A
LOS 40 AÑOS
DE PUEBLA DEL DOCUMENTO DE
PUEBLA
La
evangelización en el
presente y en
el futuro de
América Latina
Recopilación, Pedro Pierre, Guayaquil, 2019.
Í N D I C E
Introducción
1.
Presentación
general, Pedro Pierre.
-
Datos generales.
-
Discurso inaugural del papa Juan Pablo 2°.
-
Presentación del Documento de Puebla (resumida).
-
Contenido del Documento final.
-
Comentarios del papa Francisco sobre el
Documento.
2.
Comentarios
varios
-
20 frases mayores del Documento de Puebla, Pedro
Pierre.
-
Puebla confirmó la Opción por los pobres, Pedro
Pierre.
-
Seguir fortaleciendo nuestra Iglesia
Latinoamericana. Puebla a los 40 años, Consuelo Vélez.
-
La importancia de las CEBs según Puebla, Pedro
Pierre.
-
Opción por los pobres en Puebla, José M. Guerrero.
-
Obispos en Puebla, vivos actualmente, Fernando
Altemehyer.
INTRODUCCIÓN
Las Conferencias Episcopales
de América Latina marcan hitos significativos. La primera, en Río de Janeiro, Brasil, 1955, se dio
unos 10 años del Concilio. Luego, los obispos latinoamericanos fueron los
únicos a hacer una reunión especial para aplicar el Concilio en sus Iglesias:
fue en Medellín, Colombia, 1968. Por
los 500 años de resistencia indígena, negra y popular, en 1992, se dio una
nueva reunión en Santo Domingo, República
Dominicacna, donde la inculturación fue la gran novedad. La última de sus
reuniones se dio en Brasil, a Aparecida
en 2007. Ahí confirmaron el camino recorrido, precisando que la misión es la
marca mayor de la Iglesia.
En Puebla, México, 1979, los obispos retomaron las orientaciones de
Medellín, a pesar de las orientaciones más tradicionalistas del Vaticano.
Insistieron en la ‘comunión y la participación’, que quedó como una marca
significativa del actuar de la Iglesia latinoamericana. La opción por los
pobres adquirió ‘derechos de ciudadanía’ que se iban a universalizar en toda la
Iglesia católica, como también su expresión privilegiada como “Iglesia de los
pobres”.
A los 40 años de la reunión en Puebla, es bueno recordar tal acontecimiento y celebrar el camino recorrido desde ese
entonces. Así nos animamos a seguir renovados al servicio del Reino.
1ª
parte : PRESENTACIÓN GENERAL
DEL DOCUMENTO DE
PUEBLA.
A. DATOS GENERALES
-
Lema de la reunión: “La evangelización en el presente y en el futuro de América Latina”.
-
Era la 3ª
reunión de los obispos latinoamericanos, después de Río de Janeiro (Brasil)
en 1955 y de Medellín (Colombia) en 1968-
-
Organizada por el Consejo Episcopal Latino
Americano (Bogotá, Colombia), tuvo lugar en la ciudad de Puebla, México, en el
año 1979.
-
La inauguró el papa recién electo Juan Pablo 2°,
de visita en México, con un discurso en el Seminario Mayor de Puebla.
-
El Documento de Trabajo recogía los aportes de
las distintas Conferencias Nacional de América Latina y el Caribe que había
solicitado la participación de parroquias y grupos cristianos.
B. DISCURSO INAUGURAL DEL PAPA JUAN PABLO
2º (Extractos)
“Como pastores tenéis la viva
conciencia de que vuestro deber principal es el de ser maestros de la verdad…
Vigilar por la pureza de la doctrina, base en la edificación de la comunidad
cristiana, es, pues, junto con el anuncio del Evangelio, el deber primero e
insustituible del pastor, del maestro de la fe…
-
Verdad
sobre Jesucristo. De vosotros, pastores, los fieles de vuestros países
esperan y reclaman ante todo una cuidadosa y celosa transmisión de la verdad
sobre Jesucristo.
-
Verdad
sobre la misión de la Iglesia. Maestros de la verdad, se espera de vosotros
que proclaméis sin cesar y con especial vigor en esta circunstancia, la verdad
sobre la misión de la Iglesia, objeto del Credo que profesamos y campo
imprescindible y fundamental de nuestra fidelidad.
-
Verdad
sobre el hombre. Como testigos de Jesucristo somos heraldos, portavoces,
siervos de esta verdad que no podemos reducir a los principios de un sistema
filosófico o a pura actividad política; que no podemos olvidar ni traicionar.
-
Defensores
y promotores de la dignidad, valor evangélico. Quienes están familiarizados
con la historia de la Iglesia, saben que en todos los tiempos ha habido
admirables figuras de obispos profundamente empeñados en la promoción y en la
valiente defensa de la dignidad humana de aquellos que el Señor les había
confiado.
Comentario: No
hace falta insistir para reconocer en el discurso papal la insistencia sobre su
dimensión tradicionalista.
C. PRESENTACIÓN
La presentación del Documento
de Puebla está firmada por los
presidentes y el secretario general:
-
Cardenal Sebastiano Baggio, Prefecto de la
Sagrada Congregación para los Obispos y Presidente de la Comisión Pontificia
para América Latina (CAL),
-
Cardenal Aloisio Loscheider, Arzobispo de
Fortaleza (Brasil), Presidente de la Conferencia Episcopal Brasileña y
Presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM),
-
Monseñor Ernesto Corripio Ahumada Arzobispo de
México.
-
Secretario general: Monseñor Alfonso López
Trujillo, Arzobispo Coadjutor de Medellín (Colombia).
Se puede notar el control del
Vaticano con el cardenal Baggio y monseñor López, de línea muy tradicinalista.
El Documento de preparación
definía “la línea teológico-pastoral:
Está conformada por dos polos complementarios: la comunión y la participación…”
-
Comunión
con Dios, en la fe, en la oración, en la vida sacramental. Comunión con los
hermanos en las distintas dimensiones de nuestra existencia. Comunión en la
Iglesia, entre los Episcopados y con el Santo Padre. Comunión en las
comunidades cristianas. Comunión de reconciliación y de servicio. Comunión que
es raíz y motor de evangelización. Comunión con nuestros pueblos.
-
Participación
en la Iglesia, en todos sus niveles y tareas. Participación en la sociedad,
en sus diferentes sectores; en las naciones de América Latina; en su necesario
proceso de integración, con actitud de constante diálogo.
D. CONTENIDO DEL DOCUMENTO
El Documento final consta de 5 momentos: Presentación, Mensaje a los
Pueblos de América Latina y el Cuerpo del Documento. Este último tiene 3 partes:
Primera parte: VISIÓN PASTORAL DE LA REALIDAD LATINOAMERICANA
Capítulo I: Visión histórica.
Los grandes momentos de la Evangelización en América Latina.
Capítulo II: Visión pastoral
del contexto socio-cultural.
Capítulo III: Realidad
pastoral hoy en América Latina.
Capítulo IV: Tendencias
actuales y evangelización en el futuro.
Segunda parte: DESIGNIO DE DIOS SOBRE LA REALIDAD DE AMÉRICA LATINA
Capítulo I: Contenido de la
Evangelización.
Capítulo II: ¿Qué es
evangelizar?
Tercera parte: LA EVANGELIZACIÓN EN LA IGLESIA DE AMÉRICA LATINA.
COMUNIÓN Y PARTICIPACIÓN
Capítulo I: Centros de
comunión y participación.
Capítulo II: Agentes de
comunión y participación.
Capítulo III: Medios de
comunión y participación.
Capítulo IV: Diálogo para la
comunión y participación.
Cuarta parte: IGLESIA MISIONERA AL SERVICIO DE LA EVANGELIZACIÓN EN
AMÉRICA LATINA.
Capítulo I: Opción
preferencial por los pobres.
Capítulo II: Opción
preferencial por los jóvenes.
Capítulo III: Acción con los
constructores de la sociedad pluralista.
Capítulo IV: Acción por la
persona en la sociedad nacional e internacional.
Quinta parte: BAJO EL DINAMISMO DEL ESPÍRITU: OPCIONES PASTORALES
E. COMENTARIOS DEL PAPA FRANCISCO SOBRE EL
DOCUMENTO DE PUEBLA.
El Papa
resaltó tres hechos sobresalientes de esta tercera Conferencia:
- El primero: Juan Pablo II y Puebla
“La
decisión de San Juan Pablo II de realizar su primer viaje apostólico
precisamente a México y de pronunciar el discurso inaugural de la Conferencia,
que indicó con claridad los caminos para su desarrollo, dijo, fue como la
inauguración de su largo, itinerante y fecundo pontificado misionero”.
- El segundo: La Evangelii nuntiandi y
Puebla
“El
hecho, añadió Francisco, que para la preparación de la Conferencia se apoyaron
a la Exhortación apostólica Evangelii nuntiandi de San Pablo VI
como telón de fondo y fuente de referencia para toda su realización. Evangelii
nuntiandi, afirmó Francisco, es el mejor documento pastoral del post-concilio y
hoy todavía tiene vigencia. Contando una anécdota suya, el santo Padre,
recuerda que siempre le acompañaron entre sus libros, la Evanglii nuntiandi
subrayado, la Redemptoris Mater de san Juan Pablo II y el documento de Puebla
totalmente evidenciado en diversos colores. “Esto, dijo, para decirles como
seguí de cerca en aquel momento todo esto”.
- El tercero: partir de Medellín para
entender a Puebla.
“El
tercer hecho importante, señaló el Papa, fue tomar como punto de partida las intuiciones
y opciones proféticas de la Conferencia de Medellín para, en Puebla,
dar un paso más adelante en el camino de la Iglesia latinoamericana hacia su
madurez”.
“La novedad de una autoconciencia histórica de la
Iglesia en América Latina; una buena eclesiología que retoma la imagen y el
camino del pueblo de Dios en el Concilio
Vaticano II; una mariología bien
inculturada; los capítulos más ricos y creativos sobre la evangelización de la cultura y de la
piedad popular en América Latina; Sobre la evangelización de las culturas,
Puebla puso fundamentos muy serios para ir adelante... la crítica valiente del
desconocimiento de los derechos humanos
y libertades en aquellos tiempos que se vivían en la región y las opciones por los jóvenes, los pobres y
los constructores de la sociedad”.
NOTA: La carta encíclica ‘El
Anuncio del Evangelio del papa Pablo 6°
Su pontificado no podrá entenderse sin considerar
su particular afecto por la Iglesia latinoamericana
Retomando la señalización que hace el papa
Francisco sobre la carta de Pablo 6°, comentamos lo siguiente.
1. La
carta encíclica del papa Pablo 6° “El
Anuncio del Evangelio” (‘Evangelii Nuntiandi’, 1975) tuvo mucho impacto en
su tiempo.
2.
Recalcamos aquí solamente 2 párrafos particularmente llamativos
de dicha carta:
“Solamente el Reino es pues
absoluto y todo el resto es relativo”
“8. El anuncio del reino
de Dios. Cristo, en cuanto evangelizador, anuncia ante todo un reino,
el reino de Dios, tan importante que, en relación a él, todo se convierte en
"lo demás", que es dado por añadidura (Mateo
6,33). Solamente el reino es pues absoluto y todo el resto es relativo.”
