NOVENA A
CRISTO REY : ¡ RUMBO
AL REINO ¡
CEBs de Guayaquil. Revisió. 2020. Pedro Pierre.
MENSAJE GENERAL
-
Jesucristo es nuestro
rey-pastor: Encabeza el Pueblo de los
cristianos para que construyamos juntos el Reino de Dios.
-
Para Jesús, la imagen del pastor es más significativa que la de rey: Acepta el título de rey
sólo durante la pasión y en la cruz.
-
Estamos llamados a formar un Pueblo cuya misión es
la construcción del Reino, desde los
pobres: sólo así podemos manifestar que Cristo es nuestro rey-pastor.
ÍNDICE DE
LA NOVENA.
Introducción
1.
Jesucristo
es nuestro rey-pastor. Juan 10,11-16: ‘Yo soy el Buen Pastor’.
- De los pobres es el Reino de Dios. Lucas
6,20-31: ‘¡Felices los pobres…!’
- El Reino no se detiene. Marcos 4,26-29:
‘La semilla brota de cualquier manera’.
- Los caminos que no son del Reino. Mateo
4,1-10: Las 3 tentaciones de Jesús.
- Los conflictos por el Reino. Marcos
4,35-41: La tempestad calmada.
- Nuestras destrucciones del Reino. Efesios
6,10-20: El imperio de la muerte.
- El precio del Reino es la cruz y la
resurrección. Juan 12,20-26: El grano de trigo.
- El diseño del Reino. Génesis 2,5-25: La
semilla del proyecto del Reino.
- La celebración gozosa del Reino.
Apocalipsis 21,1-8: El cielo nuevo y la tierra nueva.
Anexos:
Jesucristo es el Señor. - Original de la novena. - Somos un Reino de
fraternidad y libertad.
INTRODUCCIÓN : JESUCRISTO
ES EL REY – PASTOR.
Durante su
vida itinerante, Jesús fue el Profeta y el Mesías del Reino de Dios. Al comenzar su ministerio, es lo primero
que dice: ‘El Reino de Dios se ha acercado: Tomen otro camino y crean en la
Buena Nueva’ (Marcos 1,15) La Buena Nueva que Jesús ha venido a anunciar es
precisamente esta llegada del Reino por medio de su presencia, sus palabras,
sus milagros y su muerte y resurrección. Dice a los enviados de Juan Bautista:
‘Vayan a contarle a Juan lo que han visto y oído: los ciego ven, los cojos
andan, los leprosos son purificados, los sordos oyen, los muertos resucitan, se
anuncia la Buena Nueva a los pobres’ (Lucas 7,22).
Pronto, la
gente descubrió en Jesús un líder, un rey según el corazón de Dios. Pero, nunca Jesús aceptó que lo llamaran
‘rey’, en particular después de la multiplicación de los panes: ‘Cuando Jesús
vio que querían tomarlo a la fuerza para proclamarlo rey, huyó de nuevo solo a
la montaña’ (Juan 6,15).
-
Sus
propios discípulos tuvieron muchas dificultades por entender cómo Jesús
concebía este Reino de Dios: ‘Concédenos que nos sentemos uno a tu derecha y el
otro a tu izquierda cuando estés en tu Reino’. Al cual Jesús contestó: ‘Entre
Uds., no ha de ser así. Al contrario, el que quiera ser el más importante, que
se haga el servidor de todos, y el que quiera ser el primero, que se haga el
siervo de todos’ (Marcos 10,37 y 43).
-
Para
evitar una concepción demasiado humana del Reinado de Dios, Jesús utilizó otra
comparación muy sencilla y significativa para un pueblo de campesinos, la del
pastor. Se identificó como pastor: ‘Yo soy el buen pastor’ (Juan 10, 11).
-
Con esta
comparación, Jesús hace referencia a lo anunciado por los profetas: ‘De ti,
Belén, saldrá un jefe, el pastor de mi Pueblo Israel’ (Mateo 2,6 citando a
Miquea 5,1).
-
Cuando
Jesús envió en misión delante de él a sus 12 apóstoles, les recomienda de ‘ir
primero a las ovejas perdidas del Pueblo de Israel’ (Mateo 10,6). Indicaba así
que la primera misión de sus seguidores, era de ser como él ‘pastores’, y
particularmente hacia los más ‘perdidos’.
-
Es la
consolación que Jesús manifestó para el Pueblo de los que nos reclamamos de él:
‘No temas, pequeño rebaño, porque al Padre le agradó darte el Reino’ (Lucas
12,32).
-
Durante
su vida, Jesús actuó como ‘pastor’, multiplicando el pan para los que lo habían
seguido 3 días sin comer: ‘Sintió compasión de ellos, porque eran como ovejas
sin pastor’ (Marcos 6,43).
-
Todos
conocemos la parábola de ‘a oveja perdida’: "Habrá más alegría en el cielo
por un solo pecador que vuelve a Dios que por 99 justos que no tiene necesidad
de convertirse" (Lucas 15,4-6).
-
También,
en la parábola del juicio final, Jesús se presenta como ‘el Hijo del Hombre que
se sentará en su trono como rey glorioso…' Y, como el pastor separa a las
ovejas de los machos cabríos, así también hará él’ (Mateo 25,31-32)
-
Después
de la resurrección, que Jesús confió a Pedro la tarea de ser pastor, en una
triple recomendación: ‘Cuida y apacientas a mis ovejas’ (Juan 21,16-17).
Todo esto, nos
demuestra cómo debemos orientar nuestra devoción al Cristo Rey: Este rey es primero pastor, y nosotros
debemos horma el Pueblo de sus ‘ovejas’. Al ejemplo de Jesús y de los
apóstoles, tenemos la misión de guiarnos según el ejemplo de Jesús porque él es
el pastor conoce a sus ovejas, las guía, apacienta, protege, defiende y da la
vida por ellas. Ayudémonos para hacer de esta novena al Cristo rey ‘un tiempo
de gracia, tomando otro camino y creyendo en la Buena Nueva del Reino de Dios’,
mediante una vida nueva.
ORIENTACIONES PARA
EL ANIMADOR.
Para el desarrollo de cada día de la
novena, se sugiere los pasos siguientes que se repiten en cada uno de los 9
temas. Es bueno, a lo largo de la reunión, repartirse
tareas. El desarrollo de los temas es siempre el siguiente.
-
Saludos,
canto y Letanías a Cristo Rey.
-
Motivación
desde nuestra realidad.
-
Canto.
Palabra de Dios con su comentario dialogado.
-
Oraciones
comunitarias y oración de conclusión.
-
Bendición
y canto final.
Nota: El animador prepara con anticipación unos 3
cantos por temas, que se pueden repetir a lo largo de la novena.
LETANÍAS
ACTUALIZADOS A CRISTO
REY Y PASTOR.
A las 3
primeras invocaciones, contestamos:
‘Ten piedad de nosotros’.
Dios Padre que nos ama sin medida… ten piedad
de nosotros.
Dios Espíritu
Santo que nos ilumina y fortalece… ten…
Cristo,
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo…
A las
siguientes invocaciones, contestamos:
‘Camina con nosotros’.
Cristo rey,
nuestro buen pastor… Camina con nosotros.
Cristo rey,
guía de los que creemos en ti… Camina…
Cristo rey,
defensor de los pobres…
Cristo rey,
protector de los desamparados…
Cristo rey,
profeta del Reino de Dios…
Cristo rey,
victorioso para siempre…
Cristo rey,
camino, verdad y vida de tu Pueblo…
Cristo rey,
triunfador del mal…
Cristo rey, servidor
hasta el don de la vida…
Cristo rey,
solidario de los más necesitados…
Cristo rey,
vencedor de la muerte…
Cristo rey,
siempre vivo con nosotros…
Cristo rey,
único Señor del mundo y del cosmos…
Cristo rey,
más fuerte que el mal…
Cristo rey, hacedor
de una pascua permanente…
Cristo rey, restaurador
del proyecto de Dios…
Cristo rey,
modelo de la tierra nueva…
Cristo rey,
modelo de los cielos nuevos…
Tres veces:
Cristo rey, camina con nosotros.
Tema 1 : JESUCRISTO ES
NUESTRO REY-PASTOR.
Saludos
Agradecer la acogida de los dueños de casa y felicitar a los presentes. Canto y
Letanías a Cristo Rey.
Motivación desde
nuestra realidad. Importancia
de esta devoción al Cristo Rey:
-
Esta
novena será la oportunidad, por una parte, para profundizar nuestra fe en Jesús
y, por otra, relacionarnos más fraternalmente entre todos nosotros.
