A
N E X
O S.
CONTENIDO
1. Víacrucis sencillo
2. Breve Comentario de las 7
últimas Palabras de Jesús
3. Comentario al Descendimiento
del cuerpo de Jesús de la Cruz
Anexo 1 : VÍA
CRUCIS SENCILLO
A partir del Viacrucis de Michel Quoist, en “Oraciones para la calle”. PR.
MENSAJE: La pasión y muerte de Jesús continúan hoy en
nosotros como Pueblo de los Pobres.
-
Frase sugestiva: ‘Ahora me
alegro cuando tengo que sufrir por ustedes, pues así completo en mi carne lo
que falta a los sufrimientos de Cristo para bien de su cuerpo que es la
Iglesia’ (Colosenses 1,24).
-
Invocación
antes de cada estación: ‘Adorámoste, Cristo, y te
bendecimos, / que por tu santa cruz redimiste al
mundo’.
1ª ESTACIÓN: JESÚS FUE CONDENADO A MUERTE INJUSTAMENTE
Mensaje: Nosotros, como Pueblo, también se nos condena injustamente a muerte o a la
“muerte temprana”.
Palabra de Dios: Juan 19,4-6.
Ayer:
-
Pilato no
tuvo el valor de defender la inocencia de Jesús en un proceso arreglado de
antemano. Fue cómplice del asesinato de Jesús.
-
Las
autoridades judías manipularon al Pueblo y distorsionaron la verdad, afín de no
perder su poder y sus privilegios.
Hoy nosotros: Isaías 10,1-2: ‘¡Pobres de aquellos que dictan leyes injustas y ponen por
escrito los decretos de la maldad! Dejan sin protección a los pobres de mi
país, roban a los pequeños de sus derechos y dejan sin nada a las viudas y
despojan al huérfano’. Continúa hoy lo que dijo Isaías y lo que le pasó a
Jesús:
-
El sistema
neoliberal mundial nos está llevando a la muerte lenta y prematura.
-
Las malas
autoridades dictan leyes injustas que benefician a las pocas familias que
representan...
-
Son Pueblos
y Continente enteros que están condenados a muerte injustamente.
Compromiso: Preguntémonos
si, al ejemplo de Jesús, sabemos aceptar que las luchas y dificultades son el
precio a pagar para lograr una vida mejor, personal y colectivamente.
Oraciones comunitarias. Padrenuestro, Dios te salve, Gloria al Padre. Canto.
2ª ESTACIÓN: JESÚS FUE OBLIGADO A CARGAR CON LA CRUZ
Mensaje: Como Pueblo estamos obligados a cargar con la cruz de la injusticia.
Palabra de Dios: Mateo 27,29-31.
Ayer:
-
Los
militares romanos aprovecharon de su papel para arremeter contra Jesús sin
razones.
-
Preso, Jesús
fue humillado, torturado y pisoteado en su dignidad de ser humano.
Hoy nosotros: Habacuc 1,
6-12. ‘¡Ay de aquel que amontona, sin parar, cosas que son de otros! ¡Ay de
aquel que levanta a los suyos con ganancias injustas! ¡Ay de aquel que
construye una ciudad a base de sangre y funda un pueblo con medios injustos!’.
Los escándalos de tantas
autoridades nuestras confirman la palabra del profeta y las humillaciones del
Pueblo de los Pobres: Es Jesús que sufre en las personas de los pobres y
maltratados.
Compromiso:
-
Sepamos
reclamar justicia, organizándonos para proteger y defender nuestros derechos.
-
También
amemos y perdonemos a los que nos maltratan para que se conviertan y Dios les
perdone.
Oraciones comunitarias. Padrenuestro, Dios te salve, Gloria al Padre. Canto.
3ª ESTACIÓN: EN SU CAMINO HACIA EL CALVARIO, JESÚS FUE
CAYENDO UNA PRIMERA VEZ
Mensaje: El pecado de nuestra propia desorganización nos mantiene caídos.
Palabra de Dios: Ezequiel 37,1-2 y 11. ‘La mano de Yahvé se puso sobre
mí. Me depositó en medio de un valle que estaba lleno de huesos humanos. Los
huesos esparcidos por el suelo eran muy numerosos; estaban completamente secos…
Estos huesos secos son toda la Casa de Israel’.
Ayer:
-
El profeta
identificó al Pueblo de Israel con un campo de huesos secos, por la situación
de muerte en la que se encontraba.
-
Jesús cayó
porque asumía en su cuerpo la maldad de las autoridades, la indiferencia de su
Pueblo y el silencio de sus amigos.
Hoy nosotros:
-
¡Cuántos
signos de muerte entre nosotros y en nuestro Pueblo: su inconsciencia, su
desorganización, su individualismo, su silencio, su complicidad!
-
Jesús sufre
y cae en nuestras propias caídas y muertes.
Compromiso: Seamos
conscientes de esta realidad de muerte, para denunciarla y enfrentarla unidos.
Oraciones comunitarias. Padrenuestro, Dios te salve, Gloria al Padre. Canto.
4ª ESTACIÓN: JESÚS Y SU MADRE SE ENCONTRARON EN ESTE
CAMINO A LA CRUZ
Mensaje: Nuestras madres nos acompañan en nuestro camino de sufrimientos.
Palabra de Dios: Rut 1,16. “Rut dijo a Noemí: ‘Adónde tú vayas, iré yo;
donde tú vivirás, viviré yo. Tu Pueblo será mi Pueblo y tu Dios será mi Dios’.”
Ayer:
-
Dos amigas,
Rut la extranjera y Noemí la hebrea, se prometieron fidelidad, compartir y
solidaridad.
-
María supo
acompañar a Jesús hasta el final, hasta la cruz: Es ejemplo y camino de salvación
junto con su Hijo.
Hoy nosotros: Valoricemos el papel de las mujeres entre nosotros.
-
Están
doblemente atropelladas por su situación de mujer y de mujer pobre,
-
Saben
compartir los sufrimientos de sus hijos,
-
No dudan en
comprometerse, compadecerse, consolar y acompañar a quienes sufren,
-
Saben dar
muestras de gran fidelidad, firmeza y lucha tanto con sus hijos como con su
Pueblo.
Compromiso: Nuestro
testimonio personal y comunitario, por una parte, manifieste nuestra
solidaridad con tantas mujeres atropelladas y, por otra, revele el rostro
femenino de Dios con su ternura maternal.
Oraciones comunitarias. Padrenuestro, Dios te salve, Gloria al Padre. Canto.
5ª ESTACIÓN: UN NEGRO DE CIRENE DE ÁFRICA AYUDÓ A
JESÚS A CARGAR CON LA CRUZ
Mensaje: Millones de Negros
fueron sacados a la fuerza de África para cargar con la cruz de los Indígenas
de este continente.
Palabra de Dios: Marcos 15,21-22.
Ayer:
-
Los
militares romanos obligaron a un campesino negro a cargar con la cruz de Jesús.
-
Este Simón
era nativo de Cirene, país llamado hoy Túnez, del norte de África.
-
Simón de
Cierne encontró a Jesús por casualidad y lo ayudó sin haberlo expresamente
querido.