“Misión de la Iglesia: Anunciar y
hacer real la liberación”
“30. La Iglesia… tiene el deber de
anunciar la liberación de millones de seres humanos…; el deber de ayudar a que
nazca esta liberación, de dar testimonio de la misma, de hacer que sea total.
Todo esto no es extraño a la evangelización.”
2ª
PARTE : COMENTARIOS AL
DOCUMENTO DE PUEBLA.
CONTENIDO
1.
20
frases mayores del Documento de Puebla, Pedro Pierre.
2. Seguir fortaleciendo nuestra Iglesia
Latinoamericana. Puebla a los 40 años, Consuelo Vélez.
3. La importancia de las CEBs según
Puebla, Pedro Pierre.
4. Opción por los pobres en Puebla, José
M. Guerrero.
5. Obispos en Puebla, vivos actualmente,
Fernando Altemeyer.
1.
20 FRASES MAYORES
DEL DOCUMENTO DE
PUEBLA.
“ LA
EVANGELIZACIÓN EN EL
PRESENTE Y EL
FUTURO DE AMÉRICA
LATINA ”
3ª Reunión de los obispos latinoamericanos.
Puebla, México, 1979.
Con mucho gusto les ofrecemos
aquí un resumen del Documento de Puebla,
en 20 frases, sacadas del mismo
Documentos,
las mismas que más utilizan las
CEBs en sus reuniones, celebraciones y compromisos.
Pedro Pierre, Guayaquil, octubre
de 2019.
En Puebla, monseñor Leonidas
Proaño fue un hombre clave.
MENSAJE DE LOS
OBISPOS A LOS PUEBLOS DE AMÉRICA LATINA
El Documento de Pueblo incluye
un Mensaje donde se da el sentido preciso de la opción por los pobres, al final de número 3:
“Porque creemos que la revisión del comportamiento religioso y moral de
los hombres debe reflejarse en el ámbito del proceso político y económico de nuestros
países, invitamos a todos, sin distinción de clases, a aceptar y asumir la
causa de los pobres, como si estuviesen aceptando y asumiendo su propia causa,
la causa misma de Cristo. «Todo lo que hicisteis a uno de estos mis hermanos,
por humildes que sean, a mí me lo hicisteis» (Mateo 25, 40).”
1ª parte: VISIÓN
PASTORAL DE LA REALIDAD LATINOAMERICANA
24. “Queremos hacer voz: «la voz de quien no puede hablar o de
quien es silenciado”.
26. “La Iglesia tiene el deber de anunciar la liberación de millones
de seres humanos, entre los cuales hay muchos hijos suyos; el deber de ayudar a
que nazca esta liberación, de dar testimonio de la misma, de hacer que sea
total. Todo esto no es extraño a la evangelización” (Pablo 6°, EN 30).
30. “Esta pobreza no es una etapa casual, sino el producto de
situaciones y estructuras económicas, sociales y políticas… (que) producen a
nivel internacional, ricos cada vez más ricos a costa de pobres cada vez más
pobres” (Juan Pablo 2°).
31-39. “La situación de extrema pobreza generalizada, adquiere en
la vida real rostros muy concretos en los que deberíamos reconocer los rasgos
sufrientes de Cristo, el Señor, que nos cuestiona e interpela: Rostros de
niños,
jóvenes, indígenas y
afroamericanos, campesinos, obreros, subempleados y desempleados…”
88-89. “La Conferencia
de Medellín apuntaba ya, hace poco más de diez años, la comprobación de este
hecho: «Un sordo clamor brota de millones de hombres, pidiendo a sus pastores
una liberación que no les llega de ninguna parte» (Pobreza de la Iglesia 2). El
clamor pudo haber parecido sordo en ese entonces. Ahora es claro, creciente,
impetuoso y, en ocasiones, amenazante.”
96. “Las Comunidades Eclesiales de Base que en 1968 eran apenas una
experiencia incipiente, han madurado y se han multiplicado de modo que ahora
constituyen motivo de alegría y esperanza para la Iglesia. Se han convertido en
focos de Evangelización y en motores de liberación y desarrollo.”
2ª parte: DESIGNOS
DE DIOS SOBRE LA REALIDAD DE AMÉRICA LATINA
492. “Los bienes y
riquezas del mundo, según voluntad del Creador, son para servir efectivamente a
la utilidad y provecho de todos y a cada uno de los hombres y los pueblos. De
ahí que a todos y a cada uno les compete un derecho primario y fundamental, absolutamente
inviolable, de usar solidariamente esos bienes… Todos los demás derechos,
también el de propiedad y libre comercio, le están subordinados. «Sobre toda
propiedad privada grava una hipoteca social»” (Juan Pablo II).
516. “La necesidad de
la presencia de la Iglesia en lo político, proviene de lo más íntimo de la fe
cristiana: del señorío de Cristo que se extiende a toda la vida. Cristo sella
la definitiva hermandad de la humanidad; cada hombre vale tanto como otro:
«Todos sois uno en Cristo Jesús» (Gálatas 3, 28).”
558. “Esta instrumentalización (de la Iglesia)… puede provenir de
los propios cristianos y aun de sacerdotes y religiosos, cuando anuncian un
Evangelio sin incidencias económicas, sociales, culturales y políticas. En la
práctica, esta mutilación equivale a cierta colusión- aunque inconsciente- con
el orden establecido.”
562. “La Iglesia toda -pastores, ministros consagrados, religiosos,
laicos-, se comprometerán… en el logro de una sociedad más justa, libre y
pacífica, anhelo de los pueblos de América Latina y fruto indispensable de una
evangelización liberadora.”
3ª parte: LA
EVANGELIZACIÓN DE LA IGLESIA EN AMÉRICA LATINA. – COMUNIÓN Y PARTICPACIÓN.
629. “Señalamos con
alegría, como importante hecho eclesial particularmente nuestro y como
«esperanza de la Iglesia» (EN 58), la multiplicación de las Comunidades
Eclesiales de Base.”
641. “Las Comunidades eclesiales de base,
- como comunidad, integran familias, adultos y jóvenes, en íntima
relación interpersonal en la fe.
- Como eclesial es comunidad de fe, esperanza y caridad; celebra la
palabra de Dios en la vida, a través de la solidaridad y compromiso con el
mandamiento nuevo del Señor y hace presente y actuante la misión eclesial y la
comunión visible con los legítimos pastores…
- Es de base, por estar constituida por pocos miembros, en forma
permanente y a manera de célula de la gran comunidad.”
786. “La misión del
laico encuentra su raíz y significación en el bautismo y la confirmación…
participa de la función sacerdotal, profética y real de Cristo y la ejerce en
su condición propia… Es hombre de Iglesia en el corazón del mundo y de hombre
del mundo en el corazón de la Iglesia.”
4ª parte: IGLESIA
MISIONERA AL SERVICIO DE LA EVANGELIZACIÓN EN AMÉICA LATIAN
1134. “Volvemos a
tomar, con renovada esperanza en la fuerza vivificante del Espíritu, la
posición de la II Conferencia General que hizo una clara y profética opción
preferencial y solidaria por los pobres… Afirmamos la necesidad de conversión
de toda la Iglesia para una opción preferencial por los pobres, con miras a su
liberación integral.”
1147. “El compromiso
con los pobres y los oprimidos y el surgimiento de las Comunidades de Base han
ayudado a la Iglesia a descubrir el potencial evangelizador de los pobres.”
1186. “La Iglesia confía
en los jóvenes… Hace una opción preferencial por los jóvenes en orden a su
misión evangelizadora en el Continente.”
5ª parte: BAJO EL
DINAMISMO DEL ESPÍRITU – OPCIONES PASTORALES.
“Optamos por:
1302. Una Iglesia
sacramento de comunión que… aporta energías irreemplazables para promover la
reconciliación y la unidad solidaria de nuestros pueblos.
1303. Una Iglesia
servidora que prolonga a través de los tiempos al Cristo -Siervo de Yahvé por
los diversos ministerios y carismas.
1304. Una Iglesia misionera
que anuncia gozosamente al hombre de hoy que es hijo de Dios en Cristo; se
compromete en la liberación de todo el hombre y de todos los hombres.”
1310. “Cristo es
plenitud de todo el ser (Colosenses 1,2). Sólo en Cristo el hombre encuentra su
alegría perfecta (Juan 17,12).”
2.
LA REUNIÓN DE
PUEBLA CONFIRMÓ LA
OPCIÓN POR LOS
POBRES.
Pedro
Pierre, 2008.
A.
PRESENTACIÓN
He aquí les reflexiones de monseñor
Pedro Casaldaliga, de Brasil, y de un biblista reconocido de América Central,
el pastor Jorge Pixley, que nos van ayudar, por una parte, a entender lo que es
la opción por los pobres y, por otra, a reconocer dónde estamos ubicados
nosotros: Sea con los ricos o sea con los pobres, porque no más opción.
1.
Monseñor Pedro Casaldáliga: ‘A los católicos, como a Pilatos, habría que
recordarles siempre la palabra contundente de Van der Mersch: ´La verdad,
Pilatos, es ponerse al lado de los pobres´’.
- El
Pastor Jorge Pixley: “La
Biblia es una voz que viene de fuera del sistema para gritar por la
justicia: ‘El rico o es ladrón o es hijo de ladrón’ (Juan Crisóstomo -400-
a una sociedad rica y corrupta). En la carta a los Romanos, se anuncia el
Dios totalmente otro que irrumpe en un mundo pecador con una palabra justiciera
de condena y de redención (Karl Barth, 1914, que, desde su pequeña Iglesia
protestante confrontó a Hitler, 1934). En América Latina, por los años ’60
surgió la opción por los pobres que es una opción por la justicia, o más
bien por los injusticiados, frente a un sistema que beneficia al gran
capital sin consideración alguna con sus consecuencias mortales para los
pobres. Este llamado por la justicia es recibido por una minoría que sufre
persecución y martirio’.
El Reino de Dios y la opción por los pobres, que no
están atados a la religión, nos dan la posibilidad de cultivar una
espiritualidad que no depende de jerarquías ni de doctrinas. La teología de la
liberación confirma este llamado de atención.
Las propuestas del Reino de Dios como opción por los
pobres son fundamentalmente sociales y éticas. La opción por los pobres no es
una opción por individuos pobres, sino por una clase social injusticiada y
oprimida. El proyecto de Jesús no fue de formación espiritual personal, sino
como el de Moisés, un proyecto ético y social. La solidaridad con un pueblo que
se levanta y reclama sus derechos es algo profundamente espiritual: No puede
haber opción por los pobres ni Reino de Dios sin solidaridad. De este modo, la
Biblia ofrece las bases para una espiritualidad post-religiosa para la ‘crisis
de la religión en América Latina’”.
Comentario
La
opción por los pobres es bien exigente:
-
Busca no
sólo ayudar a los pobres mediante un paternalismo
humillante.
-
No es solamente
estar
entre los pobres, como ‘turistas’ o ‘de paso no más’, ni tampoco
únicamente vivir con los pobres.
-
Se trata de pensar
como los pobres y actuar según ellos,
en un compromiso personal y colectivo para hacer nuestras las opciones de
los pobres y lograr con ellos un cambio de sistema social.