-
Comenzaremos
diciendo lo importante que es para nosotros esta novena. Luego veremos que, al
título de ‘rey’, Jesús prefirió el de ‘pastor’. Por fin, profundizaremos las
invitaciones que nos hace Jesús para toda nuestra vida.
Conversemos.
- ¿Por qué motivos somos devotos de Cristo
rey?
Palabra de Dios con su comentario dialogado. Canto. Juan 6,
15 y 10,11-16: ‘Yo soy el Buen Pastor’.
- Según Jesús, ¿cuáles son las tareas del
buen pastor?
- Según nuestro parecer, ¿por qué será que
Jesús prefirió el título de ‘pastor’ al de ‘rey’?
- ¿Qué conclusiones sacamos para nosotros?
Oraciones
comunitarias.
Oración de conclusión: Dios nuestro Padre, nos llama a través de nuestra
devoción al Cristo rey, tu hijo y nuestro modelo. Haz que descubramos en él al
buen Pastor que nos quiere unirnos más a ti y a los demás. Esto te lo pedimos
por tu Espíritu que vive con nosotros por los siglos de los siglos. Amén.
Bendición y
canto final. Lugar de la
próxima reunión y tareas de los participantes.
Comentario 1 :
CRISTO REY ES
NUESTRO PASTOR.
1. Ser muy
fraternal y respetuoso.
Toda devoción
es importante. Es un camino de Dios hacia nosotros; es también un camino de
nosotros hacia Dios y los demás. Por eso, hay que primero felicitar a la gente, en nuestro caso, por su devoción a Cristo
rey. Ha mantenido presente la relación con Dios y con lo demás: estas reuniones
son el signo de todo esto y es muy valioso.
En un segundo
tiempo, descubrimos que, muchas veces, las devociones han podido encerrarnos en
el individualismo y el espiritualismo. El método de esta novena va a ser de
sumo respeto a lo que piensa, cree y hace la gente. Esto será el punto de
partido para profundizar la fe escondida
en esta devoción y fortalecer los lazos
de amistad entre vecinos. Busquemos en el diálogo inicial que cada uno
exprese lo que siente, para que se siente valorado y tomado en cuenta.
2. Jesús
prefirió el título de ‘pastor’ al de ‘rey’.
En el Pueblo
de Jesús, la experiencia de los reyes, fuera de algunas pocas excepciones,
había sido bastante negativa: corrupción, aventuras guerreras, idolatría, persecución
a los profetas, explotación y marginación de los pobres…
Por sus
palabras y sus milagros, Jesús fue visto como el líder del Pueblo de los
Pobres, el Mesías esperado, el rey que se necesitaba para volver a la fidelidad
de la alianza. Jesús respetó el sueño de su Pueblo: un reinado temporal, pero
buscó la manera de darle a este Reino una dimensión universal. Por esta razón,
retomó la tradición de los profetas y de los sabios que anunciaban a un Mesías
Pastor. De ahí, su proclamación: ‘Yo soy el buen Pastor’, con todas las tareas
correspondientes a este oficio: conocer bien a las ovejas, defenderlas de los
lobos, ponerse al frente de ellas, cuidar de cada una, buscar la extraviada
hasta encontrarla, unificarla en un solo rebaño, llevarla a buenos pastos, dar
la vida por ellas…
3. A nosotros
nos toca conformarnos como el Reinado de Dios, bajo el pastoreo de Jesús.
Cristo rey es
aquel que nos reúne en torno a él,
para construir el reinado de Dios. Nuestra tarea es triple: primero partir de
Cristo, luego unirnos con los demás y, en fin, trabajar juntos por el Reino. Por
eso tenemos que:
-
Conocer
a Cristo rey como
‘pastor’ nuestro, purificando nuestra fe y nuestra vida.
-
Unificarnos
como Pueblo de Dios,
comenzando entre vecinos, siendo fraternales y organizados.
-
Construir
el Reino de Dios, siendo
pastores los unos con los otros, en particular en la familia.
Eso es el
propósito de esta novena.
Tema 2 :
DE LOS POBRES
ES EL REINO
DE DIOS.
Saludos. Canto y Letanías a Cristo rey.
Motivación desde
nuestra realidad:
-
Tomar
conciencia que somos del Pueblo de los Pobres: Dios no nos quiere miserables,
sino dignos en la poquedad en que vivimos.
-
Es pobre
delante de Dios aquel que comparte con todos, no
explota a nadie y confía siempre en Dios. El verdadero
pobre no es egoísta, ni individualista, ni explotador, ni despreocupado de
Dios.
-
Cristo
rey nos invita a unirnos en torno a él para construir la fraternidad, la
igualdad y la fe liberadora, cualidades que son las bases del Reino de Dios.
Conversemos:
- ¿Cuáles son las personas que nos parecen
más desfavorecidas entre nosotros? Digamos por qué opinamos así.
Palabra de Dios
con su comentar dialogado.
Canto. Lucas 6,20-26: ‘¡Felices los pobres!’
- Según Jesús, ¿cuáles son los pobres que
llama ‘felices’?
- ¿Cuándo hacemos presente el Reino entre
nosotras y nosotros?
- ¿Qué más tenemos que hacer para que Reine
Jesús entre nosotras y nosotros?
Oraciones comunitarias.
Oración de conclusión: Señor Jesús, viviste la pobreza para compartir
nuestra realidad: en esto eres nuestro rey. Ayúdanos a compartir con todos para
manifestar la presencia del Reino de Dios que es igualdad, fraternidad y fe
viva. Esto te lo pedimos por el Espíritu Santo que vive con nosotros por los
siglos de los siglos. Amén.
Bendición y canto
final. Lugar de la próxima
reunión y tareas para los participantes.
Comentario 2 :
SER UN PUEBLO
POBRE PERO DIGNO.
1. Somos del
Pueblo de los Pobres.
A pesar de
todo, esto es nuestra realidad: definitivamente ‘somos del Pueblo de los
Pobres’. Luego, veremos nuestras fallas. Entre nosotros, hay gente más
acomodada y familias que bordean la miseria. Para ser de Dios, los pobres
debemos ser una gran Comunidad, eso
es el Pueblo de los Pobres. Esto quiere decir que, entre nosotros, tienen que existir
la unión, la fraternidad y cada vez más igualdad. Dejamos de ser pobres delante
de Dios cuando acumulamos bienes y dinero, porque dejamos de compartir y luchar
por la igualdad. El Reino es de los pobres, o sea, de los que confían en Dios y
trabajan por la igualdad entre todos. Tener lo necesario es lo normal, eso es
la pobreza digna. Pero hay luchar para que otros vayan logrando esta dignidad,
mediante la unión y el compartir.
2. Las
felicidades y las maldiciones de Jesús.
Jesús estuvo
muy claro: ‘¡Felices los pobres…! ¡Pobres de ustedes los ricos!’. La
diferencia entre los 2 es que unos viven en Comunidad, o sea, los pobres, y los
otros no, porque, para los ricos, el dinero es primero. Si somos pobres en el
sentido de dignidad y comunidad, vamos a ser felices. Nos dijo Jesús: ‘Sean
pobres, pero juntos y dignos; pasen hambre, pero juntos y dignos; lloren, pero
juntos y dignos; sean maltratados, pero juntos y dignos. Ya juntos, todo es
distinto, porque, juntos y dignos, ya estamos venciendo lo que nos hace sufrir.
Bien duras son
las
maldiciones: a los ricos porque acumulan a costa de los demás, a los
que se ríen del dolor ajeno, a los que son engañosamente satisfechos de sí y de
sus bienes, a los que son demasiados adulados porque es falsedad. ‘¡Pobres de
aquellos, porque ya tienen su consuelo!’.
3. Seamos pobres
con dignidad y en Comunidad.
Para nosotros,
lo primero es la Comunidad: si formamos Comunidades, vamos a perder el
individualismo, el egoísmo, la explotación, la desesperanza. Ya somos de los
ricos cuando las cosas, los bienes, el dinero pasan antes de la Comunidad y nos
dominan; además perdemos la felicidad. ¡Pobres de nosotros y nosotras! Seamos
seguros de que nuestra riqueza es la Comunidad. En definitiva, nos dividimos entre
los que sí hacemos Comunidad y somos de Dios, y los que no hacemos Comunidad y
no somos de Dios: no hay más alternativa.
Ayudémonos a
avanzar hacia la igualdad que nos hace verdaderos hermanos y hermanas: la verdadera
pobreza nos hace dignos y felices. ‘¡Felices los pobres, porque de ustedes es
el Reino de Dios!’.
Tema 3 :
EL REINO NO
SE DETIENE.
Saludos. Canto y Letanías a Cristo Rey.
Motivación desde
nuestra realidad.