-
Jesús aceptó
la ayuda de Simón, el Negro de Cierne de África, y seguramente transformó la
vida de este extranjero.
Hoy nosotros: Filemón
15-16 y 20. ‘Pablo y Timoteo a Filemón, nuestro querido compañero de trabajo: A
lo mejor, Onésimo te fue quitado por un momento. Ya no será más esclavo, sino
algo mucho mejor, pues ha pasado a ser para mí un hermano muy querido y lo será
mucho más para ti. Vamos, hermano, espero de ti este servicio en el Señor;
reconfórtame en Cristo’.
-
En esta
breve carta a Filemón, San Pablo desterró la esclavitud entre los cristianos,
aplicando la actitud de Jesús con Simón de Cirene: ‘Todos somos hermanos’.
-
¡Cuántas
cosas, a veces, hacemos por obligación! Puede estar Dios esperándonos también
en estas oportunidades.
-
Los Negros
hoy son bastante maltratados y discriminados entre nosotros. Con los Indígenas,
su situación, en muchos casos, se parece a la de la esclavitud. Es una
situación a desterrar, por ser contraria a la voluntad de Dios.
Compromiso: Ayudémonos,
no por obligación sino por solidaridad con Jesús, para el crecimiento del Reino
de Dios, ahí donde reinan todavía discriminación y esclavitud.
Oraciones comunitarias. Padrenuestro, Dios te salve, Gloria al Padre. Canto.
6ª ESTACIÓN: VERÓNICA ENJUGÓ EL ROSTRO DE JESÚS
Mensaje: En los sufrimientos de las mujeres se refleja el rostro sufrido de Jesús.
Palabra de Dios: 1 Corintios 12,13.
Ayer:
-
Una
tradición asegura que, en su camino en la cruz, Jesús quiso que su rostro
quedara grabado en el paño de una mujer compasiva.
-
Jesús vino a
revelarnos que se esconde en todos los rostros sufridos y atropellados.
Hoy nosotros: Juan 8,6-7. ‘Jesús se inclinó y se puso a
escribir en el suelo con el dedo. Como ellos insistían en preguntarle, se
enderezó y les dijo: ´Aquel de ustedes que no tenga pecado, que arroje la
primera piedra´’.
-
Las mujeres
obligadas a prostituirse son doblemente atropelladas: Primero se les impone una
situación de pecado, y luego se les culpa de pecados ajenos. ¡Qué hipocresía la
de los varones!
-
¿Sabemos ver
en ellas el rostro sufrido de Jesús? ¿Sabemos ver el rostro de Jesús en todos
los atropellados de hoy?
Compromiso: Valoremos a todas
las personas despreciadas y, al ejemplo de Verónica, identifiquémonos con ellas
para que desvelemos en ellas el rostro de Jesús, y que recuperen su dignidad
pisoteada.
Oraciones comunitarias. Padrenuestro, Dios te salve, Gloria al Padre. Canto.
7ª ESTACIÓN: JESÚS FUE CAYENDO POR SEGUNDA VEZ
Mensaje: Como Pueblo, muchas leyes y ordenanzas nos tienen ilegalmente aplastadas y
aplastados.
Palabra de Dios: Deuteronomio 30,15-19. ‘Mira que te he ofrecido en este día el bien y la vida por una parte, y
por la otra el mal y la muerte. Escoge pues la vida para que vivas tú y tu
descendencia’.
Ayer:
-
La segunda
caída de Jesús quiere asumir las muchas caídas que nos esperan en la vida.
-
Jesús cayó,
pero luego se volvió a levantar y siguió su camino.
-
Dios nos
ofreció la libertad para conocer tanto el camino del bien como el camino del
mal, pero nos invitó a elegir el camino del bien y de la vida.
Hoy nosotros:
-
Muchas
caídas marcan el camino de nuestra vida: A veces sus causas son personales,
pero también pueden ser ajenas y frutos del pecado social e institucional.
-
Como Pueblo
muchas leyes y las ordenanzas nos hacen caer porque no respetan nuestros
derechos y nuestra dignidad.
Compromiso: Con su
ejemplo, Jesús nos invita a no desanimarnos y a seguir luchando por las causas
que nos parecen legítimas.
Oraciones comunitarias. Padrenuestro, Dios te salve, Gloria al Padre. Canto.
8ª ESTACIÓN: JESÚS ANIMÓ A UNAS MUJERES DE JERUSALÉN
Mensaje: Las mujeres no podemos quedarnos en lamentos y lágrimas; estamos llamadas
a sacar de nuestras rebeldías la fuerza necesaria para romper las cadenas que
nos esclavizan.
Palabra de Dios: Lucas 23,27-28.
Ayer:
-
Unas mujeres
de Jerusalén tuvieron la valentía de acompañar a Jesús en su camino a la cruz y
manifestarle su solidaridad.
-
Se lamentaban
sin saber bien por qué Jesús sufría, y sus lágrimas manifestaban su impotencia.
-
Jesús les
llamó la atención para que miraran su vida, su familia, su ambiente y que no se
paralizaran por la maldad humana.
Hoy nosotros: Apocalipsis 12,4-6 y 10. ‘El dragón se detuvo delante de la
mujer para devorar a su hijo en cuanto naciera; pero su hijo fue arrebatado y
llevado ante Dios. Entonces se desató una batalla… Por fin ha llegado la
salvación, el poder y el reinado de nuestro Dios.’
-
El pecado
está a la obra en nosotros y en medio de nosotros: Es personal, colectivo y
estructural. Tiene su origen y su malicia en Satanás, el príncipe de la maldad.
-
Nuestros
sufrimientos solidarios son como un parto: se trasforman en un dar a luz a
Jesús entre nosotros. Pero este final feliz encuentra mucha resistencia en
nosotros y nuestro alrededor.
-
No estamos
solos en este ‘dar a luz’: Dios nos acompaña y protege el fruto de nuestros
esfuerzos personales y comunitarios.
-
La victoria
final, a pesar de las batallas perdidas, está asegurada: Cristo nos ha abierto
el camino del éxito y de la felicidad.
Compromiso: Aprendamos a
llorar por sentido de solidaridad para sacar fuerzas de nuestro llanto y
lanzarnos personalmente y con los demás a enfrentar y combatir todo mal.
Oraciones comunitarias. Padrenuestro, Dios te salve, Gloria al Padre. Canto.
9ª ESTACIÓN: JESÚS FUE CAYENDO UNA TERCERA VEZ
Mensaje: La deuda externa impide que nos levantemos todo un continente, con vida,
dignidad y solidaridad plenas.
Palabra de Dios: Deuteronomio 15,11. ‘Nunca faltarán pobres en este
país. Por esto te doy yo este mandato: Debes abrir tu mano a tu hermano, a
aquel de los tuyos que es indigente y pobre en tu tierra.’
Ayer:
-
En la
repartición de la Tierra Prometida, cada familia tenía su parcela para poder
comer y convivir armoniosamente. Por varias razones, empezó el despojo y la
acumulación, creando por la explotación pobres e indigentes.