B. PALABRAS
DE LOS OBISPOS LATINOAMERICANOS Y DEL PAPA JUAN PABLO 2º SOBRE LA OPCIÓN POR
LOS POBRES
- Medellín
14,10
“Debemos agudizar la conciencia del deber de
solidaridad con los pobres a que la caridad nos lleva. Esta solidaridad
significa hacer nuestros sus problemas y sus luchas, saber hablar por ellos.
Esto ha de concretarse en la denuncia de la injusticia y la opresión, en la
lucha cristiana contra la intolerable situación que soporta con frecuencia el
pobre, en la disposición al diálogo con los grupos responsables de esta
situación, para hacerles comprender sus obligaciones.
- Mensaje
de Puebla
‘Porque creemos
que la revisión del comportamiento religiosos y moral de los hombres debe reflejarse
en ámbito del proceso político y económico de nuestros países, invitamos a
todos, sin distinción de personas, a aceptar y asumir la causas de los pobres,
como si estuvieran aceptando y asumiendo su propia causa, la causa misma de
Cristo (Mateo 25,40)’.
- Puebla 1134
‘Volvemos a tomar, con renovada esperanza en la fuerza
vivificante del Espíritu, la posición de la IIª Conferencia General (de
Medellín) que hizo una clara y profética opción preferencial y solidaria por
los pobres … Afirmamos la necesidad de conversión de toda la Iglesia para una
opción preferencial por los pobres, con miras a su liberación integral’.
- El Papa
Juan Pablo 2º en su carta encíclica ‘La preocupación social de la Iglesia’ (1987)
Emplea la expresión ‘opción o amor preferencial por
los pobres’ (42). Fue la manera de universalizar esta opción nacida en la
Iglesia de América Latina.
C. SENTIDO DE LAS
PALABRAS POBRES Y POBREZA
Muchas
veces, cuando hablamos de pobreza no referimos a la miseria. Por otra parte, en
círculos religiosos se la asimila, muchas veces, a la pobreza espiritual, o
sea, fuera de la realidad. Al precisar correctamente el sentido de las
palabras, permitiremos que se entienda el Evangelio tal cual es con sus
consecuencias.
1. ¿Quién es pobre y quién es rico?
Tal vez
hemos escuchado esta expresión: ‘Hay pobres ricos y ricos pobres’. Este
razonamiento no es más que una manera de eludir el problema, evitar de
cuestionarse y justificar los privilegios.
-
Para
aclararnos bien, digamos que es pobre aquel que vive una doble
experiencia: positivamente si comparte,
y negativamente si no explota a
nadie. Tenemos así que examinarnos todos y todas, y ayudar a otros a
examinarse en este doble sentido de la pobreza y de la riqueza.
-
Entonces es rico
aquel que no comparte y que explota a los demás. La
pobreza y la riqueza no son sólo la situación de tener poco o mucho, es sobre
todo una cuestión de relación.
-
Para Jesús, son felices los pobres material, social y
culturalmente ‘pobres’ (Lucas 6,20) y los que ‘tienen el espíritu de los pobres’
(Mateo 5,3). La advertencia de Jesús para los ricos es clara: ‘¡Pobres de
ustedes los ricos, porque ustedes tienen ya su consuelo!’ (Lucas 6,24). ‘Es más
fácil para un camello entrar por el ojo de la aguja, que para un rico entrar en
el Reino de Dios’ (Marcos 10,25).
2. La pobreza como miseria
Cuando nos lamentamos de la pobreza nos referimos a
una situación injusta, contraria al plan de Dios. Es la situación de todos los
que sobreviven
sin tener las mínimas condiciones para vivir dignamente: les falta el
trabajo, la casa, la comida, la educación, la salud,… Esta clase de pobreza es
miseria.
En sus
Documentos de Medellín y Puebla, nuestros Obispos caracterizaron esta pobreza
inhumana como un empobrecimiento,
o sea, la consecuencia de un sistema social que crea ‘ricos cada vez más ricos
a costa de pobres cada vez más pobres’ (Juan Pablo 2°, Puebla 30). ‘Comprobamos
como el más devastador y humillante flagelo la situación de inhumana pobreza en
que viven millones de latino americanos…’ (Puebla 29). ‘Al analizar más a fondo
tal situación, descubrimos que esta pobreza no es una etapa casual, sino el
producto de situaciones y estructuras económicas, sociales y políticas,… que
producen a nivel internacional ricos cada vez más ricos a costa de pobres cada
vez más pobres’ (Puebla 30).
Esta miseria
es el resultado de la acumulación individual y colectiva de bienes y riquezas
producidas generalmente por estos mismos pobres o sacados de estos países
pobres mediante el comercio internacional injusto y la deuda externa. Se la
califica de pecado social o colectivo, y la organización que la produce ‘estructuras
de pecado’.
3. La pobreza digna
La pobreza digna es el ideal que sueña Dios para todos
los humanos. Se trata de la situación de la gente que, sin ser acomodada, posee
lo necesario para vivir decentemente, teniendo más o menos asegurados sus
derechos básicos. Esta clase de pobreza no se limita a lo material, sino que
apunta hacia la equidad y fraternidad.
El mensaje del ‘maná’ nos da la clave de su entendimiento: ‘Ni lo que
recogieron mucho tenían más, ni los que recogieron poco tenían menos. Cada cual
tenía lo necesario para su consumo’ (Éxodo 16,17). O según lo que decía San
Pablo: ‘Busquen la igualdad’ (2ª Corintios 8,13).
Es esta
clase de pobreza que pedimos en el Padrenuestro: ‘el pan de cada día para
todos’, comprometiéndonos a hacerlo realidad: que a nadie le sobre para que a
nadie le falte, ya que lo que nos sobra pertenece a aquel que lo necesita.
4. La pobreza evangélica es de aquellos que tienen el espíritu de los
pobres
La pobreza
evangélica tiene una doble dimensión: por una parte, la pobreza digna y, por
otra, el ‘espíritu de los pobres’. Es la opción de aquellos que, de
un lado, pudiendo ser ricos y pudientes, prefieren vivir pobremente y, por el
otro, solidarizarse con los pobres, para juntos salir de la pobreza indigna.
Esto es sentido del voto de pobreza que hacen los que quieren vivir los
consejos evangélicos en comunidad.
No hay pobreza espiritual sin pobreza material;
tampoco hay pobreza espiritual sin una lucha contra la pobreza deshumanizante. Eso es la ‘opción por los pobres’ que hace suya la
causa de los pobres, porque ‘es la causa misma de Cristo’.
D. LA
OPCIÓN POR LOS POBRES
1. La opción de estar ‘con’ lo pobres
Es una
actitud de preocupación, de
hacerles visitas, de regalar cosas, de defenderlos de vez en cuando, de
mostrarse apenado por su situación… Esta actitud se queda en el paternalismo o
maternalismo, pero no logra cambiar la situación de ellos y, en la mayoría de
los casos no sólo mantiene el empobrecimiento sino que lo aumenta. Es una falsa
opción por los pobres: nos engañamos a nosotros mismos y los engañamos a ellos,
porque no les permitimos ser actores y protagonistas de su propia liberación.
2. La opción de vivir ‘entre’ los pobres
Cuando
optamos por vivir entre los pobres, damos un paso más real hacia la opción por
los pobres. Difícilmente podemos cerrar los ojos sobre su situación. Y esto nos interpela, nos cuestiona y no nos
deja tranquilos: no podemos estar entre ellos sin hacer algo que les
ayude a salir de su situación. Pues, mientras no salen de su miseria, Cristo
nos está diciendo: ‘Lo que no hicieron con alguno de estos más pequeños,
conmigo no lo hicieron’ (Mateo 25,45).
Pero esta
presencia solidaria no es todavía suficiente: es bastante, pero hay que
dejarnos convertir por los pobres, y dejarnos evangelizar por ellos.
3. La opción de pensar ‘según’ ellos y luchar
‘desde’ ellos
Es el ejemplo de Jesús que nos debe guiar: Él se hizo
pobre con los pobres; nació, vivió y murió entre ellos; habló desde ellos. Es
lo que nos expone San Pablo en su carta a los Filipenses 2,5-11: Las etapas
de la encarnación de Jesús que son 5. Jesús se despoja de su divinidad,
se hace hombre, servidor, hasta la muerte, y la muerte de cruz, como máxima
solidaridad e identificación con los pobres. Ahí está el camino trazado: asumir
la condición y la causa de los pobres. Hay que despojarse de muchas ‘riquezas’
que nos estorban y nos impiden ‘bajar’ o ‘subir’ al nivel de los pobres, para
servir la causa de ellos, dejarnos instruir por ellos, por su sabiduría, y
hasta dejarnos evangelizar por ellos, porque si son los herederos del Reino,
tenemos que hacernos mendigos de su inestimable tesoro.
Ayudémonos a lograr hacer de verdad las opciones de
los pobres según el ejemplo de Jesús y ayudemos a nuestros hermanos a
conseguirla también: Ahí se juega nuestra entrada en el Reino. No es fácil,
pero sí, en comunidades eso está a la mano.
3. SEGUIR
FORTALECIENDO NUESTRA IGLESIA
LATINOAMERICANA.
A los
40 años de
la Conferencia de
Puebla : Consuelo Velez
Amerindia,
Enero de 2019.
El
año pasado celebramos los 50 años de la II Conferencia del Episcopado
Latinoamericano y Caribeño celebrada en Medellín. Este año celebramos los 40
años de la III Conferencia celebrada en Puebla. Es decir, estamos conmemorando
la así llamada “Iglesia latinoamericana”
que adquirió su protagonismo y, en
cierta medida, su camino propio,
después del Vaticano II, con la celebración de dichas conferencias y que, hoy,
con el Papa Francisco, vuelve a tomar fuerza.
La
Conferencia de Puebla se celebró del 27 de enero al 13 de febrero de 1979.
Nuevamente la iglesia latinoamericana se reunía para reflexionar sobre “La evangelización en el presente y en el
futuro de América Latina”. El ambiente era ambiguo. Por una parte, la
iglesia en marcha desde Medellín, continuaba abriendo caminos de fidelidad y
compromiso. Por otra, se comenzaban a sentir temores y desconfianzas sobre los
caminos emprendidos y se quiso aprovechar la ocasión para corregir los
“posibles errores” del rumbo tomado en Medellín. Así lo expresó el Papa Juan Pablo II en el Discurso inaugural
el 28 de enero de 1979: Esta III Conferencia “Deberá, pues, tomar como punto de
partida las conclusiones de Medellín, con todo lo que tienen de positivo, pero
sin ignorar las incorrectas interpretaciones a veces hechas y que exigen sereno
discernimiento, oportuna crítica y claras tomas de posición”. Sin embargo, el
Espíritu continúo soplando y el Documento conclusivo de Puebla, reafirmó opciones fundamentales que han
marcado el caminar de la Iglesia en estos 40 años, no sin la consiguiente
oposición la cual se hizo más álgida en Santo Domingo, se suavizó en Aparecida
y parece perder su fuerza con el Pontificado de Francisco.
Pero
¿cuáles son esas opciones fundamentales
que Puebla reafirmó y que con estas celebraciones estamos llamados a vivir con
más intensidad?