-
Hablar de
Cristo rey es hablar del Reino de Dios del que Cristo es la cabeza. Con su
resurrección, este Reino ha sido instaurado definitivamente. Por lo
mismo que no se detiene. Y todos podemos entrar en él.
-
Estamos
en el Reino de Dios si aportamos nuestra parte, o sea, si vivimos en fe,
fraternidad y armonía con todos y con la naturaleza.
-
Vamos a
ayudarnos a evaluar nuestra manera de vivir para ver si está conforme o no a
los valores del Reino. Seguir a Cristo rey es seguir su ejemplo para reinar con
él.
Conversemos.
- Digámonos cuándo no está el Reino entre
nosotras y nosotros.
Palabra de Dios
con su comentario dialogado.
Canto. Marcos 4,26-29: ‘La semilla brota de cualquier manera’.
- ¿En qué sentido es esta parábola muy esperanzadora?
- ¿Dónde somos nosotras y nosotros
sembradoras y sembradores de la Palabra de Dios?
- ¿A qué nos comprometen las reflexiones
que hemos hecho en esta reunión?
Oraciones
comunitarias.
Oración de conclusión: Señor Jesús, por tu muerte y resurrección nos abriste
las puertas del Reino. Estas esperando nuestra colaboración para que entremos
en este Reino, porque estamos en él cuando lo construimos. Danos tu Espíritu
para que seas tú nuestro rey y nuestro guía, por los siglos de los siglos.
Amén.
Bendición y
canto final. Lugar de la
próxima reunión y repartición de las tareas.
Comentario 3 :
EL REINO CRECE
EN NUESTRO MUNDO.
1. A veces
construimos el Reino sin darnos cuenta.
El Reino de
Dios no es del otro mundo: comenzó con Jesús, continúa con nosotros, y después
de nuestra muerte lo gozaremos en plenitud si hemos participado de su construcción.
Cuando vivimos momentos o gestos de amistad, de perdón, de compartir, de ayuda
mutua, de respeto, de cariño, de defensa de la verdad, de promoción de la vida,
de protección de la naturaleza, o sea, todo lo que es bueno, bello y verdadero,
estamos en el Reino de Dios, colaborando a su presencia y extensión entre
nosotros. Pero, estamos fuera del Reino si vivimos lo contrario de lo que
acabamos de mencionar, o sea, el individualismo, la dureza de corazón, el
materialismo, el egoísmo, la violencia, el quemimportismo, la mentira, la
corrupción, el atropello, la destrucción de la naturaleza, en pocas palabras,
todo lo que es malo, feo y engañoso.
2. El Reino tiene
la fuerza de Dios.
Con la
comparación de la semilla que crece por sí sola, Jesús nos quiere dar a
entender que:
-
No somos
nosotros los autores del Reino, sino el mismo Dios que lo inauguró con Jesús.
-
Está
sembrado, o sea, a veces de manera escondida, en cada uno de nosotros y en
medio de nosotros.
-
Podemos
estar extraños al Reino de Dios si no nos damos cuenta de su presencia.
-
Un día
habrá que dar cuenta de nuestra vida. ¿Presentaremos acciones y frutos que han
construido este Reino o sólo pecados de olvido, omisión y destrucción del
Reino?
3. Ser los
colaboradores del Reino.
El Reino de
Dios abarca toda la vida, toda la sociedad, toda la naturaleza, todo el cosmos.
Ayudémonos a vivir los valores del Reino:
-
Primero
en la
familia, entre la pareja, con los hijos y entre hermanos y hermanas: o
sea el cariño y el apoyo.
-
Luego en el
barrio, entre vecinos y amistades: eso es la solidaridad.
-
También
en el
trabajo, el colegio, la calle, la sana diversión, la fiesta,… mediante
la fraternidad.
-
Igualmente
con la naturaleza y en la vida nacional e internacional, o
sea, la participación solidaria.
Tema 4 :
LOS CAMINOS QUE
NO SON DEL
REINO.
Saludos. Canto y Letanías a Cristo Rey.
Motivación desde
nuestra realidad.
-
El Reino
es sinónimo no de facilidad, pero sí de felicidad. Pero muchas veces
buscamos una felicidad engañosa. Creemos que estar ya en el Reino, cuando en
realidad no es así.
-
Sólo
podemos conocer el Reino de la verdadera felicidad, si nos unimos entre cristianos,
primero para conocer los caminos del Reino de Dios y luego para ayudarnos a
recorrerlos juntos. Conversemos.
Conversemos.
- Digámonos los falsos caminos de la
felicidad.
Palabra de Dios
con su comentario dialogado.
Canto. Lucas 4,1-13: las tentaciones en contra del Reino.
2.
¿Cuáles
son las 3 tentaciones que tuvo que enfrentar Jesús?
- ¿De qué maneras son también nuestras
estas 3 tentaciones?
- ¿Con cuál de estas tentaciones tenemos
que cuidarnos más?
Oraciones
comunitarias.
Oración de conclusión: Jesucristo, nuestro rey, por tu palabra, tu vida y tu
muerte, nos enseñaste los verdaderos caminos del Reino que lleva a la verdadera
felicidad. Danos el Espíritu Santo para que no nos dejemos engañar por las
tentaciones del dinero, de la fama y del poder. Que nos ayudemos para estar
siempre en tu Reino, hoy y por los siglos de los siglos. Amén.
Bendición y canto final. Lugar de la próxima reunión y repartición de tareas.
Comentario 4 :
LAS EXIGENCIAS DEL
REINO.
1. Todo lo
armonioso es del Reino de Dios.
Podríamos
decir que el Reino es la armonía en
sus distintos niveles:
-
Armonía con
uno mismo: eso es valorarse, cuidarse, desarrollarse, sentirse bien.
-
Armonía con
los demás: eso es la convivencia, el respeto, la tolerancia, el perdón,…
-
Armonía con
la naturaleza: eso es la protección del medio ambiente (limpieza,
siembra de plantas…).
-
Armonía con
Dios: eso es el resultado de las anteriores armonías, con el apoyo de
la oración, la Palabra de Dios y los sacramentos.
Dios nos llama
a construir personal y colectivamente
todas estas armonías. Si lo hacemos, colaboramos al crecimiento del Reino y
encontramos la verdadera felicidad. Todos y todas hacemos algo o mucho de esas
armonías: no nos detengamos.
2. Las 3 principales
tentaciones de Jesús contra el Reino.
-
Primera tentación: ‘Transformar las piedras en pan’, o sea,
resolver sólo los problemas materiales. El Reino de Dios no está en tenerlo
todo ni en buscar siempre más. El acumular, o sea, lo económico capitalista,
trae envidia y despojo. Jesús eligió el compartir y la igualdad como caminos
del Reino.
-
Segunda tentación: ‘Acumular riquezas para dominar’, o sea, vivir
primero por el dinero. El Reino de Dios no viene por el poder
del dinero. Este trae atropello, oposiciones y muerte. Jesús eligió el servicio,
la entrega y el compartir como caminos del Reino.
-
Tercera tentación: ‘Hacer prodigios’, o sea, buscar a toda costa
el prestigio y la fama. El Reino de Dios no está sólo en saberlo todo. El
saber y el prestigio por sí sólo engañan y marginan. Jesús eligió la sabiduría
de los pobres que se enraíza en la solidaridad y la fe como caminos del Reino.
Para no caer
en ninguna de estas 3 tentaciones, Jesús retoma el proyecto de igualdad
comenzado por Moisés, el mensaje de amor de los profetas y las propuestas de
los sabios del Pueblo de la Antigua Alianza. Por esos, no dijo Jesús: “Mi Reino
no es de este mundo”, queriendo decir: ‘Soy rey, pero mi reino no es como los
de este mundo’. Y nosotros tenemos que ser personal y colectivamente artesanos
de este Reino.
3. Juntos vamos
a desenmascarar y superar estas 3 nuestras tentaciones.
Estas 3
tentaciones, sólo el tener, primero el poder y únicamente el saber, son las de
la humanidad y de nosotros y nosotras. Para construir el Reino de Dios y
superar estas tentaciones, nuestra tarea es doble:
-
Primero,
ayudarnos a desenmascarar las actitudes que no conducen al Reino y que se
esconden muy sutilmente en nuestras actividades diarias: tener sin compartir,
no vivir el poder como servicio y amontonar saber para nada.
-
Segundo,
unirnos para abrir caminos personales y colectivos que construyen
eficazmente el Reino: compartiendo las cosas afín de no acumular, participando
de los proyectos de vida afín de no dominar, y expresándonos creativamente afín
de no engañar. El Reino está a este precio, pero es a nuestro alcance.
Tema 5 :
LOS CONFLICTOS POR
EL REINO.
Saludos. Canto y Letanías a Cristo Rey.