-
Además de
las leyes que buscaban devolver a cada uno la tierra que lo alimentara, Dios
pedía el compartir con los que no tenían: la pobreza es compromiso de igualdad.
-
Jesús se
identificó con todo su Pueblo caído bajo la explotación y la injusticia, pero
consiguiendo un nuevo Año Santo de libertad, fe y fraternidad.
Hoy nosotros:
-
La deuda
externa es la mayor carga que aplasta nuestros países: Ecuador entrega gran
parte de su presupuesto nacional a pagar sólo los intereses cuando éstos suman
más del doble de lo que se debe seguir pagando. Por esa injusticia, todo un
Pueblo se hunde en una pobreza cada vez más mortal.
-
Mucho se ha
hecho contra la deuda externa: la Asamblea del Pueblo de Dios y la Organización
Jubileo 2000 luchan contra ella. Y ¿nosotros?
Compromiso: Fortalezcamos
nuestra esperanza en Dios que está siempre junto a nosotros para que alcancemos
una vida digna, sin esclavitud ni deuda.
Oraciones comunitarias. Padrenuestro, Dios te salve, Gloria al Padre. Canto.
10ª ESTACIÓN: JESÚS FUE DESPOJADO DE TODOS SUS
VESTIDOS
Mensaje: Somos un Pueblo violentamente despojado de nuestros recursos, nuestra
cultura y nuestra identidad.
Palabra de Dios: Juan 19,23-24.
Ayer:
-
Los
militares romanos aprovecharon la situación para apropiarse de lo último que le
quedaba: la ropa puesta; ni su túnica regresó a su madre presente.
-
Jesús,
despojado de todo, se quedó desnudo, indefenso y solo.
-
Agonizando,
probó lo más hondo del sufrimiento humano. Su pasión y muerte lo hacen
solidario del más sufrido, del torturado y de todo aquel que está asesinado
injustamente.
Hoy nosotros: Salmo 22,1-15,19. ‘¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has
abandonado? Yo soy como un arroyo que se escurre. Todos mis huesos se han
descoyuntado… Repartieron mis vestiduras, y mi túnica la tiraron a la suerte.
Pero tú, Señor, no te quedes lejos: Fuerza mía, socórreme.’
-
La desnudez
se ha vuelto una provocación cada vez más degradante. La de Jesús fue signo de
entrega, dignidad y solidaridad.
-
Los
desiertos y la falta de árboles, signo de la desnudez de la tierra, son las
consecuencias mortales de nuestra inconciencia, ambición y voracidad.
Compromiso:
Protejámonos unos a otros, en vez de hacernos daños y de destruir nuestra común
naturaleza. Así nos iremos desarrollando y superando juntos.
Oraciones comunitarias. Padrenuestro, Dios te salve, Gloria al Padre. Canto.
11ª ESTACIÓN: JESÚS FUE CLAVADO EN UNA CRUZ
Mensaje: El Pueblo desorganizado es siempre el más castigado.
Palabra de Dios: Marcos 15,23-24.
Ayer:
-
Los
militares romanos cumplían órdenes, sin preguntarse si se tratara de un
malhechor o no, sin percatarse si la tarea era buena o mala. Se hicieron
cómplices de la muerte de Jesús.
-
Los 2
ladrones se morían inútilmente; uno de ellos, por proclamar la verdad de su
vida, recibió la promesa de participar de la vida eterna con Jesús.
Hoy nosotros: Apocalipsis 7,9 y 14. ‘Con palmas en las manos, esos son
los que vienen de la gran persecución. Han lavado sus vestiduras con la sangre
del Cordero.’
-
Sabemos que
mucha gente muere por guerras, hambre, violencias, enfermedades, protestas...
-
Por
desentendidos e indiferentes, nos hacemos culpables de todas las muertes
inocentes: son nuestra misma sangre que dejamos derramándose injustamente.
-
Jesús no
invita a dar sentido tanto a nuestra vida como a nuestra muerte, y a no morir
sin haber vivido intensa y solidariamente hasta el final. ‘No hay amor más
grande que dar la vida por sus amigos’.
Compromiso: Vivamos con
Dios y por los hermanos y compañeros, de tal manera que nuestra muerte sea
digna y útil por los demás.
Oraciones comunitarias. Padrenuestro, Dios te salve, Gloria al Padre. Canto.
12ª ESTACIÓN: JESÚS EXPIRÓ EN LA CRUZ
Mensaje: Junto a la cruz de Jesús, hagamos memoria de todas nuestras compañeras y
de todos nuestros compañeros que dieron la vida para que vivamos mejor.
Palabra de Dios: Lucas 23,44-45.
Ayer:
-
En sus
últimas palabras, Jesús resumió toda su vida y todo su mensaje, al dirigirse a
distintas personas que lo habían rodeado a lo largo de su vida.
-
Demasiado
tarde, unos se dieron cuenta de su error al dejar ejecutar a Jesús en la cruz;
los apóstoles, menos Juan, se habían corrido cobardemente.
-
Ya en el
mismo momento de la muerte de Jesús, la cruz daba su primer fruto: Se convirtió
el jefe de los militares romanos que lo crucificaron.
Hoy nosotros: Juan 15,13. ‘No hay
amor más grande que dar la vida por sus amigos’. He aquí los
nombres de unas compañeras y unos compañeros nuestros que dieron la vida por el
Pueblo de los Pobres:
-
Sofía, de
Riobamba, misionera seglar entre los Indígenas y los Pobres, agosto 25 de 2002.
-
William, de
Guayaquil, militante cristiano de América Latina, de diciembre 26 de 2001.
-
Pancho
Larrea, de Guayaquil, sacerdote y pastor de los excluidos, junio 14 del 2001.
-
Lucerito, de
San Martín (Guayaquil), artesana de la Iglesia de los Pobres, junio 15 del
2000.
-
Manolo, de
Ambato, compañero de los pobres para el Reino de Dios, agosto 26 del 2000.
-
Proaño, de
Riobamba, profeta de la Iglesia de los Pobres en América Latina, agosto 31 del
’88.
-
William
Galarza, líder popular en nombre de su fe, diciembre 26
-
Furlan, de
la Trinitaria (Guayaquil), artista de la raza negra.
-
Juan, de San
Martín (Guayaquil), profeta del Pueblo de Dios.
-
Aurelio, de
El Bastión (Guayaquil), compañero fiel de las Comunidades Eclesiales de Base.
-
Rosita, de
Domingo Savio (Guayaquil), ministra de la Esperanza…
Compromiso: Mantengamos
vivos los nombres y la memoria de los y las que, tanto en nuestro alrededor
como en nuestro continente, dieron la vida lenta o violentamente por los demás,
por nosotros.
Oraciones comunitarias. Padrenuestro, Dios te salve, Gloria al Padre. Canto.
13ª ESTACIÓN: JESÚS, BAJADO DE LA CRUZ, FUE DEPOSITADO
EN LOS BRAZOS DE SU MADRE
Mensaje: La Pachamama, nuestra Madre Tierra, nos acoge preñada de la ternura de
Dios y de la sangre de nuestros mártires.
Palabra de Dios: Marcos 15,42-45.