-
En
primer lugar, la opción preferencial por los pobres. Puebla señala la
continuidad con Medellín, presenta el fundamento bíblico de tal opción y las
líneas pastorales que se trazan para llevarla a cabo. Se reconoce el aumento de
la pobreza y de ahí la necesidad de esta opción profética. Se busca una
conversión y purificación constantes para identificarse más con Cristo pobre y
con los pobres. Se reconocen las persecuciones que ha traído esta opción, las
tensiones y conflictos fuera y dentro de la Iglesia y las acusaciones de estar
del lado de los poderos socioeconómicos y políticos o de una peligrosa
desviación ideológica marxista. Pero no se puede renunciar a esta opción porque
el mismo Jesús se hizo pobre y anunció el evangelio a los pobres. Por eso, el
servicio a los pobres es la medida privilegiada -aunque no excluyente- de
seguimiento de Cristo y un servicio no solo de caridad sino de justicia. Por
todo esto, la pobreza evangélica es inherente al seguimiento y, el testimonio
de una iglesia pobre, puede evangelizar a los ricos y desprenderlos de sus
riquezas. Como acciones concretas se proponen: condenar la pobreza extrema como
antievangélica, conocer y denunciar los mecanismos generadores de pobreza,
sumar esfuerzos con otros para desarraigar la pobreza y crea un mundo más justo
y fraterno, apoyar a las organizaciones que promueven el bien común y a los
pueblos indígenas. Previamente se habían señalado a todos los que hoy padecen
pobreza: campesinos, obreros, marginados de la ciudad y, especialmente, la
mujer de esos sectores por su condición de doblemente oprimida y marginada.
-
En
segundo lugar, Puebla afirmó la opción preferencial por los jóvenes.
Esta conferencia se realizó después de Mayo del 68, con lo cual el protagonismo
de los jóvenes en aquel acontecimiento, no era desconocido. El documento afirma
la necesidad de presentar a los jóvenes el Cristo vivo que responda a su
situación y al papel que juegan en el cuerpo social. Reconoce todo el potencial
que tienen por su espíritu de riesgo, capacidad creativa, su aspiración a la libertad
y su sensibilidad a los problemas sociales. La iglesia ve en los jóvenes su
posibilidad de rejuvenecimiento pero ellos no encuentran todavía su sitio en la
iglesia. Es interesante anotar que el Sínodo sobre los jóvenes celebrado el año
pasado sigue afirmando esta realidad y, sin embargo, aún la iglesia no sabe
cómo atraer a los jóvenes y ayudarles a desarrollar todo el potencial que
poseen.
-
Otros
muchos temas se trataron en Puebla, entre ellos, la eclesiología de comunión y
participación y las Comunidades Eclesiales de base (CEBs), la
cristología de corte liberador a la luz del anuncio del Reino y, por
consiguiente, la evangelización orientada al cambio de estructuras que hicieran
efectiva una transformación. Puebla asume una liberación integral que parte de
la realidad social. No pone estas realidades como opuestas sino que ambas son
necesarias para la liberación definitiva del pecado, raíz de toda opresión.
Falta
espacio para una reflexión más detallada pero, con seguridad a lo largo del
año, se harán conmemoraciones en torno a estos 40 años y será ocasión de
profundizar mucho más. Lo que interesa señalar, por ahora, es que una porción
de la iglesia latinoamericana asumió las conferencias de Medellín y Puebla
porque las identificó como presencia del Espíritu en el continente. A pesar de
las resistencias, el Pueblo de Dios asumió este acontecimiento como fuerza para
un compromiso evangelizador que alcanzaba todas las dimensiones de la realidad.
No fue ajeno al martirio vivido en esos años pero lo incorporó como fortaleza
para mantener su fidelidad. Poco a poco la resistencia se hizo más fuerte y ese
Espíritu se apagó en algunas instancias, especialmente, oficiales. Pero la
llegada de Francisco hoy vuelve a poner en primer plano esa presencia
liberadora de los más pobres y como la semilla que crece sin que nadie lo vea
(Mc 4, 26-29), vuelven a explicitarse frutos de fidelidad y resistencia que
mantienen la esperanza de que “otra iglesia es posible”.
4.
LA IMPORTANCIA DE
LAS CEBs SEGÚN
PUEBLA. Pedro Pierre.
Nada menos que 22 textos sobre las
Comunidades Eclesiales de Base.
Las palabras claves del documento son: ‘comunión’
con los obispos y ‘participación’ de los seglares (211).
El Documento consta de un detallado análisis de la
realidad latinoamericana, seguido de una iluminación a partir de 3 ejes principales, para luego sacar
conclusiones:
-
Jesucristo cuya presencia entre nosotros
nos lleva a la ‘liberación integral’ (166),
-
La Iglesia que ‘continúa a través de los
tiempos siendo evangelizada y llevando a todos la Buena Nueva (167),
-
‘El Hombre, por su dignidad de imagen de
Dios, merece todo nuestro compromiso a favor de su liberación y total
realización en Cristo Jesús’ (169).
Son 22 las veces en
que se habla de las CEBs en el Documento de Puebla.
1. IDENTIDAD.
-
‘La CEB,
(641)
. Como comunidad,
integra familias, adultos y jóvenes, en íntima relación interpersonal en la fe.
. Como eclesial,
es comunidad de fe, esperanza y caridad; celebran la Palabra de Dios en la
vida, a través de la solidaridad y compromiso con el mandamiento nuevo del
Señor y hace presente y actuante la misión eclesial y la comunión visible con
los legítimos pastores. Cuando merecen su título de eclesialidad, ellas pueden
conducir, en fraterna solidaridad, su propia existencia espiritual y humana.
. Como de Base,
está constituida por pocos miembros, en forma permanente y a manera de célula
la gran comunidad’.
-
Son focos de evangelización y en motos de liberación y desarrollo.
96: ‘Las CEBs se han convertido en focos de
Evangelización y en motores de liberación y desarrollo’.
2. APORTES.
-
Se multiplicaron en estos últimos años.
96: ‘Las CEBs que en 1968 eran apenas una expresión
incipiente, han madurado y se han multiplicado, sobre todo en algunos países,
de modo que ahora constituyen motivo de alegría y esperanza para la Iglesia. En
comunión con el obispo y como lo pedía Medellín, se han convertido en focos de
Evangelización y en motores de liberación y desarrollo’.
-
Son fuentes de ministerios laicales (animadores,
catequistas, misioneros seglares).
97:‘La vitalidad de las CEBs empiezan a dar sus frutos;
es una de las fuentes de los ministerios confiados a los laicos: animadores de
Comunidades, catequistas, misioneros.
-
Las CEBs coordina grupos humanos dispersos.
111: ‘La parroquia rural … ha tratado de crear y
coordinar CEBs que correspondan a los grupos humanos dispersos por el área
parroquial … Cada día se hace más necesaria la multiplicación de pequeñas
comunidades territoriales o ambientales para responder a una Evangelización más
personalizante’.
-
Las CEBs son una experiencia propia de todo el continente.
125: ‘En muchos países, las CEBs son prueba de la
incorporación y participación de los seglares.
-
Crean mayor relación interpersonal desde la fe, aceptación
de la Palabra de Dios, reflexión de la realidad a la luz del Evangelio y
compromiso social.
629: ‘Se comprueba que, sobre todo, las CEBs crean mayor
interrelación personal, aceptación de la Palabra de Dios, revisión de vida y
reflexión sobre la realidad a la luz del evangelio. Se acentúa el compromiso
con la familia, con el trabajo, el barrio y la comunidad local. Señalamos con
alegría, como esperanza de la Iglesia, la multiplicación de pequeñas comunidades:
son ambiente propicio para el surgimiento de los nuevos servicio laicales; en
ellas se ha difundido mucho la catequesis familiar y la educación de la fe de
los adultos, en formas más adecuadas al pueblo sencillo’.
640: ‘En las pequeñas comunidades, sobre todo en las
mejores constituidas, crece la experiencia de nuevas relaciones interpersonales
en la fe, la profundización de la Palabra de Dios, la participación en la
Eucaristía, la comunión con los pastores de la Iglesia particular y un
compromiso mayor con la justicia en la realidad social de sus ambientes’.
-
Cuestionan e interpelan las raíces egoístas y consumistas de la
sociedad y promueven la experiencia comunitaria como camino hacia una
nueva sociedad.
642: ‘Los cristianos, unidos en comunidad eclesial de
base, fomentando su adhesión a Cristo, procuran una vida más evangélica en el
seno del pueblo, colaboran para interpelar las raíces egoístas y consumistas de
la sociedad y explicitan la vocación de comunión con Dios y con sus hermanos,
ofreciendo un valioso punto de partida en la construcción de una nueva
sociedad, la civilización del amor’.
617: ‘Dentro de la Iglesia particular, las CEBs hacen
presente y operante el designo salvífico del Señor, vivido en comunión y
participación’.
-
Optan preferentemente por los más pobres y purifican su religiosidad.
-
643: ‘Las
CEBs son expresión del amor preferencial de la Iglesia por el pueblo sencillo;
en ellas se expresa, valora y purifica su religiosidad y se le da la
posibilidad concreta de participar en la tarea eclesial y en el compromiso de
transformar el mundo’.
-
Son un enriquecimiento para la Iglesia universal.
368: ‘Nuestras Iglesias pueden ofrecer, más allá de sus
propias fronteras, algo original e importante: … la experiencia de las CEBs…’.
3. RIESGOS Y DEBILIDADES.
-
La falta de capacitación puede llevar a que
sean manipulada políticamente.
98: ‘En algunos lugares no se ha dado la adecuada
atención al trabajo en la formación de CEBs. Es lamentable que, en algunos
lugares, intereses claramente políticos pretendan manipularlas y apartarlas de
la auténtica comunión con sus Obispos’.
-
La falta de comunión con la jerarquía les puede hacer
perder su identidad.
-
261: ‘La
reflexión teológica sobre las CEBs introduce elementos que permiten completar
el acento de dichas comunidades en el dinamismo vital de las bases y en la fe
compartida más espontáneamente en comunidades pequeñas… Las CEBs deben
inscribirse dentro de la estructura eclesial para no correr el riesgo de
degenerar hacia la anarquía organizativa, por un lado, y hacia el elitismo
cerrado o sectario, por otro’.
4. DESAFÍOS.
-
703: ‘Dar
especial importancia… a la animación de las comunidades’.
-
Ser promovidas, orientadas y acompañadas también en las
grandes ciudades.
648: ‘Como pastores, queremos decididamente promover,
orientar y acompañar las CEBs, según el espíritu de Medellín (10) y los
criterios de la cata encíclica ‘El Anuncio del Evangelio’ (58); favorecer el
descubrimiento y la formación gradual de animadores para ellas. Hay que buscar,
en especial, cómo las pequeñas comunidades, que se multiplican sobre todo en la
periferia y las zonas rurales, puedan adecuarse también a la pastoral de las
grandes ciudades de nuestro continente’.
-
Comunión mutua entre CEBs y sus pastores.
156: ‘La Evangelización reconocerá la validez de la
experiencia de las CEBs y estimulará su desarrollo en comunión con sus
pastores’.
1309: ‘A Dios gracias, actualmente, hay mucha vitalidad
evangelizadora en nuestro continente: las CEBs en comunión con sus pastores…’.
-
Dinamizar las CEBs para que sean fermento en la masa.
462: ‘Frente a los desafíos que nos plantea la piedad
popular, se plantea la tarea de dinamizar las CEBs… para que sean en forma más
generosa fermento en la masa’.