Motivación desde
nuestra realidad.
-
La
construcción del Reino nos acarrea muchos conflictos: en lo personal, lo
familiar, lo profesional, lo social, lo económico, lo político, lo ético, lo
religioso… Ser verdaderos cristianos constructores del Reino es algo
permanentemente conflictivo.
-
Y no se
nos ha educado a vivir en medio de conflictos ni a enfrentarlos decididamente.
Tenemos miedo o buscamos evitar problemas: preferimos nuestra tranquilidad
egoísta a una lucha valiente por el Reino. Preferimos una vida de segunda
categoría, y nos cerramos al don de la paz interna y duradera.
Conversemos.
- ¿Cuáles son las novedades que estamos
descubriendo en esta novena a Cristo rey?
Palabra de Dios
con su comentario dialogado.
Canto. Marcos 4,35-41: Jesús calmó la tempestad.
2.
¿Qué
es lo que más nos llama la atención en este acontecimiento de Jesús y sus
apóstoles?
- ¿Qué clases de conflictos puede
representar para nosotros las olas y la tempestad de esta parábola?
- ¿Cómo nos vamos a ayudar frente a los
muchos conflictos mediante la fe y la unión?
Oraciones
comunitarias.
Oración de conclusión: Jesús, Cristo rey, tú estás con nosotros para que
triunfemos de los muchos conflictos que nos asechan. Que esta novena nos una
más a ti y entre nosotros para seamos valientes y solidarios al servicio de tu
Reino, gracias a la fuerza de tu Espíritu que lucha con nosotros por los siglos
de los siglos. Amén.
Bendición y
canto final. Lugar de la
próxima reunión y repartición de tareas.
Comentario 5 :
ENFRENTAR JUNTOS LOS
CONFLICTOS POR EL
REINO.
1. La vida es
una serie de conflictos permanentes.
No hace falta
detallar que la vida es una lucha permanente por superar pequeños y grandes
conflictos que son nuestro pan de cada día: en lo personal, lo familiar, lo
profesional, lo social, lo económico, lo político, lo ético, lo religioso…
Según enfrentamos y superamos positivamente o negativamente estos conflictos,
crecemos o nos debilitamos personalmente y colectivamente. Ahí están muchos pecados
de omisión: dejamos de actuar el bien para hacernos cómplices del mal,
dejamos que otros luchen por nosotros, al ser demasiado individualistas y
pasivos colaboramos con los grandes males que destruyen nuestra sociedad: la
corrupción, la violencia, la explotación, el engaño, la irresponsabilidad…
2. Jesús supo
enfrentar positivamente toda clase de conflictos.
A lo largo de
sus 3 años de profeta y artesano del Reino, Jesús tuvo que pasar por muchos
conflictos.
-
Conflictos con su familia: Ésta lo creía loco y mandaron a su madre
María para que Jesús se quedara tranquilo. Pero le dice: ‘Todo aquel que hace
la voluntad de mi Padre es mi madre y mis hermanos’ (Mateo 12,46-50).
-
Conflictos con su pueblo de Nazaret: No creían en él y hasta lo querían echar al
barranco. ‘Pero él, pasando en medio de ellos siguió su camino’ (Lucas
4,28-30).
-
Conflictos con sus apóstoles: Éstos se disputaban los primeros puestos,
dudaban de él, no entendían lo del Reino, ni su muerte y resurrección; Pedro le
cerró el camino y lo negó 3 veces, Judas lo traicionó, todos se dormían
mientras vienen apresarlo y luego todos se corrieron.
-
Conflictos con las autoridades de su tiempo: Jesús era la manifestación de un Dios
liberador de las personas y creador de relaciones de igualdad y de justicia.
Los sacerdotes que se habían adueñado de la religión y de la gente, no podían
soportar a ese Jesús que hacía tambalear su autoridad y sus privilegios: la
solución fue de suprimirlo, manipulando al Pueblo y al poder romano.
-
Conflictos con su Padre: En la cruz gritó: ‘Dios mío. ¿por qué me has
abandonado? (Marcos 15,33-34), pero terminó con un acto de fe: ‘Padre, en tus
manos encomiendo mi Espíritu’ (Lucas 23,46). Recordemos que es sólo durante su
pasión y sobre la cruz, que Jesús aceptó que lo nombrasen rey: ‘Jesús Nazareno,
Rey de los Judíos’ (Juan 19,20).
Estos 3 años
de conflictos terminaron con su muerte, en fracaso aparente. Pero con su
resurrección y el don del Espíritu, Jesús sigue caminado con nosotros para que
logremos las mismas victorias que él alcanzó.
3. Los
conflictos son desafíos a vivir como una pascua permanente.
El último
conflicto de Jesús resumió todos los demás y terminó con su resurrección.
Llamamos este paso la pascua. Todos los conflictos de Jesús eran ya el anuncio
de la pascua definitiva, porque supo vivirlos positivamente. Esto es un ejemplo
y una esperanza para nosotros. Jesús es nuestro modelo en los conflictos: no
eludió ninguna, sino que los enfrentó para sacar provecho de todos ellos. Si lo
queremos, puede ocurrir lo mismo para nosotros. Los conflictos son desafíos que
nos invitan a pasar a una vida mejor, personal y colectivamente. Son las
pequeñas ‘pascuas’ que Dios siembra en nuestro camino: al enfrentarla
positivamente nos preparamos a convertir nuestra muerte en nuestra pascua
definitiva, o sea, la unión con la resurrección de Jesús.
Sólo en
Comunidad, unidos a los que hacen de su vida una lucha permanente y enraizados
en el ejemplo de Jesús, nos iremos haciendo verdadero devotos de Cristo Rey,
que nos arrastra tras sus victorias y la participación alegre en su reinado.
Tema 6 :
NUESTRAS DESTRUCCIONES DEL
REINO.
Saludos. Canto y Letanías a Cristo Rey.
Motivación desde
nuestra realidad.
-
Hemos
visto que podemos estar o no estar en el Reino: depende de nuestra manera de vivir,
sea conforme a las palabras y al ejemplo de Jesús, sea en forma opuesta. Al no
estar en el Reino, no estamos colaborando a su crecimiento. Sólo viviendo los
valores del Reino, aportamos a su construcción: pasamos a ser artesanos del
Reino.
-
Hoy vamos
a ver que podemos hacer retroceder el Reino, cuando nos unimos
a las fuerzas organizadas para su destrucción. El Reino se puede destruir por
nuestras malas actividades y por las malas actividades de las organizaciones e
instituciones humanas, cuando obedecen y obedecemos a las maniobras del
demonio. Se trata ahí de lo que se llama ‘el pecado social o institucional’.
Conversemos.
- ¿Cuándo hemos sentido que la maldad se
haya apoderado de nosotros?
Palabra de Dios
con su comentario dialogado.
Canto. Efesios 6,10-20: El imperio de la muerte.
2.
Según
San Pablo, ¿qué fuerzas nos están dominando?
- Según el mismo Pablo, ¿cuáles son las
herramientas que tenemos para contrarrestar las fuerzas del mal?
- ¿Qué conflictos tendríamos que enfrentar
juntos y juntas con las ‘armas’ de la fe?
Oraciones
comunitarias.
Oración de conclusión: Señor Jesús, por las palabras de San Pablo nos
revelas que las fuerzas del mal están organizadas para destruir el Reino. Te
pedimos, como Cristo rey, de hacernos entrar personal y comunitariamente en tu
lucha victoriosa, para que reinemos contigo, gracias al Espíritu Santo que vive
con nosotros por los siglos de los siglos. Amén.
Bendición y
canto final. Lugar de la
próxima reunión y repartición de las tareas.
Comentario 6 :
ENFRENTEMOS TAMBIÉN EL
IMPERIO DEL MAL.
1. A veces nos
hacemos cómplices del mal y del imperio del mal.
Nos hacemos
cómplices del mal, cuando dejamos que el odio, la violencia y las demás fuerzas
de destrucción y de muerte se apoderen de nosotros y nosotras. Con estas malas
actitudes, imponemos a otros sufrimientos y atropellos: hacemos retroceder el
Reino.
Pero también
descubrimos que se nos impone violencias y destrucciones, cuando instituciones
están organizadas para hacernos daño. Aquí se trata de una organización social,
política, judicial, informativa,
-
O sea, el
neoliberalismo,
que nos empobrece, paga salarios de miseria, aumenta sin fin las desigualdades
y favorece la corrupción y la impunidad,
-
O de la deuda
externa mediante el FMI (Fondo Monetario Internacional) que nos mata de
hambre, de analfabetismo y de enfermedades,
-
O del comercio
internacional injusto que, por medio de la OMC (Organización Mundial
del Comercio), nos despoja de nuestras materias primas o nos las paga con
precios insignificantes…
Por eso,
muchas veces nos sentimos impotentes.