Ayer:
-
La muerte de
Jesús suscitó un acto de valentía en la persona de un hombre público, José de
Arimatea, que era miembro del Consejo supremo, aquel que condenó a muerte a
Jesús.
-
María, en un
último gesto de ternura maternal, acogió en su regazo al cuerpo inerte de su
hijo querido.
Hoy nosotros: Lucas 2,34-35. ‘Simeón los bendijo y dijo a María,
su madre: Mira, este niño traerá caída y resurrección, mientras a ti misma, una
espada te atravesará el alma’.
-
La muerte de
Jesús interpela a todos los seres humanos, hombres y mujeres, jóvenes y
adultos, niños y ancianos.
-
Esforcémonos
por seguir a Jesús hasta la muerte, desde nuestras familias, barrios y
comunidades, al servicio del Reino.
Compromiso: Valoremos el
ejemplo de las personas entregadas a los demás, especialmente en los momentos
de su agonía y muerte. Imitemos su firmeza en la fe, su valentía en las
dificultades, afín de testimoniar que ninguna muerte es inútil.
Oraciones comunitarias. Padrenuestro, Dios te salve, Gloria al Padre. Canto.
14ª ESTACIÓN: JESÚS FUE COLOCADO EN UNA TUMBA
Mensaje: Estamos amenazados como Pueblo, hasta ser sepultados, pero nosotros
sabemos que seguiremos de pie para siempre.
Palabra de Dios: Juan 19,9-42.
Ayer:
-
La valentía
de José de Arimatea animó a Nicodemo, del partido de los enemigos de Jesús, a
ofrecer su propio sepulcro para enterrar a Jesús.
-
Jesús fue
enterrado sencilla y dignamente por sus amigos y familiares.
Hoy nosotros: Juan 12,24. ‘Si el grano de trigo no cae en
tierra y no muere, queda solo: pero si muere da muchos frutos.’
-
Al ejemplo
de Nicodemo, sepamos acompañar hasta la tumba, a todo aquel que se compromete
hasta la muerte por una causa justa.
-
Estamos
sepultados por hambres, enfermedades, atropellos, injusticias, pero no
destruidos.
-
Sepamos
acompañar hasta su última morada nuestros familiares, vecinos y amigos.
Compromiso:
-
Todo acto
humano bueno tiene valor de eternidad: el vivir, el amar, el reír, el cantar,
el morir…
-
Ayudémonos a
vivir, amar y morir plenamente, así resucitaremos para siempre, y desde ahora.
Oraciones comunitarias. Padrenuestro, Dios te salve, Gloria al Padre. Canto.
15ª ESTACIÓN: JESÚS ASUMIÓ EL SILENCIO PASAJERO DEL
SEPULCRO
Mensaje: La fuerza de la resurrección está dormida y silenciada en el corazón de
nuestro Pueblo, pero ya la estamos despertando.
Palabra de Dios: Marcos 15,47.
Ayer:
-
‘María
Magdalena y María, la madre de José, estaban ahí observando dónde lo
depositaban’.
-
El silencio
de la tumba aguarda pacientemente el triunfo de la resurrección.
Hoy
nosotros: Isaías 52,13 al 53,12: El Siervo
Sufriente.
-
‘Hombre de
dolores y familiarizado con el sufrimiento, soportó el castigo que nos trajo la
paz; el proyecto de Dios prosperará en sus manos, hará una multitud de justos’.
-
‘El momento
más oscuro de la noche es también el más cercano a la aurora’.
-
Hoy el
Pueblo de los Pobres, semejante al Pequeño Resto fiel del Antiguo Testamento y
a imagen de Jesús, es el Siervo Sufriente que continúa la pasión de Jesús y su
resurrección para la salvación de toda la Humanidad.
Compromiso: Del nuevo
milenio, los Pobres somos la Buena Nueva.
Oraciones comunitarias. Padrenuestro, Dios te salve, Gloria al Padre. Canto.
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Anexo 2 : COMENTARIO
DE LAS 7
PALABRAS
CONTENIDO
1.
Sentido general
2.
Esquema para el comentario
3.
Reflexión sobre cada palabra
A. SENTIDO GENERAL DE LA CELEBRACIÓN
1.
Bienvenida y motivación
Al comenzar la celebración: Canto,
señal de la cruz, saludo y motivación. Y se explica lo siguiente:
- ¿Para qué estamos aquí? ¿Con
qué objetivos hacemos esta celebración?
- ¿Pensamos solo en lo que pasó
ayer con Jesús? ¿Cómo tiene algo que ver con nosotros hoy? ¿Por qué razones?
2. Lectura de la crucifixión de Jesús: Marcos
15,15-32 (el más breve y concreto), después de una oración y un canto.
Aquí, en un breve comentario, se
recuerda:
-
Por una parte: ¿Cómo fue la pasión de
Jesús, el camino a la cruz, la crucifixión? ¿Cuánto tiempo se quedó Jesús
agonizando en la cruz? ¿Quiénes estuvieron al pie de la cruz?
-
Por otra parte: ¿Sigue real entre nosotros
lo que pasó ayer con Jesús? ¿De qué maneras?
Ahora vamos a
seguir paso a paso el sentido de
cada una de las 7 últimas palabras que Jesús pronunció mientras estaba
agonizando en la cruz. Buscaremos también entender el mensaje que nos quieren
comunicar estas palabras sobre nuestra vida, nuestra fe y la luz que reflejan
para nuestra realidad actual.
B. ESQUEMA A SEGUIR PAR EL COMENTARIO DE CADA
PALABRA
1. Canto
apropiado.
2. Lectura de la
Palabra que se va a comentar.
3. Explicación de lo que quiso decir ayer Jesús al pronunciar esta
Palabra: ¿A quién se dirige Jesús? ¿Qué dice? ¿Qué quiere comunicar a la
persona con quien habla?
4. Aplicación a nosotros ahora: ¿Cuándo decimos nosotros
esta misma palabra de Jesús? ¿Lo que dijo Jesús ilumina lo que decimos
nosotros? ¿Qué conclusión sacamos?
5. Breve oración con unas 3 peticiones, una
acción de gracias y un canto final.
C.
REFLEXIÓN SOBRE CADA PALABRA DE JESÚS EN CRUZ
1ª
Palabra: “PERDÓNALES”. Leer Lucas 23,32-38
Ayer: Los verdugos no conocían o no querían conocer los motivos por los cuales
crucificaban a Jesús. Eran simples soldados que cumplían órdenes, sin
pensar que mataban a un inocente, al Hijo de Dios. Son cómplices y
encubridores. Jesús les perdonó. Perdonó también a las personas que colaboraron
en su condena y su muerte.
Hoy: ¡Cuánta gente comete barbaridades sin saber, sin querer conocer las
consecuencias de sus actos, por vanagloria e irresponsabilidad! ¡Cuánta gente
hoy sufre injustamente, muere inocentemente por la indiferencia y la
inconsciencia de muchos! ¡Cuánta gente es culpable de la injusticia reinante
por quemimportismo, ceguera y pasividad! No sabemos escuchar las voces de
fraternidad, los ejemplos de solidaridad; no queremos entender los gritos de
auxilio. Por eso, muchos compañeros y compañeras se hunden en la desesperación
y se mueren de dolor, lenta o violentamente.
