesitan calor de Madre Iglesia. Un proceso eclesial crece así. Por eso, la actitud de respeto, de cuidar la atmósfera fraternal, el aire de intimidad es importante. Y se trata de no ventilar todo, como viene, afuera. Pero no se trata respecto a quienes debemos informar de un secreto más propio de las logias que de la comunidad eclesial, pero sí de delicadeza y de prudencia en la comunicación que haremos fuera. Y esta necesidad de comunicar fuera a tanta gente que quiere saber, a tantos hermanos nuestros, periodistas, que tienen la vocación de servir a que se sepa, y para ayudar a esto, están previstos los servicios de prensa, los briefings, etc.
Pero, un proceso como el de un sínodo se puede arruinar un poco si yo al salir de la sala digo lo que pienso, digo la mía, y entonces se da esa característica que se vio en algunos sínodos: del sínodo de adentro y del sínodo de afuera. El sínodo de adentro que sigue un camino de Madre Iglesia, de cuidado de los procesos y el sínodo de afuera que, por una información dada con ligereza, dada con imprudencia, mueve a los informadores de oficio a equivocaciones.
Gracias por esto que ustedes están haciendo, gracias por rezar unos por otros, y ánimo. Y, por favor, no perdamos el sentido del humor.


2.  DISCURSO  DE  CLAUSURA  DEL  PAPA  FRANCISCO 
EN  EL  SÍNODO  DE  LA  AMAZONÍA

26 de octubre de 2019 - Redacción ACI Prensa.

El Papa Francisco pronunció, este sábado 26 de octubre, en el Aula Sinodal del Vaticano, el discurso conclusivo del Sínodo de la Amazonía en el que destacó las cuatro dimensiones desarrolladas por los padres sinodales:
la cultural, la ecológica, la social y la pastoral.
A continuación, el texto completo del discurso del Papa Francisco:

Primero de todo quiero agradecer a todos ustedes que han dado este testimonio de trabajo, de escucha, de búsqueda, de buscar poner en práctica este espíritu sinodal que estamos aprendiendo todavía a fijar y que todavía no atinamos a completarlo, pero estamos en el buen camino, estamos en un buen camino, y estamos entendiendo cada vez más qué es esto de caminar juntos, y estamos entendiendo qué significa discernir, qué significa escuchar, qué significa incorporar la rica tradición de la Iglesia a los momentos coyunturales.
Alguno piensa que la tradición es un museo de cosas viejas. A mí me gusta repetir aquello que Gustav Mahler decía: ‘La tradición es la salvaguarda del futuro y no la custodia de las cenizas’. Es como la raíz de la cual viene la savia que hace crecer el árbol para que dé frutos. Tomar eso y hacerlo andar adelante como concebían los primeros padres lo que era la tradición. Recibir y caminar en un mismo sentido. Con esa triple dimensión tan linda de Vicente de (…) ya en el siglo IX. Gracias por todo esto.
Uno de los temas que se han votado, que tuvieron mayoría, tres temas tuvieron mayoría para el próximo sínodo, es el de la sinodalidad. Yo no sé si será elegido ese o no, todavía no me he decidido, estoy reflexionando y pensando. Pero ciertamente puedo decir que hemos caminado mucho y tenemos que caminar más en este camino de la sinodalidad. Muchas gracias a ustedes por esta compañía.
En la Exhortación Postsinodal que, no es obligatorio que el Papa lo haga, lo más probable…, no, perdón, lo más fácil sería: ‘Bueno, acá está el documento, vean ustedes’. De todas maneras, una palabra del Papa de lo que ha vivido en el Sínodo puede hacer bien. Yo quisiera hacerla antes de fin de año de tal manera que no pase mucho tiempo. Todo depende del tiempo que tenga para pensar.
Hablamos de cuatro dimensiones.

1.       La dimensión cultural, la hemos trabajado.
Hablamos de inculturación, de valoración de la cultura, eso con una fuerza muy grande, y yo quedo contento con lo que se ha dicho al respecto, que está dentro de la tradición de la Iglesia. La inculturación…, ya Puebla había abierto esa puerta, por nombrar lo más cercano.

2.       Segundo, la dimensión ecológica,
… que quiero acá rendir homenaje a uno de los pioneros de esta conciencia dentro de la Iglesia, que es el Patriarca Bartolomeo de Constantinopla. Fue de los primeros que abrieron camino para crear esta conciencia, y después de él tantos lo han seguido y con esa inquietud y cada vez con aceleración de progresión geométrica del equipo de París y siguiendo los demás encuentros, ahí nació la Laudato si’ como una inspiración en la que trabajó tanta gente, trabajó tanta gente: trabajaron teólogos, científicos, pastoralistas… Bueno, esta conciencia ecológica que va adelante y que hoy nos denuncia un camino de explotación compulsiva, de destrucción en la cual la Amazonia es uno de los puntos más importantes de esto. Es un símbolo, yo diría, de dimensión ecológica en la que se nos juega el futuro, ¿no es cierto?
En las manifestaciones hechas por los jóvenes, ya sea en el movimiento de Greta o de otros, los chicos salían con el cartel: ‘El futuro es nuestro’. Es decir, no decía ‘ustedes por nuestro futuro’. Es nuestro. Ya la conciencia del peligro ecológico que hay con eso, evidentemente no sólo en la Amazonía, el Congo es otro punto, otros sectores… En mi patria está en el Chaco, en la zona del Impenetrable, que es pequeña, pero también conocemos esto de alguna manera.

3.       Junto con la dimensión ecológica está la dimensión social de la cual hablamos,
… que ya no es sólo que se explota salvajemente lo creado, la creación, sino las personas. Y en la Amazonia aparecen todo tipo de injusticias, destrucciones de personas, explotación de personas, a todo nivel, y destrucción de identidad cultural.
Me acuerdo que llegando a Puerto Maldonado…, creo que lo dije esto, no me acuerdo…, en el aeropuerto no más, un cartel donde la imagen de una chica muy linda, muy bonita: ‘Defendete o cuidate de la trata’. Era la advertencia al turista que llega. La trata escucha, la trata al más alto nivel de corrupción, de personas, a todo nivel. Y esto junto con la destrucción de la identidad cultural, que es otro de los fenómenos que ustedes han señalado muy bien en el documento. La identidad cultural cómo se destruye.

4.       Y la cuarta dimensión, que es la que incluye todas y yo diría que es la principal, es la pastoral, la dimensión pastoral.
El anuncio del Evangelio urge, urge. Pero que sea entendido, que sea asimilado, que sea comprendido por esas culturas. Y se habló de laicos, de sacerdotes, de diáconos permanentes, de religiosos y religiosas tienen que apuntar a ese punto, y se habló de lo que hacen y fortalecer eso.
Se habló de nuevos ministerios inspirados en el ministerio (…) de Pablo VI, de creatividad en esto. Creatividad en los nuevos ministerios y ver hasta dónde se puede llegar. Se habló de seminarios indígenas y con mucha fuerza. Yo agradezco la valentía que tuvo el Cardenal O’Malley para esto porque nos puso el dedo en la llaga en algo que es una verdadera injusticia social que no se les permite, de hecho, a los aborígenes el camino seminarístico y el camino del sacerdocio, ¿no? Creatividad en todo esto de los nuevos ministerios.
Asumo el pedido de rellamar a la comisión, o quizás abrirla con nuevos miembros para seguir estudiando cómo existía en la Iglesia primitiva el diaconado permanente. Ustedes saben que llegaron a un acuerdo entre todos que no era claro. Yo entregué eso a las religiosas, a la Unión General de Religiosas, que fue la que me pidió hacer la investigación, se lo entregué y ahora cada uno de los teólogos está con su línea buscando, investigando en eso. Yo voy a procurar rehacer esto con la Congregación para la Doctrina de la Fe y asumir nuevas personas en esta comisión y recojo el guante del ‘que seamos escuchadas’, recojo el guante.
Me parecieron algunas cosas que hay que reformar. La iglesia siempre tiene que ir reformándose. La formación sacerdotal en el país. Algunos países…, oír, decir…, en un grupo se dijo, acá se dijo una vez, que yo haya escuchado, que se notaba cierta falta de celo apostólico en el clero de la zona no amazónica respecto a la amazónica.
Con el Cardenal Filoni hemos tenido dificultades cuando una congregación religiosa dijo de encontrar sacerdotes de ese país que tomen el Vicariato. ‘Claro, yo no soy para eso’. Bueno, eso hay que reformarlo. La formación sacerdotal en el país que es universal y que hay una responsabilidad de hacerse cargo de todos los problemas de ese país geográfico, de esa Conferencia Episcopal. Pero reformar eso que no existe la falta de celo.
Lo mismo algunos, recuerdo dos, señalaron el tema que quizás no se vea la falta de celo tan fuerte, perdón, haya falta de celo…, fuerte o no, en jóvenes religiosos, como una cosa que hay que tener en cuenta. Los jóvenes religiosos tienen una vocación muy grande y hay que formarlos en el celo apostólico para ir a las fronteras.
Sería bueno que en el plan de formación de los religiosos existiera una experiencia de un año o más en regiones limítrofes. Lo mismo, y esto es una sugerencia que he recibido por escrito, pero la digo, que en el servicio diplomático de la Santa Sede, en el currículum del Servicio Diplomático, los jóvenes sacerdotes al menos pasen un año en tierra de misión, pero no haciendo el tirocinio en la nunciatura como se hace, y es muy útil, sino simplemente al servicio de un Obispo en un lugar de misión.
Eso será estudiado, pero también es una reforma… Y la redistribución del clero en el mismo país. Se dijo, refiriéndose a una situación, que hay una cantidad grande de sacerdotes de ese país en el primer mundo, léase Estados Unidos, Europa, etcétera, y no hay para mandar a la zona amazónica de ese país. Eso habrá que evaluarlo para estar de acuerdo los fidei donum interesados.
Es verdad que, a veces, eso me pasó a mí siendo Obispo en otra diócesis, ‘te viene uno que vos mandaste a estudiar y se enamoró del lugar, y quedó en el lugar con todo lo que ofrece el primer mundo y no te quiere volver a la diócesis’. Y claro, uno por salvar la vocación cede, pero en ese punto…, tener mucho cuidado y no favorecer…
Agradezco los verdaderos sacerdotes fidei donum que vienen a Europa de África, de Asia y de América, pero los que son fidei donum, que devuelven aquel fidei donum que hizo Europa para con ellos. Pero es un peligro los que vienen y se quedan. Voy a decir una cosa muy triste, un Obispo de Italia que tiene tres de estos que se quedaron y que no le van a celebrar una Misa a los pueblitos de la montaña si antes no les llega la oferta. Esto es histórico de acá, de ahora. Entonces, estemos alerta con eso y seamos valientes en hacer esas reformas de redistribución del clero en el mismo país.

Un punto aparte pastoral fue el de la mujer.
Evidentemente la mujer, lo que se dice en el documento queda corto en lo que es la mujer…, en la transmisión de la fe, en conservar la cultura… Quisiera solamente subrayar esto: que todavía no nos hemos caído en la cuenta de lo que significa la mujer en la Iglesia. Y por ahí nos quedamos solamente en la parte funcional, que es importante, que tienen que estar en los consejos, todo lo que se dijo, eso sí. Pero el papel de la mujer en la Iglesia va mucho más allá de la funcionalidad, y eso es lo que hay que seguir trabajando.

Después se habló de reorganizaciones.
Se hace al final del documento, y vi que, a algunos, por los votos, no les parecía, organismos de servicio siguiendo la REPAM. Hacer una especie…, no sé, que la REPAM tenga más consistencia, una especia de cara amazónica…, no sé, de progresar en la organización, progresar en las semi conferencias episcopales. O sea, hay Conferencia Episcopal del país, pero también hay una semi Conferencia Episcopal parcial de una zona. Eso se hace en todos lados. Acá en Italia está la Conferencia Episcopal Lombarda. Hay países que tiene Conferencias Episcopales sectoriales. Por qué no los países que tienen Amazonia, hacer pequeñas Conferencias Episcopales Amazónicas que pertenecen a la general, pero trabajan su trabajo. Ir organizando esa estructura tipo REPAM, tipo CELAM Amazónico. Ir abriendo.

Se habló de una reforma ritual, abrirse a los ritos,
… eso está dentro de las competencias de la Congregación para el Culto Divino y puede hacerlo siguiendo los criterios y eso sé que lo pueden hacer muy bien y hacer las propuestas necesarias que la inculturación pide, pero siempre jueguen al desborde, siempre más allá, ¿no es cierto? No sólo organización ritual, organización de otro tipo, no sé, lo que vaya inspirando el Señor.
De las 23 Iglesias con rito propio, que se mencionaron en el documento, que fueron saliendo al menos en el pre documento, creo que al menos 18 sino 19 son además Iglesias sui iuris, que empezaron de chiquito, ir armando tradiciones hasta donde el Señor nos lleve, no tenerles miedo a las organizaciones que custodian una vida especial, siempre con ayuda de la Santa Madre Iglesia, madre de todos, que nos va guiando en este camino para no separarnos. No les tengan miedo.

Respecto a la organización de la Curia Romana,
… una contribución, me parece que hay que hacerlo, y yo hablaré ya cómo hacerlo con el Cardenal Turkson, habría una sección amazónica dentro del Dicasterio de la Promoción del Desarrollo Humano Integral, de tal manera que, como no tienen trabajo, les voy a…

Quiero, además de agradecerles a ustedes, que ya lo hice, agradecer a todos los que trabajaron fuera, sobre todo de esta sala. Bueno, a los secretarios que han ayudado a que…, a la secretaría escondida, a los medios, a los equipos de difusión, a los que prepararon los encuentros y las comunicaciones… A los grandes escondidos que hacen posible que una cosa vaya adelante.
La famosa reggia que nos ha ayudado tanto. A ellos un agradecimiento también. Incluyo a la presidencia de la Secretaría General en agradecimiento con todo.
Y un agradecimiento a los medios de comunicación, que yo pensé que iban a estar acá para escuchar la votación, como es pública la votación…, por lo que han hecho. Gracias por este asunto, por este favor que nos hacen al difundir al Sínodo.
Yo les pediría un favor, que en la difusión que hagan del documento final se detengan sobre todo en los diagnósticos, que es la parte pesada, que es la parte realmente donde el Sínodo se expresó mejor. El diagnóstico cultural, el diagnóstico social, el diagnóstico pastoral y el diagnóstico ecológico. Porque la sociedad tiene que hacerse cargo de esto.
El peligro puede ser que se entretengan, quizás, es un peligro, no digo que lo hagan, pero la sociedad lo pide a veces en…, a ver qué decidieron en esta cuestión disciplinar, qué decidieron en otra, ganó este partido, perdió este. En pequeñas cosas disciplinares, que tienen su trascendencia pero que no harían el bien que tiene que hacer este Sínodo: que la sociedad se haga cargo del diagnóstico que nosotros hemos realizado en las 4 dimensiones.
Yo les pediría a los medios que lo hagan. Siempre hay un grupo de cristianos elite que le gusta meterse como si fuera universal en este tipo de diagnóstico, pero pequeñitos, o en este tipo de resoluciones más disciplinares intereclesiásticas, no digo intereclesiales, intereclesiásticas, y hacer que el mundo ganó tal sección, ganó tal otra. No, ganamos todos con los diagnósticos que hicimos y hasta donde llegamos en las cuestiones pastorales e interclesiásticas, pero que no se encierren en eso.
Pensando hoy en estas élites católicas y cristianas a veces, pero sobre todo católicos que quieren ir a la cosita y se olvidan de lo grande, me acordé de una frase de Péguy y la fui a buscar, trato de traducirla bien, creo que nos puede ayudar cuando describe estos grupos que quieren la cosita y se olvidan de la cosa: ‘Porque no tienen el coraje de estar con el mundo, ellos se creen de estar con Dios. Porque no tienen el coraje de comprometerse en las opciones del hombre, en las opciones de vida del hombre, se creen de luchar por Dios. Porque no aman con ninguno, se creen de amar a Dios’.
A mí me iluminó mucho. No caer prisioneros de estos grupos selectivos que del Sínodo van a querer ver qué se decidió sobre este punto intereclesiástico y sobre este otro y van a negar el cuerpo del Sínodo que son los diagnósticos que hemos hecho en las cuatro dimensiones.

Gracias de corazón, perdónenme la petulancia y recen por mí.


3.  EL  PAPA :  “ EN  LA  CONCIENCIA  ECOLÓGICA  SE  NOS  JUEGA  EL  FUTURO ”
Comentario :  Griselda  Mutual.  Ciudad  del  Vaticano.


El Papa Francisco cerró los trabajos en el Aula del Sínodo en la tarde de este 26 de octubre. Y anunció que quisiera publicar la exhortación postsinodal “antes de fin de año”. Un repaso por los puntos abordados en el documento conclusivo del Sínodo realizó el Papa Francisco en la conclusión de los trabajos durante la 16ª Congregación General, la última antes de que oyera el rezo del Te Deum sellando las semanas de reflexión y discernimiento de los padres sinodales y de los auditores en el Aula: el Sumo Pontífice agradeció ante todo a los participantes en el Sínodo, que “han dado testimonio de trabajo, de escucha, de búsqueda” en un espíritu sinodal que aún se está aprendiendo, dijo, a “fijar”.
“El Sínodo para la Amazonía podemos decir que tiene cuatro dimensiones: la dimensión pastoral, la dimensión cultural, la dimensión social y la dimensión ecológica”, había dicho Francisco dando inicio a los trabajos en el Aula del Sínodo el pasado 7 de octubre. Hoy, en la conclusión, sobre las mismas cuatro dimensiones posó su reflexión sobre el documento sinodal, presentado y votado en Aula.

1.       LA INCULTURACIÓN ESTÁ DENTRO DE LA TRADICIÓN DE LA IGLESIA
En la dimensión cultural, se habló de la inculturación “de valoración de la cultura” dijo el Papa, “con una fuerza muy grande”: “quedo contento con lo que se ha dicho al respecto, que está dentro de la tradición de la Iglesia”.

2.       EN LA CONCIENCIA DE LA DIMENSIÓN ECOLÓGICA SE NOS JUEGA EL FUTURO
Recordando que el Patriarca Bartolomé fue uno de los pioneros en generar conciencia de la dimensión ecológica, y recordando la trayectoria de la misma, el Pontífice subrayó que “esta conciencia ecológica, hoy nos denuncia un camino de explotación compulsiva, de destrucción” del cual la Amazonía “es un símbolo”. En esta dimensión, afirmó, “se nos juega el futuro”.

3.       LA TRATA “ESCUCHA”
Junto a la dimensión ecológica está la dimensión social, prosiguió, “que ya no es sólo lo que se explota salvajemente, lo creado, la creación”, sino “las personas”: “En Amazonia aparece todo tipo de injusticias, destrucciones de personas, explotación de personas a todo nivel, y destrucción de la identidad cultural”, constató, y recordó un cartel visto durante su visita a Puerto Maldonado, que advertía sobre la trata de personas: “La trata escucha, ¿no? La trata al más alto nivel de corrupción, pero de personas a todo nivel”.

4.       EL EVANGELIO DEBE SER ASIMILADO Y COMPRENDIDO
Es urgente que sea anunciado y asimilado el anuncio del Evangelio, exhortó Francisco, subrayando sin embargo que el mismo debe ser “asimilado y comprendido por esas culturas”. De ahí la necesidad de “fortalecer” el trabajo que realizan los laicos, sacerdotes y diáconos permanentes, religiosos y religiosas.


5.       INJUSTICIA SOCIAL QUE NO SE PERMITA A ABORÍGENES EL CAMINO SEMINARÍSTICO
“Se habló de nuevos ministerios, inspirados en la Ministeria quaedam de Pablo VI, de creatividad en esto" expresó el Papa pidiendo "creatividad en los nuevos ministerios", y ver "hasta dónde se puede llegar”. Francisco agradeció también “la valentía del cardenal O’Malley” al hablar de los seminarios indígenas: “Es una verdadera injusticia social, que no se le permite de hecho a los aborígenes el camino seminarístico y el camino del sacerdocio”.

6.       LA COMISIÓN DE ESTUDIO SOBRE EL DIACONADO FEMENINO: TAL VEZ NUEVOS MIEMBROS
Desglosando algunos de los puntos de documento, el Papa Francisco también asumió el pedido de volver a convocar a la comisión para estudiar el diaconado femenino en la Iglesia, indicando la posibilidad de volver a abrirlo “quizá con nuevos miembros”, y señaló su empeño en rehacer esto “con la Congregación para la Doctrina de la Fe”.

7.       LA IGLESIA SIEMPRE DEBE IR REFORMÁNDOSE
Porque “la tradición es la salvaguarda del futuro y no la custodia de las cenizas”, el Pontífice aseguró que la Iglesia “siempre tiene que ir reformándose”, y abordó algunas cuestiones al respecto, como el tema de la formación sacerdotal, sobre el cual recordó haber oído que se nota en algunos países “cierta falta de celo apostólico en el clero de la zona no amazónica respecto a la zona amazónica”. “Los jóvenes religiosos tienen una vocación muy grande -corroboró- y hay que formarlos en el celo apostólico para ir a las fronteras”.

8.       CANDIDATOS AL SACERDOCIO Y NUNCIOS, AL MENOS UN AÑO EN TIERRA DE FRONTERAS
De ahí que sugiriera que en el plan de formación de los religiosos existiera “una experiencia de un año o más en regiones limítrofes” “al servicio de un obispo en un lugar de misión”. Misma sugerencia para el servicio diplomático de la Santa Sede, presentada por escrito al Papa y sugerida por él mismo en su discurso de clausura. Además, entre las reformas, se refirió a la “redistribución del clero en el mismo país”: sucede que hay muchos sacerdotes en los países del primer mundo, y “no hay para mandar a la zona amazónica”: “Los fidei donum interesados”, lamentó. “Te viene uno que vos lo mandaste a estudiar y se enamoró del lugar y quedó en el lugar y con todo lo que ofrece el primer mundo y no te quiere volver a la diócesis. Y claro, uno por salvar la vocación, cede”. Pero en ese punto -advirtió Francisco- : "tener mucho cuidado y no favorecer”. “Seamos valientes en hacer esas reformas de redifusión del clero en el mismo país”.

9.       EL PAPEL DE LA MUJER EN LA IGLESIA “VA MUCHO MÁS ALLÁ”
Según Francisco lo que se dice en el documento sobre la pastoral de la mujer “queda corto”, pues, “todavía” no se ha “caído en la cuenta” de lo que significa la mujer en la Iglesia: “Nos quedamos solamente en la parte funcional”, observó, “pero el papel de la mujer en la Iglesia va mucho más allá de la funcionalidad. Y eso es lo que hay que seguir trabajando. Mucho más allá”.

10.   ORGANISMOS ECLESIALES REGIONALES: ABRIR ESPACIOS
Sobre el tema de la creación de un organismo eclesial de servicio en la región amazónica, el Papa alentó a “progresar”: una de sus sugerencias fue “que la REPAM tenga más consistencia” o “hacer conferencias episcopales sectoriales”, como de hecho ya hay en otros lugares. En definitiva, alentó a ir “abriendo” a otras realidades.  