2. El imperio de
la muerte según San Pablo.
Con otras
palabras que las nuestras, San Pablo nos describe una situación bastante:
-
Las
fuerzas del mal están conscientemente organizadas contra el Reino: eso es el
imperio de la muerte,
-
Esta
maldad tiene un poder real y muy grande que llamamos Satanás o Demonio.
-
Pero,
podemos resistir esta situación e invertirla con la fuerza de la oración, de la
Palabra de Dios, de los sacramentos y del Espíritu Santo, porque nos comunican
la fuerza de la resurrección de Jesús.
3. Nos toca
emprender tres tareas para derrotar este imperio de la muerte.
-
Ser conscientes
de esta situación y desvelar sus mecanismos perversos y destructores.
-
Protegernos
mutuamente dando a
conocer las trampas de este imperio diabólico,
-
Organizarnos para fortalecer las fuerzas positivas del
Reino en nosotros, entre nosotros y en todas las organizaciones que promueven
los valores del Reino.
Pues, el Reino no se detiene: si está
destruido por un lado, resurge más fuerte por otro. Ahí estemos nosotros y
nosotras.
Tema 7 :
EL PRECIO DEL
REINO ES LA
CRUZ Y LA
RESURRECCIÓN.
Saludos. Canto y Letanías a Cristo Rey.
Motivación desde
nuestra realidad.
-
Hemos
visto que los conflictos son parte de toda vida. Jesús los tuvo y los
transformó en su pascua, o sea, el
paso hacia una vida mejor. Su mayor conflicto fue el de la cruz. Al aceptarla
hizo de ella el camino hacia la resurrección.
-
Las cruces son también la realidad de
nuestra vida. Dios no quiere que suframos. Es la maldad que trae el
sufrimiento. No se trata de buscar el sufrimiento, sino de transformarlo en una
oportunidad de vida.
Conversemos.
- Nombremos a personas que han dado o están
dando su vida para que vivamos mejor.
Palabra de Dios
con su comentario dialogado.
Canto. Juan 12,20-27: una muerte para la vida.
- Según la comparación de Jesús, ¿cuáles
son los pasos por los que pasa el grano de trigo para dar frutos en
abundancia?
- ¿En qué momentos de nuestra vida hemos
tenido un proceso parecido al del grano de trigo?
- ¿Cómo nos vamos a ayudar a llevar
nuestras cruces para que sean fuentes de vida?
Oraciones
comunitarias.
Oración de conclusión: Señor Jesús, tu vida fue una entrega permanente para
la construcción del Reino: por eso te invocamos con Cristo rey. Haz que
imitemos tu ejemplo siendo servidores de la vida hasta las últimas
consecuencias, ya que ‘perder la vida por el Reino es ganarla por la vida
eterna’, gracias al Espíritu Santo que vive con nosotros por los siglos de los
siglos. Amén.
Bendición y
canto final. Lugar de la
próxima reunión y repartición de tareas.
Comentario 7 :
EL ESCÁNDALO DE
LA CRUZ.
1. La dura
realidad de la cruz en nuestras vidas.
La cruz no fue
querida por Dios ni deseada por Jesús. Dios no castigó a su hijo, ni Jesús fue
masoquista: el sufrimiento debe ser desterrado, si no la cruz se queda como un
mero escándalo. Para Jesús la cruz fue, por una parte, la consecuencia de su misión
de Profeta: no la buscó, se la impusieron. Por otra parte, con ella Jesús
demuestra la mayor muestra de solidaridad que se puede tener con la
realidad de sufrimientos de los pobres de ayer y de hoy: asumió la condición de
los pobres y sus sufrimientos. Por su fidelidad a Dios, por su solidaridad con
los pobres, por su valentía frente a las consecuencias de sus palabras y de sus
actos, Jesús hizo de la cruz, cosa mala, un comino hacia la resurrección un
mundo mejor, o sea, el Reino.
2. La
comparación del grano de trigo.
Detengámonos
en las distintas etapas de la
comparación del grano de trigo:
-
‘Caer en
tierra’, o sea, enterrarse: Jesús se encarnó, se enterró en el Pueblo de los
Pobres como único camino hacia el Reino. Hizo suya la causa de los pobres: fue
su opción radical.
-
‘Morir’:
Jesús nos dio el verdadero sentido de la muerte, o sea, el paso
a mejor vida, por haber sido fiel a Dios, solidario con los pobres y valiente
frente a las autoridades.
-
‘Dar
mucho fruto’: el amor de
Jesús hasta lo extremo y la aceptación de las consecuencias de su opción por
los pobres hizo que su muerte se multiplicara en muchos frutos de vida para él,
con la resurrección, y para nosotros, con el Reino.
3. Amar hasta
morir para vivir y hacer vivir mejor.
-
Sigamos
el ejemplo de Jesús, fructífero grano de trigo para el Reino:
-
Identifiquémonos
con la realidad de los pobres.
-
Destruyamos
en nosotros al ‘hombre viejo’, esclavo del pecado.
-
Demos a
diario nuestra vida al servicio del crecimiento de los demás y del Reino.
Tema 8 :
EL DISEÑO DEL
REINO.
Saludos. Canto y Letanías a Cristo Rey.
Motivación desde
nuestra realidad.
-
Podemos
decir que la armonía es la primera cualidad del Reino: armonía en
nosotros mismos, armonía con los demás, armonía con la naturaleza y armonía con
Dios.
-
Este
sueño con 4 caras no es el ‘paraíso perdido’, sino el paraíso a construir:
con el Reino se hace realidad progresiva y dolorosamente. El modelo y la
realidad del Reino están a nuestro alcance.
Conversemos.
- ¿Qué personas nos provocan admiración?
Digamos por qué motivos.
Palabra de Dios
con su comentario dialogado. Canto. Génesis 2,5-25: un mundo en armonía.
2.
En
este poema de la creación, ¿Cómo se manifiesta la armonía en la naturaleza, en
el propio ser humano, en la primera pareja y con Dios?
- Y nosotros, ¿dónde tenemos que hacer más
presente esta realidad de armonía?
Oraciones
comunitarias.
Oración de conclusión: Señor Jesús, alcanzaste en tu persona restaurar la
armonía para toda la creación. Por eso eres el Cristo rey. Haz que participemos
de esta armonía tuya para hacerla reinar en todas parte mediante la belleza, la
entrega, la unión y la fe, gracias al Espíritu Santo que vive con nosotros por
los siglos de los siglos. Amén.
Bendición y
canto final. Lugar para la
próxima reunión y repartición de tareas.
Comentario 8 :
SOÑAR EL REINO
JUNTOS PARA HACERLO
REALIDAD.
1. Soñar
belleza, bondad y verdad.
La creación
nos regala belleza tanto en toda la naturaleza como en el mismo cuerpo humano:
‘Y vio Dios que todo cuanto había hecho era muy bello’ (Génesis 1,11). ¡Quién
no se admira de la creación! El mismo Dios nos invitó a ‘cultivar la naturaleza
y a cuidarla’ (2,15).
Entre los
humanos, la primera cualidad humana es la bondad. ¡Qué bonito escuchar: esa
persona es muy buena’! Jesús dijo: ‘¡Felices los compasivos, porque obtendrán
misericordia!’ (Mateo 5,7).
El regalo de
Dios, a merecer, es la verdad: su Palabra, Jesús, la Comunidad son los medios que
puso a nuestra disposición para que no andáramos perdidos.
Esto fue el
sueño de Dios en la creación y sigue siéndolo hoy, para que lo hagamos
realidad: el Reino.
2. El sueño de
Dios está en el poema de la creación
El sueño de
Dios está en los 2 primeros capítulos del Génesis, donde Dios va creando el
mundo y la humanidad: ahí está la raíz
de toda organización social. El origen de la creación es Dios, su creación
consiste en compartir con otros lo que es, o sea, vida y amor. Lo que busca
Dios en su creación es la armonía entre todo y todos.
-
Primero, Dios creó la naturaleza que es para el bien de todos: es un regalo a compartir
entre todos, según la necesidad de cada uno. Esto se llama la ECONOMÍA. Ahí, el
pecado va a ser el acaparamiento o la acumulación. Ver Éxodo 16,14;
Mateo 20,1-16; Hechos 2,42-44 y 4,32-35.
-
Luego, Dios creó la humanidad, cuya meta es el convivir. Esto va a ser
el campo de la POLÍTICA. Ahí, el pecado será de dominar. Ver Éxodo
18,13-27; 1° Samuel 8; Marcos 10,42-47.