Nosotros: Pidamos a Jesús que, como él, sepamos perdonar cuando se
nos ofende, sepamos pedir perdón a quienes hemos ofendido y sepamos ser
artesanos de paz para que otros se reconcilien, particularmente en esta Semana
Santa.
Perdón, Señor, por nuestros pecados de inconsciencia y complicidad…
Gracias, Señor, por tu gran amor. Canto.
2ª
Palabra: “ESTARÁS CONMIGO”, Lucas
23,39-43
Ayer: Jesús no estaba sólo muriéndose en la cruz: Con él estaban agonizando
también dos ladrones. Uno de ellos se rebelaba contra el castigo: Jesús no hizo
comentario. Al otro que pedía perdón y auxilio, Jesús le prometió
un lugar con él en el paraíso para siempre.
Hoy: Se castiga a los ladrones, delincuentes, prostitutas,… muchas veces sin
piedad. Pues, es más fácil condenar y castigar, aun legalmente. Pero no
terminan allí los problemas de robo, delincuencia y violencia; hay que ir más a
fondo y destruir las causas - falta de trabajo, salarios de miseria, deuda
externa, acaparamiento - que producen estas situaciones. No siempre se quiere
ver estas causas, porque ocultan privilegios, corrupción y maldad.
Nosotros: Pidamos a Jesús que sepamos ayudarnos a descubrir las
causas de los problemas que vivimos afín de poder sanarlos desde la raíz. Que
sepamos comunicar palabras de esperanza y no aumentar el desánimo, el
fatalismo, la pasividad.
Perdón, Señor, por nuestras cobardías e hipocresías… Gracias, Señor, por tu gran amor. Canto.
3ª Palabra: “HE AQUÍ TU HIJO - HE AQUÍ TU MADRE”, Juan 19,23-27
Ayer: Sólo unas pocas personas estaban con Jesús al pié de la cruz. Entre ellas
había su madre y el discípulo amado, Juan. El último mensaje para ellos es la unión
y la ayuda
mutua, con relaciones nuevas para continuar la misión del Reino.
Hoy: A veces se mueren nuestros sueños y nuestras esperanzas, se pierde el
fruto de nuestros esfuerzos, y, al momento de la prueba, desaparecen también
nuestros amigos. Tenemos la impresión de que todo alrededor nuestro se está
muriendo: ¿Para qué luchar? ¿Para qué vivir? Jesús, al luchar hasta el final
contra la maldad, nos invita a seguir viviendo sus mismas actitudes: la
valentía, la unión, la solidaridad, para construir, con él,
el mundo nuevo que nació de su muerte.
Nosotros: Pidamos a Jesús que sepamos crear fuertes lazos de
amistad con las personas con quienes trabajamos. Que sepamos también ser puentes
para unir a muchos hermanos y hermanas entre sí. Que sepamos confiar en otros y
darles fortaleza para que tomen iniciativas y sean responsables en la misión
que les corresponde.
Perdón, Señor, por traicionar nuestros ideales y a nuestros amigos… Gracias, Señor, por tu gran amor. Canto.
4ª
Palabra: “TENGO SED”, Juan 19,28-29
Ayer: Por las heridas de los clavos en sus pies y manos, Jesús se sangró poco a
poco y su vida se le fue terminando gota por gota. Se ahogaba por falta de
aire; tenía sed y se sentía sólo. Necesitaba de una mano amiga que lo
aliviara un poco, aunque sea con un poco de agua.
Hoy: Dar un poco de agua a un agonizante parece un gesto insignificante: En
realidad puede ser un lindo gesto de amor, de compasión, de solidaridad.
¿Sabemos acompañar a nuestros hermanos y hermanas en los últimos
momentos de su vida? Cuando todo les hace falta y que no podemos hacer nada
frente al aliento que se le va, basta estar su lado, apretarles la mano, darles
un poco de agua: Eso les facilitará el paso hasta la otra vereda de la vida.
Nosotros: Que Jesús nos ayude a solidarizarnos con los y las que no
tienen agua, tanto en la ciudad como en el campo. Que ayudemos también a colmar
la sed de amor, verdad, justicia, esperanza y fe de tantos hermanos nuestros.
Que sepamos dar esperanza a los que están agonizando, para que la muerte colme
su sed de Dios.
Perdón, Señor, por nuestro miedo a la muerte... Gracias, Señor, por tu gran amor. Canto.
5ª
Palabra: “ABANDONADO”, Marcos 15,33-39
Ayer: Jesús gritó su dolor y su soledad con el comienzo de un salmo de
desesperanza y consolación (Salmo 22). Tocó lo último del dolor humano y de la
desesperación, y lanzó el grito de todos los que no
quisieron creer en el fin definitivo ni de su causa, ni de sus ideales, ni el
fin de Dios quien, en ese momento, se quedaba mudo e ineficaz.
Hoy: La duda puede también apoderarse de nosotros. ¿Habrán servido para algo tantas
palabras de aliento, tantos gestos de fraternidad, tantos esfuerzos de
solidaridad y organización? Pueden asomar, de vez en cuando, las palabras del
sabio: ‘Todo es vanidad’, porque sólo podemos expresar y vivir lo finito y lo
imperfecto, y se nos escapa lo infinito y lo eterno. Pero sí, este infinito y
este eterno están presentes en nuestro cuerpo de barro y escondites en
nuestros gritos de temor.
Nosotros: Que Jesús nos ayude a acompañar a quienes se sienten
abandonados, desesperados, y que seamos personas que unan gentes unas con otras
para sentirse útiles, fuertes y eficaces para cumplir con su misión.
Perdón, Señor, por nuestras faltas de esperanza… Gracias, Señor, por tu gran amor. Canto.
6ª Palabra: “HE CUMPLIDO”, Juan 19,29-30
Ayer: Jesús echó una última mirada sobre su vida y terminó diciendo: ‘He
cumplido’. A lo largo de ella no sabía cómo iba a terminar su misión, pero día
a día la fue llevando adelante hasta el término y pensó finalmente: ‘misión
cumplida’.
Hoy: La muerte es el último combate, la última oportunidad para rescatarse y
darse. No es la oscuridad total, sino más bien la gran claridad de lo que es
posible hacer, elegir y alcanzar. Entonces miraremos caminos torcidos, caídas y
pecados, pero quedará el último retoque, no del cumplimiento
perfecto como Jesús, sino del ‘yo contigo Padre, todo lo puedo’. ¡Qué bonito
escuchar: ‘Ha vivido bien su vida’! Ojalá, pueda ser el comentario para
nosotros y nosotras, después de habernos entregados a la paz de la muerte.
Nosotros: Que Jesús nos ayude a ver claramente la vocación a la que
nos llaman tanto él como nuestros hermanos y hermanas. Luego que nos dé valor
para cumplir la misión que nos compete. Así podremos sentir felicidad cuando
alcanzamos servir a los que más necesitan de nosotros, y morirnos en paz.
Perdón, Señor, por ser orgullosos… Gracias,
Señor, por tu gran amor. Canto.