11.   OTROS RITOS: LA SANTA MADRE IGLESIA NOS GUÍA, NO TENER MIEDO
Acerca del propuesto “rito amazónico” el Pontífice señaló que es competencia de la Congregación para el Culto Divino, a quienes animó a ir “siempre más allá”. Recordó además que de las 23 iglesias con rito propio que se mencionaron en el documento, “al menos 18 sino 19 son iglesias sui iuris y empezaron de chiquito”, “armando tradiciones”: no tenerle miedo –animó- a las organizaciones que custodian una vida especial”. Siempre con la ayuda de la Santa Madre Iglesia, madre de todos, que nos va guiando en este camino para no separarnos. No le tengan miedo".
Y siguiendo con la organización de la curia romana afirmó que según él -de acuerdo con el documento - "hay que abrir una sección amazónica" dentro del Dicasterio para la Promoción Humana Integral.

12.   A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN: NADIE HA PERDIDO, TODOS HEMOS GANADO
Manifestando su gratitud a todos los que trabajaron fuera del sínodo, se dirigió en particular a los medios de comunicación, a quienes les pidió el favor de  que en la difusión del documento final, se detengan en “los diagnósticos”: Diagnóstico cultural, diagnóstico social, el diagnóstico pastoral y el diagnóstico ecológico.

13.   NO SE ENCIERREN EN CUESTIONES INTRAECLESIÁSTICAS: DIFUNDAN LOS DIAGNÓSTICOS
Esto porque,  dijo el Papa “la sociedad tiene que hacerse cargo de esto”. No quedarse en las pequeñas “cuestiones disciplinares”, pidió, sino transmitir el documento de modo que “la sociedad se haga cargo del diagnóstico que nosotros hemos realizado”. “No se encierren”, insistió, “en cuestiones intraeclesiásticas”, yendo “a la cosita” y olvidándose de la “cosa”. A propósito de esto, el Romano Pontífice tradujo para los presentes una frase del filósofo Charles Péguy: “’Porque no tienen el coraje de estar con el mundo, ellos se creen de estar con Dios. Porque no tienen el coraje de comprometerse en las opciones de vida del hombre, se creen de luchar por Dios. Porque no aman a ninguno, se creen de amar a Dios’. A mí me iluminó mucho, no caer prisioneros de estos grupos selectivos que del sínodo van a querer ver qué se decidió sobre este punto intraeclesiástico o sobre este otro, y van a negar el cuerpo del sínodo que son los diagnósticos que hemos hecho en las cuatro dimensiones.”

“Gracias de corazón, perdónenme la petulancia y recen por mí, por favor. Gracias”, concluyó.

Nota Pedro Pierre. En el discurso del papa, el último párrafo (= punto 13) se refiere a los “cristianos de élite” a quienes dedica la frase de Charles Péguy.


 4.  DOS  ARTÍCULOS  DE  FREI  BETTO  SOBRE  EL  SÍNODO.

1.      La Amazonia, el rostro ecológico de Dios
2.       El Sínodo de la Amazonía: un balance


Artículo  1 :  LA  AMAZONIA,  EL  ROSTRO  ECOLÓGICO  DE  DIOS, Frei Betto

El Sínodo de la Amazonia, convocado por el papa Francisco para octubre, tendrá lugar en Roma, una decisión equivocada del Vaticano, porque fue convocado inicialmente para celebrarse en el corazón de la selva. Allí se debatirá de más asuntos que de la presencia de la Iglesia Católica en esa región interconectada y cada vez más violenta y desigual.
El bioma amazónico abarca nueve países y ocupa más de 7 mil millones de kilómetros cuadrados habitados por 34 millones de personas, de las cuales 3 millones son indígenas que hablan 340 idiomas diferentes. Allí, cada metro cuadrado tiene más diversidad que cualquier otro lugar del planeta. El bioma posee tres tipos de ríos: los de superficie; el subterráneo, conocido como “alter do chao”; y los “ríos voladores”, así llamados porque acumulan vapor en la atmósfera y lo distribuyen en forma de lluvia por toda la América del Sur.
La Amazonia tiene una gran relevancia en el ciclo del carbono, ya que lo absorben sus miles de millones de árboles e impiden su liberación en la atmósfera en forma de gas. Reduce así el calentamiento de la Tierra.
Las cuatro dádivas de la región son: pueblos que saben vivir de la selva y en la selva sin amenazarla, el ciclo de las aguas y del carbono, la biodiversidad y la regulación del clima.
Según el papa Francisco, “los pueblos amazónicos originarios nunca han estado tan amenazados en sus territorios como en la actualidad”. Con su sabiduría ancestral, ellos nos enseñan a relacionarnos con la naturaleza, los demás seres humanos y Dios. No obstante, ahora son víctimas de asesinatos, expulsiones de sus tierras, la actividad de los acaparadores de tierra y las mineras, la deforestación y la prohibición de reunirse y organizarse.
La Iglesia está consciente de que si ahora defiende la causa indígena, que tiene tantos mártires, por otro lado aún no se ha liberado de la influencia del proyecto colonizador que imperó en el pasado. El Sínodo busca justamente implantar una Iglesia poscolonial y solidaria, con rostro amazónico e indígena. Para la Iglesia, la región es mucho más que un lugar geográfico; es también un lugar teológico, en el que se transparenta la faz del Dios creador.
No hay modo de mantener la floresta en pie sin la sabiduría de los pueblos que la habitan. El “capitalismo verde” no sirve, porque se rige por las leyes del mercado y busca patentar principios y esencias, privatizar el agua y promover la piratería de los saberes populares.
Los pueblos indígenas conservan una sintonía holística con el Cosmos. Sus sentidos aguzados mantienen un diálogo permanente con la naturaleza. Conocen cada ruido, predicen la llegada de la lluvia o la seca, identifican los recursos medicinales de las plantas. El indio no es un individuo en la naturaleza. Su cuerpo, el territorio que habita y la naturaleza forman una unidad.
Los indígenas respiran una cultura que se traduce, de hecho, en una espiritualidad de la reciprocidad. Con ritos y fiestas, celebran la exuberancia de la naturaleza y exorcizan los espíritus malignos. Sin recurrir a la escritura, transmiten de generación en generación la cultura del cuidado de la floresta y del respeto a todos los seres vivos. Para ellos, la tierra no es un bien económico, sino un don gratuito de Dios en el que descansan sus antepasados, y un espacio sagrado con el que interactúan para preservar su identidad y sus valores.
Pero se ven sometidos a serias amenazas debido a una concepción equivocada del desarrollo y la riqueza, que les codicia las tierras para implantar proyectos extractivos y agropecuarios, indiferente a la degradación de la naturaleza y a la destrucción de sus culturas. En la Amazonia se manifiestan cinco grandes síntomas de la crisis planetaria: 1. el cambio climático; 2. el envenenamiento del agua; 3. la pérdida de la biodiversidad; 4. la degradación de la calidad de la vida humana y de la naturaleza; 5. los conflictos sociales marcados por la violencia y los asesinatos.
La convocatoria del Sínodo Panamazónico por el papa Francisco es una buena nueva para toda la humanidad.

Frei Betto es autor, entre otros libros, de “A obra do artista - Uma visão holística do Universo” (José Olympio).

www.freibetto.org/> twitter:@freibetto.
Traducción de Esther Perez


 Artículo  :  EL  SÍNODO  DE  LA  AMAZONIA :  UN  BALANCE,  Frei  Betto.

Mañana termina el sínodo convocado por el papa Francisco para debatir sobre la presencia de la Iglesia Católica en la Amazonia. Además de los obispos, se convocó a teólogos, líderes indígenas y asesores de movimientos pastorales y sociales.
En el discurso de apertura del evento (6 de octubre), el papa señaló su rumbo: “Dios nos guarde de la ambición de los nuevos colonialismos. El fuego atizado por intereses que destruyen, como el que devastó recientemente la Amazonia, no es el del Evangelio. El fuego de Dios se alimenta con el compartir, no con el lucro”.
El Documento de trabajo preparatorio despertó polémicas dentro y fuera de la Iglesia por su avanzado contenido. Como los pueblos indígenas no aceptan la soltería en los adultos, se pensó en la posibilidad de ordenar sacerdotes indígenas casados, lo que provocó una fuerte reacción de los sectores conservadores. La propuesta no logró la aprobación del Sínodo, aunque se reforzó el protagonismo indígena en la actividad evangelizadora.
Bolsonaro temía que el Sínodo desacreditara mundialmente su gobierno, al denunciar las políticas antindigenistas y antiambientalistas adoptadas por el Planalto. Llegó a movilizar a la Agencia Brasileña de Inteligencia para intentar neutralizar la línea vaticana. Pero no fue necesario que el Sínodo denunciara cómo trata el Planalto los temas amazónicos. Los recientes incendios y los múltiples discursos de nuestras autoridades sobre la cuestión indígena, incluidas las ofensas al cacique Raoni, fueron suficientes para que la opinión pública mundial se percatara de la desatención del gobierno.
El papa Francisco no sorprendió a ninguno de los nueve gobiernos amazónicos. Su única encíclica, Laudato Si(Loado Sea - Sobre el cuidado de la casa común), divulgada en mayo de 2015, que trata sobre la cuestión socioambiental, es de tal contundencia que llevó a Edgar Morin a admitir que no hay, en la historia de la ecología, un documento más osado que ese, porque todos se enfocan en los efectos de la devastación socioambiental, pero Francisco va más allá, a la denuncia de sus causas.
Las semillas plantadas por el Sínodo demorarán en dar frutos, como ocurrió con el Concilio Vaticano II. Pero lo harán. Al dar voz en el Vaticano a indígenas, pescadores, extractores de caucho y otros representantes del pueblo amazónico, Francisco estableció un precedente que, sin dudas, incomodó a los conservadores, pero que acercó aún más a la Iglesia a sus raíces evangélicas.
El documento final del Sínodo fue revisado por la Curia Romana, cuya tendencia era ignorar el contenido formulado por los participantes reunidos en 12 grupos sinodales e imponer sus propias ideas. Presentado a la asamblea sinodal el martes 22 de octubre, esta reaccionó con descontento ante un texto que le pareció abstracto, lo que condujo a la suspensión de las sesiones del miércoles y el jueves para incorporarle las contribuciones de los participantes. La primera versión ignoraba el carácter holístico de la realidad amazónica, en la que todo y todos están interconectados, como expresa Francisco en su encíclica, así como el ministerio pastoral de las mujeres y la presencia de la Iglesia en la defensa de los pueblos y el bioma amazónicos.
Pero los 185 delegados oficiales del Sínodo, casi todos obispos, fueron unánimes en cuanto a la devastación ecológica de la Amazonia causada por las empresas extractivistas (petróleo, minería y madera), los ganaderos, el monocultivo y las hidroeléctricas.
Los participantes les propusieron a todas las naciones un estilo de vida sustentable, de respeto a la Madre Tierra, siguiendo el ejemplo de los pueblos indígenas. “Es indispensable la conversión ecológica a una vida sobria. Eso implica cambios de mentalidad, estilo de vida, modos de producción, prácticas de acumulación, de consumo y de desperdicio”, propuso el grupo sinodal integrado por los hablantes de portugués. Los hispanoparlantes añadieron que esa conversión debe conducir a la Iglesia a “asumir su papel profético y denunciar la violación de los derechos humanos de las comunidades indígenas y la destrucción del territorio amazónico”.
Ahora, las deliberaciones del Sínodo pautan la acción de la Iglesia Católica, no solo en la Amazonia, sino en todo el mundo.



 5.  LA  CIVILIZACIÓN  DE  LOS  BÁRBAROS,  Francisco  José  Bosch.

Amerindia, 24 de Octubre de 2019.

Nuevos caminos desde la Amazonia para todo el kosmos.
Un lema: “civilización y barbarie” sirvió para dividir, para aniquilar y llegó al culmen, hacia fines de los años 80, a aniquilar la mayoría de los pueblos originarios, porque eran “barbarie” y la “civilización” venía de otro lado (Francisco a la 1ª Congregación General de la Asamblea del Sínodo Panamazónico).

El sistema mundo necesita dar un giro drástico, necesita una conversión en su modo de vida: una vuelta radical, un volver a la raíz, a los ritmos de la vida y la sabiduría de los pueblos. La Iglesia, conducida por el Papa Francisco, quiere ser una enorme caja de resonancia para que estos ‘nuevos caminos’ que se deben andar, sean desde la voz de ‘los condenados de la tierra’. 
Para hacer este cambio de paradigma, que no sea un remiendo pragmático (ni dentro de la Iglesia, ni fuera de ella), me parece intuir que estamos frente a un nuevo movimiento de época: unir grito de las mujeres, los pobres y la tierra desde una conversión a la cultura popular, al cultus que cría cada comunidad en su territorio para cuidar las religaciones fundamentales que sostienen la vida. 

PARTIR DE LA RISA A LOS ‘EMPLUMADOS’
‘Se acordó de los emplumados y aquí estamos como pueblos indígenas’, desde el Sinodo, Gregorio Díaz Mirabal, coordinador de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA).
Los emplumados encaminan las carabelas en sentido opuesto. Cargan allí sus redes, sus colores, sus sabores, sus relatos, sus fiestas. Llevan en su piel los gritos de sus hermanxs y de su tierra bendita. Al otro lado del charco los espera uno de los responsables de orquestar la invasión hace cinco siglos. 
Son recibidos entre sonrisas, como hermanos, como protagonistas de un camino compartido. Pero, como era de esperarse, algunos miran escondidos detrás de las grandes columnas del templo y murmuran. Osan reírse de los emplumados, burlarse de su vuelta al viejo mundo. 
El agua se parte en dos, de un lado quedan los reglamentos, los ritos, la disciplina de los que no dudan hace siglos. Ellos también tienen sus risas socarronas, ese humor que genera víctimas. Al otro lado del agua, una canoa cargada en hombros que viaja por la plaza San Pedro, un Obispo de Roma compañero, unas cuantas mujeres que no bajan la mirada nunca más, unos cuantos indios que no se callan nunca más. 

LA CONVERSIÓN DESDE LOS ‘DESALMADOS’
Los países desarrollados se han enriquecido en gran medida gracias al colonialismo. Ignoran esto, y esperan continuar con su vida cómoda. La pregunta es: ¿cómo llevar la conversión a los antiguos colonizadores? (Circulo menor Inglés-francés, 18 de octubre de 2019, Sínodo Panamazónico).
El Siglo XVI tuvo un sínodo parecido al actual, pero en Valladolid. Allí juristas y teólogos discutieron sobre ‘La nueva España’ y ‘los naturales’. Los indios de América eran objeto de debate, de mentes ilustradas y europeas, que querían definir con mayor o menor humanismo, su destino. La controversia central entre las posturas de Gines de Sepulveda y Bartolome de las Casas enfrentaba una superioridad natural de los almados, sobre la inferioridad de los desalmados. Paradójicamente los racionales almados eran lo que estaban en un proceso de exterminio de los desalmados. 
Quinientos años después, los desalmados son sujetos de la nueva controversia de época: ¿Cuáles son los vínculos fundamentales para sostener la vida en el planeta? Los maestros de esta nueva disputa son los pueblos indios de Nuestra América, que nombran ‘Buen vivir’ al Proyecto de Reino de Dios de nuestro hermano de Jesús. 
El dios del mercado, del extractivismo y las fronteras tiene un rostro concreto en el norte del mundo. Los civilizados le han puesto nombre a su liderazgo, quieren salvar su modo de vida, sus privilegios, y un tal Donald es su conducción. El Dios de la vida, de los pueblos originarios y del encuentro también tiene un liderazgo en este tiempo de crisis sistémica: el papa Francisco. 

NUEVOS CAMINOS SON NUEVOS MÉTODOS
‘La escucha no es nada fácil’ (Instumentum Laboris 3).
América Latina tiene una intuición fundamental para compartir al mundo. El Papa Francisco parece decidido a gastar las fuerzas de su vejez en ese despertar: la voz de lxs de abajo va a salvar el mundo. Hay que volver a escuchar por vocación creyente, por necesidad de supervivencia, por exigencia histórica. 
Una enorme escuela de escuchadores nos precede: un carpintero frente a una mujer Cananea desesperada, un loco del espíritu que desde Asís dijo que "Debemos evangelizar en todo momento, y si es necesario, con palabras", un brasilero que redescubrió la dinámica reciproca del universo en los procesos educativos, un salvadoreño que escuchó para ser abogado de los pobres, y tantos escuchadores de comunidad que hoy viven en NuestrAmérica. 
Una estampa del sínodo en Roma, quizás nos ayude a pensar este método dialógico: una canoa y una red, en medio de un pueblo, diverso en pieles y saberes. 
-          Contemplar la poesía de los pueblos: admirar la voz soberana y creadora de cada comunidad, ser escuchadores de la fe que se experimenta abajo (mandato del Dt 6,4 y confirmación del apóstol Rom 10,17).
-          Pesca hermenéutica en la fuente: encontrar dentro de las dinámicas logomíticas de los pueblos las herramientas de interpretación que ellos mismos tienen. La red es esa herramienta compleja y artesanal que nos recuerda que todo está vinculado. Allí tensionar esa mirada con las palabras que dan vida desde la fuente, de la Tradición (mayúscula). 
-          Cultivar pescadores: realizar un compromiso comunitario desde los gritos, buscar caminos colectivos para religarse con la vida. Cuidar la tierra, cultivar el tejido social, en cada territorio.
Se trata, en definitiva, de la conversión del centro a la periferia, de los de arriba a los de abajo desde una nueva síntesis de las narraciones profético-sapienciales de nuestros pueblos, en dialogo con la Tradición. 
-          Quizás, de esta forma, la iglesia sea compañera del Espíritu para cambiar el mundo desde abajo.
-          Quizás así, las asambleas eclesiales en cada territorio, ayuden a que ‘el consuelo liberador del evangelio’ sea una realidad en medio nuestro: rostro asambleario de un Dios-comunidad.
-          Quizás ya no tengamos un Arca de Noé para salvar a algunos, pero sí nos quede una canoa donde caben todos los saberes y vínculos primordiales. 
-          Quizás el papa del fin del mundo, sea también el papa del fin de este mundo. 

Francisco Bosch, Sistematizador de teologías narrativas en NuestrAmérica (Amerindia y Cebs)
Foto: Gilherme Carvalli


 6.  INCULTURACIÓN  E  INTERCULTURALIDAD  en  el  Sínodo  Panamazónico,
Juan  Manuel  Hurtado  López

Amerindia - 27 de Junio de 2019.

Al leer el Instrumentum Laboris (Documento de trabajo) para el Sínodo Panamazónico, son muchas las cuestiones que merecen nuestra reflexión teológica y eclesiológica. De esto se trata, de encontrar nuevos caminos para una ecología integral, para una evangelización inculturada, para un nuevo rostro de Iglesia, sobre todo en los pueblos originarios de la Amazonía, pero con repercusiones para todos los pueblos y para la Iglesia universal.
La propuesta es tal, que se espera con audacia salga algo nuevo. Se espera un auténtico kairós que despierte muchas sinergias que puedan traer mucho fruto para toda la Iglesia y la creación. Por lo pronto, el Espíritu ya está actuando.
El Instrumentum laboris del Sínodo panamazónico habla de inculturación y de interculturalidad. Esto lo hace en su Tercera Parte: “Desafíos y esperanzas”, capítulos 1 y 2, Nos. 107, 108, 120 a 122. Sólo estas dos tareas plantean un panorama amplísimo de reflexión y profundización teológica y eclesiológica. Por don de Dios esta tarea ya se inició desde el s. I con los mismos apóstoles al tratar de llevar el mensaje a los pueblos de cultura griega y luego mediterránea, más de lengua latina.
Bellamente lo expresa el Documento al decir: “En los distintos pueblos, que experimentan el don de Dios según su propia cultura, la Iglesia expresa su genuina catolicidad y muestra «la belleza de este rostro pluriforme”. Esta tarea ha continuado y se ha encontrado con la pluralidad del don de Dios, según que cada pueblo lo puede expresar. En el No. 120 afirma el Documento: El Espíritu creador que llena el universo (cf. Sab 1,7) es el que durante siglos ha alimentado la espiritualidad de estos pueblos aún antes del anuncio del Evangelio y el que les mueve a aceptarlo desde sus propias culturas y tradiciones. Dicho anuncio ha de tener en cuenta las “semillas del Verbo” [56] presentes en ellas. También reconoce que en muchos de ellos la semilla ya ha crecido y dado frutos”.
Esta misión de la Iglesia de inculturar el Evangelio y de relación intercultural con todos los pueblos, exige dos condiciones previas e ineludibles:
-          que se respete la totalidad de las culturas de los pueblos originarios: sus mitos, sus ritos, sus lugares sagrados, su lenguaje, sus valores ancestrales, sus tradiciones, su espiritualidad; y
-          que se respete la totalidad del Evangelio de Jesús: no recortarlo, no ampliarlo, no suavizarlo, no callarlo. Respetarlo en su forma íntegra según lo consignan las cuatro narraciones evangélicas que nos presentan la vida de Jesús, su predicación, pasión, muerte y Resurrección y el Envío del Espíritu Santo.
Sólo entonces puede empezar un fructífero y profundo diálogo de discernimiento entre el Evangelio y las culturas de los pueblos, sólo entonces puede inculturarse el Evangelio y vestirse del rico ropaje del genio cultural de cada pueblo. Ahí y sólo entonces irán brotando ministerios eclesiales autóctonos acordes con la cultura milenaria de los pueblos que logren expresar el corazón de los distintos pueblos y el contenido del Evangelio. El encuentro es lo que crea los nuevos ministerios. Esta profunda misión irá dando otro rostro a la Iglesia, como esperamos que acontezca en la Amazonía y en otras partes.
A su vez, el Evangelio saldrá enriquecido, profundizado. Las culturas de los pueblos nos ayudan a entender con más profundidad lo que ya está dicho en el Evangelio, pero que el Verbo de Dios ya había sembrado desde el inicio como “Semillas de la Palabra”. Así, el Espíritu nos irá conduciendo hacia la verdad plena (Jn 16, 13). Cuando este diálogo, entre culturas de los pueblos y Evangelio, acontezca, veremos cosas nuevas, fruto de la acción del Espíritu y de la misión de la Iglesia.
Tenemos mucha esperanza en que el Sínodo Panamazónico sea un verdadero kairós para toda la Iglesia.



7.  ¿ PROFECÍA  O  HEREJÍA ?
LOS  ECOS  DEL  SÍNODO  DE  LA  AMAZONÍA.

… Y la Madre Tierra se hizo Evangelio. Y habitó entre nosotros.

Amerindia, 30.10.2019. Jesús Bastante.