-
En fin, Dios, soplando sobre el varón y la mujer, les regaló su propia sabiduría
que nos permite expresarnos de múltiples maneras. Este campo va a ser él de las
IDEOLOGÍAS. Aquí, el pecado será de mentir y engañar. Ver Daniel 2;
Lucas 4,16-21; 1° Corintios 1,26-29.
Así,
descubrimos que nada es extraño al sueño de Dios: eso es el Reino que lo abarca todo. En todo esto tenemos que trabajar para
que sea más conforme al proyecto de Dios. Es con Moisés que el sueño de Dios
comenzó a hacerse realidad. Jesús retomó muchos aspectos de este proyecto para
su misión de profeta del Reino.
3. Nuestros sueños son el futuro, a construir desde
ya.
El
paraíso no es tanto algo del pasado, sino del presente y del futuro. Es
nuestro trabajo de hijos de Dios y de seguidores de Jesús: así manifestamos que
Dios reina y Cristo es el rey de toda la creación.
Tema 9 :
LA CELEBRACIÓN GOZOSA
DEL REINO.
Saludos. Canto y Letanías a Cristo Rey.
Motivación desde
nuestra realidad.
-
Nuestras
actitudes frente al Reino
son varias: conocer y reconocerlo, entrar en él construyéndolo, saber de su
destrucción y dejar de ser cómplices de ella, pero también tenemos que saber
celebrarlo.
-
La misa
debe ser la mayor celebración del Reino: pedimos perdón por su destrucción,
la Palabra de Dios nos ayuda a reconocer su presencia y colaborar a su avance,
Jesús transforma nuestros esfuerzos, nuestros dones y nuestras personas en su
propia presencia, y nos hace comulgar con el Reino.
-
Recojamos
los
frutos de esta novena para alegrarnos, ofrecerlos a Dios y celebrarlos:
así los iremos multiplicando.
Conversemos.
- ¿Cuáles son los mayores signos del Reino
que hemos descubierto durante esta novena?
Palabra de Dios
con su comentario dialogado.
Canto. Apocalipsis 21,1-8: cielo nuevo y tierra nueva.
2. ¿A qué comparó Juan el cielo nuevo y la tierra
nueva?
- ¿Son solamente para mañana estas
realidades del cielo nuevo y de la tierra nueva?
- ¿Qué nos proponemos para aportar nuestra parte
afín de crear un entorno más humano?
Oraciones comunitarias.
Oración de conclusión: Cristo rey, el reino que instauraste se hace presente
en medio de nosotras y nosotros cada vez que lo queremos así. Te pedimos, como
gracia de esta novena, que nos mantenga unidos a ti y entre nosotras y nosotros,
con la ayuda del Espíritu Santo que vive con nosotros por los siglos de los
siglos. Amén.
Bendición y
canto final. Agradecer y
recordar la próxima tarea: fecha, lugar, responsables,…
Comentario 9 :
CELEBRAR EL CAMINO
RECORRIDO.
1. Evaluar la
novena.
Siempre son
necesarias las evaluaciones de nuestras distintas actividades. Esto nos permite
no sólo ver algunas fallas que siempre hay en toda acción humana, sino sobre
todo compartir lo que hemos descubierto y gozado en aquella. Es también una
manera de celebrar nuestros avances
como crecimientos del Reino. Así nos fortalecemos para vivir, creer y actuar
mejor.
De esta
novena, habría que evaluar la concurrencia, la participación, el contenido, los
momentos más fuertes, los puntos débiles, lo que más gustó, lo que faltó… Para
que tantos esfuerzos no queden en el aire, hay que programar alguna próxima actividad, sea social en bien del barrio,
sea religiosa para alguna fiesta venidera, como por ejemplo la Navidad. Fuera
bueno poner fecha, lugar y responsables, para mantener viva la lámpara prendida
en esta novena.
2. Apocalipsis:
Participaremos mañana del Reino si hoy lo hemos comenzado a hacer realidad.
En el
Apocalipsis el cielo nuevo y la tierra nueva son comparables a una ‘hermosa ciudad santa’. Por ciudad, se
quiere significar la unión de la gente en una sola
Comunidad, y por santa, la presencia de Dios en el centro de esta ciudad. Esta
ciudad santa es hermosa porque en ella se hace realidad el sueño de Dios que es
belleza, bondad y verdad. Es la reconciliación de toda la creación, o sea, la
armonía del Reino. Los frutos de esta unión de hermanos/as
y compañeros/as junto a Dios manifiestan la desaparición de lo que significa
sufrimientos: ‘lágrimas, muerte, duelo, gemidos y pena’. A veces, personal y
colectivamente, tocamos este paraíso, no perdido, sino que está viniendo un
poco como un pedazo de cielo sobre la tierra.
3. ‘Comenzando
ya la fiesta que vendrá’.
Lo que podemos
construir y tocar del Reino es sólo un esbozo. Pero no por eso es menos
realidad o pura esperanza para mañana. El Reino es muy real en sus múltiples
dimensiones: en nosotros, con los demás, con la naturaleza y con Dios mismo.
Hay que ‘comenzar a celebrar ya la fiesta que vendrá’, sin esperar.
Mañana se nos lo regalará en totalidad sin
hemos comenzado, en nuestra vida terrena, a hacerlo realidad aunque sea poco. Y
cuando hemos logrado algo más de su presencia, cuando nos damos cuenta que
crece cerca o lejos, sepamos comunicárnoslo y, sobre todo, celebrarlo.
A N E X O S
CONTENIDO
1. Jesús Cristo es el Señor del Reino
2. Contenido de la Novena a Cristo Rey
3. Somos un Reino de fraternidad y de libertad.
Anexo 1 :
JESUS CRISTO ES
EL SEÑOR DEL
REINO.
Contenido: Nuestro encuentro actual es con el resucitado.
1.
El
hombre Jesús: Identidad y vida humana.
2.
Jesús, el Cristo, es el profeta del Reino.
3.
El Señor es el resucitado y está vivo en medio
de nosotros.
4.
Nuestro testimonio personal y colectivo.
Nuestra experiencia de Jesús es
con el resucitado, como fue el caso para San Pablo: Pablo no conoció al Jesús
humano en la tierra de Palestina, sino en el camino a Damasco. ‘¿Por qué me
persigues? - ¿Quién eres, Señor?’ (Hechos 9,4-5). Para Pablo, Jesús era el
Señor que se identificaba con sus discípulos. Hoy es en las personas donde
hacemos la experiencia de Jesucristo. No solamente se trata de conocerlo como
se conoce a un personaje histórico del pasado, sino más bien reconocerlo vivo
hoy en los demás, especialmente en los pobres y en los Pueblos marginados. Esto
es ser cristiano: somos los que seguimos a Jesús porque está vivo entre
nosotros hoy.
A partir de ahí, nos preguntamos y buscamos saber quién fue este Jesús
humano como nosotros, qué hizo y dijo este Cristo Profeta del Reino, por qué
murió y resucitó y por qué mandó a sus discípulos para que continuaran su obra.
Esto se consigue, con las luces que nos da el Espíritu, mediante la lectura del
Evangelio personal y comunitariamente, la construcción del Reino, y también con
la ayuda de unos especialistas. Ahora, vamos a seguir 3 pasos para a entrar en
este conocimiento y reconocimiento de Jesús: el hombre, el profeta del Reino y
el Señor resucitado.
A.
EL HOMBRE JESÚS: SU IDENTIDAD Y SU VIDA HUMANA.
Para conocer al Jesús histórico, tenemos que buscar cómo nos lo
presentan los Evangelios, para descubrir allí su rostro humano. Con la ayuda de
los especialistas, encontramos lo siguiente.
- Su familia era originaria de Galilea.
La Galilea está al norte de Palestina: era una región
marginada por los de la capital, al sur. Su tierra era fértil y su gente
rebelde y bulliciosa. La familia de Jesús era de condición humilde: María es
una mujer del Pueblo y José, carpintero, trabajador manual. Jesús no eligió la
capital ni una familia pudiente o de renombre, buscó la periferia, la
sencillez, la pobreza.
- Jesús nació durante un viaje.
Fue en Belén, lejos de Nazaret y de Jerusalén, en el
campo, en medio de pastores, gente poco recomendable en esa época. Pero recibió
la visita de los magos, unos sabios extranjeros, que habían descubierto l señal
de su nacimiento en una estrella fugaz. Por envidias del rey Herodes que quería
matar al Niño, toda la familia tuvo que exiliarse y vivir en país extraño,
Egipto. Jesús comenzó muy tierno a sufrir las consecuencias de la pobreza y de
la realidad de los pobres.
- A los 12 años, tomó su primera iniciativa
de joven.