7ª
Palabra: “ENTRE TUS MANOS”, Lucas 23,44-46
Ayer: Jesús tocó fondo hasta lo último. Ya todo se estaba acabando. No podía
más; ahora le tocaba al Padre y lo que quería él. ‘Entre tus manos pongo
mi espíritu’ fue la palabra última, de abandono y de confianza. La muerte
marcaba el último instante de la vida de Jesús; pero Dios es más grande que la
muerte. Jesús la asumió como destrucción de todo lo que conlleva, menos de lo
que puede significar: el paso definitivo hacia Dios.
Hoy: La experiencia de Jesús frente a la muerte nos invita a enfrentar y
preparar este momento conscientemente. Se dice que ‘uno
muere tal como ha vivido’. La mejor manera de prepararnos a la muerte es vivir
cada instante consciente de la misión que nos compete, a imitación de Jesús,
consciente de las fallas que siempre habrá, y consciente de que Dios tiene la
última palabra si confiamos en Él.
Nosotros: Que Jesús nos ayude a pensar en nuestra muerte, no como
una condenación o destrucción, sino como un ‘ponerse en las manos de Dios’. Sea
nuestra muerte un depositarlo todo en las manos de Dios, tal como lo hizo
Jesús; además también María estará con nosotros, como se lo repetimos: “ahora y
en la hora de nuestra muerte”.
Perdón, Señor, por no vivir como se debe… Gracias,
Señor, por tu gran amor. Canto.
Anexo 3 :
EL DESCENDIMIENTO DE LA CRUZ
DEL CUERPO DE
JESÚS
CONTENIDO
1.
Sentido general
2.
Esquema de la celebración
3.
Sentido de cada paso
MENSAJE: Hacemos memoria de Jesús muerto en la cruz y de su entierro, para:
1. Unirnos a los sufrimientos y a las esperanzas de
Jesús,
2. Sentir algo de lo que sintieron las personas que
supieron acompañarlo en su muerte, bajarlo de la cruz y enterrarlo,
3. Entender el sentido del paso de Jesús por la muerte, para aplicarlo
a nuestra realidad personal y colectiva,
4. Crecer en fe y solidaridad para un mejor seguimiento de Jesús hasta
sus últimas consecuencias,
5. Aguardar, en el silencio de la tumba, la esperanza de la
resurrección segura, desde ahora.
A. ESQUEMA DE LA CELEBRACIÓN
1. Canto: Dolorosa.
Saludo y motivación. Oración.
2. Palabra de Dios: Lucas 23,44-56. Al momento en que se comunica el momento de la muerte de Jesús, se hace
una pausa en la lectura, pidiendo a la asamblea ponerse de rodillas y hacer un
minuto de silencio.
3. No hace falta comentar esta lectura, sino que comienza la misma dramatización. Esta cuenta con 8
pasos:
1. La subida a la
cruz. 2. El desprendimiento del letrero. 3. El
desprendimiento de la corona de espinas.
4. La sacada de los clavos de
las manos. 5. La sacada de los clavos de los pies. 6. La
colocación del cuerpo en el regazo de María.
7. La limpieza del
cuerpo. 8. El entierro del cuerpo de Jesús.
4. Conclusión de la celebración:
Oraciones comunitarias. Padrenuestro y gesto de paz.
5. Después de los avisos:
Dios te salve, Bendición y Canto final.
B.
COMENTARIO DE CADA UNO DE ESTOS 8 PASOS
Mientras se da la dramatización,
una o si es posible 2 personas explican
el sentido de lo que se hace en cada uno de los 8 pasos. Se canta entre
cada paso.
1º PASO: Los santos varones y las santas mujeres, con el apoyo de Nicodemo
y José de Arimatea,
colocan escaleras y suben a lo alto de la cruz
1. Explicación del acto
La muerte
de Jesús ocurrió un viernes por la media tarde. La costumbre de los judíos era
que, el día sábado, no se dejaba en la cruz los cuerpos de los crucificados. El
suplicio de la cruz era algo común de parte de los romanos, en particular para
los que se rebelaban contra ellos.
Nicodemo y José de Arimatea eran
personajes importantes en Jerusalén. Su actitud de ir a pedir permiso a
Pilatos, el gobernador romano, de enterrar a Jesús, demuestra, por una parte,
el respeto y la amistad que tenían con Jesús, por otra, la valentía de
comprometerse con un ajusticiado a muerte.
- Aplicación a nosotros
Hermanos y hermanas:
Los santos varones y las santas mujeres nos representan a nosotros para que
imitemos su actuar con los ‘Cristos de hoy: sufrientes, torturados y muertos’. La
pasión y muerte de Jesús continúan entre nosotros en los y las que sufren, son
torturados y mueren injustamente o por amor. Continúan también en los que
acompañan a estos hermanos y hermanas, se solidarizan con ellos y ellas. ¿Somos
nosotros de aquellos y aquellas?
La valentía existe en todos
los estratos sociales. Seguramente es una particularidad de los pobres
conscientes, organizados y creyentes. Pero, otros que a pesar de no ser pobres,
también han hecho esta opción, solidarizándose con los empobrecidos de hoy y
haciendo suya la causa de ellos, al ejemplo de Nicodemo y José de Arimatea. Unámonos
todas y todas, desde esta opción por los Pobres, en el gran Pueblo de Dios del
que todos y todas estamos llamados a formar parte.
2º PASO: Los santos varones desprenden el letrero que
mandó a poner Pilato
1. Explicación del acto
Ante Pilato, Jesús había
reconocido que era ‘rey y que para esto había nacido’. Pilato mandó a poner un
letrero que decía en 3 idiomas, hebreo, latín y griego: Jesús Nazareno Rey de los
Judíos. Nuestros crucifijos conservan este recuerdo con sus 4 letras iniciales
‘I.N.R.I’ (Jesús Nazareno Rey de los Judíos). Con
este letrero, Pilatos encontraba una manera de burlarse de Jesús y de
ridiculizar a los jefes de los judíos que lo habían presionado para que
condenara a Jesús a muerte. Ante la protesta de ellos, Pilato mantuvo la orden:
‘Lo escrito, escrito está’.
Sabemos que Jesús, a lo largo
de su vida de profeta del Reino, nunca aceptó ser reconocido y, peor, nombrado
rey. Era un título demasiado ambiguo: la experiencia de los reyes del Antiguo
Testamento había sido demasiado negativa. Prefirió darse el título de pastor y
de buen pastor que camina a la cabeza de sus ovejas, las llama a cada una por
su nombre, las lleva a buenos pastos, las defiende del lobo hasta dar la vida
por ellas. Sólo en 2 ocasiones aceptó Jesús ser reconocido y aclamado como rey:
primero, cuando estaba montado en un burro el día de su entrada triunfal en
Jerusalén, y, luego, con Pilatos cuando éste lo condenaba a morir en una cruz.
El reinado de Jesús es un reinado de solidaridad desde los pobres, de verdad
cueste lo que cueste, de valentía hasta el final, de perdón a los enemigos, de
extrema confianza al Padre.