5. CONCLUSIÓN. Las CEBs sí llaman positivamente la atención.
-
La importancia que dan los obispos a las
CEBs, en su aporte tanto a la Iglesia como a la sociedad.
-
La preocupación de los mismos obispos para
acompañarlas y controlarlas.
-
La novedad de las CEBs: no buscan crear una
nueva Iglesia, sino presentar un modelo de Iglesia más conforme al proyecto de
Jesucristo.
-
La actualidad de las 2 metas de las CEBs:
‘focos de nueva evangelización y motor de liberación y desarrollo’.
-
Los pocos Agentes de Pastoral que
acompañamos a las CEBs.
5.
LA OPCIÓN PREFERENCIAL
POR LOS POBRES
EN EL DOCUMENTO
FINAL DE PUEBLA José Mª
Guerrero, sj..
CONTENIDO
-
Motivaciones sociológicas.
-
La opción evangélica.
-
Práctica de la opción por los pobres: el compartir.
-
Revisión de vida.
-
El precio de la opción por los pobres.
-
La confirmación autorizada del Papa.
-
La Iglesia de los pobres invita a todos
INTRODUCCIÓN
Juan Pablo II, una vez más peregrino por los caminos del
mundo, ha terminado una importante "visita pastoral" -un "viaje
misionero", como ha preferido definirlo[1]-, en el inmenso Brasil, país
cargado de futuro y esperanzas, pero, al mismo tiempo, marcado profundamente
por desigualdades y por injusticias estridentes.
En este país, veintiocho veces más grande que
Italia, donde sobre una población de 123 millones, el 93% son católicos, la
Iglesia está empeñada en un esfuerzo decisivo para la construcción de un futuro
de justicia, de libertad y de reconciliación. Con el episcopado más numeroso
del mundo (343 obispos), abierto a los difíciles desafíos que la situación
presente comporta, con más de 80.000
comunidades de base, justamente consideradas "como uno de los motivos
de su gloria y de su esperanza" (n. 96), la Iglesia de Brasil se presenta
hoy como el fermento más vivo en el esfuerzo por elaborar un proyecto de
sociedad nueva, más fraterna y justa.
La visita de Papa a Brasil ha suscitado muchas
esperanzas y ha tenido mucha resonancia particular en el Continente, también
porque ha sido un poco después de año y medio de la celebración de la
Conferencia de Puebla: un acontecimiento de importancia histórica en la vida de
América Latina.
Puebla ha sido definida justamente "ante
todo un espíritu: aquel de una Iglesia se proyecta con una renovado vigor al
servicio de nuestros pueblos[2] y, en
realidad, Puebla sigue siendo una clave de lectura para interpretar los
acontecimientos de las Iglesias latinoamericanas, de su vida, y para entender
los esfuerzos que se emprenden en la obra de evangelización. Adquieren, pues,
un peso singular las puntualizaciones que el Papa no ha dejado de hacer en su
viaje a Brasil, a propósito de algunos puntos más discutidos del documento
final de Puebla. Esto no era necesario, porque algunas lecturas del documento
final, no del todo serenas sino viciadas ideológicamente, amenazaban con
dividir más que contribuir a crear en torno a la conclusiones de Puebla la
necesaria unidad, indispensable para un renovado empeño de evangelización y de
servicio a los pueblos latinoamericanos.
Uno de los puntos más debatidos y sobreentendidos
es ciertamente el de la opción preferencial por los pobres[3]. Se
trata de un tema clave, porque esta opción hecha por los obispos de América
Latina es central, constituye casi la
espina dorsal del documento final e inspiran claramente las conclusiones.
Es, por tanto, sumamente importante aclarar qué dice verdaderamente el
documento de Puebla a propósito de esta "opción preferencial" y q qué
se han comprometido verdaderamente las Iglesias de América Latina.
Queriendo simplemente contribuir a este
esclarecimiento, veremos -en primer lugar-, basándonos en una lectura objetiva
y no preconcebida del texto, cuales son la naturaleza y las razones de la
opción por los pobres: las motivaciones sociológicas y la motivación
evangélica. Después -en segundo lugar-, cuál debe ser la práctica: compartir la
vida de los pobres, la revisión de nuestra vida y el precio que necesita estar
dispuesto a pagar. Finalmente, veremos cómo esta "relectura" del
documento de Puebla en el tema de la opción por los pobres ha sido confirmada
de modo destacado por el Papa, en su viaje a Brasil.
MOTIVACIONES SOCIOLÓGICAS
Los obispos latinoamericanos han dado, en
primer lugar, las razones sociológicas e históricas de su opción preferencial:
"la gran mayoría de nuestros hermanos continua viviendo en una situación
de pobreza e incluso de miseria, que se ha agravado" (n. 1135). Más de
cien millones de hombres, sobre un total de 320 millones viven en América
Latina en una situación de pobreza
extrema con una deuda per cápita
anual inferior a 75 dólares.
Estos pobres, humillados en su dignidad humana
y privados de muchas cosas indispensables, en Puebla han adquirido una rara y
un nombre: son niños con hambre y sin futuro, jóvenes desorientados y
frustrados, indígenas y afroamericanos, campesinos abandonados y sin tierra,
parados y subempleados en perenne crisis de subsistencia, marginados (cfr. nn.
33-39, 1135 nota 2).
La pobreza, por sí misma, lleva consigo una
cantidad de problemas angustiosos: mortalidad infantil altísima, viviendas
indignas del hombre, migraciones en masa, forzadas y sin asistencia alguna,
salarios de hambre... (cfr. n. 29). Pero aquello que mayormente ofende y hace
sufrir no es el drama de la pobreza en sí, no es tanto el hecho grave de la
diferencia entre ricos y pobres aumente(cfr. nn. 28, 2506), cuanto aquello que,
en presencia de las necesidades tan grandes y urgentes una pequeña minoría
acumule riquezas "agravando la pobreza de muchos" (n. 1135, nota 2). "El lujo de unos pocos se transforma
en insulto de la miseria de las grandes masas” (n. 28). Esto es un
escándalo doblemente intolerable en países de larga tradición cristiana, porque
contradice al mismo nombre cristiano, además de serlo con el ser humano.
Puebla tenía que recoger, por eso, el clamor
"claro y creciente, impetuoso y, en ciertas ocasiones, amenazante"
(n. 89), que sube desde millones de pobres, extendidos a lo largo y ancho de
todo el Continente latinoamericano (nn.28, 1129, 1156, 1159, 1207, 1208, 1206).
Está claro que frente a en esta dura "situación de pecado social"
(n. 28; cfr. nn. 328, 487, 1258, 1629, 1305) "antievangélica" (nn.
1159, 28) que es rechazada (cfr. 1156) y arrancada (cfr. 21, 1161); frente a la
falta de solidaridad y de amor hacia el pobre y el marginado, parte del
egoísmo, de la injusticia, de violencia (institucionalizada o no), de la
indiferencia e incluso de la crueldad[4], los cristianos tienen que
sentirse directamente interpelados. Crece en ellos, con fuerza, una toma de
conciencia práctica de la condición real de los pobres y, al mismo tiempo,
aumenta la conciencia de que tanto sufrimiento y tanta miseria no son el
resultado casual del hecho, sino efecto del egoísmo humano que (sin querer
excluir otras causas) se encuentra claramente en el origen de tantas situaciones injustas y de estructuras inhumanas (cfr.
30).
Por eso, se comprende y se justifica
plenamente la opción que los obispos latinoamericanos responsablemente han
querido hacer, frente a estos hechos, frente a la imagen de Dios oscurecida e
incluso ultrajada en el rostro de los pobres (n.1142): es decir, la opción de
una proximidad mayor a los pobres, material y espiritualmente; el propósito de compartir la pobreza, la lucha y las
esperanzas de pueblos enteros oprimidos por la injusticia; la promesa de
una solidaridad activa y efectiva. Se trata, obviamente, de una elección que no
se agota en el momento mismo en que se realiza, sino que pone en movimiento
significativos procesos de "concienciación" y de iniciativas
generosas y concretas.
LA OPCIÓN EVANGÉLICA
Pero junto a estas cuestiones que son las
razones sociológicas, Puebla insiste sobre todo en el hecho de que nuestro
compromiso por los pobres -que debe ser "concreto" (n. 1138),
"profundo y realista" (n.1136)- nace de un mandato evangélico preciso. Es consecuencia de nuestro amor por
Cristo cuyo rostro reconocemos en la imagen oscurecida y despreciada de los
pobres y de los indigentes. Nos proponemos hacer lo que ha hecho Cristo, y
porque lo ha hecho él (cfr. nn. 1141, 1142, 1145, 1130). Ciertamente, también
las otras razones pesan y nos empujan hacia los pobres, pero para nosotros no
son suficientes.
Dios privilegia a los pobres no por lo que son, sino por aquello de lo que
tienen necesidad no por sus méritos, sino por la injusticia objetiva que sufre
y que el Dios de la Revelación -justo y Padre- no lo puede aprobar ni quererlo.
Por eso los defiende y los ama, porque en ellos "es oscurecida e incluso
ultrajada" su imagen (n. 1142). La raíz más profunda de la opción preferencial
que Dios realiza hacia los pobres no busca en sus méritos, sino en el corazón
mismo de Dios.
Esta es la motivación evangélica que Puebla,
en bloque y antes que otras de naturaleza sociológica, ha puesto en las bases
de su opción por los pobres. Esta es la óptica en la que se coloca la Iglesia
cuando, para servir a los pobres, hace suya esa causa y lucha por su liberación
integral; cuando toma posición en favor de los pobres, porque son víctimas de una situación objetiva
gravemente injusta, ante la cual no puede permanecer neutral; cuando enseña
que un hombre injustamente atacado hay que defenderlo, sin preguntarle quién
es, "cualquiera que sea la situación causa moral o personal en que se
encuentre" (n. 1142) por el valor y la dignidad que tiene en sí, y no
porque descubramos en el pobre y en el oprimido una potencial revolución o la
riqueza fundamental para alimentar la lucha de clases[5].
Entonces ¿en qué sentido la opción evangélica
por los pobres es preferencial? Escoger con preferencia a los pobres, según el
Evangelio -responde el documento de Puebla- no significa excluir a otros de nuestro compromiso de evangelización (cfr. nn.
205, 733, 1145, 1165), no es una opción clasista; sino que quiere decir, preferir
a los más necesitados y unirse a ellos. En modo alguno significa escoger a
los unos contra otros (favorecer la lucha de clases), sino unos en favor de
todos.
Por lo demás, el mismo concepto de pobreza
tiene un significado más amplio. Ciertamente el documento de Puebla lo aplica a
los pobres en sentido real, es decir, a quienes
"están privados no sólo de bienes materiales, sino también, en el plano de
la dignidad humana, de una plena participación social y política", y los
llama con su nombre: indigentes, campesinos, obreros, marginados de las grandes
ciudades (n. 1135 nota 2). Son estos los pobres verdaderos de nuestra opción
preferencial.
Pero Puebla cuando habla de pobreza, no
intenta referirse solamente a eso. "Para el cristiano el termino pobreza no es solamente expresión de
privación y marginación de lo que debemos liberarnos. Esto significa también un
modelo de vida", que el
Evangelio propone a todos los que creen en Cristo (1148). Esta pobreza
evangélica es a la vez una postura de apertura confiada a Dios, de
disponibilidad a sus designios, y un compromiso de vida sobria y sencilla, que
aleja la tendencia a la codicia y al orgullo, y que lleva a compartir lo que se
tiene y lo que se es "para que la abundancia de los unos sea remedio a las
necesidades de los otros" (n. 1150).