Se quedó a Jerusalén, la capital, sin el permiso de
sus padres. El Templo era el centro de toda la vida: tanto de la organización
del país, como de la fe de su Pueblo. Todo se decidía allí: los sacerdotes eran
el gobierno, dictaban las leyes, tenían su policía, las finanzas… Par Jesús
había mucho que aprender en Jerusalén: una simple visita de paso no era
suficiente.
- Luego fueron unos 18 años de silencio.
Jesús se fue a encarnar en la vida de su Pueblo y de
su país, para aprenderlo y conocerlo todo.
-
Conoció
la naturaleza, las puestas del sol, las montañas, los ríos, el
mar, los pájaros, las flores …
-
Conoció
los distintos trabajos de su gente, del campesino, del artesano,
de las mujeres, de los pescadores …
-
Conoció
la dominación de los romanos, su impuestos, el simple soldado y
los capitanes …
-
Conoció
los movimientos religiosos de su época, cada uno con su propia
visión del Reino:
. Para los sacerdotes, el Reino
se confundía con el poder bajo todas sus formas,
. Para los fariseos y saduceos, el Reino consistía en cumplir la
Ley: ellos eran los encargados de explicarla,
. Para los zelotes, el Reino era de los judíos, por eso había
que echar fuera a los romanos hasta por medios violentos,
. Para los esenios, el Reino
consistía en retirarse en el desierto y limitarse en lo espiritual,
. Para Juan Bautista, el Reino era cambiar de vida para escapar
a la condenación. Será con el que Jesús se identificó más.
-
Conoció
también Jesús el plan de Dios, por ir, sábados tras sábados a la
sinagoga, a Jerusalén cada año, por rezar a solas con su Padre… Jesús se
adentró en la Biblia, hizo suyo el Antiguo Testamento, descubrió el proyecto de
Moisés, el mensaje de los profetas, la esperanza de los pobres, …
Humano,
Jesús lo quedó toda su vida:
sintió la sed, como en el pozo de Jacob donde pidió a una Samaritana un poco de
agua; cansando se durmió en la barca mientras se desataba una tempestad sobre
el lago de Galilea; saboreó la amistad de los 12 y de otros amigos y amigas
como Lázaro, Marta y María, María Magdalena, y las mujeres que lo acompañaron
hasta el pie de la cruz; se estremeció de alegría al ver cómo los pobres
acogían su mensaje; lloró la muerte de Lázaro y sobre su ciudad que no había
‘querido escuchar el mensaje de paz’ que él traía; sudó sangre en el huerto de Getsemaní
antes de enfrentar los maltratos, las humillaciones, las torturas y la muerte
en cruz, por seguir fiel a su misión de mantenerse solidario con los pobres: la
cruz fue el precio a pagar por esta solidaridad; descubrió poco a poco su
misión y los caminos para cumplirla; se sintió abandonado por su Padre cuando
lo crucificaban, pero confió en él hasta el final: ‘He cumplido. Entre tus
manos pongo mi espíritu’.
Jesús, humano hasta el extremo,
sigue siendo hoy nuestro compañero de camino.
B.
JESÚS, EL CRISTO ES EL PROFETA DEL REINO.
Este Jesús humano pasó a ser el
Cristo, el Mesías, el Ungido de Dios, la Palabra de Dios, el Maestro, el Buen
Pastor, el Hijo del Hombre… Jesús fue el Emmanuel, o sea, ‘Dios con
nosotros’; y el Emmanuel fue Jesús, o sea, ‘Salvador’. Su ministerio
itinerante duró 3 años porque los grandes de su tiempo no le dejaron más tiempo
para hablar, hacer milagros y enfrentarse con todo lo que no era a favor del
Reino.
1.
Tres
años de charlas a la vez muy sencillas y muy profundas.
Jesús
quiso revelar el verdadero rostro de su Padre, manifestar su proyecto de vida,
su sueño de que su Reino se haga realidad. Quiso manifestar también cómo tienen
que vivir los seres humanos para ser felices desde ya y para siempre. Entonces
Jesús se encontró con todos los que se le cruzaban por su camino, especialmente
a los pobres abandonados, a las mujeres muy discriminadas, a los niños
marginados, a los pecadores condenados… Animó a todo aquel que buscaba una luz
y lo invitaba a dar un paso más. Habló de la vida, de los problemas, de la
naturaleza, de los acontecimientos,... de tal modo que todos y todas podían
entenderlo y seguirlo.
2.
Tres
años de milagros para manifestar que el Reino ya está presente.
Para Jesús, el sueño de Dios no era un engaño o una
promesa para mañana: ya se hacía presente a través de él. Sus milagros
demostraban que un nuevo modo de vivir era posible y que el mal no tenía la
última palabra. Por él, Dios quería un mundo sin hambre, sin enfermedades, sin
llanto, sin muerte. Con él, Dios buscaba establecer la armonía del ser humano
consigo mismo, con la naturaleza, con la demás, afín que la comunión con su
Padre fuera una realidad. En él y para todos, Dios quiso que triunfaran la
vida, el amor, la felicidad. Los milagros de Jesús anticipaban esta realidad.
3.
Tres
años de conflictos que terminaron con su muerte injusta.
El pecado y la maldad no se dieron por vencidos así no
más. Jesús tuvo que pasar por muchos conflictos a lo largo de su misión: el mal
se la cruzaba por el camino en todo momento, porque anida en todos y en todas.
-
Conflictos
con su propia familia: esta lo creía loco y mandaron a su madre
María para que Jesús regresara a casa y se quedara tranquilo. ‘¿Quién es mi
madre, quiénes son mis hermanos? Todo aquel que hace la voluntad de mi Padre es
mi madre y mis hermanos’.
-
Conflictos
con su mismo pueblo, Nazaret: no creían en él y hasta lo querían
echar al barranco. ‘Pero él, pasando en medio de ellos siguió su camino’.
-
Conflictos
con sus apóstoles: se disputaban el primer lugar, dudaban de él,
no entendían lo del Reino, ni de su muerte y resurrección; Pedro le cerró el
camino a Jerusalén y lo negó 3 veces: Judas lo traicionó, todos se durmieron
mientras venían a apresarlo y luego todos se corrieron.
-
Conflictos
con las autoridades de su tiempo: Jesús vino a manifestar a un
Dios liberador de las personas y relaciones de igualdad y de justicia. Los
sacerdotes se habían adueñado de la religión y de la gente. Jesús hacía
tambalear su autoridad y sus privilegios: la solución fue suprimirlo,
manipulando al Pueblo y presionando a Pilato.
Estos 3 años de charlas, milagros y conflictos terminaron con su
muerte, en un fracaso aparente.
B. JESUCRISTO ES EL SEÑOR
RESUCITADO.
Dios no podía dejar que la maldad triunfara del amor, la mentira de la
verdad, la injusticia del servicio, el odio del perdón, la muerte de la vida.
Por eso, resucitó a Jesús. Desde ahí, todo cambiaba: terminaba la desesperanza,
se acababa el miedo, finalizaba la tristeza, se hundía la muerte. Y se abrían
la puerta de la esperanza, la ventana de la confianza y el camino de la
felicidad. Todo podía comenzar de nuevo.
1.
Jesús
resucitado pasó 40 días más con sus apóstoles.
Había que finiquitar la tarea para que el proyecto del
reino siga adelante. Había que devolver la confianza en estos apóstoles
confundidos:
-
Tuvo
Jesús que caminar 30 kilómetros con Dios discípulos de Emaús par
que entendieran que ‘el Mesías debía sufrir y morir para entrar en su gloria’.
-
Tuvo
Jesús que seguir demostrando amistad y ternura a sus amigos y amigas:
a Magdalena que lo vio, la primera, resucitado, para que los apóstoles
descubran el valor de los pequeños, a los que habían pescado toda una noche en
vano para que el desayuno en la playa selle un compromiso sin falla.
-
Tuvo
Jesús que preguntarle 3 veces a Pedro si lo amaba de verdad para
que pudiera ‘confortar a sus hermanos en la fe’ y ser la piedra base de la
Iglesia.
2.
Jesús
resucitado envió el Espíritu.
Antes de separarse de sus discípulos les dijo: ‘no tengan
miedo. Estaré con Uds. Hasta que se termine este mundo. No los dejaré
huérfanos, sino que les enviaré el espíritu’. El espíritu iba a ser la nueva
presencia de Jesús con sus seguidores. Cada uno lo recibirá para tener la luz,
la fuerza y la sabiduría necesarias para continuar la tarea de construir el reino.
No se encerrará exclusivamente en ningún grupo particular, sino que será el
motor del bien que se hagan cualquier parte. El espíritu se adelantó a pedro
cuando este iba a predicar la buena nueva a los gentiles, y precedió a pablo
cuando este evangelizaba a los paganos para que sus corazones se abran al
evangelio.