"Más que ser ordenadas, queremos participar en el proceso, y no ser excluidas en la toma de decisiones. Y eso no debe ser así. Tenemos que participar de todo. Porque el día en que nosotras nos pongamos en huelga, vamos a ver cómo será la Iglesia sin las mujeres"
Las imágenes robadas y tiradas al río, recuperadas, presidieron el encuentro, organizado en los jesuitas de Serrano y convocado por PPC, Entreculturas y el Banco Sabadell
-          Berzosa: “Yo mujer, en esta estructura de Iglesia, no me gustaría ser ordenada. En otra estructura, puede ser que sí"
-          María Luisa Berzosa, el cardenal Porras, Arizete Miranda y Fernando López, sj., protagonistas del debate
-          Arizete: "Celebramos, presidimos, y a Dios no le hacemos ningún mal. El día en que nos pongamos en huelga, vamos a ver cómo será la Iglesia sin las mujeres"
-          Porras: "Hay que avanzar para que las mujeres no sólo hablen, sino que tengan voto"
-          Fernando López: Este es un tiempo de profecía, de anuncio y de denuncia. Es necesario un proyecto común que defienda la vida de los pobres"

Unas figuras. La Madre Tierra. La vida. Las mismas que fueron robadas y arrojadas al Tíber por los enemigos del Espíritu. Las mismas que fueron recuperadas, y asistieron al fin del histórico Sínodo de la Amazonía. Esas imágenes de la Pachamama presidían esta tarde el magnífico coloquio que, bajo el título '¿Profecía o herejía?', congregó a más de doscientas personas en el auditorio de los jesuitas de Serrano. El auditorio del Banco Sabadell, escenario previsto, se quedó tan pequeño que hubo que cambiar a última hora.
No tuvieron desde el Sabadell, PPC y Entreculturas miedo a cambiar con tan poco tiempo. Tampoco tienen miedo los padres, y madres, sinodales que participaron en la mesa redonda, acompañados por una veintena de indígenas y los cardenales Osoro y Amigo, que asistían, maravillados, en primera fila, como uno más. Y si el miedo existe, sirve para seguir avanzando, como apuntó la brasileña Arizete Miranda, auditora del Sínodo, haciendo vibrar al auditorio. "Tengamos miedo, pero avancemos. Todos los puntos nuevos tenían menos votos, pero ¡pasamos!". La pura verdad.
Moderados por el director de Vida Nueva, José Beltrán, y presentados por Santiago Portas, del Banco Sabadell, participaron cuatro tertulianos de lujo: Arizete y Fernando López (jesuita, cuatro décadas en la Amazonía; y María Luisa Berzosa, jesuitina y miembro de la secretaría general del Sínodo, y el cardenal Porras, presidente del Sínodo.
Porras votó sí a todos los puntos.
Un Porras que, desde el principio, confesó haber votado 'Sí' a los 120 puntos del documento final. "Hay que ampliar la ministerialidad. Como bautizados tenemos la misma responsabilidad", apuntó el cardenal venezolano.
Para Berzosa, ha sido “un Sínodo profético, pero la profecía tiene algo de herético, porque supone abrir caminos nuevos, y muchos cambios y conversiones. No es ortodoxo, no es muy formal, no es muy legislativo... ¡pero el espíritu es así!”
Para Fernando López, este tiempo “es un tiempo de kairós, de profecía, de anuncio y de denuncia”. “Vivimos en un tiempo en que el sistema económico y político está fatal, y dentro de la Iglesia también tenemos problemas muy serios”, proclamó. Por eso, “es necesario un proyecto común que defienda la vida de los pobres”.
“Esta Iglesia nos invita a darnos las manos para que el cambio suceda”, añadió Arizete, quien pidió “ayudar al Papa Francisco, que nos invita a crear cosas nuevas. Juntos podemos hacer la diferencia del nuevo camino”.

Todos somos un poco fariseos, un poco publicanos
Por su parte, Porras planteó las palabras del Papa sobre el desborde. “El desborde no es cumplir con la ley, es ir más allá. Vale la pena reescuchar la homilía del domingo, porque lo del fariseo y el publicano fue una pedrada para todos. Todos tenemos un poquito de fariseos y de publicanos”. ¿Qué quiere decir esto? “Que hay que apostar por una sinodalidad horizontal: aquí somos todos bautizados, tenemos la misma exigencia”.
Fue el primer sínodo en el que hablaron tantas mujeres, y laicos, y expertos, y que, añadió tiene que ver “cómo avanzar para que no solamente hablen, sino que tengan voto”. “Se abren dinámicas para encontrar nuevos caminos. A todos nos cuesta cambiar. Tenemos que estar en permanente cambio. Creatividad y coraje, ésa es la herejía”.
“Ninguno soñamos hace cinco años un Sínodo de la Amazonía”, apuntó Fernando. “Hay algo que está naciendo, todos estamos sorprendidos, un poco asustados... Seguir dialogando sin miedo. Tenemos que avanzar por aguas más profundas”.

Curas casados, mujeres ministras
Respecto a los dos grandes temas, el sacerdocio para casados y el papel de la mujer, Porras lamenó que las trabas “vienen por el poder y el miedo”. “La ordenación de los 'viri probati' no es destruir el celibato ni el sacerdocio, ni plantear que hay necesidad de las cosas porque hay escasez. Debemos tener esperanza, y saber ver lo que nos dejaron, ser nosotros los que recibamos el testigo, y no lo enterremos con cara de velorio”.
“Los nuevos ministerios sirven para ver cómo ampliar la atención a las personas”, explicó Berzosa.
“Es verdad que nos preocupamos de las necesidades básicas (salud, educación, alimento...), ¿y cuándo llegan las necesidades espirituales? ¿No se puede atender a las personas si no hay un sacerdote varón? ¿No será que el Espíritu va a suscitar nuevas formas?”.
“Yo mujer, en esta estructura de Iglesia, no me gustaría ser ordenada. En otra estructura, puede ser que sí. Cuando tiene que venir una persona de fuera del grupo (en ejercicios) a confesar o celebrar, suena raro”, confesó.
"Celebramos, presidimos, y a Dios no le hacemos ningún mal", reveló Arizete. "Nos han contado que Jesús de Nazaret, con su presencia sencilla y humilde, curaba, sanaba a las personas. Y nosotros y nosotras, sanados por dentro, también podemos hacerlo". "Más que ser ordenadas, queremos participar en el proceso, y no ser excluidas en la toma de decisiones. Y eso no debe ser así. Tenemos que participar de todo. Porque el día en que nosotras nos pongamos en huelga, vamos a ver cómo será la Iglesia sin las mujeres".

CUATRO PALABRAS:
  1. Para María Luisa Berzosa, esperanza;
  2. para Fernando, profecía;
  3. para Arizete, pacto;
  4. para Porras, alegría.
Cuatro palabras para un camino que construir.

Y una oración-danza en la que todos participaron, unidos de la mano, bailando y cantando. Desde los cardenales a los indígenas, todos unidos de la mano. En una misma iglesia de Jesús.


 8.  MENSAJE  FINAL  DE  LA  ‘REPAM’  SOBRE  EL  SÍNODO  AMAZÓNICO.

26 octubre, 2019.
REPAM: Red Eclesial Pan-Amazónica.


LA ESPERANZA EN ESTA NAVEGACIÓN POR LAS AGUAS DEL RÍO SINODAL AMAZÓNICO:
-          FUENTE DE VIDA,
-          CONVERSIÓN Y
-          ORIENTACIÓN HACIA NUEVOS CAMINOS PARA LA IGLESIA Y ANTE UN MUNDO EN CRISIS SOCIOAMBIENTAL.

Sínodo Especial para la Región Amazónica. Roma, Octubre de 2019.

I. NUESTRA ESPERANZA EN EL CRISTO ENCARNADO EN LA AMAZONÍA Y SUS NUEVOS CAMINOS

La experiencia de conversión eclesial traída por la “periferia” de la Amazonía y de sus pueblos, ha producido el camino de novedad Sinodal que SIGUE y que está todavía en proceso, ayudando al centro a ser reformado. Por tanto, debemos trabajar intensamente, y juntos-as, para seguir navegando estas aguas vivas de la diversidad cultural y del compromiso de cuidar nuestra casa común para crear un mejor mañana (el Reino por el que Cristo nos llama a trabajar) en medio de una Amazonía y un mundo que siguen en llamas materiales y existenciales por la injusticia y el deseo de acumulación. Es tiempo de cambiar, el tiempo es ahora y será por la vía de la sinodalidad.

II. EL CAMINO DE NUESTRA NAVEGACIÓN

1.       La experiencia de conversión
Es decir, el ser transformados por y hacia la Amazonía como territorio vivo y diverso, y por y hacia sus pueblos y comunidades, es al mismo tiempo la manera en que Dios mismo nos va mostrando el camino por el cual debemos ir como Iglesia al servicio de la vida. Confiar en que Dios camina con nosotros, que está y ha estado presente en este proceso, y nos invita a ser verdaderos co-creadores de nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral.

2.       El camino es algo permanente y es un proceso continuo (no termina).
Este Sínodo es ya una experiencia inédita de caminar juntos y ha transformado a la Iglesia desde los dones de la periferia, antes considerada indeseable, que llegan al centro ayudándole en su propio proceso permanente de reforma en marcha. Una conversión real liderada por el Papa Francisco y que hoy es irrenunciable, para ser más una Iglesia que está en salida misionera, que dialoga con los otros diversos en plano de respeto e igualdad, una que se afirma como una voz ética, mártir y profética ante la crisis socioambiental sin precedentes, y una que toma posición como el propio Jesús del lado de los que han sido considerados descartables y que hoy ilustran los Nuevo caminos.

3.       El Sínodo ha tenido diversas fases
… que son como los diversos afluentes, o ríos tributarios, que se van integrando poco a poco al majestuoso, tumultuoso e imparable Amazonas que es fuente de vida en el corazón de la Iglesia y del mundo, reconociendo:

-          El origen histórico del Sínodo que se descubre evidente en el camino desde el Concilio Vaticano II en el que somos una Iglesia que en su seguimiento de Cristo se abre, progresiva pero irrenunciablemente, al mundo y a sus gritos y esperanzas, haciendo una opción firme para ser signo de vida y hermana de camino para la realidad del mundo de hoy. Un Iglesia siempre en reforma.
-          El camino del Magisterio de la Iglesia en América Latina (Medellín 1968; Puebla 1979; Santo Domingo 1992; Aparecida 2007), que ha hecho una opción preferencial por los pobres, por el diálogo con las culturas, por el reconocimiento de su llamado a evangelizar en el respeto de las identidades e iluminando la presencia de Dios ya viva y vigente en los pueblos, y en su definición de caminos de discipulado misionero con una opción y preferencia por la Amazonía como territorio socio-cultural y sus pueblos y comunidades. Una Iglesia que descubre su vocación y misión desde la vida de los pueblos y en su propio camino.
-          Los testimonios de innumerables mujeres y hombres mártires de la Amazonía que muestran la fuerza viva del camino de entrega para ser semillas que se siembran en el corazón de los pueblos, en la opción por la justicia, y siendo vida y vida en abundancia para ellos. En este mismo sentido, tantos profetas, los conocidos y los anónimos-as, que han entregado su vida y que la entregan desde sus opciones particulares, institucionales, en red, y desde su ser laicos-laicas, misioneros-as, religiosos-as, sacerdotes, obispos, y tantos más que han abierto el corazón para dar vida a este acontecimiento sinodal. Estos testimonios seguirán siendo los que lleven adelante este proceso más allá de este momento coyuntural, y muy importante, de Asamblea.
-          La Red Eclesial Panamazónica -REPAM-, que ha nacido como confluencia de tantas aguas vivas y ha servido como el punto de encuentro y que ha servido incansablemente para que las fuerzas esenciales, pero frágiles y dispersas de la Amazonía, puedan encontrarse para responder a este sistema que descarta, mata, y que no da más. Como REPAM hemos ido aprendiendo y tejiendo progresivamente una sinodalidad que ha servido para llegar a este Sínodo, sobre todo en la escucha atenta a las voces del territorio
Hemos aprendido a servir como puente para que muchas personas se sepan parte esencial de este Sínodo dentro del Aula y fuera de ella, todos en un mismo espíritu que busca crear nuevas posibilidades de responder juntos para que en este mundo roto, en profunda crisis ambiental, inestabilidad democrática, donde se vive el rechazo a lo diferente, sintamos el llamado a ser verdadera presencia que opta por la vida. Incluso con las consecuencias que ello trae, de confrontar e incomodar a los poderes que en este mundo quieren servir a intereses malignos de destrucción y muerte.
-          La vida de los pueblos indígenas en general, y de las mujeres en particular, que han dado un tono totalmente diferente, más vivo, renovado, y valiente a este Sínodo. Su claridad, el testimonio de sus vidas, su conexión espiritual con la Amazonía, y el grito valiente hacia un cambio ya, a ser aliados, a responder a la urgencia, y a un caminar con el Papa, han dejado una huella imborrable en este Sínodo. Estoy seguro que esta marca quedará en el corazón del Papa, de toda la Iglesia, y de quienes hemos participado en este Sínodo como la presencia de la fuerza viva de Dios entre nosotros. Una voz de mujer, intercultural, y de entrega valiente por la vida hasta las últimas consecuencias, aunque nos falte mucho por caminar como Iglesia para dar el espacio merecido a estas voces
-          Y, sobre todo, saber que el SÍNODO es un PROCESO en marcha, que es una navegación de largo aliento y que tiene mucho más para seguir recorriendo en estas aguas vivas de la Amazonía, aprendiendo de los pueblos y comunidades, haciendo su opción inculturada e inter-cultural con ellos, pero que el MEJOR VINO aún está por venir. La Fase Post-Asamblearia del Sínodo es la más importante. En ella como Iglesia en el territorio, como REPAM, y con los pueblos y comunidades que somos juntos los principales responsables, DEBEMOS volver a quienes viven y esperan en el territorio. Llevar de regreso lo que ellos nos han confiado con sus vidas, esperanzas, gritos y alegrías, para seguir tejiendo juntos ahora que comienza lo más importante. La fase final, y la más importante del Sínodo, apenas comienza ahora, y nos corresponde a todos-as juntos llevar las conversiones profundas adelante.

Es el vino nuevo que requiere de odres nuevos para poder madurar poco a poco y saber que el reino y la posibilidad de otro mundo está ahí, que debemos luchar por ello, y que la muerte no tiene, ni tendrá nunca la última palabra. Es una verdadera experiencia de camino hacia la pascua, hacia la resurrección. Se trata de asumir los fuegos vivos y de esperanza de nuestros pueblos y comunidades, los cuales puedan apagar y asfixiar a los otros fuegos destructivos del deseo de acumular, del deseo de destruir, del rechazo de los otros modos de vida. Debemos descubrir en los pueblos amazónicos, con sus propias fragilidades, las enseñanzas para un posible camino hacia el buen vivir y a una relación más armónica con el todo, con el cosmos.

III. LOS HORIZONTES DEL CAMINO SINODAL
El Sínodo expresa 4 conversiones esenciales que serán los NUEVOS CAMINOS para la reforma y la nueva etapa para la Iglesia en la Amazonía y, quizás, también para toda ella.

1.       Nuevos caminos de Conversión Pastoral.
-          Iglesia en Salida Misionera
-          Discípulos Misioneros en la Amazonía

2.       Nuevos caminos de Conversión Cultural – inculturada e intercultural.
-          El rostro de la Iglesia en los pueblos amazónicos e indígenas
-          Caminos para una Iglesia Inculturada e Intercultural

3.       Nuevos caminos de Conversión Ecológica–Socio-ambiental.
-          Hacia una ecología integral desde la Encíclica Laudato Si´
-          Iglesia que cuida la casa común en la Amazonía

4.       Nuevos caminos de Conversión Sinodal.
-          La sinodalidad misionera en la Iglesia Amazónica
-          Nuevos caminos para la ministerialidad eclesial
-          Nuevos caminos para la sinodalidad eclesial

IV. EN COMUNIÓN Y EN CAMINO CON NUESTRO HERMANO EL PAPA FRANCISCO, LA IGLESIA Y LA AMAZONIA

Dado que el CAMINO es en realidad la propia EXPERIENCIA, y que Jesús y su llamado a ser co-creadores del Reino nos indican el rumbo, es importante saber que este proceso Sinodal es un medio privilegiado de acompañar al Papa Francisco. En este camino los pueblos indígenas amazónicos han llamado al Papa: su hermano y uno de ellos, el que los entiende mejor, el que está haciendo una opción valiente para defender la vida y sus territorios, su aliado, y aquel que perciben que necesita ser acompañado porque parece estar solo por momentos. La mejor manera de navegar estas aguas con él es asumiendo los compromisos de este Sínodo, independientemente de lo que está en el papel, es decir mirando lo que está en nuestra experiencia vivida y en lo que dentro de nosotros se ha transformado y ha traído renovación. Son semillas disponibles, con la certeza de que hay mucho por hacer para sembrar en la tierra que hemos preparado, y otros en el futuro habrán de recibirlo como don.
Reconociendo esos compromisos nuevos, nos sentimos llamados-as a llevarlos a nuestros territorios, convocados a participar y transformar nuestras realidades eclesiales particulares disponiendo la vida -echando el hombro-, y esperando a que el Papa pueda discernir todo lo que ha escuchado de nosotras-os en estos dos años (y en estas 3 semanas de Asamblea) para que nos devuelva su palabra y sus orientaciones en la posible Exhortación Apostólica, o algún otro tipo de documento, que podría venir en Marzo del próximo año. Seamos pacientes, para esperar que nuestro hermano Francisco nos dé sus aprendizajes luego de escucharnos.

El documento final de este Sínodo será un instrumento muy importante, pero no es el documento que determinará los nuevos caminos. Nos sentimos invitados a no ser atrapados por quienes no quieren cambiar nada y que desean que las cosas terminen aquí, y también a tener cuidado con profetas de calamidades que expresan que nada de esto ha tenido sentido por mirarlo a la luz de sus propias categorías autorreferenciales. En ambos casos se niegan a ver, e impiden la mirada a otros, que este es el momento preciso, un kairós esperado que sigue fluyendo como río de agua viva y que no se puede parar por lo que ya ha sido y alcanzado, lo que ya es y está determinando como novedad, y lo nuevo que inevitablemente será para abrir nuevos horizontes del Reino.
“Con los pueblos diversos de esta Amazonía, Oh Señor de la encarnación,
Jesús de la entrega hasta la muerte trágica por las injusticias de ayer y hoy,
y Cristo de la certeza de la nueva vida en la incontenible resurrección,
que sepamos reconocer Tu verdad en la diversidad de cada cultura en aquellas tierras.
Que sepamos discernir la verdad de tu llamado en la voz y en la vida de los pueblos y comunidades
que viven en relación armónica con la tierra, con los otros, y con la fuerza divina”.
Fragmento de la oración de consagración del Sínodo Amazónico a San Francisco de Asís.

Card. Claudio Hummes, OFM, Presidente
Card. Pedro Barreto Jimeno, SJ, Vice presidente
Mauricio López O., Secretario Ejecutivo


9.  PACTOS  DE  LAS  CATACUMBAS  EN  2019  y  1965
Catacumba  santa  Domitila,  Roma,  Italia.

CONTENIDO
1.       Sínodo, 2019: Pacto de las Catacumbas para una Iglesia profética y samaritana.
2.       Concilio Vaticano 2°, 1965: Pacto de las Catacumbas para una Iglesia pobre y servidora de los pobres.


 parte :  SÍNODO,  PACTO  DE  LAS  CATACUMBAS,  Roma,  octubre  de  2019.

Pacto de las Catacumbas por la casa común
para una Iglesia con rostro amazónico, pobre y servidora, profética y samaritana

Nosotros, los participantes del Sínodo Pan-Amazónico, compartimos la alegría de vivir entre numerosos pueblos indígenas, quilombolas, ribereños, migrantes, comunidades en la periferia de las ciudades de este inmenso territori e sus gritos y lágrimas, acogemos de corazón las palabras del Papa Francisco: “Muchos hermanos y hermanas en la Amazonía cargan cruces pesadas y esperan el consuelo liberador del Evangelio, la caricia amorosa de la Iglesia. Por ellos, con ellos, caminemos juntos”.
Recordamos con gratitud a los obispos que, en las Catacumbas de Santa Domitila, al final del Concilio Vaticano II, firmaron el Pacto por una Iglesia servidora y pobre. Recordamos con reverencia a todos los mártires miembros de las comunidades eclesiales de base, de las pastorales y movimientos populares; líderes indígenas, misioneras y misioneros, laicos, sacerdotes y obispos, que derramaron su sangre debido a esta opción por los pobres, por defender la vida y luchar por la salvaguardia de nuestra Casa Común. Al agradecimiento por su heroísmo, unimos nuestra decisión de continuar su lucha con firmeza y valentía. Es un sentimiento de urgencia que se impone ante las agresiones que hoy devastan el territorio amazónico, amenazado por la violencia de un sistema económico depredador y consumista.
Ante la Santísima Trinidad, nuestras Iglesias particulares, las Iglesias de América Latina y el Caribe y de aquellas que son solidarias en África, Asia, Oceanía, Europa y el norte del continente americano, a los pies de los apóstoles Pedro y Pablo y de la multitud de mártires de Roma, América Latina y especialmente de nuestra Amazonía, en profunda comunión con el sucesor de Pedro, invocamos al Espíritu Santo y nos comprometemos personal y comunitariamente a lo siguiente:
  1.  Asumir, ante la extrema amenaza del calentamiento global y el agotamiento de los recursos naturales, un compromiso de defender en nuestros territorios y con nuestras actitudes la selva amazónica en pie. De ella provienen las dádivas del agua para gran parte del territorio sudamericano, la contribución al ciclo del carbono y la regulación del clima global, una incalculable biodiversidad y una rica socio diversidad para la humanidad y la Tierra entera.
  2. Reconocer que no somos dueños de la madre tierra, sino sus hijos e hijas, formados del polvo de la tierra (Gen 2, 7-8), huéspedes y peregrinos (1 Ped 1, 17b y 1 Ped 2, 11), llamados a ser sus celosos cuidadores y cuidadores (Gen 1, 26). Por tanto, nos comprometemos a una ecología integral, en la cual todo está interconectado, el género humano y toda la creación porque todos los seres son hijas e hijos de la tierra y sobre ellos flota el Espíritu de Dios (Génesis 1: 2).
  3. Acoger y renovar cada día la alianza de Dios con todo lo creado: "Por mi parte, estableceré mi alianza contigo y tu descendencia, con todos los seres vivos que están contigo, aves, animales domésticos y salvajes, en resumen, con todas las bestias de la tierra que salieron del arca contigo” (Gen 9: 9-10; Gen 9: 12-17).
  4. Renovar en nuestras iglesias la opción preferencial por los pobres, especialmente por los pueblos originarios, y junto con ellos garantizar el derecho a ser protagonistas en la sociedad y en la Iglesia. Ayudarlos a preservar sus tierras, culturas, lenguas, historias, identidades y espiritualidades. Crecer en la conciencia de que deben ser respetados local y globalmente y, en consecuencia, alentar, por todos los medios a nuestro alcance, a ser acogidos en pie de igualdad en el concierto mundial de otros pueblos y culturas.
  5. Abandonar, como resultado, en nuestras parroquias, diócesis y grupos toda clase de mentalidad y postura colonialistas, acogiendo y valorando la diversidad cultural, étnica y lingüística en un diálogo respetuoso con todas las tradiciones espirituales.
  6. Denunciar todas las formas de violencia y agresión contra la autonomía y los derechos de los pueblos indígenas, su identidad, sus territorios y sus formas de vida.
  7. Anunciar la novedad liberadora del evangelio de Jesucristo, en la acogida al otro demás y al diferente, como sucedió con Pedro en la casa de Cornelio: “Usted bien sabe que está prohibido que un judío se relacione con un extranjero o que entre en su casa. Ahora, Dios me ha mostrado que no se debe decir que ningún hombre es profano o impuro” (Hechos 10, 28).
  8. Caminar ecuménicamente con otras comunidades cristianas en el anuncio inculturado y liberador del evangelio, y con otras religiones y personas de buena voluntad, en solidaridad con los pueblos originarios, los pobres y los pequeños, en defensa de sus derechos y en la preservación de la Casa. Común
  9. Establecer en nuestras iglesias particulares una forma de vida sinodal, donde los representantes de los pueblos ariginários, misioneros, laicos, en razón de su bautismo y en comunión con sus pastores, tengan voz y voto en las asambleas diocesanas, en los consejos pastorales y parroquiales, en resumen, en todo lo que les cabe en el gobierno de las comunidades.
  10. Comprometernos en el reconocimiento urgente de los ministerios eclesiales ya existentes en las comunidades, llevados a cabo por agentes pastorales, catequistas indígenas, ministras y ministros de la Palabra, valorando especialmente su atención a los más vulnerables y excluidos.
  11. Hacer efectivo en las comunidades que nos han confiado el paso de una pastoral de visita a una pastoral de presencia, asegurando que el derecho a la Mesa de la Palabra y la Mesa de la Eucaristía se haga efectivo en todas las comunidades.
  12. Reconocer los servicios y la real diaconía de la gran cantidad de mujeres que dirigen comunidades en la Amazonía hoy y buscar consolidarlas con un ministerio apropiado de mujeres líderes de comunidad.
  13. Buscar nuevos caminos de acción pastoral en las ciudades donde actuamos, con el protagonismo de laicos y jóvenes, con atención a sus periferias y migrantes, trabajadores y desempleados, los estudiantes, educadores, investigadores y al mundo de la cultura y de la comunicación.
  14. Asumir frente a la avalancha del consumismo con un estilo de vida alegremente sobrio, sencillo y solidario con aquellos que tienen poco o nada; reducir la producción de residuos y el uso de plásticos, favorecer la producción y comercialización de productos agroecológicos y utilizar el transporte público siempre que sea posible.
  15. Ponernos al lado de los que son perseguidos por el servicio profético de denuncia y reparación de injusticias, de defensa de la tierra y de los derechos de los pequeños, de acogida y apoyo a los migrantes y refugiados. Cultivar amistades verdaderas con los pobres, visitar a los más simples y enfermos, ejerciendo el ministerio de la escucha, del consuelo y del apoyo que traen aliento y renuevan la esperanza.
Conscientes de nuestras debilidades, nuestra pobreza y pequeñez frente a desafíos tan grandes y graves, nos encomendamos a la oración de la Iglesia. Que nuestras comunidades eclesiales, sobre todo, nos ayuden con su intercesión, afecto en el Señor y, cuando sea necesario, con la caridad de la corrección fraterna.
Acogemos de corazón abierto la invitación del cardenal Hummes a ser guiados por el Espíritu Santo en estos días del Sínodo y en nuestro regreso a nuestras iglesias: “Déjense envolver en el manto de la Madre de Dios y Reina de la Amazonía. No dejemos que nos venza la auto-referencialidad, sino la misericordia ante el grito de los pobres y de la tierra. Se requerirá mucha oración, meditación y discernimiento, así como una práctica concreta de comunión eclesial y espíritu sinodal. Este sínodo es como una mesa que Dios ha preparado para sus pobres y nos pide  nosotros que seamos los que sirven la mesa".
Celebramos esta Eucaristía del Pacto como "un acto de amor cósmico". “¡Sí, cósmico! Porque incluso cuando se lleva a cabo en el pequeño altar de una iglesia de aldea, la Eucaristía siempre se celebra, en cierto modo, en el altar del mundo". La Eucaristía une el cielo y la tierra, abraza y penetra toda la creación. El mundo salido de las manos de Dios regresa a Él en feliz y plena adoración: en el Pan Eucarístico "la creación tiende a la divinización, a las santas nupcias, a la unificación con el mismo Creador". "Por esta razón, la Eucaristía es también fuente de luz y motivación para nuestras preocupaciones por el medio ambiente, y nos lleva a ser guardianes de toda la creación".