Es la pobreza -comenta el documento de Puebla-
"sobre todo de la clase media más modesta" (n. 1151), o sea, de
aquellos que se contentan con tener lo necesario, no se dejan seducir por el
frenesí de lo superfluo; y de cuantos saben que la pobreza real no será vencida definitivamente si, junto con el pan y la
libertad, no se da a los pobres la vida del espíritu. Los hombres oprimidos
tienen necesidad no sólo de pan y de libertad, sino también de Dios y de su
amistad, para vivir como hijos suyos en fraternidad con todos (cfr. n. 1153,
1154, 329, 330, 354, 482, 491).
En consecuencia la opción preferencial por los
pobres que nace del Evangelio deberá realizarse en forma y con medios
coherentes con la misma inspiración evangélica. Ninguna estrategia que
sacrifique los valores cristianos -y por eso mismo los auténticos valores
humanos- o que se fundamente en la violencia puede ser aceptada por el
cristiano. La inspiración evangélica hace que si el servicio prestado a los
pobres no se limita al aspecto de enfrentamiento social, sino que alcanza al corazón mismo del hombre. No
permite que se inspiren en el criterio de la eficacia a cualquier precio, hasta
excitar las tendencias agresivas y violentas del hombre, el odio, el
resentimiento y la venganza, la sed desenfrenada de bienestar; sino que mira
mucho más a una convivencia del hombre digna y fraterna (cfr. n. 1154),
estimula el amor y el sentimiento humano de la solidaridad, que conducen a una
donación libre y generosa. Cualquier transformación que no cambie
simultáneamente el corazón del hombre no se puede considerar evangélica, ni
podrá jamás transformar las cosas a mejor de modo radical y duradero.
En una palabra, el objetivo de la opción
preferencial por los pobres, tal como ésta ha sido comprendida y propuesta por
Puebla, es "el anuncio de Cristo salvador, que los iluminará sobre su
dignidad, los ayudará en sus esfuerzos de liberación por todas sus carencias y
los llevará a la comunión con el Padre y los hermanos, mediante una experiencia
vivida de pobreza evangélica" (n. 1153). Esta opción "debe llevar a instaurar una convivencia humana digna y
fraterna, y para construir una sociedad justa y libre (n. 1154).
Indudablemente, para que eso suceda, es necesario que cambien las estructuras
sociales, políticas y económicas injustas, pero la trasformación estructural
"no será verdadera y plena si no va acompañada por el cambio de mentalidad
personal y colectiva en los enfrentamientos del ideal de una vida digna y
feliz, que a su vez dispone a la conversión" (n. 1155).
PRÁCTICA DE LA OPCIÓN POR LOS POBRES: EL
COMPARTIR
Pasando a especificar cuál debe ser la
actuación práctica de la opción preferencial por los pobres, el documento de
Puebla afirma que esa implica "ser solidarios, compartir, y, en algunos
casos, convivir con el pobre" (n. 734).
En efecto, si la opción por los pobres debe
conducir a compartir los problemas,
las esperanzas y la suerte está claro que eso requiere aquel contacto real y
vivido con ellos, que sólo está en condiciones de cambiar nuestra mentalidad y
nuestro corazón, y de hacer efectiva y dinámica nuestra preferencia por ellos.
Sabemos que ningún libro es capaz de trasmitirlo, sino que sólo la experiencia
directa de la vida.
Pero se debe decir, que no daba estar
ciertamente con el sólo hecho de vivir materialmente junto a los pobres.
Incluso viviendo en medio de ellos,
podremos crearles nuestra `propia "isla" y conducir una vida
segura". No bastan, por tanto, tampoco, los contactos esporádicos (por lo
menos exteriores y superficiales) con el mundo de los pobres. Se requiere una
convivencia prolongada, que permita comprenderlos, compartir con ellos las
aspiraciones y esperanzas, escuchar el clamor, darse cuenta de sus inquietudes,
de descubrir la "fuerza evangelizadora" (n. 1147). Es lo que ya están
haciendo, en concreto, algunos Institutos religiosos[6].
A través de esta inmersión real en el mundo de
los pobres, la pobreza evangélica llegará a ser una dimensión y una postura
autentica de nuestra vida. Sólo en el compartir realizaremos plenamente aquella
prospectiva bíblica del pobre, que nos sugerirá cómo ofrecer nuestro servicio
de forma eficaz pero no paternalista.
Cuando se vive la opción preferencial por los
pobres, poniéndose en la óptica del Jesús pobre, entonces incluso quien trabaja
con clases sociales más favorecidas se transforma espontáneamente en promotor
de fraternidad cristiana y humana. Un educador provisto de esta gran
sensibilidad social y poseído de la inquietud evangélica no educará a sus
alumnos para proyectar el dominio en la conservación del statu quo del actual orden social, sino que se dedicará a educarlos
en un modo nuevo de ser y de actuar en la vida, en un nuevo modo de juzgar, de
comportarse y de comprometerse con los otros y por los otros, a ejemplo del
Señor. De igual manera un predicador animado de una mentalidad social cristiana
autentica no anunciará un mensaje ascético, que deje tranquilos a quienes viven
a costa de los otros, porque no es esto el mensaje evangélico. Lo importante es
que el amor al pobre se convierta en nuestro comportamiento de vida.
Evidentemente, la solidaridad con los pobres, intensa como una comunidad de
intereses, de sentimientos y de acción no implica que todos nosotros desarrollemos
las mismas formas de servicio y de compartir, o nos vayamos a vivir con ellos.
No se exige una uniformidad de opciones, aunque si una orientación común que
anime el compromiso de cada uno. Cualquiera que sea nuestra misión, en un
barrio obrero o en una cátedra universitaria, todos estamos llamados a hacernos
voz y presencia de los pobres y de los oprimidos, de modo que, a través de
nosotros, ellos interpelen la conciencia privada y pública. En una palabra, la
opción preferencial por los pobres no se identifica con una u otra obra
apostólica o de acción social, sino que debe inspirarlas todas.
REVISIÓN DE VIDA
Todo aquello que habíamos dicho hasta aquí
sobre la naturaleza y sobre la práctica de la opción por los pobres lleva
consigo -según el documento de Puebla- otra consecuencia muy práctica: la
necesidad de una seria revisión de vida. No
se puede luchar por los pobres, mientras se lleva una vida que es un insulto a
su miseria. Por eso, si nuestra conversión es auténtica tiene que
manifestarse en nuestro modo de vivir. Los pobres miran sobre todos los gestos
concretos.
Pero la opción preferencial por los pobres no
interpela solamente a los cristianos individualmente, sino también directamente
a la Iglesia como comunidad de bautizados en Cristo. El documento final de Puebla
insiste mucho sobre este aspecto, y pide una respuesta a los interrogantes que
los obispos latinoamericanos se hacen: ¿los
pobres se dirigen a la Iglesia para encontrar apoyo en su lucha contra las
formas de injusticia y de opresiones de las que son víctimas o también
porque no la sienten a su lado? Y, por su parte, ¿que testimonio da la Iglesia
con sus instituciones, con sus estructuras, con la vida de sus hijos? ¿Cómo
demuestra su efectiva conversión en favor y en defensa de "los últimos"?
En realidad, sólo si se presenta con un estilo de vida sencillo y sobrio, sin
la seguridad que el mundo ofrece, la Iglesia puede testimoniar de modo creíble
las riquezas del Reino, superiores a las de la Tierra, anunciar que la
fraternidad entre los hombres es verdaderamente posible, denunciar
proféticamente las insidias de un consumismo desenfrenado. Pero para esto, es
necesario el coraje de hacer una revisión evangélica de la propia vida y de las
propias solidaridades. Puebla no ha dejado de ofrecer algunas orientaciones
concretas.
En primer lugar la opción preferencial por los
pobres exige de todas las Iglesias locales repasen con coraje las propias prioridades para que el servicio dé a
los más necesitados en el alma y en el cuerpo tenga el lugar más importante y
sea real y cualificado. La comunidad eclesial no puede negarse a defender las
causas legítimas de los pobres, con acciones que promueven objetivamente su
liberación integral, haciendo que ellos sean los protagonistas de su elevación.
Al mismo tiempo, es necesario realizar una
especie de opción estratégica para preparar sobre bases nuevas y orgánicas el
compromiso de "formar los
formadores", multiplicando así las fuerzas del cambio al servicio de
la fe y de la "concientización" evangélica de cuantos ejerzan mayor
influjo y responsabilidad en la elaboración de los nuevos modelos sociales, con
particular atención a las regiones y a las zonas geográficas más dinámicas y
más deprimidas.
La Iglesia no tiene competencia para proponer
modelos alternativos de sociedad. Eso es competencia de los políticos. Pero sí
tiene el derecho y el deber de proclamar
el mensaje evangélico de justicia y de amor, y de denunciar, tanto cualquier forma de abuso y de violación de la
dignidad del hombre y de sus derechos inalienables, como cualquier forma de
sistema o de ideología incompatibles con una conciencia integral del hombre.
Igualmente, la Iglesia deberá esforzarse por
conocer y denunciar "los mecanismos
que generan esta pobreza" (n. 1160) uniendo su solidaridad efectiva a
los esfuerzos que todos los hombres de buena voluntad realizan para erradicar
la pobreza y crear simultáneamente una sociedad más fraterna y justa (cfr. n.
1161).
La Iglesia sostiene las aspiraciones de los
obreros y de los agricultores que quieren ser tratados como hombres libres y
responsables, artífices de su propio
destino; por tanto, el derecho fundamental de "crear libremente
organizaciones para defender y promover los propios intereses y para contribuir
responsablemente al bien común" (n. 1163).
Finalmente, frente a la idolatría de la
riqueza y a la esclavitud del consumismo, fuentes de opresión y generadoras de
violencia, la comunidad cristiana debe tener el coraje de proponer el ideal de
la pobreza evangélica. Ahí podrán encontrar luz para los graves problemas
materiales y espirituales de una sociedad donde la seducción del consumismo no
economiza nada, tampoco los pobres (cfr. n. 1156).
Así la opción preferencial por los pobres, por
la fe y por la justicia -vivida con profundidad- tiene en sí la capacidad de
renovar la vida misma de la Iglesia. Le servirá de estímulo para crecer en el
amor, no solo hacia el hombre, sino también hacia el mismo Cristo que tanto amó
a los hombres. Los pobres
interpelándonos con sus necesidades, tienen muchas cosas que enseñarnos. Nos enseñan a tener hambre y sed de
justicia, a desenmascaran los ídolos de la riqueza del poder y del placer, que
llevan a crear discriminaciones, a explotación e indiferencia hacia el
sufrimiento de los otros; a elegir un estilo de vida sobrio y austero, a
entregarnos con entusiasmo a la causa de Cristo libertador.
EL PRECIO DE LA OPCIÓN POR LOS POBRES
Pero la opción preferencial por los pobres
tiene su precio. Un precio que puede ser muy alto. Monseñor Oscar A. Romero, arzobispo de El Salvador, lo
ha pagado con su persona, cayendo asesinado sobre el altar. Resultados de estar
de parte de los pobres, llamando a todos no al odio y a la violencia, sino al
amor y a la fraternidad. Lo han matado, esperando así hacer callar esa voz. Y
no ha sido la única voz que se ha intentado apagar en la sangre.