2. Aplicación a nosotros
Hermanos y hermanas:
Conservemos este letrero real
no solamente en los crucifijos colgados en las paredes de nuestras casas, sino
sobre todo clavado en nuestros corazones. A lo contrario de Jesús que sólo en
la cruz quiso ser reconocido como rey, a nosotros, muchas veces, buscamos cómo aparecer
y aparentar, nos gustan los títulos, hacemos grandes esfuerzos para tener
poder, dinero y prestigio. ¡Qué lejos estamos del testimonio de Jesús!
Insensibles al dolor humano, corriendo tras un liderazgo materialista, nos
enorgullecemos cuando nos aclaman. Que el testimonio de Jesús, humilde entre
los humildes, servidor hasta el don de la vida, fuerte en medio de las peores
dificultades, lleno de confianza en Dios cuando todo parecía fracasar, sea para
nosotros el camino a seguir para encontrar la salvación. Grabemos en nuestra
mente este letrero tan significativo.
3º PASO: Los santos varones, con mucho cariño, quitan
la corona de espinas
1. Explicación del acto
La corona de espinas era el
símbolo de la tortura humillante y dolorosa: fue aplicada sin razón ni
justificación. Los soldados quisieron burlarse del condenado a muerte que se
decía rey; quisieron hacer sufrir a Jesús, clavándole a golpes una corona de
espinas en la cabeza, signo de desprecio a la persona y de irrespeto a su
dignidad. Seguramente, se reían de ver correr la sangre en su rostro
desfigurado y de hacerlo sufrir de una manera grotesca. ‘No hagas amarga la
vida de tu hermano’, dice sin embargo la Biblia.
2. Aplicación a nosotros
Hermanos y hermanas:
Pidamos perdón por haber hecho
sufrir a tantos familiares, vecinos, desconocidos y, a veces, nuestros propios
amigos y amigas. A veces nuestro corazón de carne se vuelve de piedra, porque
no sabemos amar, perdonar, devolver el bien por mal. Ponemos la corona de
espinas a cuantos hermanos y hermanas nuestros, unas veces a golpes, otras
veces, muy disimuladamente pero con malicia hiriente.
Además sabemos de torturas en
las cárceles, los retenes policiales, los recintos militares, y a la luz del
día con los paramilitares. Ni en los culpables se justifica los malos tratos.
Es el juez que pone las penas y nadie más. La ley exige el respeto y condena
todo atentado a la dignidad humana. Unámonos para denunciar estas prácticas
degradantes: el silencio es la peor complicidad con las torturas. Conozcamos
nuestros derechos y ayudémonos para hacerlos respetar. Quitemos la corona de
espinas que siguen poniendo muchas instituciones estatales a tantos inocentes:
lo pobres son sus primeras víctimas.
4º PASO: Los santos varones quitan los clavos de las
manos de Jesús
1. Explicación del acto
La crucifixión era uno de los
peores suplicios por el dolor intenso que producía particularmente en las manos
que debían soportar el peso de todo el cuerpo, por la sangre que se perdía
lentamente, por la asfixia producida por el agotamiento de los músculos, por la
vida que se iba poco a poco. Jesús agonizó durante 3 horas en medio de
tormentos terribles.
Sus manos atravesadas por los
clavos habían sido manos trabajadoras durante unos 20 años, luego habían
bendecido a muchísimas gentes, habían curado a enfermos, habían acariciado a
niños, habían multiplicado panes y peces, habían sostenido a Pedro para que no
se hundiera en el lago. En su pasión y su muerte, habían sido manos amarradas
con soga para poder golpear más duro, manos ensangrentadas por el peso de la
cruz y las caídas a lo largo del camino a la cruz, manos atravesadas por
gruesos clavos, manos bañadas de sangre en el madero de la cruz.
2. Aplicación a nosotros
Hermanos y
hermanas:
Nuestras manos son el lenguaje
de nuestro corazón. Si nuestro corazón es bueno, nuestras manos serán amables.
Pero, cuando nuestro corazón está malo, nuestras manos destruyen, golpean y
aniquilan. Sirven para dar cariño y para hacer daño. El famoso pintor
ecuatoriano, Osvaldo Guayasamín, supo traducir, en las sugestivas manos de sus
hermosas telas, el lenguaje del amor, del dolor y de la esperanza.
Que nuestras manos sirvan para
dar amor y amistad, para animar y levantar, para aliviar y curar, para bendecir
y alegrar, y también para gritar nuestro dolor, comunicar nuestra
disconformidad, clamar nuestra alegría, nuestra fe y nuestra esperanza, a
imagen de Jesús.
5º PASO: Los santos varones quitan los calvos de los
pies de Jesús
1. Explicación del acto
Los pies clavados impedían
todo movimiento y alargaban el dolor de la crucifixión. Condenado a morir
lentamente, Jesús tuvo que aguantar 3 horas de agonía. Era el servidor
sufriente descrito por el profeta Isaías: ‘Eran nuestras dolencias las que él
llevaba, eran nuestros dolores los que le pesaban, y nosotros lo creíamos
azotado por Dios, castigado y humillado. Fue maltratado y se humilló sin decir
nada. Fue llevado cual cordero al matadero, como una oveja que permanece muda
cuando la esquilan. Fue tratado como culpable a causa de nuestras rebeldías y
aplastado por nuestros pecados. Él soportó el castigo que nos trae la paz, y,
por sus llagas, hemos sido salvado’ (52,13).
Miremos estos pies de Jesús
para recordar las carreras de sus juegos de niños, sus peregrinajes a Jerusalén
desde los 12 años, sus caminatas en busca de su trabajo de carpintero, sus
innumerables viajes por todo su país afín de comunicar la Buena Nueva del
Reino. Recordemos también estos pies de Jesús cansados en el pozo de Jacob,
estos pies caminando sobre las aguas, estos pies escaldando el monte de las
bienaventuranzas, estos pies rociados de perfume por una mujer de mala fama,
estos pies golpeados por el camino a la cruz, y estos pies destrozados por los
clavos, que abrazara María Magdalena en la mañana de la resurrección.
2. Aplicación a nosotros
Hermanos y hermanas:
Los pies de Jesús nos dicen,
como ayer a sus discípulos: “Ven, sígueme.
- Sígueme para ir hacia los
demás, especialmente hacia los que más te necesitan.
- Sígueme para encontrar al que
se siente aislado y abandonado.
- Sígueme para enfrentar vientos
y mareas, y todas las dificultades de la vida.
- Sígueme en las caminatas, los
peregrinajes y las romerías de mi Pueblo de los Pobres.
- Sígueme en el camino hacia el
Padre por los caminos de la fraternidad y de la solidaridad.
- Sígueme en el camino hacia la
Iglesia viva, la comunidad y un futuro mejor”.
Apartémonos de las malas
andanzas que nos destruyen, destruyen a los demás, destruyen la naturaleza y
destruyen nuestro acercamiento a Dios. Sigamos los pasos de Jesús, hasta cuando
nos llame el Padre para descansar con él y gozar de su presencia sin fin.