Catacumbas de Santa Domitila, Roma, 20 de octubre de 2019.


2ª parte: CONCILIO VATICANO 2°: PACTO DE LAS CATACUMBAS PARA UNA
IGLESIA POBRE Y SERVIDORA DE LOS POBRES.

Concilio Vaticano 2°: Texto del Pacto de las Catacumbas, 1965.

Nosotros, obispos, reunidos en el Concilio Vaticano II, conscientes de las deficiencias de nuestra vida de pobreza según el evangelio; motivados los unos por los otros, en una iniciativa en que cada uno de nosotros quisiera evitar la excepcionalidad y la presunción; unidos a todos nuestros hermanos de episcopado; contando sobre todo con la gracia y la fuerza de Nuestro Señor Jesucristo, con la oración de los fieles y de los sacerdotes de nuestras respectivas diócesis; poniéndonos con el pensamiento y la oración ante la Trinidad, ante la Iglesia de Cristo y ante los sacerdotes y los fieles de nuestras diócesis, con humildad y con conciencia de nuestra flaqueza, pero también con toda la determinación y toda la fuerza que Dios nos quiere dar como gracia suya, nos comprometemos a lo siguiente:
1)      Procuraremos vivir según el modo ordinario de nuestra población, en lo que concierne a casa, alimentación, medios de locomoción y a todo lo que de ahí se sigue.
2)      Renunciamos para siempre a la apariencia y a la realidad de la riqueza, especialmente en el vestir (tejidos ricos, colores llamativos, insignias de material precioso). Esos signos deben ser ciertamente evangélicos: ni oro ni plata.
3)      No poseeremos inmuebles ni muebles, ni cuenta bancaria, etc. a nuestro nombre; y si fuera necesario tenerlos, pondremos todo a nombre de la diócesis, o de las obras sociales caritativas.
4)      Siempre que sea posible confiaremos la gestión financiera y material de nuestra diócesis a una comisión de laicos competentes y conscientes de su papel apostólico, en la perspectiva de ser menos administradores que pastores y apóstoles.
5)      Rechazamos ser llamados, oralmente o por escrito, con nombres y títulos que signifiquen grandeza y poder (Eminencia, Excelencia, Monseñor...). Preferimos ser llamados con el nombre evangélico de Padre.
6)      En nuestro comportamiento y en nuestras relaciones sociales evitaremos todo aquello que pueda parecer concesión de privilegios, prioridades o cualquier preferencia a los ricos y a los poderosos (ej: banquetes ofrecidos o aceptados, clases en los servicios religiosos).
7)      Del mismo modo, evitaremos incentivar o lisonjear la vanidad de quien sea, con vistas a recompensar o a solicitar dádivas, o por cualquier otra razón. Invitaremos a nuestros fieles a considerar sus dádivas como una participación normal en el culto, en el apostolado y en la acción social.
8)      Daremos todo lo que sea necesario de nuestro tiempo, reflexión, corazón, medios, etc. al servicio apostólico y pastoral de las personas y grupos trabajadores y económicamente débiles y subdesarrollados, sin que eso perjudique a otras personas y grupos de la diócesis. Apoyaremos a los laicos, religiosos, diáconos o sacerdotes que el Señor llama a evangelizar a los pobres y los trabajadores compartiendo la vida y el trabajo.
9)      Conscientes de las exigencias de la justicia y de la caridad, y de sus relaciones mutuas, procuraremos transformar las obras de “beneficencia” en obras sociales basadas en la caridad y en la justicia, que tengan en cuenta a todos y a todas, como un humilde servicio a los organismos públicos competentes.
10)   Haremos todo lo posible para que los responsables de nuestro gobierno y de nuestros servicios públicos decidan y pongan en práctica las leyes, las estructuras y las instituciones sociales necesarias a la justicia, a la igualdad y al desarrollo armónico y total de todo el hombre en todos los hombres, y, así, al advenimiento de otro orden social, nuevo, digno de los hijos del hombre y de los hijos de Dios.
11)   Porque la colegialidad de los obispos encuentra su más plena realización evangélica en el servicio en común a las mayorías en estado de miseria física cultural y moral -dos tercios de la humanidad- nos comprometemos a:
-          participar, conforme a nuestros medios, en las inversiones urgentes de los episcopados de las naciones pobres;
-          pedir juntos a nivel de los organismos internacionales, dando siempre testimonio del evangelio como lo hizo el Papa Pablo VI en las Naciones Unidas, la adopción de estructuras económicas y culturales que no fabriquen más naciones pobres en un mundo cada vez más rico, sino que permitan a las mayorías pobres salir de su miseria.
12)   Nos comprometemos a compartir nuestra vida, en caridad pastoral, con nuestros hermanos en Cristo, sacerdotes, religiosos y laicos, para que nuestro ministerio constituya un verdadero servicio; así:
-          nos esforzaremos para “revisar nuestra vida” con ellos;
-          -buscaremos colaboradores que sean más animadores según el Espíritu que jefes según el mundo;
-          procuraremos hacernos lo más humanamente presentes y ser acogedores;
-          -nos mostraremos abiertos a todos, sea cual sea su religión.
13)   Cuando volvamos a nuestras diócesis, daremos a conocer a nuestros diocesanos nuestra resolución, rogándoles nos ayuden con su comprensión, su colaboración y sus oraciones.
Que Dios nos ayude a ser fieles


 10.  UNOS  20  TEXTOS  INSPIRADORES  DE  LAUDATO  SI’
para el Sínodo Panamazónico, Pablo Richard.

Amerindia. Octubre de 2019.

Selección de 20 textos claves de la Carta Encíclica Laudato Si’
que inspiran todo el Sínodo Panamazónico.

2. Entre los pobres más abandonados y maltratados, está nuestra oprimida y devastada tierra, que «gime y sufre dolores de parto» (Rm 8,22). Olvidamos que nosotros mismos somos tierra (cf. Gn 2,7). Nuestro propio cuerpo está constituido por los elementos del planeta, su aire es el que nos da el aliento y su agua nos vivifica y restaura.

13. Merecen una gratitud especial quienes luchan con vigor para resolver las consecuencias dramáticas de la degradación ambiental en las vidas de los más pobres del mundo.

16. Algunos ejes que atraviesan toda la encíclica: la íntima relación entre los pobres y la fragilidad del planeta, la invitación a buscar otros modos de entender la economía y el progreso, la cultura del descarte y la propuesta de un nuevo estilo de vida. 

21. La tierra, nuestra casa, parece convertirse cada vez más en un inmenso depósito de inmundicias.

24. Si la actual tendencia continúa, este siglo podría ser testigo de cambios climáticos inauditos y de una destrucción sin precedentes de los ecosistemas, con graves consecuencias para todos nosotros. 

29. Un problema particularmente serio es el de la calidad del agua disponible para los pobres, que provoca muchas muertes todos los días.

30. Mientras se deteriora constantemente la calidad del agua disponible, en algunos lugares avanza la tendencia a privatizar este recurso escaso, convertido en mercancía que se regula por las leyes del mercado. 

31. Algunos estudios han alertado sobre la posibilidad de sufrir una escasez aguda de agua dentro de pocas décadas si no se actúa con urgencia. Los impactos ambientales podrían afectar a miles de millones de personas, pero es previsible que el control del agua por parte de grandes empresas mundiales se convierta en una de las principales fuentes de conflictos de este siglo.

49. Hoy no podemos dejar de reconocer que un verdadero planteo ecológico se convierte siempre en un planteo social, que debe integrar la justicia en las discusiones sobre el ambiente, para escuchar tanto el clamor de la tierra como el clamor de los pobres. 

56. La degradación ambiental y la degradación humana y ética están íntimamente unidas.

109. En algunos círculos se sostiene que la economía actual y la tecnología resolverán todos los problemas ambientales, del mismo modo que se afirma, con lenguajes no académicos, que los problemas del hambre y la miseria en el mundo simplemente se resolverán con el crecimiento del mercado. 

139. No hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una sola y compleja crisis socio-ambiental.

141. La protección del medioambiente deberá constituir parte integrante  del proceso de desarrollo y no podrá considerarse en forma aislada.

142. Cualquier menoscabo de la solidaridad y del civismo produce daños ambientales.

146. En este sentido, es indispensable prestar especial atención a las comunidades aborígenes con sus tradiciones culturales. No son una simple minoría entre otras, sino que deben convertirse en los principales interlocutores, sobre todo a la hora de avanzar en grandes proyectos que afecten a sus espacios. Para ellos, la tierra no es un bien económico, sino don de Dios y de los antepasados que descansan en ella, un espacio sagrado con el cual necesitan interactuar para sostener su identidad y sus valores. Cuando permanecen en sus territorios, son precisamente ellos quienes mejor los cuidan. Sin embargo, en diversas partes del mundo, son objeto de presiones para que abandonen sus tierras a fin de dejarlas libres para proyectos extractivos y agropecuarios que no prestan atención a la degradación de la naturaleza y de la cultura.

161. Las predicciones catastróficas ya no pueden ser miradas con desprecio e ironía. A las próximas generaciones podríamos dejarles demasiados escombros, desiertos y suciedad. El ritmo de consumo, de desperdicio y de alteración del medio ambiente ha superado las posibilidades del planeta, de tal manera que el estilo de vida actual, por ser insostenible, sólo puede terminar en catástrofes, como de hecho está ocurriendo periódicamente en diversas regiones. La atenuación de los efectos del actual desequilibrio depende de lo que hagamos ahora mismo, sobre todo si pensamos en la responsabilidad que nos atribuirán los que deberán soportar las peores consecuencias. 

175. La misma lógica que dificulta tomar decisiones drásticas para invertir la tendencia al calentamiento global es la que no permite cumplir con el objetivo de erradicar la pobreza.

193. Sabemos que es insostenible el comportamiento de aquellos que consumen y destruyen más y más, mientras otros todavía no pueden vivir de acuerdo de su dignidad humana.

198. La política y la economía tienden a culparse mutuamente por lo que se refiera a la pobreza y a la degradación de del ambiente. Mientras unos se desesperan por el rédito económico otros se obsesionan por acrecentar el poder. 

207. La carta de la tierra nos invitaba a todos a dejar atrás una etapa de autodestrucción y a comenzar de nuevo, pero todavía  no hemos desarrollado una conciencia universal que la haga posible.


10.  DOCUMENTO  FINAL  DEL  SÍNODO  DE  OBISPOS 
AL  SANTO  PADRE  FRANCISCO

El Vaticano, 26 octubre de 2019.

Sínodo de Obispos para la región Panamazónica sobre el tema:
“AMAZONÍA: NUEVOS CAMINOS PARA LA IGLESIA Y PARA UNA ECOLOGÍA INTEGRAL”.


ÍNDICE
Introducción
-          Capítulo 1: Amazonía: de la escucha a la conversión integral
-          Capítulo 2: Nuevos caminos de conversión pastoral
-          Capítulo 3: Nuevos caminos de conversión cultural
-          Capítulo 4: Nuevos caminos de conversión ecológica
-          Capítulo 5: Nuevos caminos de conversión sinodal
Conclusión




I N T R O D U C C I Ó N

1.       “Y dijo el que está sentado en el trono: ‘Mira, hago nuevas todas las cosas’
Y dijo: ‘Escribe: ¡estas palabras son fieles y verdaderas!’.” (Ap. 21,5).

Después de un largo camino sinodal de escucha del Pueblo de Dios en la Iglesia de la Amazonía, que inauguró el Papa Francisco en su visita a la Amazonía, 19 de enero de 2018, el Sínodo se celebró en Roma en un encuentro fraternal de 21 días en octubre 2019. El clima fue de intercambio abierto, libre y respetuoso de los obispos pastores en la Amazonía, misioneros y misioneras, laicos, laicas, y representantes de los pueblos indígenas de la Amazonía. Fuimos testigos participantes en un evento eclesial marcado por la urgencia del tema que reclama abrir nuevos caminos para la Iglesia en el territorio. Se compartió un trabajo serio en un ambiente marcado por la convicción de escuchar la voz del Espíritu presente. El Sínodo se celebró en un ambiente fraternal y orante. Varias veces las intervenciones fueron acompañadas por aplausos, cantos y todas con hondos silencios contemplativos. Fuera del aula sinodal, hubo una presencia notable de personas venidas del mundo amazónico que organizaron actos de apoyo en diferentes actividades, procesiones, como la de apertura con cantos y danzas acompañando al Santo Padre, desde la tumba de Pedro al aula sinodal. Impactó el vía crucis de los mártires de la Amazonía, además de una masiva presencia de los medios de comunicación internacional.

2. Todos los participantes han expresado una conciencia aguda sobre la dramática situación de destrucción que afecta a la Amazonía. Esto significa la desaparición del territorio y de sus habitantes, especialmente los pueblos indígenas. La selva amazónica es un “corazón biológico” para la tierra cada vez más amenazada. Se encuentra en una carrera desenfrenada a la muerte. Requiere cambios radicales con suma urgencia, nueva dirección que permita salvarla. ¡Está comprobado científicamente que la desaparición del bioma Amazónico tendrá un impacto catastrófico para el conjunto del planeta!

3. El caminar sinodal del Pueblo de Dios en la etapa preparatoria involucró a toda la Iglesia en el territorio, los Obispos, misioneros y misioneras, miembros de las Iglesias de otras confesiones cristianas, laicos y laicas, y muchos representantes de los pueblos indígenas, en torno del documento de consulta que inspiró al Instrumentum Laboris. Destaca la importancia de la escucha de la voz de la Amazonía, movida por el soplo mayor del Espíritu Santo en el grito de la tierra herida y sus habitantes. Se registró la participación activa de más de 87.000 personas, de las ciudades y culturas distintas, además de numerosos grupos de otros sectores eclesiales y los aportes de académicos, y organizaciones de la sociedad civil en los temas específicos centrales.

4. La celebración del Sínodo, logró destacar la integración de la voz de la Amazonía con la voz y el sentir de los pastores participantes. Fue una nueva experiencia de escucha para discernir la voz del Espíritu que conduce a la Iglesia a nuevos caminos de presencia, evangelización y diálogo intercultural en la Amazonía. El reclamo, surgido en el proceso preparatorio, de que la Iglesia fuera aliada del mundo amazónico, fue afirmado con fuerza. La celebración finaliza con gran alegría y la esperanza de abrazar y practicar el nuevo paradigma de la ecología integral, el cuidado de la “casa común” y la defensa de la Amazonía.


CAPÍTULO I: AMAZONÍA: DE LA ESCUCHA A LA CONVERSIÓN INTEGRAL

“Me mostró luego un río de agua de vida, resplandeciente como cristal,
que sale del trono de Dios y del Cordero” (Ap. 22,1).

5. “Cristo apunta a la Amazonía” (Pablo VI, atrib.). Él libera a todos del pecado y otorga la dignidad de los Hijos de Dios. La escucha de la Amazonía, en el espíritu propio del discípulo y a la luz de la Palabra de Dios y de la Tradición, nos empuja a una conversión profunda de nuestros esquemas y estructuras a Cristo y a su Evangelio.

1.       LA VOZ Y EL CANTO DE LA AMAZONÍA COMO MENSAJE DE VIDA

6. En la Amazonía, la vida está inserta, ligada e integrada al territorio, que como espacio físico vital y nutricio, es posibilidad, sustento y límite de la vida. La Amazonía, también llamada Panamazonía, es un extenso territorio con una población estimada en 33.600.000 habitantes, de los cuales entre 2 y 2,5 millones son indígenas. Este espacio, conformado por la cuenca del río Amazonas y todos sus tributarios, se extiende por 9 países: Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Brasil, Guyana, Surinam y Guayana Francesa. La región amazónica es esencial para la distribución de las lluvias en las regiones de América del Sur y contribuye a los grandes movimientos de aire alrededor del planeta; en la actualidad es la segunda área más vulnerable del mundo con relación al cambio climático por la acción directa del hombre.

7. El agua y la tierra de esta región nutren y sustentan la naturaleza, la vida y las culturas de cientos de comunidades indígenas, campesinos, afro-descendientes, mestizos, colonos, ribereños y habitantes de los centros urbanos. El agua, fuente de vida, posee un rico significado simbólico. En la región Amazónica, el ciclo del agua es el eje conector. Conecta ecosistemas, culturas y el desarrollo del territorio.

8. En la región Amazónica existe una realidad pluriétnica y multicultural. Los diferentes pueblos supieron adaptarse al territorio. En el interior de cada cultura, construyeron y reconstruyeron su cosmovisión, sus signos y sus significados, y la visión de su futuro. En las culturas y pueblos indígenas conviven las prácticas antiguas y explicaciones míticas, con las tecnologías y retos modernos. Los rostros que habitan en la Amazonía son muy variados. Además de los pueblos originarios, existe un gran mestizaje nacido con el encuentro y desencuentro de los diferentes pueblos.

9. La búsqueda de los pueblos indígenas amazónicos de la vida en abundancia, se concreta en lo que ellos llaman el ‘buen vivir’, y que se realiza plenamente en las Bienaventuranzas. Se trata de vivir en armonía consigo mismo, con la naturaleza, con los seres humanos y con el ser supremo, ya que hay una intercomunicación entre todo el cosmos, donde no hay excluyentes ni excluidos, y donde podamos forjar un proyecto de vida plena para todos. Tal comprensión de la vida se caracteriza por la conectividad y armonía de relaciones entre el agua, el territorio y la naturaleza, la vida comunitaria y la cultura, Dios y las diversas fuerzas espirituales. Para ellos, ‘buen vivir’ es comprender la centralidad del carácter relacional trascendente de los seres humanos y de la creación, y supone un ‘buen hacer’. Este modo integral se expresa en su propia manera de organizarse que parte de la familia y de la comunidad, y que abraza un uso responsable de todos los bienes de la creación. Los pueblos indígenas aspiran a lograr mejores condiciones de vida, sobre todo en salud y educación, a disfrutar del desarrollo sostenible protagonizado y discernido por ellos mismos y que mantenga la armonía con sus formas tradicionales de vida, dialogando entre la sabiduría y tecnología de sus antepasados y las nuevas adquiridas.

2.       EL CLAMOR DE LA TIERRA Y EL GRITO DE LOS POBRES

10. Pero, la Amazonía hoy es una hermosura herida y deformada, un lugar de dolor y violencia. Los atentados contra la naturaleza tienen consecuencias contra la vida de los pueblos. Esta única crisis socio-ambiental se reflejó en las escuchas pre-sinodales que señalaron las siguientes amenazas contra la vida: apropiación y privatización de bienes de la naturaleza, como la misma agua; las concesiones madereras legales y el ingreso de madereras ilegales; la caza y la pesca predatorias; los mega-proyectos no sostenibles (hidroeléctricas, concesiones forestales, talas masivas, monocultivos, carreteras, hidrovías, ferrocarriles y proyectos mineros y petroleros); la contaminación ocasionada por la industria extractiva y los basureros de las ciudades y, sobre todo, el cambio climático. Son amenazas reales que traen asociadas graves consecuencias sociales: enfermedades derivadas de la contaminación, el narcotráfico, los grupos armados ilegales, el alcoholismo, la violencia contra la mujer, la explotación sexual, el tráfico y trata de personas, la venta de órganos, el turismo sexual, la pérdida de la cultura originaria y de la identidad (idioma, prácticas espirituales y costumbres), la criminalización y asesinato de líderes y defensores del territorio. Detrás de todo ello están los intereses económicos y políticos de los sectores dominantes, con la complicidad de algunos gobernantes y de algunas autoridades indígenas. Las víctimas son los sectores más vulnerables, los niños, jóvenes, mujeres y la hermana madre tierra.