Hoy el resucitado sigue caminado con nosotros y enviándonos su
Espíritu, para que colaboremos en la obra del Reino.
C. NOSOTROS SOMOS TESTIGOS
DEL RESUCITADO.
Como nuevos discípulos de Jesús, nos toca hacer presente al resucitado
y a ayudar a otros y otras a reconocerlo, para continuar juntos su obra: la
continuación del Reino. Ahora somos su Palabra, actualizamos sus milagros,
completamos con nuestros sufrimientos ‘lo que falta a su pasión’, hacemos real
y viva su resurrección, por la fuerza de su Espíritu. Nuestra tarea es triple: reconocerlo
como resucitado, manifestar su presencia viva y celebrarlo
alegremente.
1.
Primero
reconocerlo, como lo reconoció Pablo en el camino a Damasco.
Pablo no conoció al Jesús humano como los demás
apóstoles, sino que lo reconoció resucitado. A nosotros, de igual manera, Jesús
se nos revela no solamente en la oración, la Palabra de Dios y los sacramentos,
sino sobre todo en los acontecimientos y las personas que nos rodean,
especialmente en los pobres y en las organizaciones humanas que viven los
valores del Reino. Ayudémonos a ver esta presencia constante del resucitado en
medio de nosotros y nosotras, y alimentemos nuestra oración de esta presencia
vivificadora.
2.
Luego,
comunicar este reconocimiento del resucitado.
No podemos quedarnos solo en reconocer a Jesús
resucitado. Tenemos que confesarlo, comunicarlo, primero, entre nosotros y
nosotras, luego con los que nos rodean. Esto fortalecerá nuestra esperanza y nuestros
esfuerzos de vivir según el Evangelio de Jesús; esto ayudará a nuestros
hermanos y hermanas a revivir en su fe y compromiso.
3.
En fin,
celebrarlo humana y cristianamente.
Es este tercer paso que da a nuestro vivir cristiano
su plena dimensión: la de la fiesta y las celebraciones, desde nuestra fe.
Espontáneamente, nuestra gente sencilla sabe celebrar los pequeños logros y
éxitos de su vida, de sus esfuerzos y de sus luchas. Y en estas celebraciones
muchas veces están presentes unas oraciones y una Palabra de Dios. Es un camino
que hay que valorar y acostumbrar. Estas celebraciones darán una dimensión
trascendental a lo que hacemos, buscamos y somos: como si tocáramos del dedo al
cielo y al resucitado. Luego nos será más fácil rezar, discernir la vocación y
la misión que nos toca realizar, integrarnos como comunidad viva y continuar a
trabajar por el Reino.
Anexo 2 :
CONTENIDO DE LA
NOVENA A CRISTO
REY.
Original por
las CEBs de Guayaquil, 1987.
1.
Los
caminos del Reino. Lucas
4,1-13: las tentaciones en contra del Reino
A veces el Reino nos parece ‘del otro mundo’ y, al
mirar la situación el que nos encontramos, caemos en la tentación de
desesperar. Sepamos enfrentar cualquier clase de conflictos.
2.
Los
conflictos del Reino. Lucas
4,1-13: las tentaciones en contra del Reino.
A veces el Reino nos parece ‘del otro mundo’ y, al
mirar la situación el que nos encontramos, caemos en la tentación de
desesperar. Sepamos enfrentar cualquier clase de conflictos.
3.
Los
riesgos del Reino. Marcos
4,35-41: Jesús calmó la tempestad.
La construcción del Reino es algo difícil. Hacer que
Cristo reine entre nosotros nos exige enfrentar vientos contrarios y, a veces,
tempestades terribles. Pero Jesús lucha con nosotros y su resurrección nos
asegura el triunfo definitivo.
4.
La
destrucción del Reino.
Efesios 6,10-20: el imperio de la muerte.
Hemos visto cómo impedimos el avance del Reino. Hoy
vamos a ver cómo lo hacemos retroceder. El imperio del mal exige de nosotros
una respuesta muy decidida para que otros no pierdan las esperanzas.
5.
El
horizonte del Reino. Génesis
8 y 9: la primera alianza de Dios con nosotros.
Nos damos cuenta que nuestra realidad es como las 2
caras de una misma moneda: una es dominada por al mal y la otra por el bien. O
nos salvamos juntos por vivir la fe, es decir, obrando bien personal y
colectivamente, o nos perdemos también juntos por caer en el individualismo, la
ambición, el odio... Cristo nos llama a la solidaridad para hacer real su
Reino.
6.
El
Reino es de Dios. Marcos
11,15-19: un culto sin negocios
A veces decimos o escuchamos: ‘Esto no es del Reino’.
Jesús es la verdad de Dios: su palabra, sus gestos, su manera de vivir nos
permiten saber si estamos con Dios o contra él. No podemos servir a 2 señores.
O Dios o el dinero. El Reino es de Dios y solo de él.
7.
El
precio del Reino. Juan
12,20-26: una muere para la vida.
‘Sacrificarlo todo por el Reino’: ¡qué linda
expresión! De hecho, en esta está nuestra salvación, o terminamos en el
fracaso. Descubramos que podemos estar dando la vida a diario sin darnos
cuenta, Entonces, el Reino ya habita en nosotros.
8.
El
modelo del Reino. Génesis
2,5-25: un mundo de armonía.
‘El paraíso’ no es un sueño perdido: es la proyección
del mañana y el proyecto de hoy. Es el Reino que vamos construyendo pedazo a
pedazo. Conozcamos mejor el sueño de Dios para hacerlo realidad.
9.
La
celebración del Reino. Lucas
14,15-24: el Reino es la fiesta de los pobres.
El Reino está realizado en Jesús y nosotros
participamos de él cuando vivimos en armonía con la naturaleza, los demás y Dios.
Juntos nos ayudamos para mantenerla viva, para volver a implementarla donde
hace falta, fortaleciéndola siempre en nuestros esfuerzos comunitarios. En las
fiestas fraternales y en los sacramentos, celebramos juntos esta armonía del
Reino.
Anexo
3: SOMOS UN REINO DE FRATERNIDAD Y DE LIBERTAD.
Descubrimos que somos de una misma
clase social: la de los oprimidos y despreciados, "basura del mundo",
como dice San Pablo a los corintios (Primera 1,27-31) y a los Filipenses
(3,8-10). Para Dios, somos sus preferidos; y Cristo nos elige para llevar a la
luz y a la práctica su mensaje liberador.
Acordes con la
mayoría de pueblo de los pobres, los obispos han lanzado "la opción
preferencial por los pobres" (Puebla 1134), como característica de una
verdadera vida cristiana. Solamente los pobres - y en especial los indígenas -,
unidos en fraternidad, haremos realidad un mundo nuevo. Las demás clases
sociales tienen que convertirse a la sabiduría y a la práctica delos pobres. Decía Jesús: "Felices los
pobres porque de ellos es el Reino de Dios" (Mateo 5, 3) y al estudiar
Nicodemo: "Si no renaces, no puedes entrar en mi Reino" (Juan 3,
3).Renacer hoy es convertirse a la opción de los pobres: ahí está la verdadera
conversión.
Si los pobres
somos la semilla del Mundo Nuevo, tenemos que valorarnos, reconocer nuestra
grandeza, admirar nuestra cultura popular, rescatar nuestros valores. Los
verdaderos pobres compartimos, nos solidarizamos con los maltratados, no
explotamos a nadie perdonamos a nuestros operarios, luchamos con todos los que
quieren cambiar el actual sistema de injusticias, confiamos en Dios y sabemos
que su palabra se cumplirá...
No tengamos
miedo a las palabras: hacer un mundo nuevo según el corazón de Dios es hacer
una Revolución, una revolución que se inicia y progresa cada día: es dar su
vida, su tiempo en el trajinar cotidiano para que triunfen la unión, la paz, la
fe; es actualizar la muerte y resurrección de Jesús, o sea, “completar en
nuestro cuerpo (y en el cuerpo del pueblo) lo que falta en la pasión de
Cristo”, como lo dice el mismo Pablo a los Colosenses (1,24). La basura del
mundo, los despreciados del continente somos la tierra de sembrío que Dios
elige para hacer germinar y crecer
plantas y frutos de resurrección: “Somos un pueblo Santo, un reino divino...”,
dice San Pedro (Primera Carta 1,9-10).
Hermanos:
sigamos adelante en esta fe y en esta misma lucha cristiana… en fidelidad a
tantos hombres y mujeres que han dado su vida por la causa de los pobres,
porque “es la causa de Cristo” (Cal. Pablo Muñoz V., Introducción al Documento
de Medellín).
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