Es un ejemplo elocuente de lo que puede costar
mantener la fe y la opción en favor de los pobres realizada por las Iglesias
latinoamericanas. Por lo demás, lo había recordado ya el mismo documento final
de Puebla: "la denuncia profética de la Iglesia y su compromiso concreto por
el pobre le han procurado en no pocos casos persecución y vejaciones de
distinto género; los mismo pobres han sido las primeras víctimas de tales
vejaciones" (n. 1138).
La Iglesia esta pronta a pagar cualquier
precio, con tal de llevar a todos los oprimidos la buena noticia de que Cristo
los ha liberado no solo del pecado, sino también de las consecuencias sociales
del pecado. Lo importante es que nuestras acciones y nuestros comportamientos,
los motivos de nuestro servicio a los pobres no vengan envenenados o torcidos
por las ambigüedades ideológicas o de partido, y que la defensa de los derechos
de los pobres y de los oprimidos se cumpla, como quiere el Evangelio, con
espíritu de amor y de justicia, y no de odio y de violencia.
Evidentemente, el precio de la sangre no será
exigido a todos. Pero hay otro precio que pide no menos generosidad y que, caso
por caso, cotidianamente, todos debemos tratar si hacemos nuestra la causas de los pobres. Es el precio de la
constancia y de la perseverancia, que nos llevará a evitar impaciencias,
precipitaciones y desilusiones antes las dificultades, los obstáculos, los
posibles fallos; que nos llevará a soportar fatigas y apuros, evitando la
tentación del camino fácil y de las soluciones inmediatas y aparatosas, que no son
las más eficaces y duraderas, porque no van a la raíz de los problemas y no
pasan a través del corazón del hombre. Es el precio, sobre todo, de nuestra
conversión pastoral y comunitaria, sin la cual -como hemos visto ya- no se da
una auténtica opción evangélica por los pobres y, sobre todo, no se ayuda
eficazmente a los mismos pobres en su esfuerzo de elevación material y
espiritual.
LA CONFIRMACIÓN AUTORIZADA DEL PAPA
Juan Pablo II, durante su viaje a Brasil, ha
querido confirmar con su autoridad
la opción preferencial por los pobres hecha por la Iglesia en América Latina y
lo ha hecho repitiendo de modo inequívoco la lectura auténtica del documento
final de Puebla.
Hablando a la favela dos Alagados, en Salvador de Bahía, teniendo ante los ojos y
en el corazón la dramática situación de pobreza y de marginación social que
aflige a aquel pueblo grande, rico de recursos humanos, el Papa ha reconocido
explícitamente que han hecho bien las Iglesias latinoamericanas al realizar la
opción por los pobres: "dada la realidad de tan vastos sectores castigados
por la miseria y, ante la diferencia existente entre ricos y pobres -que
señalaba al inicio de las jornadas históricas de Puebla- habéis invitado con
justicia a la opción preferencial por los pobres"[7] Ya en Rio de Janeiro había
dicho con fuerza, dirigiéndose directamente a los pobres: "No decid que es voluntad de Dios que vosotros permanezcáis en
una situación de pobreza, de enfermedad, de vivienda malsana, que con
frecuencia son contrarias a la dignidad de la persona humana. No decid: lo
quiere Dios"[8]. Dios
quiere exactamente lo contrario: "Que todo hombre tenga, del mejor modo
posible, su plena estatura humana".
El Papa ha vuelto muchas veces sobre el tema,
sobre todo, en los encuentros con los obispos. Retomando el discurso sobre la
opción por los pobres, ha querido repetir con su autoridad la interpretación
recta.
En primer lugar, Juan Pablo II insiste sobre
el concepto de que se trata de una opción "preferencial", " no
exclusiva, ni excluyente" (cfr. n. 1145, 1165) pero, sobre todo, "que
expresa el amor de predilección de la Iglesia, en el ámbito de su misión
universal evangelizadora y sin que ningún sector quede excluido"[9]. Una
opción, por tanto, que no se entiende en sentido clasista, sino en sentido
evangélico: en efecto, "los pobres son los predilectos de Dios. En el
rostro de los pobres se refleja Cristo, siervo de los pobres" (cfr. n.
1143)[10].
En segundo lugar, el Papa insiste sobre la
naturaleza y sobre el objetivo de esta opción, entendiéndola de modo íntegro,
como ya había hecho el documento de Puebla, sin ceder a peligrosos
reductivismos. El hombre tiene necesidad de pan, de justicia y de libertad,
pero no se pueden separar estas necesidades suyas de aquellas que también ellos
tienen de reconciliación y de amistad con Dios. "La opción por los más
pobres, con la que se habla en la asamblea de los obispos de Puebla se quiere
comprometer la Iglesia en América Latina, es esencialmente esta: que los pobres
sean evangelizados, que la Iglesia despliegue de nuevo todas sus energías para
que Jesucristo sea anunciado a todos, principalmente a los pobres, y que todos
tengamos acceso a esta fuente viva, a la mesa de la Palabra y del Pan, a los
sacramentos, a la comunidad de los bautizados"[11]. En este espíritu, pues, es
necesario comprometerse para realizar el objetivo de una "convivencia
social y ejemplar, superando desequilibrios y desigualdades, en la justicia y
en la concordia, con caridad y con valor, sin separaciones ni rupturas"[12]; el
objetivo de "transformaciones
profundas, que se deben realizar constantemente, progresivamente, con
eficacia y realismo, mediante reformas prácticas"[13].
En tercer lugar, el Papa vuelve a repetir,
haciéndolo suyo, lo que el documento de Puebla había dicho ya sobre el uso de los
medios coherentemente evangélicos en la actuación de la opción preferencial por
los pobres: "no por la vía del odio"[14], afirma categóricamente,
porque el odio no construye nada. Las transformaciones necesarias para alcanzar
una mayor justicia no "deben realizarse
con la violencia, la revolución, el derramamiento de sangre, porque la
violencia prepara una sociedad de la violencia y nosotros los cristianos no
podemos admitirlo"[15]. Por
su parte, tampoco la lucha de clases es el camino para alcanzar el orden social,
porque "corre el riesgo de invertir las situaciones de los contendientes,
creando nuevas situaciones de injusticia. Nada se construye sobre una base de
falta de amor y, menos aún, de odio que pretende la destrucción de los
otros"[16].
Finalmente, el Papa no deja de inculcar el
amor por el ideal evangélico de la pobreza -como ya habla hecho Puebla-, y no
se cansa de repetir que se debe "conquistar el espíritu del pobre: es esto
lo que Cristo pide a todos" (cfr. n. 1148)[17]. "Los que poseen
bienes deben adquirir el espíritu del pobre, deben abrir su propio corazón a
los pobres, puesto que si no lo hacen no cambiaremos las situaciones injustas
[...] Aquellos que no poseen nada, cuantos se encuentran en necesidad, deben
también adquirir el espíritu del pobre, no permitiendo que la pobreza material
les quite su propia dignidad humana, porque esta dignidad es la más importante
de todos los bienes"[18].
LA IGLESIA DE LOS POBRES INVITA A TODOS
Parece que el mejor modo de concluir esta
"relectura" del documento de Puebla sobre la opción preferencial de
los pobres, consista en traer la llamada que, por boca del Papa, la Iglesia de
los pobres hoy dirige a todos. Eso se deduce de aquella favela Vidigal, en la periferia de Rio de Janeiro, que la visita
del Vicario de Cristo ha elevado a símbolo del drama deshumano de la pobreza y
del propósito común de todos los hombres de buena voluntad de hacer todo lo
posible para superarlo en nombre del hombre y del Evangelio. Con este espíritu,
pues, la Iglesia de los pobres se dirige a todos:
"A
los pobres, a aquellos que viven en la miseria, dice que están
especialmente cercanos a Dios y a su Reino. Pero, al mismo tiempo, dice que no
les es permitido -como no es permitido ninguno- reducir arbitrariamente a la
miseria a uno mismo ni a sus familias; es necesario hacer todo lo que es lícito
para asegurar para sí y para los suyos cuanto es necesario en la vida y para el
mantenimiento. En la pobreza es necesario conservar, sobre todo, la dignidad
humana y también aquella magnanimidad, aquella apertura de corazón hacia los
demás, aquella disponibilidad, por la que se distinguen precisamente los
pobres, los pobres de espíritu.
"A
aquellos que viven en la abundancia, o al menos en un relativo bienestar,
por el que tienen lo necesario (si bien, quizá ellos no adelantan gran cosa), la Iglesia, que quiere ser la Iglesia de
los pobres, dice: utilizad los frutos de vuestro trabajo y de una lícita
laboriosidad, pero, en nombre de las palabras de Cristo, en nombre de la
fraternidad humana y de la solidaridad social, no os cerréis en vosotros mismos.
¡Pensad en los que no tienen lo suficiente, que viven en miseria crónica, que
sufren el hambre¡ ¡Y compartid con
ellos lo que tenéis¡ Compartidlo de modo programado y sistemático¡ Que la
abundancia material no os prive de los frutos espirituales del Sermón de la
Montaña, que no os separe de las bienaventuranzas de los pobres de espíritu.”
"Y la Iglesia de los pobres dice las
mismas cosas, con más mayor fuerza, a aquellos que tenéis en sobreabundancia,
que viven en la abundancia, que viven en el lujo. Les dice: ¡Mirad un poco
alrededor¡ ¿No os duele el corazón? ¿No sentís remordimiento de conciencia con
ocasión de vuestras riquezas y abundancias? Si no lo sentís -si sólo queréis
"tener" siempre más, si vuestros ídolos son la ganancia y el placer-
recordad que el valor del hombre no se mide según lo que se "tiene",
sino según lo que se "es". Por eso, quien ha acumulado mucho y cree
que todo se reduce a esto, recuerde lo que les puede valer (en su interior y a
los ojos de Dios) mucho menos que algunos de aquellos pobres y desconocidos;
que tal vez puede ser "mucho menos hombre que ellos"[19].
Traducción: Juan Manuel Díaz Sánchez. Instituto Social
"León XIII". Madrid, 11 julio 1995.
José Mª Guerrero, S.I. La
Civiltà Cattolica, 3128 (18 ott. 1980) 135-164.
6.
OBISPOS EN PUEBLA, VIVOS
ACTUALMENTE, Fernando Altemeyer.
Assunto: Os bispos que fizeram a III CELAM em PUEBLA,
Mexico, Janeiro 1979, e estão vivos.
Caros/as colegas pesquisadores de Puebla, olá.
Aqui a lista completa de todos os 40 bispos vivos que estiveram participando
em Puebla em 1979.
Pesquisa do Professor Doutor Fernando Altemeyer
Junior, Depto. Ciencia da Religião da PUC-SP.
Total: 402 participantes dentre os quais 222
bispos. Estão vivos 40 bispos em 04/11/2018.
1. Dom Alano Maria Pena, OP, bispo
prelado de Marabá, PA, idade: 83,07 anos, atual arcebispo emérito de Niterói,
RJ, Brasil.
2. Dom Alberto Giraldo Jaramillo, PSS,
bispo de Chiquinquirá, Colômbia, idade: 84,07 anos, atual arcebispo emérito de
Medellín.