11. La comunidad científica, por su parte, advierte de los riesgos de la deforestación, que hasta la fecha se acerca a casi el 17% del bosque amazónico total, y que amenaza la supervivencia de todo el ecosistema, poniendo en peligro la biodiversidad y cambiando el ciclo vital del agua para la supervivencia del bosque tropical. Además, la Amazonía desempeña también un papel crítico como amortiguador contra el cambio climático y proporciona invalorables y fundamentales sistemas de soporte vital relacionados con el aire, el agua, los suelos, los bosques y la biomasa. Al mismo tiempo, los expertos recuerdan que utilizando ciencia y tecnologías avanzadas para una bioeconomía innovadora de bosques en pie y de ríos que fluyen, es posible ayudar a salvar al bosque tropical, proteger los ecosistemas de la Amazonía y a los pueblos indígenas y tradicionales, y al mismo tiempo, brindar actividades económicas sostenibles.

12. Un fenómeno para abordar son las migraciones. En la Región Amazónica, ocurren tres procesos migratorios simultáneos. En primer lugar, los casos de movilidad de grupos indígenas en territorios de circulación tradicional, separados por fronteras nacionales e internacionales. En segundo lugar, el desplazamiento forzado de pueblos indígenas, campesinos y ribereños expulsados de sus territorios, y cuyo destino final suele ser las zonas más pobres y peor urbanizadas de las ciudades. En tercer lugar, las migraciones forzadas interregionales y el fenómeno de los refugiados, que obligados a salir de sus países (entre otros, Venezuela, Haití, Cuba) deben cruzar la Amazonía como corredor migratorio.

13. El desplazamiento de grupos indígenas expulsados de sus territorios o atraídos por el falso brillo de la cultura urbana, representa una especificidad única de los movimientos migratorios en la Amazonía. Los casos en que la movilidad de estos grupos se produce en territorios de circulación indígena tradicional, separados por fronteras nacionales e internacionales, exige atención pastoral transfronteriza capaz de comprender el derecho a la libre circulación de estos pueblos. La movilidad humana en la Amazonía revela el rostro de Jesús Cristo empobrecido y hambriento (cf. Mt 25,35), expulsado y sin hogar (cf. Lc 3,1-3), y también en la feminización de la migración que hace que miles de mujeres sean vulnerables a la trata de personas, una de las peores formas de violencia contra las mujeres y una de las violaciones más perversas de los derechos humanos. El tráfico de personas vinculado, a la migración, requiere un permanente trabajo pastoral en red.

14. La vida de las comunidades amazónicas aún no afectadas por el influjo de la civilización occidental se refleja en la creencia y los ritos sobre el actuar de los espíritus de la divinidad, llamados de innumerables maneras, con y en el territorio, con y en relación con la naturaleza (LS 16, 91, 117, 138, 240). Reconozcamos que desde hace miles de años han cuidado su tierra, sus aguas y sus bosques, y han logrado preservarlos hasta hoy para que la humanidad pueda beneficiarse del goce de los dones gratuitos de la creación de Dios. Los nuevos caminos de la evangelización deben construirse en diálogo con estos conocimientos fundamentales en los que se manifiestan como semillas de la Palabra.

3.       LA IGLESIA EN LA REGIÓN AMAZÓNICA

15. La Iglesia en su proceso de escucha al clamor del territorio y del grito de los pueblos ha de hacer memoria de sus pasos. La evangelización en América Latina fue un don de la Providencia que llama a todos a la salvación en Cristo. A pesar de la colonización militar, política y cultural, y más allá de la avaricia y la ambición de los colonizadores, hubo muchos misioneros que entregaron su vida para transmitir el Evangelio. El sentido misional no sólo inspiró la formación de comunidades cristianas, sino también una legislación como las Leyes de Indias, que protegían la dignidad de los indígenas contra los atropellos de sus pueblos y territorios. Tales abusos produjeron heridas en las comunidades y opacaron el mensaje de la Buena Nueva. Frecuentemente el anuncio de Cristo se realizó en connivencia con los poderes que explotaban los recursos y oprimían a las poblaciones. En el momento presente, la Iglesia tiene la oportunidad histórica de diferenciarse de las nuevas potencias colonizadoras escuchando a los pueblos amazónicos para poder ejercer con transparencia su actividad profética. Además, la crisis socioambiental abre nuevas oportunidades para presentar a Cristo en toda su potencialidad liberadora y humanizadora.

16. Una de las páginas más gloriosas de la Amazonía la han escrito los mártires. La participación de los seguidores de Jesús en su pasión, muerte y resurrección gloriosa, ha acompañado hasta el día de hoy la vida de la Iglesia, especialmente en los momentos y lugares en que ella, por causa del Evangelio de Jesús, vive en medio de una acentuada contradicción, como sucede hoy con quienes luchan valerosamente en favor de una ecología integral en la Amazonía. Este Sínodo reconoce con admiración a quienes luchan, con gran riesgo de sus propias vidas, para defender la existencia de este territorio.

4.       LLAMADOS A UNA CONVERSIÓN INTEGRAL

17. La escucha del clamor de la tierra y el grito de los pobres y de los pueblos de la Amazonía con los que caminamos nos llama a una verdadera conversión integral, con una vida simple y sobria, todo ello alimentado por una espiritualidad mística al estilo de San Francisco de Asís, ejemplo de conversión integral vivida con alegría y gozo cristiano (cf. LS 20-12). Una lectura orante de la Palabra de Dios nos ayudará a profundizar y descubrir los gemidos del Espíritu y nos animará en el compromiso por el cuidado de la “casa común”.

18. Como Iglesia de discípulos misioneros suplicamos la gracia de esa conversión que “implica dejar brotar todas las consecuencias del encuentro con Jesucristo en las relaciones con el mundo que los rodea” (LS 217); una conversión personal y comunitaria que nos compromete a relacionarnos armónicamente con la obra creadora de Dios, que es la “casa común”; una conversión que promueva la creación de estructuras en armonía con el cuidado de la creación; una conversión pastoral basada en la sinodalidad, que reconozca la interacción de todo lo creado. Conversión que nos lleve a ser una Iglesia en salida que entre en el corazón de todos los pueblos amazónicos.

19. Así, la única conversión al Evangelio vivo, que es Jesucristo, se podrá desplegar en dimensiones interconectadas para motivar la salida a las periferias existenciales, sociales y geográficas de la Amazonía. Estas dimensiones son: la pastoral, la cultural, la ecológica y la sinodal, las cuales están desarrolladas en los próximos cuatro capítulos.


CAPITULO II: NUEVOS CAMINOS DE CONVERSIÓN PASTORAL

“Quien no nace de agua y de Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios” (Jn. 3,5).

20. Una Iglesia misionera en salida nos exige una conversión pastoral. Para la Amazonía este caminar supone también “navegar”, por nuestros ríos, nuestros lagos, entre nuestra gente. En la Amazonía el agua nos une, no nos separa. Nuestra conversión pastoral será samaritana, en diálogo, acompañando personas con rostros concretos de indígenas, de campesinos, de afrodescendientes y migrantes, de jóvenes, de habitantes de las ciudades. Todo ello supondrá una espiritualidad de la escucha y el anuncio. Es así como caminaremos y navegaremos en este capítulo.

A. LA IGLESIA EN SALIDA MISIONERA

21. La Iglesia por naturaleza es misionera y tiene su origen en el “amor fontal de Dios” (AG 2). El dinamismo misionero que brota del amor de Dios se irradia, expande, desborda y se difunde en todo el universo. “Somos insertados por el bautismo en la dinámica de amor por el encuentro con Jesús que da un nuevo horizonte a la vida” (DAp 12). Este desbordamiento impulsa a la Iglesia a una conversión pastoral y nos transforma en comunidades vivas que trabajen en equipo y en red al servicio de la evangelización. La misión así comprendida no es algo optativo, una actividad de la Iglesia entre otras, sino su propia naturaleza. ¡La Iglesia es misión! «La acción misionera es el paradigma de toda la obra de la Iglesia» (EG 15). Ser discípulo misionero es algo más que cumplir tareas o que hacer cosas. Se sitúa en el orden del ser. «Jesús nos indica a nosotros, sus discípulos, que nuestra misión en el mundo no puede ser estática, sino que es itinerante. El cristiano es un itinerante» (Francisco, Angelus, 30/06/2019).

1.       Iglesia samaritana, misericordiosa, solidaria

22. Queremos ser una Iglesia Amazónica, samaritana, encarnada al modo en que el Hijo de Dios se encarnó: “asumió nuestras enfermedades y cargó con nuestras dolencias” (Mt 8,17b). El que se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza (2 Co 8,9), por medio de su Espíritu, exhorta a los discípulos misioneros de hoy a salir al encuentro de todos, especialmente de los pueblos originarios, los pobres, excluidos de la sociedad y los otros. Deseamos también una Iglesia magdalena, que se siente amada y reconciliada, que anuncia con gozo y convicción a Cristo crucificado y resucitado. Una Iglesia mariana que genera hijos a la fe y los educa con cariño y paciencia aprendiendo también de las riquezas de los pueblos. Queremos ser una iglesia servidora, kerigmática, educadora, inculturada en medio de los pueblos que servimos.

2.       Iglesia en diálogo ecuménico, interreligioso y cultural

23. La realidad pluriétnica, pluricultural y plurireligiosa de la Amazonía demanda una actitud de abierto diálogo, reconociendo igualmente la multiplicidad de interlocutores: los pueblos indígenas, ribereños, campesinos y afrodescendientes, las otras Iglesias cristianas y denominaciones religiosas, organizaciones de la sociedad civil, movimientos sociales populares, el Estado, en fin todas las personas de buena voluntad que buscan la defensa de la vida, la integridad de la creación, la paz, el bien común.

24. En la Amazonía, “las relaciones entre católicos y pentecostales, carismáticos y evangélicos no son fáciles. La aparición repentina de nuevas comunidades, vinculada a la personalidad de algunos predicadores, contrasta fuertemente con los principios y la experiencia eclesiológica de las Iglesias históricas y puede ocultar el peligro de ser arrastrados por las ondas emocionales del momento o de encerrar la experiencia de la fe en ambientes protegidos y tranquilizadores. El hecho de que no pocos fieles católicos se sientan atraídos por estas comunidades es motivo de fricción, pero puede convertirse, por nuestra parte, en un motivo de examen personal y renovación pastoral” (Papa Francisco, 28.9.2018). El diálogo ecuménico, interreligioso e intercultural debe ser asumido como camino irrenunciable de la evangelización en la Amazonía (cf. DAp 227). La Amazonía es una amalgama de credos, la mayoría cristianos. Ante dicha realidad, se nos abren caminos reales de comunión: “No bastan las manifestaciones de buenos sentimientos. Hacen falta gestos concretos que penetren en los espíritus y sacudan las conciencias, impulsando a cada uno a la conversión interior, que es el fundamento de todo progreso en el camino del ecumenismo” (Benedicto XVI, Mensaje a los Cardenales en la Capilla Sixtina, 20/04/2005). La centralidad de la Palabra de Dios en la vida de nuestras comunidades es factor de unión y diálogo. En torno a la Palabra se pueden dar tantas acciones comunes: traducciones de la Biblia a las lenguas locales, ediciones en conjunto, difusión y distribución de la Biblia y encuentros entre teólogos y de teólogos y teólogas católicos y de diversas confesiones.

25. En la Amazonía, el diálogo interreligioso se lleva a cabo especialmente con las religiones indígenas y los cultos afrodescendientes. Estas tradiciones merecen ser conocidas, entendidas en sus propias expresiones y en su relación con el bosque y la madre tierra. Junto con ellos, los cristianos, basados en su fe en la Palabra de Dios, se ponen en diálogo, compartiendo sus vidas, sus preocupaciones, sus luchas, sus experiencias de Dios, para profundizar mutuamente su fe y actuar juntos en defensa de la “casa común”. Para ello es necesario que las iglesias de la Amazonía desarrollen iniciativas de encuentro, estudio y diálogo con los seguidores de estas religiones. El diálogo sincero y respetuoso es el puente hacia la construcción del ‘buen vivir’. En el intercambio de dones, el Espíritu conduce cada vez más hacia la verdad y el bien (cf. EG 250).

B. IGLESIA MISIONERA QUE SIRVE Y ACOMPAÑA A LOS PUEBLOS AMAZÓNICOS

26. Este Sínodo quiere ser un fuerte llamado a todos los bautizados de la Amazonía a ser discípulos misioneros. El envío a la misión es inherente al bautismo y es para todos los bautizados. Por él todos recibimos la misma dignidad de ser hijos e hijas de Dios, y ninguno puede ser excluido de la misión de Jesús a sus discípulos. “Vayan por todo el mundo y proclamen la Buena Nueva a toda la creación” (Mc 16,15). De allí que creemos necesario generar un mayor impulso misionero entre las vocaciones nativas; la Amazonía debe ser evangelizada también por los amazónicos.

1.       Iglesia con rostro indígena, campesino y afrodescendiente

27. Es urgente dar a la pastoral indígena su lugar específico en la Iglesia. Partimos de realidades plurales y culturas diversas para definir, elaborar y adoptar acciones pastorales, que nos permitan desarrollar una propuesta evangelizadora en medio de las comunidades indígenas, ubicándonos dentro del marco de una pastoral indígena y de la tierra. La pastoral de los pueblos indígenas tiene una especificidad propia. Las colonizaciones motivadas por el extractivismo a través de la historia, con las diferentes corrientes migratorias, las pusieron en una situación de alta vulnerabilidad. En este contexto, como Iglesia, sigue siendo necesario crear o mantener una opción preferencial por los pueblos indígenas, en virtud de la cual tienen que establecerse y consolidarse los organismos diocesanos de pastoral indígena con una acción misionera renovada, que escuche, dialogue, esté encarnada y con una presencia permanente. La opción preferencial por los pueblos indígenas, con sus culturas, identidades e historias, nos exige aspirar a una Iglesia indígena con sacerdotes y ministros propios siempre unidos y en total comunión con la Iglesia Católica.

28. Reconociendo la importancia de la atención que la Iglesia está llamada a prestar en la Amazonía al fenómeno de la urbanización y a los problemas y perspectivas relacionados con ella, es necesaria una referencia al mundo rural en su conjunto y a la pastoral rural en particular. Desde el punto de vista pastoral, la Iglesia debe dar respuestas al fenómeno de la despoblación del campo, con todas las consecuencias que de ello se derivan (pérdida de identidad, laicismo imperante, explotación del trabajo rural, desintegración familiar, etc.).

2.       Iglesia con rostro migrante

29. Dado su incremento y volumen, actualmente el fenómeno de las migraciones se ha convertido en un inédito reto político, social y eclesial (cf. DA, 517, a). Ante eso, muchas comunidades eclesiales, han recibido a los migrantes con mucha generosidad, recordando que: “fui forastero y me hospedaste” (Mt 25,35). El desplazamiento forzado de familias indígenas, campesinas, afrodescendientes y ribereñas, expulsadas de sus territorios por la presión sobre los mismos o por la asfixia ante la falta de oportunidades, exige una pastoral de conjunto en la periferia de los centros urbanos. Para ello será preciso crear equipos misioneros para su acompañamiento, coordinando con las parroquias y demás instituciones eclesiales y extraeclesiales las condiciones de acogida, ofreciendo liturgias inculturadas y en las lenguas de los migrantes; promoviendo espacios de intercambios culturales, favoreciendo la integración en la comunidad y en la ciudad y motivándoles en esta labor al protagonismo.

3.       Iglesia con rostro joven

30. Entre los diversos rostros de las realidades panamazónicas, destaca el de los jóvenes presentes en todo el territorio. Son jóvenes con rostros e identidades indígenas, afrodescendientes, ribereños, extractivistas, migrantes, refugiados, entre otros. Jóvenes residentes de zonas rurales y urbanas, que diariamente sueñan y buscan mejores condiciones de vida, con el profundo deseo de tener una vida plena. Jóvenes estudiantes, trabajadores y con fuerte presencia y participación en diversos espacios sociales y eclesiales. Entre la juventud amazónica, se presentan realidades tristes como pobreza, violencia, enfermedades, prostitución infantil, explotación sexual, uso y tráfico de drogas, embarazo precoz, desempleo, depresión, trata de personas, nuevas formas de esclavitud, tráfico de órganos, dificultades para acceder a la educación, salud y asistencia social. Lamentablemente, en los últimos años, ha habido un aumento significativo en el suicidio entre los jóvenes, así como el crecimiento de la población juvenil encarcelada y crímenes entre y contra los jóvenes, especialmente afrodescendientes y periféricos. Ellos viviendo en el gran territorio del Amazonas, tienen los mismos sueños y anhelos como otros jóvenes en este mundo: ser considerados, respetados, tener oportunidades de estudio, trabajo, de un futuro de esperanza. Pero viven una intensa crisis de valores, o una transición hacia otros modos de concepción de la realidad, en donde los elementos éticos están cambiando, incluso para los jóvenes indígenas. La labor de la Iglesia es la de acompañarlos para hacer frente a toda situación que destruya su identidad o dañe su autoestima.

31. Los jóvenes también están intensamente presentes en los contextos migratorios del territorio. Una atención especial merece la realidad de los jóvenes en los centros urbanos. Cada vez más las ciudades son receptoras de todos los grupos étnicos, pueblos y problemas de la Amazonía. La Amazonía rural se está despoblando; las ciudades se enfrentan a enormes problemas de delincuencia juvenil, falta de trabajo, luchas étnicas e injusticias sociales. Aquí, en particular, la Iglesia está llamada a ser una presencia profética entre los jóvenes, ofreciéndoles un acompañamiento adecuado y una educación apropiada.

32. En comunión con la realidad juvenil amazónica, la Iglesia proclama la Buena Nueva de Jesús a los jóvenes, el discernimiento y acompañamiento vocacional, el lugar de apreciación de la cultura e identidad local, el liderazgo juvenil, la promoción de los derechos de la juventud, el fortalecimiento de espacios creativos, innovadores y diferenciados de evangelización a través de un ministerio juvenil renovado y audaz. Una pastoral siempre en proceso, centrada en Jesucristo y su proyecto, dialógica e integral, comprometida con todas las realidades juveniles existentes en el territorio. Los jóvenes indígenas tienen un enorme potencial y participan activamente en sus comunidades y organizaciones contribuyendo como líderes y animadores, en defensa de los derechos, especialmente en el territorio, la salud y la educación. Por otro lado, son las principales víctimas de la inseguridad sobre las tierras indígenas y la ausencia de políticas públicas específicas y de calidad. La difusión del alcohol y las drogas a menudo llega a las comunidades indígenas, dañando gravemente a los jóvenes e impidiéndoles vivir en libertad para construir sus sueños y participar activamente en la comunidad.

33. El protagonismo de los jóvenes aparece claramente en los documentos del Sínodo de los Jóvenes (160, 46) en la exhortación papal Christus Vivit (170) y en la Encíclica Laudato Sí (209). Los jóvenes quieren ser protagonistas y la Iglesia Amazónica quiere reconocerles su espacio. Quiere ser compañera a la escucha reconociendo a los jóvenes como un lugar teológico, como "profetas de esperanza", comprometidos con el diálogo, ecológicamente sensibles y atentos a la “casa común”. Una Iglesia que acoge y camina con los jóvenes, especialmente en las periferias. Frente a esto, surgen tres urgencias: promover nuevas formas de evangelización a través de los medios sociales (Francisco, Christus Vivit 86);ayudar al joven indígena a lograr una sana interculturalidad; ayudarlos para hacer frente a la crisis de antivalores que destruye su autoestima y les hace perder su identidad.

4.       Iglesia que recorre nuevos caminos en la pastoral urbana

34. La fuerte tendencia de la humanidad a concentrarse en ciudades, se migra de las pequeñas a las más grandes, se da también en la Amazonía. Al crecimiento acelerado de las metrópolis amazónicas le acompañan la generación de periferias urbanas. A la par, se transmiten estilos de vida, formas de convivencia, lenguas y valores configurados por las metrópolis y que cada vez más se implantan tanto en las comunidades indígenas como en el resto del mundo rural. La familia en la ciudad es un lugar de síntesis entre la cultura tradicional y la moderna. Sin embargo, las familias a menudo sufren de pobreza, vivienda precaria, falta de trabajo, aumento del consumo de drogas y alcohol, discriminación y suicidio infantil. Además, en la vida familiar hay falta de diálogo entre las generaciones y las tradiciones y la lengua se pierden. Las familias también se enfrentan a nuevos problemas de salud, que requieren una educación adecuada en materia de maternidad. Los rápidos cambios actuales afectan a la familia amazónica. Así, encontramos nuevos formatos familiares: familias monoparentales bajo la responsabilidad de las mujeres, aumento de las familias separadas, uniones consensuadas y familias reunidas, disminución de los matrimonios institucionales. La ciudad es una explosión de vida, porque “Dios vive en la ciudad” (DAp 514). En ella hay ansiedades y búsquedas del sentido de la vida, conflictos, pero también solidaridad, fraternidad, deseo de bondad, verdad y justicia" (cfr. EG 71-75). Evangelizar la ciudad o la cultura urbana significa "lograr y, por así decirlo, modificar por la fuerza del Evangelio los criterios de juicio, los valores que cuentan, los centros de interés, las líneas de pensamiento, las fuentes de inspiración y los modelos de vida de la humanidad, que se presentan en contraste con la Palabra de Dios y el designio de salvación" (EN 19).

35. Es necesario defender el derecho de todas las personas a la ciudad. El reivindicado derecho a la ciudad se define como el disfrute equitativo de las ciudades dentro de los principios de sostenibilidad, democracia y justicia social. No obstante, también será preciso incidir en las políticas públicas y promover iniciativas que mejoren la calidad de vida en el mundo rural evitando así su desplazamiento descontrolado.

36. Las comunidades eclesiales de base han sido y son un don de Dios a las Iglesias locales de la Amazonía. Sin embargo, es necesario reconocer que, con el tiempo, algunas comunidades eclesiales se han asentado, debilitado o incluso desaparecido. Pero la gran mayoría sigue siendo perseverante y es el fundamento pastoral de muchas parroquias. Hoy los grandes peligros de las comunidades eclesiales provienen principalmente del secularismo, del individualismo, de la falta de dimensión social y de la ausencia de actividad misionera. Por eso, es necesario que los pastores animen en todos y cada uno de los fieles al discipulado misionero. La comunidad eclesial deberá estar presente en los espacios de participación de políticas públicas donde se articulan acciones para revitalizar la cultura, la convivencia, el ocio y la celebración. Debemos luchar para que las “favelas” y “villas miseria”, tengan asegurados los derechos básicos fundamentales; agua, energía, vivienda y promover la ciudadanía ecológica integral. Instituir el ministerio de acogida en las comunidades urbanas de la Amazonía para la solidaridad fraterna con los migrantes, refugiados, personas sin hogar y personas que han abandonado las zonas rurales.

37. Una atención especial merece la realidad de los indígenas en los centros urbanos, pues son los más expuestos a los enormes problemas de delincuencia juvenil, falta de trabajo, luchas étnicas e injusticias sociales. Es uno de los mayores desafíos hoy en día: cada vez más ciudades son los lugares de destino de todos los grupos étnicos y pueblos de la Amazonía. Se deberá articular una pastoral indígena de la ciudad que atienda esta realidad específica.