6º PASO: Los santos varones depositan el cuerpo de
Jesús en el regazo de su madre
1. Explicación del acto
A través de los siglos, muchos
artistas han materializado muy expresivamente el cuerpo sin vida de Jesús en
los brazos de su madre: pasó de los brazos de la cruz en los brazos de María,
para terminar en los brazos de la madre Tierra. María, uno 30 años antes, con
tanto amor había tejido ese cuerpo en su seno materno durante 9 meses, lo había
amamantado, protegido y acurrucado años en sus propios brazos. Y ahora lo
volvía a abrazar inerte y destrozado.
Muerto estaba en los brazos de
María, el cuerpo de Jesús. Antes era cuerpo lleno de vida, lleno de ternura
para sus amigos y amigas de camino, lleno de sabiduría para comunicar el amor
del Padre, lleno de inteligencia para desafiar a los malos maestros de la ley y
fariseos hipócritas. Era cuerpo madurado por el trabajo manual, el tiempo
pasado en largas caminatas. Era cuerpo entregado para confirmar el camino de
nuestra salvación. Y ahora era cuerpo sin vida, cuerpo martirizado, y tan sólo
tenía unos 33 años.
2. Aplicación a nosotros
Hermanos y hermanas:
El cuerpo de Jesús en los
brazos de María es el testimonio de un amor sin fronteras. Dice la carta a los
Hebreos: “No quisiste, oh Dios, sacrificios ni ofrendas, sino que me formaste
un cuerpo. Entonces dije: ´Mira, aquí vengo para hacer tu voluntad´”. Nuestro
cuerpo es el templo de la vida, el sagrario del amor, el escondite de Dios.
Pidamos perdón por los vicios que destrozan nuestro cuerpo, por las actitudes
que lo idolatran, por la falta de descanso, la gula, el descuido culpable que
lo maltratan indignamente. Pidamos perdón por los cuerpos golpeados,
accidentados, torcidos por los sufrimientos, deformados por la maldad ajena.
Miremos el cuerpo de Jesús, símbolo del amor, de la entrega y de la confianza,
para combatir el uso vergonzoso que se hace del cuerpo humano, y, sobre todo,
para respetar nuestro cuerpo, respetar el cuerpo de nuestro prójimo y
particularmente el de la mujer. Te damos gracias, Jesús, por el don de tu
cuerpo para la vida y dignidad de nuestros cuerpos.
7º PASO: Las santas mujeres limpian el cuerpo de Jesús
y lo embalsaman con perfumes
1. Explicación del acto
¿Qué aspecto había de tener el
cuerpo de Jesús? ‘Hasta repugnante’, dijo el profeta Isaías, ‘una sola llaga’.
Pero, para aquel que ama, no hay repugnancia que lo detenga. El cuerpo de Jesús
había sufrido la flagelación, la coronación, el peso de la cruz, las caídas en
el camino al Gólgota, los clavos en los pies y las manos, el golpe de lanza en
el corazón: un cuerpo totalmente destrozado y ensangrentado, de la cabeza a los
pies. Después de haber abrazado tantas veces el cuerpo de su hijo, María, su
madre, lo abraza por última vez. Y entre varias mujeres que la acompañan, ellas
van limpiando palmo a palmo este cuerpo martirizado. Además, lo ungen con
perfume, ya que este cuerpo no huele tanto a muerte sino más bien a vida, a
valentía y a amor. Con estos perfumes, Jesús recibió el cariño esperanzador de
manos amigas: después de haber bendecido y curado tanto, le tocaba a él ser
curado y bendecido en su cuerpo amado.
2. Aplicación a nosotros
Hermanos y hermanas:
Nuestro cuerpo es nuestro
mejor compañero de vida. No se trata de idolatrarlo, pero sí de tenerle respeto
y devoción. Respetemos nuestro cuerpo y el de los demás, especialmente el de la
compañera y del compañero, de la esposa y del esposo, cuando está enfermo,
accidentado, envejecido, agonizando, y sin vida. Hasta en la muerte se merece
un último cariño, porque sabemos que resucitará, glorioso. Cuando alguien se
muere, ayudémonos entre vecinos a preparar su cuerpo para un último adiós y
para su última morada en la ‘Ciudad Blanca’ donde todos estamos llamados a
posar. Y cuando velamos a nuestros difuntos, sepamos tomar el tiempo de
reunirnos entre familiares, amigos y vecinos, para rezar, para cantar, para
leer la Palabra de Dios junto al cuerpo de ellos, para bendecirlo con fe y
devoción.
8º PASO: Los santos varones y las santas mujeres
colocan el cuerpo de Jesús en un sepulcro
1. Explicación del acto
Este es el último paso del
largo calvario de Jesús: su entierro, o sea, el descanso en el vientre de la
Madre Tierra, el acogedor silencio de la noche que abriga el pronto despertar
de la aurora. La noche de la tumba, para Jesús, no es el frío de la ausencia de
vida, el miedo a la oscuridad, el desarrollo de fuerzas adversas, el túnel que
no termina, la puerta de la destrucción. Más bien es todo lo contrario, es algo
muy positivo: es la entrada en un mundo otro, es el descanso del cuerpo, es la
paz de la mente, es la protección del esfuerzo, es el silencio cariñoso para el
corazón, es el reposo que vivifica, es el final del camino y la espera de la
recompensa, es un reencuentro con la creación y la energía original. La noche
de la tumba es en realidad el deleite del abrazo definitivo de Dios.
2. Aplicación a nosotros
Hermanos y hermanas:
Todo entierro es un acto muy
importante, y el hecho de que estamos siempre muy numerosos a acompañar
nuestros difuntos a su última morada, lo demuestra. No los dejamos difuntos
irse solos a su última morada. Si le tenemos miedo a este paso hacia la otra
vereda de la vida mediante la muerte, esto significa que todavía no le hemos
encontrado a la muerte su verdadero sentido. Hay que repetírselo: la muerte es
el deleite del abrazo definitivo de Dios, es la comunión eternamente feliz con
nuestros seres queridos y desconocidos, es el hundirnos en la vida plena. Si
nos acompañamos en los entierros, es para que el compañero o la compañera que
se ha marchado logre este doble encuentro feliz para siempre: tanto con Dios
como con esta parte de la Humanidad que ha pasado a mejor vida.
Con su muerte, Jesús nos
aclaró el camino. Como Hijo de Dios quiso también pasar por allí afín de
decirnos que la muerte es una puerta hacia la eternidad, el paso hacia un
encuentro amoroso definitivo, el beso de la vida total. El entierro es el
acompañamiento de hermanas y hermanos en el camino de nuestro verdadero
destino: la comunión alegre y divina con los santos. Pidamos a María que nos
acompañe como acompañó a su Hijo, tal como se lo decimos en la salutación que
le dio el ángel: ‘Ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra
muerte. Amén’. Demos también gracias a Jesús por haber aceptado vivir lo más
duro de la vida humana, por haber triunfado de la muerte y por habernos abierto
un camino de esperanza y de vida nueva.
C. CONCLUSIÓN DE LA CELEBRACIÓN
1. Breve lectura bíblica: Romanos 16,25-27.
2. Oraciones comunitarias.
3. Padrenuestro y gesto de paz.
4. Avisos. Luego: Dios te salve. Oración. Bendición y canto final.
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