3. Dom Antonio Afonso de Miranda, SDN,
bispo Administrador apostólico de Campanha, MG, idade: 98,55 anos, atual bispo
emérito de Taubaté, SP-Brasil.
4. Dom Bernardino Piñera Carvallo,
bispo emérito de Temuco, Secretário da Conferência dos bispos do Chile, idade:
103,11 (bispo mais idoso do mundo!), atual arcebispo emérito de La Serena.
5. Dom Bonifácio Piccinini, SDB,
Arcebispo coadjutor de Cuiabá, MT, idade: 89,47 anos, atual arcebispo emérito
de Cuiabá, MT-Brasil.
6. Dom Carlos José Ruiseco Vieira,
bispo de Montería, Colômbia, idade: 83,03 anos, atual arcebispo emérito de
Cartagena.
7. Dom Edgerton Roland Clarke, bispo de
Montego Bay, St. James, Jamaica, Antilhas, idade: 89,72 anos, atual arcebispo
emérito de Kingston, Jamaica.
8. Dom Eduardo Martinez Somalo,
arcebispo titular de Thagora, núncio apostólico na Colômbia, nomeado pelo
Vaticano, idade: 91,59 anos, atual Chanceler emérito da Camara Apostólica do
Vaticano.
9. Dom Emilio Bianchi di Cárcano, bispo
auxiliar de Azul, Argentina, idade: 88,58 anos, atual bispo emérito de Azul.
10. Dom Estanislao Esteban Karlic, bispo
auxiliar de Córdoba, Argentina, idade: 92,74 anos, atual cardeal arcebispo
emérito de Paraná.
11. Dom
Francisco Raúl Villalobos Padilla, bispo de Saltillo, México, idade: 97,75 anos, atual bispo emérito de
Saltillo.
12. Dom Gerardo Humberto Flores Reyes,
bispo de Verapaz, Guatemala, idade: 92,90 anos, atual bispo emérito de Verapaz,
Cobán.
13. Dom Gilberto Pereira Lopes,
arcebispo coadjutor de Campinas, SP, idade: 91,72 anos, atual arcebispo emérito
de Campinas, SP- Brasil.
14. Dom Héctor Luis Lucas Peña Gomez,
bispo de Bispo auxiliar de Santiago de Cuba, Holguin, Oriente, Cuba, idade:
89,04 anos, atual bispo emérito de Holguín.
15. Dom Ignacio Nazareno Trejos Picado,
bispo de San Isidro de El General, Costa Rica, idade: 9,025 anos, atual bispo
emérito de San Isidro de El General.
16. Dom Jayme Henrique Chemello, bispo
de Pelotas, RS, idade: 86,26 anos, atual bispo emérito de Pelotas, RS- Brasil.
17. Dom Jorge Bernal Vargas, LC, bispo
prelado de Chetumal, México, idade: 89,68 anos, atual bispo emérito de Cancún-Chetumal.
18. Dom José de Jesús Pimiento
Rodriguez, arcebispo de Manizales, Colômbia, idade: 99,71 anos, atual cardeal
arcebispo emérito de Manizales.
19. Dom José Dimas Cedeño Delgado, bispo
de Santiago de Veraguas, Panamá, idade: 85,28 anos, atual arcebispo emérito de
Panamá.
20. Dom José Freire Falcão, arcebispo de
Teresina, PI, idade: 93,03 anos, atual cardeal arcebispo emérito de Brasília,
DF - Brasil.
21. Dom José Mario Ruiz Navas, bispo de
Latacunga, Equador, idade: 88,28
anos, atual arcebispo emérito de Portoviejo.
22. Dom Joseph Tomko, Subsecretário da
Sagrada Congregação para os Bispos, Vaticano, indicado pelo Vaticano, idade:
94,64 anos, atual presidente emérito para o Pontifício Conselho para os
Congressos Eucarísticos internacionais.
23. Dom Karl Josef Romer, bispo auxiliar
do Rio de Janeiro, RJ, Brasil, idade: 86,30 anos, atual secretário emérito do
Conselho Pontificio para a Família, Vaticano.
24. Dom Leo Schwarz, Diretor Geral da
Misereor, bispo de Aachen, Alemanha, convidado pelo Vaticano, idade: 87,06
atual bispo auxiliar emérito de Trier.
25. Dom Lorenzo Leon Alvarado, O. de M.,
bispo de Huacho, Peru, idade: 90,42 anos, atual bispo emérito de Huacho.
26. Dom Luís Armando Bambaren
Gastelumendi, SJ, bispo prelado de Chimbote, Peru, comissão de empalme, idade:
90,80 anos, atual bispo emérito de Chimbote.
27. Dom Medardo Luiz Luzardo Romero,
bispo de San Carlos, Venezuela, idade: 83,54 anos, atual arcebispo emérito de
Ciudad Bolivar.
28. Dom Moacyr Grechi, OSM, bispo
prelado de Acre-Purus, AC, idade: 82,78 anos, atual arcebispo emérito de Porto
Velho, RO - Brasil.
29. Dom Orlando Octacilio Dotti, OFM
Cap., bispo de Barra do Rio Grande, BA, idade: 88,35 anos, atual bispo emérito
de Vacaria, RS - Brasil.
30. Dom Ramon Ovidio Perez Morales,
bispo auxiliar de Caracas, Secretaria da Conferência Episcopal da Venezuela,
responsável da seção de não-crentes do CELAM, idade: 86,35 anos, atual
arcebispo a titulo pessoal, bispo emérito de Los Teques.
31. Dom Pedro Aranda Diaz Muñoz, bispo
de Tulancingo, México, idade: 85,34 anos, atual arcebispo emérito de
Tulancingo.
32. Dom Pedro Antonio Marchetti Fedalto,
arcebispo de Curitiba, PR, Brasil, idade: 92,21 anos, atual arcebispo emérito
de Curitiba, PR.
33. Dom Pedro Rubiano Sáenz, bispo de
Cúcuta, Colômbia, idade: 86,14 anos, atual cardeal arcebispo emérito de Bogotá.
34. Dom Príamo Péricles Tejeda Rosário,
bispo auxiliar de Santo Domingo, República Dominicana, nomeado pelo Vaticano,
idade: 84,53 anos, atual bispo emérito de Baní.
35. Dom Raul Eduardo Vela Chiriboga, bispo
de Azogues, Equador, nomeado pelo
Vaticano, idade: 84,84 anos, atual cardeal arcebispo emérito de Quito.
36. Dom Serafim Fernandez de Araújo,
bispo auxiliar de Belo Horizonte, MG, Brasil, idade: 94,22 anos, atual cardeal
arcebispo emérito de Belo Horizonte, MG.
37. Dom Sergio Obeso Rivera, arcebispo
coadjutor de Xalapa, México, idade: 87,00 anos, atual arcebispo emérito de
Jalapa (Xalapa).
38. Dom
Tomás Osvaldo González Morales, SDB, bispo de Punta Arenas, Chile, idade: 83,53 anos, atual bispo emérito
de Punta Arenas.
39. Dom Tulio Manuel Chirivella Varela,
bispo de Margarita, Venezuela, idade: 85,97 anos, atual arcebispo emérito de
Barquisimeto.
40. Dom Joseph Willy Romelus, bispo de
Jérémie, Haiti, idade: 87,79 anos, atual emérito de Jérémie.
[1] JUAN PABLO II, Discurso a
su llegada al aeropuerto de Brasilia
(30 de Junio 1980) en Oss. Rom., 2
julio 1980, pág 2.
[2] Documento final de Puebla. Presentación (n. 2339). Las citas del documento
final están sacadas de Puebla.
"Comunión y participación". P. VANZAN (Ed.), Roma, AVE 1979. Los
números entre paréntesis en el texto se refieren a la numeración en párrafos,
oficial del mismo documento final. Sobre los resultados de la Conferencia de
Puebla, se han publicado en esta revista: B. SORGE, "Puebla 1979: una
señal de Dios para toda la Iglesia", 1979 II 9-30; ID., "La
perspectiva de la vida religiosa en el documento final de Puebla", 1980 I
12-28; G. MARCHESI, "Puebla y la teología de la liberación", 1980 II
117-132.
[3] Especialmente después de
Puebla la bibliografía sobre la opción
preferencial por lo pobres es prácticamente inagotable, con
"relecturas" del documento final, diversas entre sí; véase por
ejemplo: J. SOBRINO "Puebla, serena afirmación de Medellín", Diaconia 9 (1979) 27-57; G. GUTIÉRREZ,
"Pobres y liberación en Puebla", Páginas
1-32 (1979) 1-13; B. KLOPPENBURG "Opción preferencial por los
pobres", CIAS 287 (1979)
323-356; C. SÁNCHEZ AIZCORBE, "Opción preferencial por los pobres", Ibíd, 545 ss. (con una abundante
bibliografía); B. VILLEGAS, "Opción preferencial por los pobres en
Puebla", Testimonio 52 (1979)
3-19; ID., "Ante la opción preferencial de Puebla por los pobres", Mensaje XXVIII 282 (1979) 530-535; H.
VÉLEZ "Puebla: opción por los pobres", Theologia Xaveriana 51 (1979) 173-180, etc.
[4] Sobre este aspecto de la
injusticia de la sociedad latinoamericana, sus causas y el proyecto de la
"civilización del amor", cfr. B. VILLEGAS, "Creación de un mundo
de hermanos desde la perspectiva de Puebla", Mensaje XXIX (1960) 13-26.
[5] El cristianismo escoge al
pobre, precisamente porque es tal, porque está sin fuerza, por un profundo
sentido de compasión, por una vocación de servicio que se realiza tanto más radicalmente cuanto
mayor es la necesidad. Las ideologías, al contrario, buscan en el proletariado
su fuerza y su capacidad de organizarse para la lucha final. No miran tanto a
la debilidad, cuanto a la fuerza de los pobres que, debido a su número y a su
conciencia, están llamados a ser -según la visión ideológica- los patronos y
forjadores de la historia. No extraña, pues, que se dejen a aquellos pobres
incapaces de todo, de los que no se puede esperar una contribución consistente
de fuerza para la lucha" J.L. IDIGORAS, "La liberación de
Puebla", Revista Teológica Limense
VIII 3 (1979) 334-335.
[6] Por ejemplo, en Estados
Unidos la Conferencia de Provinciales de la Compañía de Jesús ha dado su pleno
apoyo al plan Horizontes de justicia,
que ofrece a los jesuitas que ejercen cargos de responsabilidad la oportunidad
de vivir entre los pobres y los marginados en América Latina, durante cinco
semanas en el verano. La semana sexta se emplea para reflexionar sobre la
experiencia realizada (cfr. Promotio
justitiae [1979], n. 7, 13.
[7]
JUAN PABLO II,
Visita a la favela dos Alagados.
Salvador de Bahía (7 julio 1980) en Oss.
Rom. 9 julio 1980, 1.
[8] ID, Homilía en la Misa por las familias, Rio de Janeiro (1
julio 1980) en Oss. Rom. 3 julio
1980, 2.
[11] ID., Discurso a los trabajadores en el estadio de Morumbi (3 julio
1980), en Oss. Rom. 5 julio 1980, 1.
[13] ID., Encuentro con el Cuerpo diplomático en Brasilia (30 junio
1980), en Oss. Rom., 2 julio 1980, 2.
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