5.       Una espiritualidad de la escucha y el anuncio

38. La acción pastoral se sustenta en una espiritualidad que se basa en la escucha de la palabra de Dios y el grito de su pueblo, para después poder anunciar con espíritu profético la buena nueva. Reconocemos que la Iglesia que escucha el clamor del Espíritu en el grito de la Amazonía puede hacer suyos los gozos y las esperanzas, las tristezas y angustias de todos, pero especialmente de los más pobres (cf. GS 1), que son hijas e hijos predilectos de Dios. Descubrimos que las aguas caudalosas del Espíritu, semejantes a las del río Amazonas, que periódicamente se desbordan, nos conducen a esa vida sobreabundante que Dios nos ofrece para compartirla en el anuncio.

C. NUEVOS CAMINOS PARA LA CONVERSIÓN PASTORAL

39. Los equipos misioneros itinerantes en la Amazonía, van tejiendo y haciendo comunidad en el camino, ayudan a fortalecer la sinodalidad eclesial. Pueden sumar varios carismas, instituciones y congregaciones, laicos y laicas, religiosos y religiosas, sacerdotes. Sumar para llegar juntos donde solos no se puede. Las giras de los misioneros que salen de su sede y pasan un tiempo visitando comunidad por comunidad y celebrando sacramentos dan pie a lo que se llama la “pastoral de visita”. Se trata de un tipo de método de pastoral que responde a las condiciones y posibilidades actuales de nuestras iglesias. Gracias a esos métodos, y por la acción del Espíritu Santo, esas comunidades han desarrollado también una rica ministerialidad que es motivo de acción de gracias.

40. Proponemos una red itinerante que reúna los distintos esfuerzos de los equipos que acompañan y dinamizan la vida y la fe de las comunidades en la Amazonía. Los caminos de incidencia política para la transformación de la realidad deben ser discernidos con los pastores y laicos. Con miras a pasar de visitas pastorales a una presencia más permanente, las congregaciones y/o provincias de religiosos/as del mundo, que aún no están involucrados en misiones, son invitados a establecer al menos un frente misionero en cualquiera de los países amazónicos.


CAPITULO III: NUEVOS CAMINOS DE CONVERSIÓN CULTURAL

“Y la Palabra se hizo carne y puso su tienda entre nosotros” (Jn. 1,14).

41. América Latina posee una inmensa biodiversidad y una gran diversidad cultural. En ella, la Amazonía es una tierra de bosques y de agua, de páramos y humedales, de sabanas y cordilleras, pero sobre todo tierra de innumerables pueblos, muchos de ellos milenarios, habitantes ancestrales del territorio, pueblos de perfume antiguo que continúan aromando el continente contra toda desesperanza. Nuestra conversión debe ser también cultural, hacernos al otro, aprender del otro. Estar presentes, respetar y reconocer sus valores, vivir y practicar la inculturación y la interculturalidad en nuestro anuncio de la Buena Noticia. Expresar y vivir la fe en la Amazonía es un desafío siempre haciéndose. Ella se encarna no sólo en la pastoral sino en las acciones concretas para con el otro, en la atención de la salud, en la educación, en la solidaridad y apoyo para con los más vulnerables. Quisiéramos compartir en esta sección todo ello.

A. EL ROSTRO DE IGLESIA EN LOS PUEBLOS AMAZÓNICOS

42. En los territorios de la Amazonía hay una realidad pluricultural que exige tener una mirada que incluya a todos y a usar expresiones que permitan identificar y vincular a todos los grupos y reflejen identidades que sean reconocidas, respetadas y promovidas tanto en la Iglesia como en la sociedad, que debe encontrar en los pueblos amazónicos un interlocutor válido para el diálogo y el encuentro. Puebla habla de los rostros que habitan en Latinoamérica y constata que, en los pueblos originarios, hay un mestizaje que ha crecido y sigue creciendo con el encuentro y desencuentros entre las diferentes culturas que hacen parte del continente. Este rostro, también de la Iglesia en la Amazonía es un rostro que se encarna en su territorio, que evangeliza y abre caminos para que los pueblos se sientan acompañados en diferentes procesos de vida evangélica. También, está presente un renovado sentido misionero por parte de los habitantes de los mismos pueblos, realizando la misión profética y samaritana de la Iglesia que debe fortalecerse con la apertura al diálogo de otras culturas. Sólo una Iglesia misionera inserta e inculturada hará surgir las iglesias particulares autóctonas, con rostro y corazón amazónicos, enraizadas en las culturas y tradiciones propias de los pueblos, unidas en la misma fe en Cristo y diversas en su manera de vivirla, expresarla y celebrarla.

1.       Los valores culturales de los pueblos amazónicos

43. En la gente de la Amazonía encontramos enseñanzas para la vida. Los pueblos originarios y los que llegaron posteriormente y forjaron su identidad en la convivencia, aportan valores culturales en los que descubrimos las semillas del Verbo. En la selva no solo la vegetación está entrelazada sosteniendo una especie a la otra, también los pueblos se interrelacionan entre sí en una red de alianzas que a todos aporta ganancia. La selva vive de las interrelaciones e interdependencias y esto ocurre en todos los ámbitos de la vida. Gracias a ello, el frágil equilibrio de la Amazonía, se mantuvo por siglos.

44. El pensamiento de los pueblos indígenas ofrece una visión integradora de la realidad, que es capaz de comprender las múltiples conexiones existentes entre todo lo creado. Esto contrasta con la corriente dominante del pensamiento occidental que tiende a fragmentar para entender la realidad, pero no logra volver a articular el conjunto de las relaciones entre los diversos campos de conocimiento. El manejo tradicional de lo que la naturaleza les ofrece ha sido hecho del modo que hoy denominamos manejo sostenible. Encontramos además otros valores en los pueblos originarios como son la reciprocidad, solidaridad, el sentido comunitario, la igualdad, la familia, su organización social y el sentido de servicio.

2.       Iglesia presente y aliada de los pueblos en sus territorios

45. La codicia por la tierra está en la raíz de los conflictos que conducen al etnocidio, así como al asesinato y la criminalización de los movimientos sociales y de sus dirigentes. La demarcación y protección de la tierra es una obligación de los Estados nacionales y de sus respectivos gobiernos. Sin embargo, buena parte de los territorios indígenas están desprovistos de protección y los ya demarcados están siendo invadidos por frentes extractivos como la minería y la extracción forestal, por los grandes proyectos de infraestructura, por los cultivos ilícitos y por los latifundios que promueven el monocultivo y la ganadería extensiva.

46. De esta manera, la Iglesia se compromete a ser aliada de los pueblos amazónicos para denunciar los atentados contra la vida de las comunidades indígenas, los proyectos que afectan al medio ambiente, la falta de demarcación de sus territorios, así como el modelo económico de desarrollo depredador y ecocida. La presencia de la Iglesia entre las comunidades indígenas y tradicionales necesita esta conciencia de que la defensa de la tierra no tiene otra finalidad que la defensa de la vida.

47. La vida de los pueblos indígenas, mestizos, riberiños, campesinos, quilombolas y/o afrodescendientes y las comunidades tradicionales se ve amenazada por la destrucción, la explotación ambiental y la violación sistemática de sus derechos territoriales. Es preciso defender los derechos a la libre determinación, la demarcación de territorios y la consulta previa, libre e informada. Estos pueblos tienen “condiciones sociales, culturales y económicas que los distinguen de otros sectores de la comunidad nacional, y que se rigen total o parcialmente por sus propias costumbres o tradiciones o por una legislación especial” (Conv. 169 OIT, art. 1º, 1a). Para la Iglesia, la defensa de la vida, la comunidad, la tierra y los derechos de los pueblos indígenas es un principio evangélico, en defensa de la dignidad humana: «He venido para que los hombres tengan vida y la tengan en abundancia» (Jn 10, 10b).

48. La Iglesia promueve la salvación integral de la persona humana, valorando la cultura de los pueblos indígenas, hablando de sus necesidades vitales, acompañando a los movimientos en sus luchas por sus derechos. Nuestro servicio pastoral constituye un servicio para la vida plena de los pueblos indígenas, que nos mueve a anunciar la Buena Nueva del Reino de Dios y a denunciar las situaciones de pecado, estructuras de muerte, violencia e injusticias, promoviendo el diálogo intercultural, interreligioso y ecuménico (cf. DAp 95). 49. Un capítulo específico precisan los Pueblos Indígenas en Aislamiento Voluntario (PIAV) o Pueblos Indígenas en Aislamiento y Contacto Inicial (PIACI). En la Amazonía existen cerca de 130 pueblos o segmentos de pueblos, que no mantienen contactos sistemáticos o permanentes con la sociedad envolvente. Abusos y violaciones sistemáticas del pasado provocaron su migración a lugares más inaccesibles, buscando protección, procurando preservar su autonomía y optando por limitar o evitar sus relaciones con terceros. Hoy continúan teniendo su vida amenazada por la invasión de sus territorios desde diversos frentes y por su baja demografía, quedando expuestos a la limpieza étnica y a la desaparición. En su encuentro con los Pueblos Indígenas de enero de 2018 en Puerto Maldonado, el Papa Francisco nos recuerda: “Son los más vulnerables de entre los vulnerables (...) Sigan defendiendo a estos hermanos más vulnerables. Su presencia nos recuerda que no podemos disponer de los bienes comunes al ritmo de la avidez de consumo.” (Fr. PM). Una opción por la defensa de los PIAV/PIACI, no exime de la responsabilidad pastoral a las Iglesias locales sobre ellos.

50. Esta responsabilidad debe manifestarse en acciones específicas por la defensa de sus derechos, concretarse en acciones de incidencia para que los Estados asuman la defensa de sus derechos mediante la garantía legal e inviolable de los territorios que ocupan de forma tradicional, inclusive adoptando medidas de precaución en las regiones donde habiendo sólo indicios de su presencia, ésta no es confirmada oficialmente y estableciendo mecanismos de cooperación bilateral entre estados, cuando estos grupos ocupen espacios transfronterizos. En todo momento se debe garantizar el respeto a su autodeterminación y a su libre decisión sobre el tipo de relaciones que quieren establecer con otros grupos. Para ello será preciso que todo el pueblo de Dios, y en especial las poblaciones vecinas a los territorios de los PIAV/PIACI, sean sensibilizados sobre el respeto a estos pueblos y la importancia de la inviolabilidad de sus territorios. Como San Juan Pablo II dijo en Cuiabá, en 1991 “La Iglesia, queridos hermanos y hermanas indios, ha estado y seguirá estando siempre a vuestro lado para defender la dignidad de los seres humanos, su derecho a tener una vida propia y pacífica, respetando los valores de sus tradiciones, costumbres y culturas”.



B. CAMINOS PARA UNA IGLESIA INCULTURADA

51. Cristo con la encarnación dejó su prerrogativa de Dios y se hizo hombre en una cultura concreta para identificarse con toda la humanidad. La inculturación es la encarnación del Evangelio en las culturas autóctonas (“lo que no se asume no se redime”, San Ireneo, cf. Puebla 400) y al mismo tiempo la introducción de estas culturas en la vida de la Iglesia. En este proceso los pueblos son protagonistas y acompañados por sus agentes y pastores.

1.       La vivencia de la fe expresada en la piedad popular y la catequesis inculturada

52. La piedad popular constituye un importante medio que vincula a muchos pueblos de la Amazonía con sus vivencias espirituales, sus raíces culturales y su integración comunitaria. Son manifestaciones con las que el pueblo expresa su fe, a través de imágenes, símbolos, tradiciones, ritos y otros sacramentales. Las peregrinaciones, procesiones y fiestas patronales deben ser apreciadas, acompañadas, promovidas y algunas veces purificadas, ya que son momentos privilegiados de evangelización que deben llevar al encuentro con Cristo. Las devociones marianas están muy arraigadas en la Amazonía y en toda América Latina.

53. Es característica la no clericalización de las hermandades, cofradías y grupos vinculados a la piedad popular. Los laicos asumen un protagonismo que difícilmente alcanzan en otros ámbitos eclesiales, con la participación de hermanos y hermanas que ejercen servicios y dirigen oraciones, bendiciones, cantos sagrados tradicionales, animan novenas, organizan procesiones, promueven las fiestas patronales, etc. Es preciso “dar una catequesis apropiada y acompañar la fe ya presente en la religiosidad popular. Una manera concreta puede ser ofrecer un proceso de iniciación cristiana.... que nos lleva a asemejarnos cada vez más a Jesucristo, provocando la progresiva apropiación de sus actitudes” (DAp 300).

2.       El misterio de la fe reflexionado en una teología inculturada

54. La teología india, la teología de rostro amazónico y la piedad popular ya son riqueza del mundo indígena, de su cultura y espiritualidad. El misionero y agente de pastoral cuando lleva la palabra del Evangelio de Jesús se identifica con la cultura y se produce el encuentro del que nace el testimonio, el servicio, el anuncio y aprendizaje de las lenguas. El mundo indígena con sus mitos, narrativa, ritos, canciones, danza y expresiones espirituales enriquece el encuentro intercultural. Ya Puebla reconoce que «las culturas no son terreno vacío, carente de auténticos valores. La evangelización de la Iglesia no es un proceso de destrucción, sino de consolidación y fortalecimiento de dichos valores; una contribución al crecimiento de los “gérmenes del verbo”» (DP 401, cf. GS 57) presentes en las culturas.

CAMINOS PARA UNA IGLESIA INTERCULTURAL

1.       El respeto a las culturas y a los derechos de los pueblos

55. Todos estamos invitados a acercarnos a los pueblos amazónicos de igual a igual, respetando su historia, sus culturas, su estilo del ‘buen vivir’ (PF 06.10.19). El colonialismo es la imposición de determinados modos de vivir de unos pueblos sobre otros, tanto económica, cultural o religiosamente. Rechazamos una evangelización de estilo colonialista. Anunciar la Buena Nueva de Jesús implica reconocer los gérmenes del Verbo ya presentes en las culturas. La evangelización que hoy proponemos para la Amazonía, es el anuncio inculturado que genera procesos de interculturalidad, procesos que promueven la vida de la Iglesia con una identidad y un rostro amazónico.

2.       La promoción del diálogo intercultural en un mundo global

56. En la tarea evangelizadora de la Iglesia, que no debe confundirse con proselitismo, habremos de incluir, procesos claros de inculturación de nuestros métodos y esquemas misioneros. En concreto se propone a los centros de investigación y pastoral de la iglesia que, en alianza con los pueblos indígenas, estudien, recopilen y sistematicen las tradiciones de los grupos étnicos amazónicos para favorecer un trabajo educativo que parta de su identidad y cultura, ayude en la promoción y defensa de sus derechos, conserve y difunda su valor en el escenario cultural latinoamericano.

57. Las acciones educativas se ven hoy interpeladas por la necesidad de inculturación. Es un desafío buscar metodologías y contenidos adecuados a los pueblos en los cuales se quiere ejercer el ministerio de la enseñanza. Para ello, es importante el conocimiento de sus lenguas, sus creencias y aspiraciones, sus necesidades y esperanzas; así como la construcción colectiva de procesos educativos que tengan tanto en la forma como en los contenidos, la identidad cultural de las comunidades amazónicas, insistiendo en la formación de la ecología integral como eje transversal.

3.       Los desafíos para la salud, la educación y la comunicación

58. La Iglesia asume como tarea importante promover la educación en salud preventiva y ofrecer asistencia sanitaria en lugares donde la asistencia del Estado no llega. Se requiere favorecer iniciativas de integración que beneficien la salud de los amazónicos. También es importante promover la socialización de conocimientos ancestrales en el campo de la medicina tradicional propia de cada cultura.

59. Entre las complejidades del territorio amazónico, destacamos la fragilidad de la educación sobre todo en los pueblos indígenas. Aunque la educación es un derecho humano, la calidad educativa es deficiente y la deserción escolar muy frecuente, sobre todo en las niñas. La educación evangeliza, promueve la transformación social, empoderando a las personas con un sano sentido crítico. “Una buena educación escolar a una temprana edad pone semillas que pueden producir efectos a lo largo de una vida” (LS 213). Es nuestra tarea promover una educación para la solidaridad, que brote de la conciencia de un origen común y de un futuro compartido por todos (cf. LS 202). Es preciso exigir a los gobiernos la implementación de una educación pública, intercultural y bilingüe.

60. El mundo, cada vez más globalizado y complejo, ha desarrollado una red informativa sin precedentes. Sin embargo, tal flujo de información instantánea no conlleva a una mejor comunicación o conexión entre los pueblos. En la Amazonía, queremos promover una cultura comunicativa que favorezca el diálogo, la cultura del encuentro, y el cuidado de la “casa común”. Motivados por una ecología integral, deseamos potenciar los espacios de comunicación ya existentes en la región, para así promover de modo urgente una conversión ecológica integral. Para ello, es preciso colaborar con la formación de agentes de comunicación autóctonos, especialmente indígenas. Ellos no sólo son interlocutores privilegiados para la evangelización y la promoción humana en el territorio, sino que además nos ayudan a difundir la cultura del ‘buen vivir’ y del cuidado por la creación.

61. Con el fin de desarrollar las diversas conexiones con toda la Amazonía y mejorar su comunicación, la Iglesia quiere crear una red de comunicación eclesial panamazónica, que comprende los diversos medios utilizados por las iglesias particulares y otros organismos eclesiales. Su contribución puede tener resonancia y ayuda en la conversión ecológica de la Iglesia y el planeta. La REPAM puede colaborar en el asesoramiento y apoyo a los procesos formativos, seguimiento y fortalecimiento de la comunicación en la región panamazónica.

C. NUEVOS CAMINOS PARA LA CONVERSIÓN CULTURAL

62. En este sentido proponemos la creación de una red escolar de educación bilingüe para la Amazonía (similar a Fe y Alegría) que articule propuestas educativas que respondan a las necesidades de las comunidades, respetando, valorando e integrando en ellas la identidad cultural y la lingüística.

63. Queremos sostener, apoyar y favorecer las experiencias educativas de educación intercultural bilingüe que ya existen en las jurisdicciones eclesiásticas de la Amazonía e implicar a universidades católicas para que trabajen y se comprometan en red.

64. Buscaremos nuevas formas de educación convencional y no convencional, como la educación a distancia, de acuerdo con las necesidades de los lugares, tiempos y personas.


CAPITULO IV: NUEVOS CAMINOS DE CONVERSIÓN ECOLÓGICA

“Yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia” (Jn. 10.10).

65. Nuestro planeta es un regalo de Dios, pero sabemos también que vivimos la urgencia de actuar frente a una crisis socioambiental sin precedentes. Necesitamos una conversión ecológica para responder adecuadamente. Por ello como Iglesia Amazónica, frente a la agresión cada vez mayor a nuestro bioma amenazado por su desaparición con consecuencias tremendas para nuestro planeta, nos ponemos en camino inspirados por la propuesta de la ecología integral. Reconocemos las heridas causadas por el ser humano en nuestro territorio, queremos aprender de nuestros hermanos y hermanas de los pueblos originarios, en un diálogo de saberes, el desafío de dar nuevas respuestas buscando modelos de desarrollo justo y solidario. Queremos cuidar nuestra “casa común” en la Amazonía y proponemos nuevos caminos para ello.

A. HACIA UNA ECOLOGÍA INTEGRAL DESDE LA ENCÍCLICA LAUDATO SI’

1.       Amenazas contra el bioma amazónico y sus pueblos

66. Dios nos ha dado la tierra como don y como tarea, para cuidarla y para responder por ella; nosotros no somos sus dueños. La ecología integral tiene su fundamento en el hecho de que “todo está íntimamente relacionado” (LS 16). Por ello ecología y justicia social están intrínsecamente unidos (cf. LS 137). Con la ecología integral emerge un nuevo paradigma de justicia, ya que “un verdadero planteo ecológico se convierte siempre en un planteo social, que debe integrar la justicia en las discusiones sobre el ambiente, para escuchar tanto el clamor de la tierra como el clamor de los pobres” (LS 49). La ecología integral, así, conecta el ejercicio del cuidado de la naturaleza con aquél de la justicia por los más empobrecidos y desfavorecidos de la tierra, que son la opción preferida de Dios en la historia revelada.

67. Es urgente enfrentarnos a la explotación ilimitada de la “casa común” y de sus habitantes. Una de las causas principales de la destrucción en la Amazonía es el Extractivismo predatorio que responde a la lógica de la avaricia, propia del paradigma tecnocrático dominante (LS 101). Ante la situación apremiante del planeta y de la Amazonía, la ecología integral no es un camino más que la Iglesia puede elegir de cara al futuro en este territorio, es el único camino posible, pues no hay otra senda viable para salvar la región. La depredación del territorio viene acompañada del derramamiento de sangre inocente y de la criminalización de los defensores de la Amazonía.

68. La Iglesia es parte de una solidaridad internacional que debe favorecer y reconocer el rol central del bioma amazónico para el equilibrio del clima del planeta; anima a la comunidad internacional a disponer nuevos recursos económicos para su protección y la promoción de un modelo de desarrollo justo y solidario, con el protagonismo y la participación directa de las comunidades locales y de los pueblos originarios en todas las fases desde el planteamiento hasta la implementación, fortaleciendo también las herramientas ya desarrolladas por la convención marco sobre el cambio climático.

69. Resulta escandaloso que se criminalice a los líderes e incluso a las comunidades, por el sólo hecho de reclamar sus mismos derechos. En todos los países amazónicos hay leyes que reconocen los derechos humanos, en especial los de los pueblos indígenas. En los últimos años, la región (amazónica) ha vivido complejas transformaciones, donde los derechos humanos de las comunidades han sido impactados por normas, políticas públicas y prácticas enfocadas principalmente en la ampliación de las fronteras extractivas de recursos naturales y en el desarrollo de megaproyectos de infraestructura, los cuales ejercen presiones sobre los territorios ancestrales indígenas. Esto va acompañado, según el mismo informe, de una grave situación de impunidad en la región con relación a violaciones de derechos humanos y de barreras para obtener justicia (Informe CIDH /OEA, Pueblos Indígenas y tribales de la Panamazonía. 5 y 188. Sept. 2019).

70. Para los cristianos, el interés y preocupación por la promoción y respeto de los derechos humanos, tanto individuales como colectivos, no es opcional. El ser humano es creado a imagen y semejanza del Dios Creador, y su dignidad es inviolable. Por eso la defensa y promoción de los derechos humanos no es meramente un deber político o una tarea social, sino también y sobre todo una exigencia de fe. Tal vez no podamos modificar inmediatamente el modelo de un desarrollo destructivo y extractivista imperante, pero, sí tenemos la necesidad de saber y dejar en claro ¿dónde nos ubicamos?, ¿al lado de quién estamos?, ¿qué perspectiva asumimos?, ¿cómo trasmitimos la dimensión política y ética de nuestra palabra de fe y vida? Por esta razón: a) denunciamos la violación de los derechos humanos y la destrucción extractiva; b) asumimos y apoyamos las campañas de desinversión de compañías extractivas relacionadas al daño socio-ecológico de la Amazonía, comenzando por las propias instituciones eclesiales y también en alianza con otras iglesias; c) llamamos a una transición energética radical y a la búsqueda de alternativas: «La civilización requiere energía, ¡pero el uso de la energía no debe destruir la civilización!» (Papa Francisco, Discurso a los participantes en la conferencia “Transición energética y cuidado de la casa común”, 9 junio 2018). Proponemos desarrollar programas de capacitación, sobre el cuidado de la “casa común”, que deben ser diseñados para agentes pastorales y demás fieles, abiertos a toda la comunidad, en “un esfuerzo de concientización de la población” (LS 214).

2.       El desafío de nuevos modelos de desarrollo justo, solidario y sostenible

71. Constatamos que la intervención del ser humano ha perdido su carácter “amigable”, para asumir una actitud voraz y predatoria que tiende a exprimir la realidad hasta la extenuación de todos los recursos naturales disponibles. “El paradigma tecnocrático tiende a ejercer su dominio sobre la economía y la política” (LS 109). Para contrarrestar esto, que daña gravemente la vida, es preciso buscar modelos económicos alternativos, más sostenibles, amigables con la naturaleza, con un sólido “sustento espiritual. Por eso, junto con los pueblos amazónicos, solicitamos que los Estados dejen de considerar a la Amazonía como una despensa inagotable (cf. Fr PM). Quisiéramos que desarrollen políticas de inversión que tengan como condición para toda intervención, el cumplimiento de elevados estándares sociales y medio ambientales y el principio fundamental de la preservación de la Amazonía. Para ello, es necesario que cuenten con la participación de los Pueblos Indígenas organizados, de otras comunidades amazónicas y de las diferentes instituciones científicas que ya vienen proponiendo modelos de aprovechamiento del bosque en pie. El nuevo paradigma del desarrollo sostenible debe ser socialmente inclusivo, combinando conocimientos científicos y tradicionales para empoderar a las comunidades tradicionales e indígenas, en su mayoría mujeres, y hacer que esas tecnologías sirvan al bienestar y la protección de los bosques.

72. Se trata entonces de discutir el valor real que cualquier actividad económica o extractiva posee, es decir, el valor que aporta y devuelve a la tierra y a la sociedad considerando la riqueza que extrae de ellas y sus consecuencias socio-ecológicas. Muchas actividades extractivas, como la minería a gran escala, particularmente la ilegal, disminuyen sustancialmente el valor de la vida amazónica. En efecto, arrancan la vida de los pueblos y los bienes comunes de la tierra, concentrando poder económico y político en manos de pocos. Peor aún, muchos de estos proyectos destructivos se realizan en nombre del progreso, y son apoyados – o permitidos – por los gobiernos locales, nacionales y extranjeros.

73. Junto a los pueblos amazónicos (cf. LS 183) y a su horizonte del ‘buen vivir’, llamarnos a una conversión ecológica individual y comunitaria que salvaguarde una ecología integral y un modelo de desarrollo en donde los criterios comerciales no estén por encima de los medioambientales y de los derechos humanos. Deseamos sostener una cultura de paz y respeto – no de violencia y atropello – y una economía centrada en la persona que además cuide de la naturaleza. Por lo tanto, proponemos generar alternativas de desarrollo ecológico integral desde las cosmovisiones que sean construidas con las comunidades, rescatando la sabiduría ancestral. Apoyamos proyectos que proponen una economía solidaria y sostenible, circular y ecológica, tanto a nivel local e internacional, a nivel de investigación y en el campo de acción, en los sectores formales e informales. En esta línea, convendría sostener y promover experiencias de cooperativas de bio-producción, de reservas forestales y de consumo sostenibles. El futuro de la Amazonía está en manos de todos nosotros, pero depende principalmente de que abandonemos de inmediato el modelo actual que destruye el bosque, no trae bienestar y pone en peligro a este inmenso tesoro natural y a sus guardianes.

B. IGLESIA QUE CUIDA LA “CASA COMÚN” EN LA AMAZONÍA

1.       La dimensión socio-ambiental de la evangelización

74. A todos nos corresponde ser guardianes de la obra de Dios. Los protagonistas del cuidado, la protección y la defensa de los derechos de los pueblos y de los derechos de la naturaleza en esta región son las mismas comunidades amazónicas. Son ellos los agentes de su propio destino, de su propia misión. En este escenario, el papel de la Iglesia es el de aliada. Ellos han expresado claramente que quieren que la Iglesia los acompañe, que camine junto a ellos, no que les imponga un modo de ser particular, un modo de desarrollo específico que poco tiene que ver con sus culturas, tradiciones y espiritualidades. Ellos saben cómo cuidar la Amazonía, cómo amarla y protegerla; lo que necesitan es que la Iglesia los apoye.

75. La función de la Iglesia es fortalecer esa capacidad de apoyo y participación. Así promovemos una formación que tenga en cuenta la calidad de vida ética y espiritual de las personas desde una visión integral. La Iglesia debe atender de forma primordial a las comunidades afectadas por daños socio-ambientales. Continuando con la tradición eclesial Latinoamericana, en donde figuras como San José de Anchieta, Bartolomé de las Casas, los mártires paraguayos, muertos en Rio Grande do Sul (Brasil) Roque González, San Alfonso Rodríguez y San Juan del Castillo, entre otros, nos enseñaron que la defensa de los pueblos originarios de este continente está intrínsecamente ligada con la fe en Jesucristo y su buena nueva. Hoy en día debemos formar agentes pastorales y ministros ordenados con sensibilidad socioambiental. Queremos una Iglesia que navega río adentro y hace su andadura por la Amazonía, promoviendo un estilo de vida en armonía con el territorio, y a la vez con el ‘buen vivir’ de los que allí habitan.

76. La Iglesia reconoce la sabiduría de los pueblos amazónicos sobre la biodiversidad, una sabiduría tradicional que es un proceso vivo y siempre en marcha. El robo de esos conocimientos es la biopiratería, una forma de violencia contra esas poblaciones. La Iglesia debe ayudar a preservar y mantener esos conocimientos y las innovaciones y prácticas de las poblaciones, respetando la soberanía de los países y sus leyes que reglamentan el acceso a los recursos genéticos y el conocimiento tradicional asociado. En la medida de lo posible ella debe ayudar a esas poblaciones a garantizar la repartición de los beneficios provenientes de la utilización de ese conocimiento, de las innovaciones y prácticas en un modelo de desarrollo sostenible e inclusivo.

77. Se necesita de manera urgente el desarrollo de políticas energéticas que logren reducir drásticamente la emisión de dióxido de carbono (CO2) y de otros gases relacionados con el cambio climático. Las nuevas energías limpias ayudarán a promover la salud. Todas las empresas deben establecer sistemas de monitoreo de la cadena de suministro para garantizar que la producción que compran, crean o venden, sea producida de una manera social y ambientalmente sostenible. Además, “el acceso al agua potable y segura es un derecho humano básico, fundamental y universal, porque determina la sobrevivencia de las personas, y por lo tanto es condición para el ejercicio de los demás derechos humanos”. (LS 30). Tal derecho está reconocido por las Naciones Unidas (2010). Necesitamos trabajar conjuntamente para que el derecho fundamental, de acceso al agua limpia se respete en el territorio.

78. La Iglesia opta por la defensa de la vida, de la tierra y de las culturas originarias amazónicas. Esto implicaría, el acompañar a los pueblos amazónicos en el registro, la sistematización y difusión de datos e informaciones sobre sus territorios y la situación jurídica de los mismos. Queremos priorizar la incidencia y el acompañamiento para lograr la demarcación de tierras, especialmente la de los PIACI (América hispanófona) o PIAV (América lusófona). Incentivamos a los Estados a que cumplan con sus obligaciones constitucionales sobre estos asuntos, incluyendo el derecho de acceso al agua.

79. La Doctrina Social de la Iglesia, que desde hace tiempo ha tratado el tema ecológico, se ve hoy enriquecida con una mirada más de conjunto que abarca la relación entre los pueblos amazónicos y sus territorios, siempre en diálogo con sus conocimientos y sabidurías ancestrales. Por ejemplo, reconociendo la forma en que los pueblos indígenas se relacionan y protegen sus territorios, como una referencia indispensable para nuestra conversión hacia una ecología integral. En esta luz queremos crear ministerios para el cuidado de la “casa común” en la Amazonía, que tengan como función cuidar el territorio y las aguas junto con las comunidades indígenas, y un ministerio de acogida para aquellos que son desplazados de sus territorios hacia las urbes.

2.       Iglesia pobre, con y para los pobres desde las periferias vulnerables

80. Reafirmamos nuestro compromiso por defender la vida en su integralidad desde su concepción hasta su ocaso y la dignidad de todas las personas. La Iglesia ha estado y está al lado de las comunidades indígenas para salvaguardar el derecho a tener una vida propia y tranquila, respetando los valores de sus tradiciones, costumbres y culturas, la preservación de los ríos y bosques, que son espacios sagrados, fuente de vida y sabiduría. Apoyamos los esfuerzos de tantos que, de modo valiente, defienden la vida en todas sus formas y etapas. Nuestro servicio pastoral constituye un servicio a la plena vida de los pueblos indígenas que nos obliga a proclamar a Jesucristo y a la Buena Nueva del Reino de Dios, para frenar las situaciones de pecado, las estructuras de la muerte, la violencia y las injusticias internas y externas y promover el diálogo intercultural, interreligioso y ecuménico.

C. NUEVOS CAMINOS PARA LA PROMOCIÓN ECOLÓGICA INTEGRAL

1.       Interpelación profética y mensaje de esperanza a toda la Iglesia y todo el mundo

81. La defensa de la vida de la Amazonía y de sus pueblos requiere de una profunda conversión personal, social y estructural. La Iglesia está incluida en esta llamada a desaprender, aprender y reaprender, para superar así cualquier tendencia hacia modelos colonizadores que han causado daño en el pasado. En ese sentido es importante que seamos conscientes de la fuerza del neo-colonialismo que está presente en nuestras decisiones cotidianas y el modelo de desarrollo predominante que se expresa en el modelo creciente de agricultura de monocultivo, nuestros modos de transporte y el imaginario de bienestar desde el consumo que vivimos en la sociedad y que tiene implicaciones directas e indirectas en la Amazonía. Ante ello, un horizonte global, aún escuchando las voces de iglesias hermanas, queremos abrazar una espiritualidad de la ecología integral, a fin de promover el cuidado de la creación. Para alcanzarlo debemos ser una comunidad de discípulos misioneros mucho más participativa e incluyente.

82. Proponemos definir el pecado ecológico como una acción u omisión contra Dios, contra el prójimo, la comunidad y el ambiente. Es un pecado contra las futuras generaciones y se manifiesta en actos y hábitos de contaminación y destrucción de la armonía del ambiente, transgresiones contra los principios de interdependencia y la ruptura de las redes de solidaridad entre las criaturas (cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 340-344) y contra la virtud de la justicia. También proponemos crear ministerios especiales para el cuidado de la “casa común” y la promoción de la ecología integral a nivel parroquial y en cada jurisdicción eclesiástica, que tengan como funciones, entre otras, el cuidado del territorio y de las aguas, así como la promoción de la encíclica Laudato si’. Asumir el programa pastoral, educativo y de incidencia de la Encíclica Laudato si’ en sus capítulos V y VI en todos los niveles y estructuras de la Iglesia.

83. Como manera de reparar la deuda ecológica que tienen los países con la Amazonía, proponemos la creación de un fondo mundial para cubrir parte de los presupuestos de las comunidades presentes en la Amazonía que promueven su desarollo integral y autosostenible y así también protegerlas del ansia depredadora de querer extraer sus recursos naturales por parte de las empresas nacionales y multinacionales.

84. Adoptar hábitos responsables que respeten y valoren a los pueblos del Amazonas, sus tradiciones y sabiduría, protegiendo la tierra y cambiando nuestra cultura de consumo excesivo, la producción de residuos sólidos, estimulando el reuso y el reciclaje. Debemos reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles y el uso de plásticos, cambiando nuestros hábitos alimenticios (exceso de consumo de carne y peces/mariscos) con estilos de vida más sobrios. Comprometerse activamente en la siembra de árboles buscando alternativas sostenibles en agricultura, energía y movilidad que respeten los derechos de la naturaleza y el pueblo. Promover la educación en ecología integral en todos los niveles, promover nuevos modelos económicos e iniciativas que promuevan una calidad de vida sostenible.

2.       Observatorio Socio Pastoral Amazónico

85. Crear un observatorio socioambiental pastoral, fortaleciendo la lucha en la defensa de la vida. Realizar un diagnóstico del territorio y de sus conflictos socioambientales en cada Iglesia local y regional, para poder asumir una posición, tomar decisiones y defender los derechos de los más vulnerables. El Observatorio trabajaría en alianza con el CELAM, la CLAR, Caritas, la REPAM, los Episcopados nacionales, las Iglesias locales, las Universidades Católicas, la CIDH, otros actores no eclesiales en el continente y los representantes de los pueblos indígenas. Igualmente pedimos que en el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, se cree una oficina amazónica que este en relación con este Observatorio y las demás instituciones locales amazónicas.


CAPITULO V: NUEVOS CAMINOS DE CONVERSIÓN SINODAL

“Yo en ellos, y Tú en Mí, para que sean perfeccionados en unidad” (Jn. 17,23).

86. Para caminar juntos la Iglesia necesita una conversión Sinodal, sinodalidad del Pueblo de Dios bajo la guía del Espíritu en la Amazonía. Con este horizonte de comunión y participación buscamos los nuevos caminos eclesiales, sobre todo, en la ministerialidad y la sacramentalidad de la Iglesia con rostro amazónico. La vida consagrada, los laicos y entre ellos las mujeres, son los protagonistas antiguos y siempre nuevos que nos llaman a esta conversión.



A. LA SINODALIDAD MISIONERA EN LA IGLESIA AMAZÓNICA

1.       La sinodalidad misionera de todo el Pueblo de Dios bajo la guía del Espíritu

87. “Sínodo” es una palabra antigua venerada por la Tradición; indica el camino que recorren juntos los miembros del pueblo de Dios; remite al Señor Jesús, quien se presenta como “el camino, la verdad y la vida” (Jn 14,6), y al hecho de que los cristianos, sus seguidores, fueron llamados “los discípulos del camino” (Hech 9,2); ser sinodales es seguir juntos “el camino del Señor” (Hch 18,25). La sinodalidad es el modo de ser de la Iglesia primitiva (cf. Hech 15) y debe ser el nuestro. “Las partes del cuerpo son muchas, pero el cuerpo es uno; por muchas que sean las partes, todas forman un solo cuerpo. Así también Cristo” (1 Co 12,12). La sinodalidad caracteriza también la Iglesia del Vaticano II, entendida como Pueblo de Dios, en igualdad y común dignidad frente a la diversidad de ministerios, carismas y servicios. Ella “indica la forma específica de vivir y actuar (modus vivendi et operandi) de la Iglesia del Pueblo de Dios, que manifiesta y realiza de manera concreta su ser “comunión”, en el caminar juntos, en el reunirse en asamblea y en la participación activa de todos sus miembros en su acción evangelizadora" (...), es decir, en la “corresponsabilidad y participación de todo el pueblo de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia” (CTI, La sinodalidad…, n. 6-7).

88. Para caminar juntos, la Iglesia de hoy necesita una conversión a la experiencia sinodal. Es necesario fortalecer una cultura de diálogo, de escucha recíproca, de discernimiento espiritual, de consenso y comunión para encontrar espacios y modos de decisión conjunta y responder a los desafíos pastorales. Así se fomentará la corresponsabilidad en la vida de la Iglesia con espíritu de servicio. Urge caminar, proponer y asumir las responsabilidades para superar el clericalismo y las imposiciones arbitrarias. La sinodalidad es una dimensión constitutiva de la Iglesia. No se puede ser Iglesia sin reconocer un efectivo ejercicio del sensus fidei de todo el Pueblo de Dios.

2.       Espiritualidad de comunión sinodal bajo la guía del Espíritu

89. La Iglesia vive de la comunión con el Cuerpo de Cristo por el don del Espíritu Santo. El llamado “Concilio apostólico de Jerusalén” (cf. Hech 15; Gal 2,1-10) es un acontecimiento sinodal en el que la Iglesia Apostólica, en un momento decisivo de su camino, vive su vocación a la luz de la presencia del Señor resucitado en vista de la misión. Este acontecimiento se constituyó en la figura paradigmática de los Sínodos de la Iglesia y de su vocación sinodal. La decisión tomada por los Apóstoles, con la compañía de toda la comunidad de Jerusalén, fue obra de la acción del Espíritu Santo que guía el camino de la Iglesia asegurándole la fidelidad al Evangelio de Jesús: “Hemos decidido, el Espíritu Santo y nosotros” (Hch 15,28). Toda la asamblea recibió la decisión y la hizo propia (Hch 15,22); luego hizo lo mismo la comunidad de Antioquía (Hch 15, 30-31). Ser verdaderamente “sinodal” es avanzar en armonía bajo el impulso del Espíritu vivificador.

90. La Iglesia en la Amazonía está llamada a caminar en el ejercicio del discernimiento, que es el centro de los procesos y acontecimientos sinodales. Se trata de determinar y de recorrer como Iglesia, mediante la interpretación teologal de los signos de los tiempos, bajo la guía del Espíritu Santo, el camino a seguir en el servicio del designio de Dios. El discernimiento comunitario permite descubrir una llamada que Dios hace oír en cada situación histórica determinada. Esta Asamblea es un momento de gracia para ejercitar la escucha recíproca, el diálogo sincero y el discernimiento comunitario para el bien común del Pueblo de Dios en la Región Amazónica, y luego, en la etapa de actuación de las decisiones, para seguir caminando bajo el impulso del Espíritu Santo en las pequeñas comunidades, las parroquias, las diócesis, los vicariatos, las “prelacías”, y en toda la región.

3.       Hacia un estilo sinodal de vivir y de obrar en la región amazónica

91. Con audacia evangélica, queremos implementar nuevos caminos para la vida de la Iglesia y su servicio a una ecología integral en la Amazonía. La sinodalidad marca un estilo de vivir la comunión y la participación en las iglesias locales que se caracteriza por el respeto a la dignidad y la igualdad de todos los bautizados y bautizadas, el complemento de los carismas y los ministerios, el gusto de reunirse en asambleas para discernir juntos la voz del Espíritu. Este Sínodo nos brinda la ocasión de reflexionar sobre la forma de estructurar las iglesias locales en cada región y país, y de avanzar en una conversión sinodal que señale rutas comunes en la evangelización. La lógica de la encarnación enseña que Dios, en Cristo, se vincula a los seres humanos que viven en las “culturas propias de los pueblos” (AG 9) y que la Iglesia, Pueblo de Dios inserto entre los pueblos, tiene la belleza de un rostro pluriforme porque arraiga en muchas culturas diversas (EG 116). Esto se realiza en la vida y la misión de las iglesias locales radicadas en cada “gran territorio socio-cultural” (AG 22).

92. Una Iglesia con rostro amazónico necesita que sus comunidades estén impregnadas de un espíritu sinodal, respaldadas por estructuras organizativas acordes a esta dinámica, como auténticos organismos de “comunión”. Las formas del ejercicio de la sinodalidad son variadas, deberán ser descentralizadas en sus diversos niveles (diocesano, regional, nacional, universal), respetuosas y atentas a los procesos locales, sin debilitar el vínculo con las demás Iglesias hermanas y con la Iglesia universal. Las formas organizativas para el ejercicio de la sinodalidad pueden ser variadas, ellas establecen una sincronía entre la comunión y la participación, entre la corresponsabilidad y la ministerialidad de todos, prestando especial atención a la participación efectiva de los laicos en el discernimiento y en la toma de decisiones, potenciando la participación de las mujeres.

B. NUEVOS CAMINOS PARA LA MINISTERIALIDAD ECLESIAL

1.       Iglesia ministerial y nuevos ministerios

93. La renovación del Concilio Vaticano II sitúa los laicos en el seno del Pueblo de Dios, en una Iglesia toda ella ministerial, que tiene en el sacramento del bautismo la base de la identidad y de la misión de todo cristiano. “Los laicos son fieles que por el bautismo fueron incorporados a Cristo, constituidos en el Pueblo de Dios y, a su modo, hechos partícipes del munus sacerdotal, profético y regio de Cristo, por lo que ejercen su rol en la misión de todo el pueblo cristiano en la Iglesia y en el mundo” (LG 31). De esta triple relación, con Cristo, la Iglesia y el mundo, nace la vocación y la misión del laicado. La Iglesia en la Amazonía, en vista de una sociedad justa y solidaria en el cuidado de la “casa común”, quiere hacer de los laicos actores privilegiados. Su actuación, ha sido y es vital, sea en la coordinación de comunidades eclesiales, en el ejercicio de ministerios, así como en su compromiso profético en un mundo inclusivo para todos, que tiene en sus mártires un testimonio que nos interpela.

94. Como expresión de la corresponsabilidad de todos los bautizados en la Iglesia y del ejercicio del sensus fidei de todo el Pueblo de Dios, surgieron las asambleas y consejos de pastoral en todos los ámbitos eclesiales, así como los equipos de coordinación de los diferentes servicios pastorales y los ministerios confiados a los laicos. Reconocemos la necesidad de fortalecer y ampliar los espacios para la participación del laicado, ya sea en la consulta como en la toma de decisiones, en la vida y en la misión de la Iglesia.

95. Aunque la misión en el mundo sea tarea de todo bautizado, el Concilio Vaticano II puso de relieve la misión del laicado: “la esperanza de una Nueva Tierra, lejos de atenuar, antes debe impulsar la solicitud por el perfeccionamiento de esta tierra” (GS 39). Para la Iglesia amazónica es urgente que se promuevan y se confieran ministerios para hombres y mujeres de forma equitativa. El tejido de la iglesia local, también en la Amazonía, está garantizado por las pequeñas comunidades eclesiales misioneras que cultivan la fe, escuchan la Palabra y celebran juntos cerca de la vida de la gente. Es la Iglesia de hombres y mujeres bautizados que debemos consolidar promoviendo la ministerialidad y, sobre todo, la conciencia de la dignidad bautismal.

96. Además, el Obispo pueda confiar, por un mandato de tiempo determinado, ante la ausencia de sacerdotes en las comunidades, el ejercicio de la cura pastoral de la misma a una persona no investida del carácter sacerdotal, que sea miembro de la comunidad. Deben evitarse personalismos y por ello será un cargo rotativo. El Obispo podrá constituir este ministerio en representación de la comunidad cristiana con un mandato oficial mediante un acto ritual para que la persona responsable de la comunidad sea reconocida también a nivel civil y local. Queda siempre el sacerdote, con la potestad y facultad del párroco, como responsable de la comunidad.

2.       La vida consagrada

97. El texto evangélico -“El espíritu del Señor está sobre mí porque me ha ungido, para anunciar a los pobres la Buena Nueva” (Lc 4,18)- expresa una convicción que anima la misión de la vida consagrada en la Amazonía, enviada a proclamar la Buena Nueva en el acompañamiento cercano a los pueblos indígenas, a los más vulnerables y a los más alejados, desde un diálogo y anuncio que posibiliten un conocimiento profundo de la espiritualidad. Una vida consagrada con experiencias intercongregacionales e interinstitucionales puede permanecer en comunidades, donde nadie quiere estar y con quien nadie quiere estar, aprendiendo y respetando la cultura y las lenguas indígenas para llegar al corazón de los pueblos.

98. La misión, al mismo tiempo que contribuye a edificar y consolidar la Iglesia, fortalece y renueva la vida consagrada y la llama con más fuerza a retomar lo más puro de su inspiración original. De esta suerte su testimonio será profético y fuente de nuevas vocaciones religiosas. Proponemos apostar por una vida consagrada con identidad amazónica, fortaleciendo las vocaciones autóctonas. Apoyamos la inserción y la itinerancia de los consagrados, junto a los más empobrecidos y excluidos. Los procesos formativos deben incluir el enfoque desde la interculturalidad, la inculturación y los diálogos entre espiritualidades y cosmovisiones amazónicas.

3.       La presencia y la hora de la mujer

99. La Iglesia en la Amazonía quiere “ampliar los espacios para una presencia femenina más incisiva en la Iglesia” (EG 103). “No reduzcamos el compromiso de las mujeres en la Iglesia, sino que promovamos su participación activa en la comunidad eclesial. Si la Iglesia pierde a las mujeres en su total y real dimensión, la Iglesia se expone a la esterilidad” (Papa Francisco, Encuentro con el Episcopado brasileño, Rio de Janeiro, 27 de julio de 2013). 100. El Magisterio de la Iglesia desde el Concilio Vaticano II ha resaltado el lugar protagónico que la mujer ocupa dentro de ella: “Llega la hora, ha llegado la hora en que la vocación de la mujer se cumple en plenitud, la hora en que la mujer adquiere en el mundo una influencia, un peso, un poder jamás alcanzados hasta ahora. Por eso, en este momento en que la humanidad conoce una mutación tan profunda, las mujeres llenas del espíritu del Evangelio pueden ayudar tanto a que la humanidad no decaiga” (Pablo VI, 1965; AAS 58, 1966, 13-14).

101. La sabiduría de los pueblos ancestrales afirma que la madre tierra tiene rostro femenino. En el mundo indígena y occidental la mujer es la que trabaja en múltiples facetas, en la instrucción de los hijos, en la transmisión de la fe y del Evangelio, son presencia testimonial y responsable en la promoción humana, por lo que se pide que la voz de las mujeres sea oída, que ellas sean consultadas y participen en las tomas de decisiones y, de este modo, puedan contribuir con su sensibilidad para la sinodalidad eclesial. Valoramos “la función de la mujer, reconociendo su papel fundamental en la formación y continuidad de las culturas, en la espiritualidad, en las comunidades y familias. Es necesario que ella asuma con mayor fuerza su liderazgo en el seno de la Iglesia, y que ésta lo reconozca y promueva reforzando su participación en los consejos pastorales de parroquias y diócesis, o incluso en instancias de gobierno.

102. Ante la realidad que sufren las mujeres víctimas de violencia física, moral y religiosa, incluso el feminicidio, la Iglesia se posiciona en defensa de sus derechos y las reconoce como protagonistas y guardianes de la creación y de la “casa común”. Reconocemos la ministerialidad que Jesús reservó para las mujeres. Es necesario fomentar la formación de mujeres en estudios de teología bíblica, teología sistemática, derecho canónico, valorando su presencia en organizaciones y liderazgo dentro y fuera del entorno eclesial. Queremos fortalecer los lazos familiares, especialmente a las mujeres migrantes. Aseguramos su lugar en los espacios de liderazgo y capacitación. Pedimos revisar el Motu Propio de San Pablo VI, Ministeria quedam, para que también mujeres adecuadamente formadas y preparadas puedan recibir los ministerios del Lectorado y el Acolitado, entre otros a ser desarrollados. En los nuevos contextos de evangelización y pastoral en la Amazonía, donde la mayoría de las comunidades católicas son lideradas por mujeres, pedimos sea creado el ministerio instituido de “la mujer dirigente de la comunidad” y reconocer esto, dentro del servicio de las cambiantes exigencias de la evangelización y de la atención a las comunidades.

103. En las múltiples consultas realizadas en el espacio amazónico, se reconoció y se recalcó el papel fundamental de las mujeres religiosas y laicas en la Iglesia de la Amazonía y sus comunidades, dados los múltiples servicios que ellas brindan. En un alto número de dichas consultas, se solicitó el diaconado permanente para la mujer. Por esta razón el tema estuvo también muy presente en el Sínodo. Ya en 2016, el Papa Francisco había creado una “Comisión de Estudio sobre el Diaconado de las Mujeres” que, como Comisión, llegó a un resultado parcial sobre cómo era la realidad del diaconado de las mujeres en los primeros siglos de la Iglesia y sus implicaciones hoy. Por lo tanto, nos gustaría compartir nuestras experiencias y reflexiones con la Comisión y esperamos sus resultados.

4.       Diaconado permanente

104. Para la Iglesia Amazónica es urgente la promoción, formación y apoyo a los diáconos permanentes, por la importancia de este ministerio en la comunidad. De un modo particular, por el servicio eclesial que requieren muchas comunidades, especialmente los pueblos indígenas. Las necesidades pastorales específicas de las comunidades cristianas amazónicas nos llevan a una comprensión más amplia del diaconado, servicio que existe ya desde el inicio de la Iglesia, y restaurado como un grado autónomo y permanente por el Concilio Vaticano II (LG 29, AG 16, OE 17). El diaconado hoy debe también promover la ecología integral, el desarrollo humano, el trabajo pastoral social, el servicio de los que se encuentran en situación de vulnerabilidad y pobreza, configurándolo al Cristo Servidor, haciéndose Iglesia misericordiosa, samaritana, solidaria y diaconal.

105. Los presbíteros han de tener en cuenta que el diácono está al servicio de la comunidad por designación y bajo la autoridad del obispo, y que tienen la obligación de apoyar a los diáconos permanentes y de actuar en comunión con ellos. Hay que tener presente la manutención de los diáconos permanentes. Esto incluye el proceso de vocación según los criterios de admisión. Las motivaciones del candidato deben apuntar al servicio y a la misión del diaconado permanente en la Iglesia y en el mundo de hoy. El proyecto formativo se intercala entre el estudio académico y la práctica pastoral, acompañado por un equipo formativo y la comunidad parroquial, con contenidos e itinerarios adaptados a cada realidad local. Es deseable que la esposa e hijos participen en el proceso de formación.

106. El programa de estudios (currículum) para la formación del diaconado permanente, además de las asignaturas obligatorias, debe incluir temas que favorezcan el diálogo ecuménico, interreligioso e intercultural, la historia de la Iglesia en la Amazonía, el afecto y la sexualidad, la cosmovisión indígena, la ecología integral y otros temas transversales que son típicos del ministerio diaconal. El equipo de formadores estará conformado por ministros ordenados y laicos competentes que estén en línea con el directorio de diaconado permanente aprobado en cada país. Queremos alentar, apoyar y acompañar personalmente, el proceso vocacional y la formación de futuros diáconos permanentes en las comunidades ribereñas e indígenas, con la participación de párrocos, religiosos y religiosas. Finalmente, que haya un programa de seguimiento para la formación continua (espiritualidad, formación teológica, asuntos pastorales, actualizaciones de documentos de la iglesia, etc.), bajo la guía del obispo.

5.       Itinerarios de formación inculturada

107. “Yo les daré pastores según mi corazón” (Jer 3,15). Esta promesa, siendo divina, es válida para todos los tiempos y contextos; por lo tanto, también es válida para la Amazonía. Destinada a configurar al presbítero a Cristo, la formación para el ministerio ordenado debe ser una escuela comunitaria de fraternidad, experiencial, espiritual, pastoral y doctrinal, en contacto con la realidad de las personas, en armonía con la cultura local y la religiosidad, cerca de los pobres. Necesitamos preparar buenos pastores que vivan la Buena Noticia del Reino, conozcan las leyes canónicas, sean compasivos, tan parecidos a Jesús como sea posible, cuya práctica sea hacer la voluntad del Padre, alimentados por la Eucaristía y la Sagrada Escritura. Es decir, una formación más bíblica en el sentido de una asimilación a Jesús como se muestra en los Evangelios: cerca de las personas, capaz de escuchar, sanar, consolar, pacientemente, no buscando solicitar sino manifestar la ternura del corazón de su Padre.

108. En vista a ofrecer a los futuros presbíteros de las iglesias en la Amazonía una formación con rostro amazónico, inserta y adaptada en la realidad, contextualizada y capaz de responder a los numerosos desafíos pastorales y misioneros, proponemos un plan de formación en línea con los desafíos de las iglesias locales y la realidad de la Amazonía. Ha de incluir en los contenidos académicos disciplinas que aborden la ecología integral, la eco teología, la teología de la creación, las teologías indias, la espiritualidad ecológica, la histórica de la Iglesia en la Amazonía, la antropología cultural amazónica, etc. Los centros de formación a la vida presbiteral y consagrada deben insertarse, preferencialmente, en la realidad amazónica, en vista a favorecer el contacto del joven amazónico en formación con su realidad, mientras se prepara para su futura misión, garantizando así que el proceso de formación no se distancie del contenido vital de las personas y su cultura, como también ofreciendo a otros jóvenes no amazónicos la oportunidad de hacer parte de su formación en la Amazonía, fomentando así las vocaciones misioneras.

6.       La Eucaristía fuente y culmen de comunión sinodal

109. Según el Concilio Vaticano II, la participación en la Eucaristía es la fuente y el culmen de toda vida cristiana; es símbolo de esa unidad del Cuerpo Místico; es el centro y la culminación de toda la vida de la comunidad cristiana. La Eucaristía contiene todo el bien espiritual de la Iglesia; es la fuente y la culminación de toda evangelización. Hagamos eco de la frase de San Juan Pablo II: «La Iglesia vive de la Eucaristía» (Ecclesia de Eucharistia, 1). La Instrucción de la Congregación para el Culto Divino Redemptoris sacramentum (2004) insiste en que los fieles disfruten del derecho a tener la celebración eucarística tal como se establece en los libros y normas litúrgicas. Pero parece extraño hablar del derecho a celebrar una Eucaristía según lo prescrito, por no hablar del derecho más fundamental de acceso a la Eucaristía para todos: «En la Eucaristía la plenitud ya se ha realizado, y es el centro vital del universo, el centro lleno de amor y vida inagotable. Unido al Hijo encarnado, presente en la Eucaristía, todo el cosmos da gracias a Dios. En efecto, la Eucaristía es en sí misma un acto de amor cósmico» (LS 236).

110. Existe un derecho de la comunidad a la celebración, que deriva de la esencia de la Eucaristía y de su lugar en la economía de la salvación. La vida sacramental es la integración de las diversas dimensiones de la vida humana en el Misterio Pascual, que nos fortalece. Por eso las comunidades vivas claman verdaderamente por la celebración de la Eucaristía. Ella es, sin duda, punto de llegada (culmen y consumación) de la comunidad; pero es, a la vez, punto de partida: de encuentro, de reconciliación, de aprendizaje y catequesis, de crecimiento comunitario.

111. Muchas de las comunidades eclesiales del territorio amazónico tienen enormes dificultades para acceder a la Eucaristía. En ocasiones pasan no sólo meses sino, incluso, varios años antes de que un sacerdote pueda regresar a una comunidad para celebrar la Eucaristía, ofrecer el sacramento de la reconciliación o ungir a los enfermos de la comunidad. Apreciamos el celibato como un don de Dios (Sacerdotalis Caelibatus, 1) en la medida que este don permite al discípulo misionero, ordenado al presbiterado, dedicarse plenamente al servicio del Pueblo Santo de Dios. Estimula la caridad pastoral y rezamos para que haya muchas vocaciones que vivan el sacerdocio célibe. Sabemos que esta disciplina “no es exigida por la naturaleza misma del sacerdocio… aunque tiene muchas razones de conveniencia con el mismo” (PO 16). En su encíclica sobre el celibato sacerdotal san Pablo VI mantuvo esta ley y expuso motivaciones teológicas, espirituales y pastorales que la sustentan. En 1992, la exhortación postsinodal de san Juan Pablo II sobre la formación sacerdotal confirmó esta tradición en la Iglesia latina (PDV 29). Considerando que la legítima diversidad no daña la comunión y la unidad de la Iglesia, sino que la manifiesta y sirve (LG 13; OE 6) lo que da testimonio de la pluralidad de ritos y disciplinas existentes, proponemos establecer criterios y disposiciones de parte de la autoridad competente, en el marco de la Lumen Gentium 26, de ordenar sacerdotes a hombres idóneos y reconocidos de la comunidad, que tengan un diaconado permanente fecundo y reciban una formación adecuada para el presbiterado, pudiendo tener familia legítimamente constituída y estable, para sostener la vida de la comunidad cristiana mediante la predicación de la Palabra y la celebración de los Sacramentos en las zonas más remotas de la región amazónica. A este respecto, algunos se pronunciaron por un abordaje universal del tema.

C. NUEVOS CAMINOS PARA LA SINODALIDAD ECLESIAL

1.       Estructuras sinodales regionales en la Iglesia amazónica

112. La mayoría de las Diócesis, Prelaturas y Vicariatos de la Amazonía tienen extensos territorios, pocos ministros ordenados y escasez de recursos financieros, pasando por dificultades para sostener la misión. El “costo amazónico” repercute seriamente sobre la evangelización. Ante esta realidad es necesario replantearse la forma de organizar las iglesias locales, repensar las estructuras de comunión en los niveles provinciales, regionales, nacionales y, también, desde la Panamazonía. Por ello, es necesario articular espacios sinodales y generar redes de apoyo solidario. Urge superar las fronteras que la geografía impone y trazar puentes que unan. El documento de Aparecida ya insistía que las Iglesias locales generen formas de asociación interdiocesana en cada nación o entre países de una región y que alimente una mayor cooperación entre las iglesias hermanas (cf. DAp 182). En miras a una Iglesia presente, solidaria y samaritana proponemos: redimensionar las extensas áreas geográficas de las diócesis, vicariatos y “prelazias”; crear un fondo Amazónico para elsostenimiento de la evangelización; sensibilizar y estimular a las agencias internacionales de cooperación católica para que apoyen más allá de los proyectos sociales a las actividades de evangelización.

113. En el 2015, al conmemorar el 50º aniversario de la Institución del Sínodo de los Obispos por parte de san Pablo VI, el Papa Francisco invitó a renovar la comunión sinodal en los distintos niveles de la vida de la Iglesia: local, regional y universal. La Iglesia está desarrollando una renovada comprensión de la sinodalidad a escala regional. Apoyada en la tradición, la Comisión Teológica Internacional expresa: “El nivel regional en el ejercicio de la sinodalidad es el que se da en reagrupaciones de Iglesias particulares presentes en una misma región: una provincia -como sucedía sobre todo en los primeros siglos de la Iglesia- o un país, un continente o parte de él” (Documento “La sinodalidad en la vida y en la misión de la Iglesia”, Vaticano, 2018, 85). El ejercicio de la sinodalidad en este nivel refuerza los vínculos espirituales e institucionales, favorece el intercambio de dones y ayuda a proyectar criterios pastorales comunes. La labor conjunta en la pastoral social de las diócesis situadas en las fronteras de los países debe ser fortalecida para afrontar problemas comunes que superan lo local, como la explotación de las personas y del territorio, el narcotráfico, la corrupción, el tráfico de personas, etc. El problema migratorio necesita ser afrontado de forma coordinada por las iglesias de las fronteras.

2.       Universidades y nuevas estructuras sinodales amazónicas

114. Proponemos que sea establecida una Universidad Católica Amazónica basada en la investigación interdisciplinaria (incluyendo estudios de campo), en la inculturación y en el diálogo intercultural; que la teología inculturada incluya la formación conjunta para ministerios laicales y formación de sacerdotes, basada principalmente en la Sagrada Escritura. Las actividades de investigación, educación y extensión deben incluir programas de estudio ambientales (conocimiento teórico ambientado con la sabiduría de los pueblos que viven en la región amazónica) y estudios étnicos (descripción de los diferentes idiomas, etc.). La formación de docentes, la enseñanza y la producción de material didáctico debe respetar las costumbres y tradiciones de los pueblos indígenas, elaborando material didáctico inculturado y realizando actividades de extensión en diferentes países y regiones. Pedimos a las universidades católicas de América Latina que ayuden a la creación de la Universidad Católica Amazónica y acompañen su desarrollo.

3.       Organismo Eclesial Regional Postsinodal para la región amazónica

115. Proponemos crear un organismo episcopal que promueva la sinodalidad entre las iglesias de la región, que ayude a delinear el rostro amazónico de esta Iglesia y que continúe la tarea de encontrar nuevos caminos para la misión evangelizadora, en especial incorporando la propuesta de la ecología integral, afianzando así la fisonomía de la Iglesia amazónica. Se trataría de un organismo episcopal permanente y representativo que promueva la sinodalidad en la región amazónica, articulado con el CELAM, con su estructura propia, en una organización simple y también articulado con la REPAM. De esta manera puede ser el cauce eficaz para asumir, desde el territorio de la Iglesia latinoamericana y caribeña, muchos de las propuestas surgidas en este Sínodo. Sería el nexo que articule redes e iniciativas eclesiales y socio - ambientales a nivel continental e internacional.

4.       Rito para los pueblos originarios

116. El Concilio Vaticano II abrió espacios para el pluralismo litúrgico “para variaciones y adaptaciones legítimas para los diversos grupos y pueblos” (SC 38). En este sentido, la liturgia debe responder a la cultura para que sea fuente y culmen de la vida cristiana (cf. SC 10) y para que se sienta ligada a los sufrimientos y a las alegrías del pueblo. Debemos dar una respuesta auténticamente católica a la petición de las comunidades amazónicas de adaptar la liturgia valorando la cosmovisión, las tradiciones, los símbolos y los ritos originarios que incluyan dimensiones trascendentes, comunitarias y ecológicas.

117. En la Iglesia Católica hay 23 Ritos diferentes, signo claro de una tradición que desde los primeros siglos ha intentado inculturar los contenidos de la fe y su celebración a través de un lenguaje lo más coherente posible con el misterio que se quiere expresar. Todas estas tradiciones tienen su origen en función de la misión de la Iglesia: "Las Iglesias de un mismo ámbito geográfico y cultural han venido a celebrar el misterio de Cristo con expresiones particulares, caracterizadas culturalmente: en la tradición del "depósito de la fe", en el simbolismo litúrgico, en la organización de la comunión fraterna, en la comprensión teológica de los misterios y en las diversas formas de santidad" (CIC 1202; cf. también CIC 1200-1206).

118. Es necesario que la Iglesia, en su incansable labor evangelizadora, trabaje para que el proceso de inculturación de la fe, se exprese en las formas más coherentes, a fin de que también pueda celebrarse y vivirse según las lenguas propias de los pueblos amazónicos. Urge formar comités de traducciones y redacción de textos bíblicos y litúrgicos en las lenguas propias de los diferentes lugares, con los recursos necesarios, preservando la materia de los sacramentos y adaptándolos a la forma, sin perder de vista lo que sea esencial. En este sentido es preciso fomentar la música y el canto, todo lo cual es aceptado y fomentado por la liturgia.

119. El nuevo organismo de la Iglesia en la Amazonía debe constituir una comisión competente para estudiar y dialogar, según usos y costumbres de los pueblos ancestrales, la elaboración de un rito amazónico, que exprese el patrimonio litúrgico, teológico, disciplinario y espiritual amazónico, con especial referencia a lo que la Lumen Gentium afirma para las Iglesias orientales (cf. LG 23). Esto se sumaría a los ritos ya presentes en la Iglesia, enriqueciendo la obra de evangelización, la capacidad de expresar la fe en una cultura propia y el sentido de descentralización y de colegialidad que puede expresar la catolicidad de la Iglesia. También podría estudiar y proponer cómo enriquecer ritos eclesiales con el modo en que estos pueblos cuidan su territorio y se relacionan con sus aguas.


C O N C L U S I Ó N

120. Concluimos bajo el amparo de María, Madre de la Amazonía, venerada con diversas advocaciones en toda la región. Con su intercesión, pedimos que este Sínodo sea una expresión concreta de la sinodalidad, para que la vida plena que Jesús vino a traer al mundo (cf. Jn 10, 10) llegue a todos, especialmente a los pobres, y contribuya al cuidado de la “casa común”. Que María, Madre de la Amazonía, acompañe nuestro caminar; a San José, custodio fiel de María y de su hijo Jesús, le consagramos nuestra presencia eclesial en la Amazonía, Iglesia con rostro amazónico y en salida misionera.

[Texto original: Español].

Votazioni del Documento finale
Votos : Placet y Non Placet
1. 159 2 2. 165 2 3. 165 4 4. 165 5 5. 164 3 6. 168 1 7. 166 2 8. 168 1 9. 157 9 10. 163 3 11. 161 7 12. 165 2 13. 167 2 14. 159 9 15. 162 7 16. 167 3 17. 169 2 18. 167 3 19. 167 3 20. 169 1 21. 167 0 22. 168 3 23. 166 5 24. 166 7 25. 160 9 26. 170 1 27. 159 8 28. 167 3 29. 168 3 30. 168 2 31. 164 6 32. 167 3 33. 166 5 34. 169 3 35. 163 5 36. 159 10 37. 165 5 38. 163 7 39. 159 12 40. 158 13 41. 167 4 42. 163 6 43. 166 5 44. 153 14 45. 166 4 46. 168 4 47. 165 5 48. 163 5 49. 164 7 50. 164 5 51. 164 6 52. 168 2 53. 166 4 54. 150 17 55. 157 11 56. 158 10 57. 163 7 58. 164 6 59. 168 2 60. 167 3 61. 158 10 62. 161 9 63. 166 4 64. 152 9 65. 166 1 66. 170 1 67. 167 2 68. 161 6 69. 161 7 70. 161 6 71. 166 4 72. 165 3 73. 164 4 74. 162 7 75. 165 4 76. 163 5 77. 162 7 78. 168 4 79. 164 4 80. 165 2 81. 160 9 82. 150 13 83. 152 16 84. 163 7 85. 157 11 86. 167 1 87. 169 1 88. 164 7 89. 171 1 90. 164 5 91. 165 5 92. 166 5 93. 167 6 94. 162 7 95. 158 9 96. 156 14 97. 162 6 98. 162 5 99. 161 2 100. 168 3 101. 165 5 102. 160 11 103. 137 30 104. 162 3 105. 164 8 106. 170 2 107. 169 3 108. 158 11 109. 154 13 110. 156 14 111. 128 41 112. 161 5 113. 160 5 114. 158 11 115. 145 22 116. 147 22 117. 140 27 118. 156 12 119. 140 29 120. 166 2



 CONCLUSIÓN :  ‘ A G U A S   V I V A S ‘.

         El Sínodo ha terminado, la caminata continúa, con ‘aguas vivas’, muchas aguas vivas, ¡Gracias a Dios! El papa Francisco ha dicho que publicará una Carta Apostólica sobre el Sínodo pan-amazónico en diciembre. Ha de confirmar muchas sugerencias del Documento final, ya que él fue uno de los mayores impulsores desde su visita a Puerto Maldonado, de la Amazonía peruana en enero de 2018. No se trata de esperar soluciones mágicas a los grandes desafíos que enfrenta la Iglesia en esta parte de América Latina y en otros continentes. Pero sí, ha de confirmar “nuevos caminos para la Iglesia y para la ecología”, que inspirarán a la Iglesia toda.
         La mayoría de estos caminos están señalados y algunos ya abiertos. Nos toca andarlos ahí donde nos encontramos con la ayuda de las mismas Comunidades cristianos y el impulso del Espíritu santo. Nos toca continuar siendo “discípulos misioneros”: discípulos de Jesucristo y misioneros del Reino, esperanzados, creativos y valientes. Así sea.


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